Nos llenamos todo el baúl de ítems, estábamos preparados, aunque sin mejoras, los pterodáctilos escaparon porque Marshall olvidó amarrarlos bien, así que nos dirigimos al océano compartiendo dinosaurios con los demás.
Compartió Yusuf el suyo conmigo.
Cuando llegamos, me inundó el sonido del océano, me sentía calmado y relajado, el océano me recordaba a Haruka, que fue la primera vez donde la vi.
Nos aseguramos de atar bien a los dinosaurios (atados o no, no parecían poner resistencia cuando los montábamos, podría decir incluso que les gustaba), afilamos las espadas y nos preparamos por última vez.
-¿Si sabían que pueden escoger al dinosaurio de mar? –nos preguntó Zury.
-¡No se llaman dinosaurios de mar! –le regañó Amelie. –Son mounstros. No existieron los dinosaurios marinos.
-Lo que sea. –se quejó Zury.
-Uno fácil por favor. –pidió Kyle. Negué con la cabeza, iba a dejar que los demás escogieran al mounsto mientras yo me dedicaba a hundir mis pies en la arena y ver el mar azul, me sentía en un océano de verdad. Tenía bastante tiempo que no visitaba el mar, y aunque casi nunca nadara, esta vez quise intentarlo.
¿Qué se sentiría nadar virtualmente?
-Yo quiero un poco más de acción. Uno grande estaría genial. –opinó Hans. Era típico de mi gemelo siempre querer más.
Los demás estaban discutiendo sobre cuál cazar, yo los ignoré y me metí al mar, el agua estaba calmada, nadé y nadé. Tampoco había una barra de resistencia para el agua, no sé en qué pensaba Irving cuando programó todo esto.
Me dejé llevar por las pequeñas olas y el precioso mar azul, estaba tan cristalino que podía ver las conchas de mar y los arrecifes de la vieja era, cosas extintas que sólo veía en libros de la escuela.
Vi una mancha al fondo, y pensando que podría ser una ballena nadé hasta la mancha, no me gustaban mucho las ballenas, pero siempre tuve la ilusión de ver una.
La mancha se movió rápidamente hacia un lado, y luego me percaté que no era una ballena, ni nada parecido.
Era un tiburón anguila.
Cuando emergí del agua me di cuenta de que estaba bastante lejos de la costa, ¿cómo me había alejado tanto? Tenía dos opciones, quedarme quieto a esperar que ignorara mi presencia o matarlo.
Estaba a unos cuantos metros de mí, mostrando los dientes y nadando lentamente, una de las características del tiburón anguila, es que sólo muestra sus dientes a su enemigo o a su presa.
Saqué mi espada lentamente, jamás había luchado bajo el agua, y mientras tuviera respiración infinita podría vencerlo.
El tiburón atacó, mostrando los 300 dientes en forma de tridente, de un tamaño en total con las aletas y la cola de 10 metros a lo menos y con una mala visión que estaba a mi favor.
No me importaba que la sal se me metiera en los ojos y me ardieran, no moriría.
Traté de esquivar su mandíbula, pero me resultaba bastante pesado, y más porque yo estaba en desventaja en la rapidez.
Zail llegó desde la costa nadando y sacó sus dos espadas, detrás de él estaban los demás nadando para llegar hasta mí.
Logré cortarle una aleta y Zail lo tomó desde abajo, trató de abrirle la panza pero el tiburón se meció con brusquedad atorándolo en un arrecife con erizos.
Vlad fue el siguiente en intentar matarlo, al igual que Annette. Los demás iban a tardar en llegar por lo visto, así que tenía que actuar rápido, traté de cortarle su otra aleta pero blandí mal mi espada y se me cayó, al tratar de ir por ella el tiburón nadó hacia mí con la boca abierta y a toda velocidad.
Hans llegó en mi ayuda pronto, con dos cuchillos clavados en la espalda del tiburón avanzó por él, agarrándose hasta con los dientes por el zangoloteo del mounstro, alcancé a tomar mi espada y nadé hasta donde Hans, y entre los dos le clavamos en la cabeza nuestras espadas.
La sangre se meneó por el agua hasta la superficie y se disolvió.
Sacamos nuestras espadas y le di gracias a Hans con la mirada.
A lo lejos, vi como de la profundidad aparecían más manchas, le hice una seña a Hans para que huyéramos, y en eso la maldita barra de resistencia con color azul daba sus últimos segundos de vida.
Morimos ahogados.
Oscuridad.
Aún me sentía en el agua, pero sabía que eso era imposible, todo estaba en nuestra mente ¿Qué tan poderosa podía a llegar a ser?
-Vaya que la era mesozoica puede llegar a ser bastante complicada. –oí decir a Amelie.
-Si tú lo dices. –respondió Zury levantando los hombros .
Me levanté de mi asiento, Vlad, Hans y Zail también estaban despiertos. Sentí un golpe en la cabeza.
-¡¿Qué no oías cuando te dije que no te zambulleras en el mar?! –me regañó Amelie.
-Bajo el agua no se escuchan sus voces. –protestó Hans quitándome las palabras de la boca.
-¡Se lo dije cuando estaba en la tierra! –gritó Amelie desesperada.
-¿Y qué tiene de malo que muera tanto? –pregunté, todos voltearon a verme como si la respuesta fuera obvia.
-Sólo tenemos 3 vidas por etapa, Chris. –dijo Zail con un tono calmado y comprensivo. –Si te acabas las 3 en una etapa de la historia es un automático GAME OVER y ya no podrás jugar con tu avatar nunca.
¿Cómo Zail podía saber eso y yo no? Me sentí un idiota.
-A menos que te conviertas en trasvesti. –bromeó Vlad, pero a Zail no le causó gracia, ni a nadie.
-Ni con eso. –respondió Hans.
-Recuerda que tu ADN está en el juego. –dijo Zury tecleando con rapidez en la computadora. –He tratado de hackear el juego de Irving pero es simplemente imposible.
-Sólo te queda una vida. –me recordó Zail con el mismo tono.
-Y sabes que no jugaremos si nos faltas. –habló Vlad. Y todos sonrieron.
-Espera... ¿sólo me queda una vida? –pregunté pasmado.
-Moriste desangrado cuando te clavaste la rama. –explicó Zury reiniciando el NOVOCAINE. –Por suerte tu hermano puso una opción de censura, podemos cambiar la sangre de color o simplemente omitirla.
-Tu hermano estaba pensando bien cuando lo puso, no queremos que tu traumatismo con la sangre vuelva. –comentó Amelie inyectando a Zail la novocaína.
Le tengo miedo a la sangre, desde el día en donde tenía la edad de Arwyn y me caí, cuando me levanté mi camisa estaba manchada de sangre y mis manos...
Me desmayé y siempre lo hago cuando veo sangre.
Me inyectaron la novocaína, pero antes, Zury me rogó que me quedara en un lugar seguro mientras los demás cumplían la misión.
No quería quedarme de brazos cruzados mientras ellos tenían toda la diversión, era simplemente injusto, pero sabía que lo hacían por mi bien, por el bien de todos.
Me quedé en la orilla platicando con Amelie y Zury mientras veía a todos partir, me preguntaba qué tal vivieron los humanos cuando se presentaban dificultades de supervivencia y sabían que morirían en cualquier descuido.
¿Cómo será esa clase de presión? ¿Cómo sería saber que sólo tienes una vida?
Misión Cumplida
¡Felicidades, pasaron a la siguiente etapa!
Apareció en la pantalla, esa victoria había sido de ellos, no mía. Sólo les quité una vida a Zail, a Hans y a Vlad, me preguntaban qué pensarían de mí.
Oscuridad.
Nos desconectamos del NOVOCAINE, les conté a todos qué era lo que pensaba y decidieron ir a festejar ya que, de indirecta forma, todos acabamos el juego con vida.
El sábado iríamos Kyle, Zail y Vlad a festejar. Los demás tenían planes ese sábado así que luego saldríamos cuando acabáramos la segunda etapa de la historia.
-¿Por qué pusiste las barras de resistencia tan mal programadas? –le pregunté esa noche a Irving. Sonrió, hoy me tocaban lavar los trates, él me pasaba los platos.
-Porque así es la adrenalina, no estás consciente del peligro hasta que vas a morir. –contestó.
-¡Eres un maldito troll! –grité pegándole con mis manos mojadas.
-¡No me arrepiento de nada! –gritaba él. Arwyn llegó y también le empezó a pegar.
-¡Cállense que intento dormir! –gritó mamá desde su cuarto.