"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| O...

By K4t0o_

25.4K 3.3K 3.2K

# 1 🎖️Traumatismo [ 09/23 ] # 1 🎖️Muerte de personajes. [ 10/23 ] # 1 🎖️Lovecraft. [ 11/23 ] # 7 🎖️Th... More

[00]
[01]
[02]
[03]
[04]
[05]
Kaimós.
[06]
[07]
[08]
[09]
[10]
Onsra.
[11]
[12]
Hola.
[13]
[14]
[15]
Kalopsia.
[16]
[ × ]
[ ×× ]
[ ××× ]
[20]
Zília.
[21]
[22]
[23]
[24]
[25]
Serendipia.
[26]
[27]
[28]
[29]
[30]
Hipofrenia.
[31]

[32]

525 52 60
By K4t0o_

Dije que iba a actualizar el Lunes pero no dije que Lunes JAJAJSJAK.

— × —

Lo primero que Kyojuro escuchó al despertar fueron: Gritos.

Otra vez.

Se había quedado dormido en la recámara de Akaza de nuevo. Había limpiado todo a excepción de la habitación en donde ahora estaba y sus manos estaban llenas de cortes y astillas por culpa de que ese día se habían acabado los guantes después de la salida al patio con el gato. Se sentó sobre la cama y acomodó lo mejor que pudo su cabello mientras se veía en el espejo del mueble al lado de la cama. Talló sus ojos y se acomodó mejor su suéter de color azul cielo que Aizetsu le había dado en la primera terapia.

Cuando salió por la puerta y se asomó por el barandal, los regaños de Yushiro hacia Akaza resonaron en un volumen alto. Bajó las escaleras lentamente y llegó hasta la sala. En dónde el Alfa miraba hacia los lados y se abrazaba a sí mismo. Estaba estresado, lo sabía. No era la primera vez que lo veía en esa posición.

— No te lo vuelvo a preguntar — Habló Yushiro con un tono amenazante — ¿Dónde está Chachamaru?

Akaza guardó silencio y se mordió el labio por dentro.

— Se…. — susurro— Se escapó por la ventana hacia el bosque.

El beta no le creyó. Era la cuarta vez desde que llegó que Akaza le daba la misma ridícula excusa. Su gato estaba especialmente entrenado para dar terapia, era su prioridad estar con los pacientes y nunca en todos los años que estuvo en el hospital se le ocurrió siquiera escapar.

Sabía que no se había ido, menos cuando estaban todas las ventanas de la mansión cerradas.

Cuando desvió su vista y vio a Kyojuro parado al final de las escaleras, quiso acercarse a él, pero la mano del alfa le había detenido.

— Te dije que se fue al bosque — le repitió. — Ya lo buscamos y no… No lo encontramos.

— Eres un mentiroso de mierda — le respondió, sin mirarle — Sé que ese bastardo le hizo algo, siempre supe que era una amenaza para nosotros.

— Vete de mi casa, prometo que lo buscaré de nuevo.

— No me iré sin mi gato. ¿Qué te pasó en los brazos Rengoku?, ¿Ah? ¿Chachamaru mágicamente se volvió agresivo y decidió arañarte toda la maldita cara?

— Dije que te fueras. — repitió Akaza, ahora poniéndose frente al Beta. — No lo diré de nuevo.

Lo siguiente que hubo fue un silencio abrumador, silencio el cuál fue aprovechado por Kyojuro para sonreírle al contrario. Con burla.

— No te quiero ver de nuevo la puta cara en mi clínica ¿Entendiste?, ni tampoco a ti, enfermo de mierda.

Ahora Yushiro estaba conduciendo de regreso por el camino rocoso y ciertamente peligroso del cerro; su moto pasaba cautelosamente por cada roca y bache que había, sólo así, logró llegar a la avenida, deseando jamás haber llevado a su gato con ellos. Ni siquiera tendría porque hablarles, después de todo, las Lunas superiores nunca habían sido buenas personas.

Akaza cerró la puerta de la entrada de golpe, casi con enojo. Apenas se giró para ver la sala, sus ojos se quedaron fijos en la única persona que vivía con él.

Quería matarlo a golpes.

Cuando vio a Kyojuro acercarse a él con una cara asustada, retrocedió, y apenas se acercó lo suficiente; le dió una cachetada en la mejilla.

«— P-papá yo… Es que…

— ¿¡Tiraste mis botellas sin decirme!? ¿¡Cómo pudiste!? ¡Es lo único que me hace feliz en esta puta casa y tú solo las tiras!»

Le gritó.

— ¿¡Cómo mierda pudiste hacer una tontería como esa!? ¿¡Tienes idea de cuántos lazos tenemos con esa estúpida clínica!? ¿¡Lo sabes!?

El rubio puso su mano rápidamente sobre su cachete, y sus ojos rápidamente se humedecieron, empezó a temblar a consecuencia de los gritos ajenos y negó repetidas veces diciendo un «Lo siento» por cada paso en retroceso que daba.

«— ¿"Lo siento"?, ¿Vas a llorar? ¡Anda, hazlo! Eres un marica lamebotas que solo sirve para abrir las piernas»

— ¿"Lo siento"?, ¿¡"Lo siento!?, ¿¡Por qué no le dices al gato que lo sientes Kyojuro!? — dijo, señalando la bolsa color negro que estaba en el borde del cesto de basura cerca de la cocina. Akaza había llegado de la reunión, y apenas entró se encontró con la asquerosa escena de un gato muerto con el cuello roto acostado en el sofá con un suéter arriba como si tuviera frío.

El cuello estaba casi salido de la piel, y parte de la espina dorsal sobresalía de entre la carne. Sus garras estaban llenas de la sangre de Kyojuro, el cuál tenía la cara, el cuello y los brazos con arañazos profundos y abiertos.

Cuando lo vio, tuvo que meterlo a una bolsa de basura antes de que Yushiro llegará por el gato.

Y es que Yushiro tenía razón, Kyojuro sí era un enfermo.

«— Eres un puta carga. Tú y tu hermano son unas putas cargas. Debí mandarlos a un orfanato en cuanto Ruka murió»

— Debí dejar que te internaran. Eres una maldita carga. — le dijo, sin siquiera querer mirarlo. — Y saca esa cosa de la casa.

Apenas acabó de hablar, Akaza soltó un enorme suspiro y se dirigió a la cocina. Sus manos estaban temblando de una manera descomunal y sentía su vista empezar a hacerse borrosa. No era la primera vez que pasaba, como paciente de ataques de ira era algo que ocurría con el mínimo impulso de enojo, pero ahora no sabía qué era lo que sentía. Rebuscó entre todos los medicamentos de la alacena —en dónde predominaban las píldoras de Kyojuro— y cuando encontró las suyas las abrió con tanta desesperación que la tapa se rompió. La dejó caer al suelo y aún con sus manos temblorosas acostó el pequeño bote con la mitad de pastillas. Ni siquiera podía controlar sus manos, le costaba tanto mantenerlas derechas que varias cápsulas cayeron al suelo en su intento de tomar solo dos. Desesperado, se hecho a la boca todas las cápsulas que su palma pudo retener, no sabe cuántas tomo, y tampoco le importaba. Solo quería sentirse tranquilo por al menos un segundos. Una vez en su boca, tomó el primer vaso de agua que vio y se llevó a los labios tomando. El agua escurrió de su boca al suelo y a su camisa, mojandola.

Tampoco le importó.

No fue hasta que acabo de beber que dejó caer el vaso el cuál se rompió en el suelo que finalmente se sintió seguro. Desvió la mirada al suelo mirando todos los botes de medicamentos tirados en su intento de buscar el suyo; soltó un suspiro mientras pasaba sus dedos por las hebras de sus cabellos y gruñó. Se agachó para agarrar lo que había tirado, y cuando acomodo todo en su lugar, salió de la cocina.

Kyojuro ya no estaba en la sala, y la bolsa negra con el cadáver del gato tampoco. Supuso que le había hecho caso y habría ido a tirarlo a algún lado.

Caminó por la sala hasta llegar a las escaleras. Todo en silencio, como estaba acostumbrado. Antes de subirlas y encerrarse a su habitación, se percató que la puerta del baño de abajo estaba abierta con la luz encendida. Fue extraño, las puertas jamás se quedaban abiertas; entonces se acercó y se asomó; encontrando de nuevo, otra escena desagradable.

Todo el escusado estaba lleno de vómito.

Hizo una mueca de asco al instante pero no se preocupó tanto. No era la primera vez que el Omega vomitaba después de comer, pero si era de esas pocas veces en las que no limpiaba de inmediato después de hacerlo. Había pasado al menos tres veces está semana, sin contar las veces en las que él no se había enterado.

Apunto de bajarle a la taza del inodoro, se quedó estático mirando un detalle extraño entre todo el vómito de color blanquesino con naranja por los jugos. Un pequeño punto azul con blanco y otros más de otros colores igual de diminutos. Eran al menos cuatro o tres; no estaba tan seguro. Se acercó un poco más a pesar del asco, y entonces sus ojos se abrieron ciertamente paranoicos. Rápidamente se enjuagó sus manos bajo el grifo y tomó aire mientras se veía al espejo; metió sus manos en el retrete y empezó a hurgar entre todo el vómito el cuál no solo estaba en la taza, sino también en el suelo y salpicado en las paredes. Cuando tomó lo que quería, los alzó de uno en uno bajo el foco de luz para verlos mejor.

Eran las píldoras del ajeno. Las que tocaban ese mismo día en la tarde. Justamente tres de ellas eran para la psicosis.

Y entonces, lo entendió.

Todas las veces que el ajeno vomitaba después de beber sus jugos, no eran por náuseas. Era porque regresaba todo el medicamento del día.

Escalofríos.

Escuchó un pequeño ruido tras él, y se giró con brusquedad de inmediato sin pensarlo. No vio nada más que la silueta del Omega corriendo hacia las escaleras.

— ¡E-espera!, ¡Kyojuro! — dijo saliendo del baño y mirando como el ajeno subía lo más rápido que podía sin mirarle. Hizo lo mismo, empezando a perseguirlo. No llegó ni a la mitad de las escaleras cuando el rubio ya había llegado al final de ellas, abriendo la puerta de su habitación y cerrándola apenas y entró. Cuando logró subir también se quedó mirando fijamente la puerta de la habitación, ¿Sería bueno tocar la puerta? Era el cuarto de Kyojuro después de todo, y jamás se había siquiera asomado o abierto la puerta bajo la excusa de no querer irrumpir la privacidad ajena. Entonces solo recargó su frente contra la puerta y suspiró. Un olor bastante fuerte a cloro y a detergente le llegó a la nariz y frunció el ceño. — Kyojuro yo… — ¿Qué iba a decirle? Ni siquiera sabía porque lo siguió corriendo. — Lo siento por lo de hace rato, no estuvo bien y… — se detuvo, sintiendo que no tenía sentido lo que hacía. — Estaré en mi oficina.

«— Uhh, Kyojuro, lo siento por lo de hace rato. Me hiciste enojar, es todo… ¿Sabes que los quiero, no? Pero bueno… ¿Tienes el dinero de la semana?»

Y dicho eso, hizo lo que dijo. Caminó por el pasillo hasta la entrada de su oficina. Se encerró en ella lo mejor que pudo y miró a los lados observándola. De nuevo, aquella sensación de que algo faltaba pero sin saber qué le abrumó.

[ . . . ]

Ahora sentado mientras veía su laptop, mordía sus uñas mientras sus pies se movían de manera arrítmica. A su lado había una taza de café americano que estaba medio vacía, y sus ojos miraban a todos lados. Estaba nervioso, lo sabía. Miraba de vez en cuando la laptop pero rápidamente desviaba la mirada otra vez. No sabía por qué, pero se sentía ansioso.

«Akaza, ¿Recuerdas lo que te dije sobre las personalidades de Kyojuro?» era lo que citaba aquel mensaje escrito por Yoriichi en la bandeja de su chat web «Bueno, descubrí que no son tantas, son solo dos. Solo teníamos que encontrarle sentido u orden…», «La primera es la que le construyeron en la granja, sobre todo lo que le obligaron a ser y creer. Eso explica el comportamiento extraño hacia tí o hacia mi en un inicio. Celos, obediencia, obsesión. La otra sería la de él. Su esencia. La poca personalidad que le queda. Es como un grano de arena entre toda la playa; aquella pequeña cosa que lucha por tomar el control y no perderse. Es él, intentando retorcer la realidad que tiene para tener lo que tanto quiere: a su familia» «Solo piénsalo, tiene bastante sentido»

Ni siquiera le respondió.

Aquellas palabras pasaban todo el rato por su cabeza, intentando conectar todo lo que había pasado en este tiempo: Aizetsu, era por su puesto, el hermano. No sabía cómo se llamaba, no lo recordaba; pero estaba seguro que tenía parecido con su amigo. Si Aizetsu era el hermano entonces el gato, Chachamaru, era el perro. Ya tenía dos, el hermano y el perro; faltaba su padre, pensó en que era Yoriichi en un inicio pero supo que era él. Según las noticias, Shinjuro era un alcohólico, un padre irresponsable y violentador. De nuevo, el recuerdo sobre él golpeando a Kyojuro y gritándole le empezó a carcomer la cabeza.

Supo que le había dado más razones al Omega para alimentar su obsesión con su familia en cuanto le regañó violentamente tal y como su padre pudo haberlo hecho.

Después de lo del gato, supo que Kyojuro ya no era apto para salir de la mansión. Era básicamente — aunque quisiera negarlo— un peligro para los demás.

Tomó su celular de entre su bolsillo y empezó a teclear su celular a Yoriichi, pero como lo supuso, no le respondió. Era noche y el número que tenía de él, era el de trabajo. Marco a su segunda opción, o con quien mejor se llevaba con Kyojuro: Aizetsu. 

El pelinegro estaba acostado sobre el sofá, roncando con la boca abierta en una posición extraña. Su pierna caía al suelo y la otra estaba en donde se supone que era el respaldo. Su cabeza estaba colgando del sofá y su torso estaba torcido hacia un lado. De su boca escurría un hilo de saliva y parecía que quien roncaba no era una persona, sino un animal.

Su celular sonó y frunció el ceño sin abrir los ojos. Se removió un poco más entre el sofá y decidió ignorarlo. Algo que aprendió de Yoriichi y de la hermosa psicóloga, era que la mente tenía la capacidad de bloquear todo, desde cosas visibles hasta sonidos, incluso materializar cosas inexistentes. Así que eso hizo, desapareció el sonido de su celular mientras se acomodaba mejor en el sofá.

Pero volvió a sonar.

— Aizetsu quita esa cosa. — escuchó que le dijo su hermano, Sekido.

Gruñó.

— Shhhhh…. — le dijo, y se acomodó de nuevo.

Y volvió a sonar.

— Aizetsu.

— Mhhahsmhakska….

— Aizetsu.

— Mhh, si, si, voy…. — respondió. Pero no sé levantó, solo se acomodo más haciéndose bolita para esconderse sobre las almohadas del sofá.

Urogi fue el que habló está vez.

— Ai, te están llamando.

— Ay, que ya voy. — respondió levantándose mientras se rascaba un poco la cabeza y abría los ojos. Sekido estaba en el otro extremo del sofá mirando su teléfono en quién sabe qué cosa, Urogi estaba tirado en el piso con una sábana durmiendo, y Karaku estaba encima de Urogi poniendole los pies casi sobre la cara, roncando incluso más fuerte que él. Era noche de películas con sus hermanos y la televisora aún estaba prendida.

Tomó el celular que estaba en el piso y no respondió, solo lo apagó.

— ¿Apagaste el móvil?

— No estoy —cerró sus ojos, acomodándose sobre el hombro de Sekido — No estoy en horario de trabajmmhhhjska…

Se volvió a dormir, solo que está vez abrazando a su hermano mayor.

Por otro lado, Akaza al no recibir respuesta decidió escribir un mensaje. Busco entre todos su contactos al de Aizetsu y escribió.

«Necesito que las terapias sean ahora en la mansión. Por motivos personales, Kyojuro ya no podrá salir de casa»

Ahora estaba en su cama. Acostado en ella mientras le daba la espalda a la puerta. Kyojuro no estaba con él, sabía que estaba molesto o asustado por haberle pegado y lo estaba evitando. No era la primera vez que no dormían juntos, de hecho esa semana el Omega había estado marcando distancia. Pero lo echaba de menos aún. A veces, solo quería que todo fuera normal y fantaseaba con la idea de que el rubio algún día fuera "normal y sano" y tuvieran una bonita vida lejos de todos. Incluso si Kyojuro no sanaba nunca, él quería estar ahí viendo los pequeños y nulos procesos.

Lo quería.

Cerró un poco sus ojos, sintiendo que era víctima del sueño y acomodó mejor su playera de algodón y las sábanas.

No pasó mucho para que la posición empezará a no gustarle tanto, y se removía de poco en poco. Entonces, decidió cambiar de lado para sentir de nuevo el frío de las sábanas. Apenas se giró un poco, entreabrió los ojos para ver la ventana pero sus ojos se abrieron paranoicos al ver que en la almohada que estaba justo al lado de él, había una cabeza.

La cabeza de Daki mutilada estaba acostada sobre la almohada mirándolo fijamente con una enorme sonrisa la cual dejaba ver sus caminos. La cama estaba manchada de sangre en su totalidad y la espina dorsal aún colgaba cuál serpiente del cuello desecho de su amiga. Se reincorporó rápidamente y gritó mientras sentía su cuerpo pesado y casi inmovible. La mirada de Daki le seguía a cada movimiento y el sonido de su respiración era vaporosa.

— ¡NO, NO! ¿¡QUÉ PASÓ!?

Le sonrió más grande, casi de manera inhumana, susurrándole con un tono burlón mientras tenía un enorme sonrojo en su rostro.

Se siente maravilloso...

Despertó.

Se sentó en la cama mirando a la pared sin atreverse a voltearse y su mano fue a dar a su boca tapando el mínimo sonido que salía de ella. Su cuerpo temblaba y sentía su piel más caliente que nunca.

Empezó a llorar.

Cuando escuchó la puerta de su habitación ser abierta se giró bruscamente mientras intentaba enfocar su vista. Ahí estaba él, mirándolo desde el umbral de la puerta con un rostro inexpresivo.

Kyojuro se acercó a él mirando las manos torpes de Akaza intentando tapar su cara y limpiarse las mejillas. Entonces, se sentó en la cama también, acostándose en el lado contrario a dónde el Alfa estaba sentado. Y lo jaló de la camisa para darle a entender que también se acostara. Cuando el menor también se acostó, lo hizo dándole la espalda al Omega y sintió como Kyojuro le abrazaba desde la cintura para acurrucarse a su espalda.

Limpió mejor su rostro y suspiró, intentando calmarse sabiendo que era solo una pesadilla y nada más. Escalofríos se apoderaron de él y abrazó las manos ajenas.

— P-perdón por tirar tus b-botellas....

Se sintió confundido, y le cuestionó mientras se sentía más tranquilo que antes, pero inquieto.

— ¿Botellas? — susurro.

Kyojuro solo le abrazó un poco más fuerte, y después se escondió en su espalda. Sabía que el Omega no le iba a decir nada.

— Kyo… — le hablo, pensando en la escena de las escaleras de nuevo. — ¿Qué hay en tu habitación..?

No hubo respuesta.

Y entonces, casi como si fuera una casualidad extraña, las palabras de su sueño con su cuñada le regresaron de golpe.

«El silencio es la respuesta más ruidosa, Akaza»

No durmió en toda la noche. Y estaba seguro que Kyojuro tampoco puesto que sentía que lo miraba fijamente desde atrás.

Continue Reading

You'll Also Like

974K 103K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
185K 10.3K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
72K 7.8K 54
☆ y me pueden decir diez mil cosa' de ti pero yo pongo mi alma en el fuego por ti nadie sabe, lo que yo haría no saben que ni con cien mencione' van...
165K 8.2K 110
𓂋 Spanish translations ៸៸ ⊹ 𓈒 ˚ ⸰ 백 합 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫 ٫٫ ♡⃞ ⟡ ׅ ﹙ Lector masculino ﹚ ♡︭ ✦⠀⠀ᣞ ⬭ Ninguno me pertenece ...