Pure Heart - Tianshan Harry P...

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Mo GuanShan se encontraba solo en aquel mundo mágico. Sin amigos, con su padre en Azkaban y solo pudiendo ver... More

Prólogo
1; Falso Hufflepuff
2; El chico Slytherin
3; Solo
4; Atardecer y ranas
5; Ámbar
6; Ajedrez mágico
7; El Bosque Prohibido
8; Abrazo
9; Charla
10; Vuelta a casa
12; verde
13; One More Night
14; La ciudad
15; Prefecto
16; Durmstrang y Beauxbatons
17; Feliz Cumpleaños
18; Cáliz de Fuego
19; Fiesta
20; Pensamientos
21; La Primera Prueba
22; Fotografía
23; Navidad
24; Segunda Prueba
25; Revelación
26; No huyas.
Me voy

11; La casa en el campo

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By _passage-

El último día que pasó con su madre se la habían pasado haciendo galletas, demasiadas. Una parte las dejarían para que su madre venda, otra pequeña parte se las quedaría ella y el resto serían llevadas por Mo a casa de He Tian.



"—Debes dárselas, él te invitó a su casa, hay que ser agradecidos —ordenó mientras ponían las galletas en una linda cesta de mimbre y la cubrían con una tela verde oscuro con diseños de ruiseñores y florecillas, para luego pasarle una ancha cinta de tela que la señora Mo ató en un delicado moño.

—Pero, mamá...

—Pero nada —declaró con autoridad, pegando la canasta contra el pecho de su hijo —Se las darás y punto."




Exhaló, tenía la sensación de que el azabache se burlaría en cuanto lo viera parado con la canasta entre las manos. Y había pasado una hora más o menos desde que las habían terminado y luego de eso se había bañado y cambiado. Al parecer había escogido un buen atuendo, pues su madre le había tomado unas veinte fotos en cuanto lo vio salir de su cuarto, a pesar de que solo se tratase de una bermuda de jean algo suelta, una camisa manga cortas blancas y encima un suéter muy fino de color marrón con varios dibujos distintos en líneas, además de unos calcetines que le llegaban un poco más arriba de los zapatos estilo bota de color verde. A su parecer, su ropa desprendía un estilo más otoñal que veraniego, pero así era como se sentía cómodo.




Miró el reloj en la pared, eran las 18:29, He Tian dijo que llegaría a través de los polvos flu a las 18:30, aunque no creía que viniera exactamente a esa hora, es decir, por lo general la gente llegaba unos minutos más tarde, así que teniendo eso en mente se relajó en la silla de su sala y sacó su teléfono para jugar un rato, mientras a su lado su mamá leía muy entretenida un viejo libro de cocina.




Un estruendo proveniente de la pequeña chimenea los hizo saltar a ambos en su lugar, a Mo casi se le cae el teléfono y su madre casi vuelca su té sobre su pantalón. Al dirigir la vista, pudieron visualizar a un alto y delgado muchacho, que vestía una camiseta negra por debajo de unos holgados jeans grises amarrados con un cinto marrón con una gran hebilla y unos zapatos negros de estilo escolar.




—Buenas tardes —saludó elegantemente. La mujer en la habitación se puso de pie y caminó hacia él para saludarlo muy emocionada. Conversaron muy brevemente, la señora Mo le ofreció un poco de agua pero He Tian se negó amablemente. Entonces, los oscuros orbes fueron a parar al menudo cuerpo del pelirrojo, quien seguía sentado en la silla de madera y tenía su teléfono agarrado con una mano, del cual salía una musiquita triste y en la pantalla se destacaba la frase "¡Sin movimientos!" —¿Estás listo Mo? —le sonrió, Mo corrió la mirada.




Se despidió con un fuerte abrazo, sintiendo al mismo tiempo muchos besos en su mejilla. Se separaron y su madre lo miró con desbordante cariño.




—Pórtate bien, cuídate y disfruta —le dio otro pequeño abrazo —Y si llegas a tener señal, intenta llamarme de vez en cuando —le dejo un último beso en la frente —Adiós, mi niño.

—Adiós, mamá, te quiero —le sonrió. 




Primero pasó He Tian con el baúl y a los segundos volvió para llevarse a GuanShan. Fue una extraña sensación, jamás había viajado con Polvos Flu, primero pensó que sentiría ardor al atravesar el fuego, pero realmente no sintió nada. Apretó los ojos con fuerza y al instante sintió una pequeña brisa, al abrirlos de nuevo notó que ya no estaba en su casa, sino en una espaciosa sala, con madera oscura y varios adornos muy elegantes, también había un juegos de sofás y una mesita ratona frente a ellos, esa debía ser la sala de estar del moreno.




—Adelante, sin pena —le invitó a pasar el muchacho, dándole un suave toque en la espalda baja para que despegara los pies del suelo. Al salir de la chimenea, vio que su baúl no estaba, lo buscó por todas partes con la vista y por un momento llegó a pensar que se le había perdido a Tian durante el viaje —Tranquilo, los elfos la llevaron a tu habitación —lo calmó, como si le leyera la mente.

—¿Mi habitación? —el azabache asintió, haciendo un ademán con la mano para que lo siguiera.




A unos metros había una gran escalera que no se llegaba a ver al estar del mismo lado de la pared que la chimenea. Subieron por esta y continuaron por un ancho pasillo, decorado la mitad inferior con la misma madera oscura del resto de la casa y la otra mitad con un tapizado color té verde con dibujos de lavandas. Pasaron por delante de unas tres puertas hasta que se detuvieron en una, al abrirla, se mostró ante ellos una gran habitación con una cama de dos plazas con dosel. A la derecha había un enorme armario y al fondo unas ventanas largas que conducían a un balcón. A la izquierda había un espejo que abarcaba una gran parte de la pared. Al entrar pudo notar que también había un escritorio y una estantería llena de libros de todos los tamaños y colores, también, junto al armario, había otra puerta que llevaba a un baño, como Tian le explicó.



—Esto es... Demasiado —musitó anonado.

—¿Tú crees? Me hubiese gustado agregarle más cosas, pero aún no sé bien qué cosas te gustan. Aún así, si quieres volverlo más cómodo, puedes poner lo que quieras o pedirme que lo compre —se recargó contra el armario con los brazos cruzados.

—Pff, ni que me estuviera mudando —notó cierto brillo en la mirada del chico cuando dijo eso, pero fingió no haberlo visto —Bueno... Voy a desempacar —He Tian asintió, listo para irse, sin embargo, fue ahí cuando Mo se dió cuenta de que aún llevaba la canasta consigo —¡Espera! —carraspeó —Eh... Esto... Es para ti —le extendió el objeto sin mirarlo.

—Wow, ¿Las hiciste tú? —cuestionó al levantar un pedazo de tela. Mo asintió —Entonces deben ser deliciosas, muchas gracias —le sonrió aunque no lo estuviera viendo —Bueno, ahora sí, dejaré que te acomodes, llámame si me necesitas.


Bobo...







"Ask" de "The Smiths" sonaba por toda la habitación a través del pequeño aparato. Había decidido poner un poco de música en lo que organizaba sus cosas. Llevaba ya unos cuarenta minutos, por lo que ya casi acababa, no tenía demasiadas cosas y muchas de ellas eran del colegio y había preferido dejarlas en el baúl hasta que llegaran a Hogwarts.


Ahora sonaba "Landslide" de "Fleetwood Mac". Se mecía de un lado a otro al ritmo de la música mientras colgaba la última camiseta y cerraba la puerta del armario. Al terminar se acercó a la cama y sin pensarlo mucho se dejó caer, comprobando que el colchón era tan suave como se lo veía.



Captó un reloj en la mesita de luz, tenía forma de gato y marcaba las 19:53. Probablemente los elfos ya estarían terminando la cena. Se puso de pie y detuvo la música. Salió por la puerta, caminó por el pasillo y luego por las escaleras hacia abajo. Se asomó y miró hacia ambos lados, pero no encontró a He Tian. Se encogió de hombros y caminó hacia los sillones, en la mesa ratona estaba la cesta con la tela corrida hasta la mitad, tomó una galleta y siguió caminando. Habían dos puertas más allá, supuso que era la entrada, junto a estas, de cada lado, habían dos largas y angostas ventanas. Afuera se podía observar un hermoso campo mezclado con los colores del atardecer.



Oyó unos pasos detrás, pero no se inmutó, sabía quién era. Tian se paró a su lado, guardando distancia.



—Es un lindo lugar, ¿No? —asintió —La cena ya está lista, ¿Vienes? —volvió a asentir.



El comedor era una mezcla entre la madera negra y un verde oscuro, le recordaba mucho a Slytherin. En la mesa había muchos platillos diferentes. Sentados contra la pared del frente se encontraban cinco elfos domésticos, aguardando en un silencio apacible a los adolescentes. A Mo le sorprendió esto, pues siempre había escuchado que los dueños de elfos les tenían un trato horrible, mas este no parecía ser el caso. El rostro calmado de las criaturas mágicas denotaba que allí no había miedo, sino más bien respeto.



—Bon appetit —exclamó He Tian antes de empezar a devorar el pavo en su plato.



Había comido tan bien como en Hogwarts, la comida era tan rica que se había excedido un poco y ahora le dolía la barriga, por lo que se la sobaba por sobre la tela.



—Espero te haya gustado la cena —habló cuando estuvieron solos.

—Deliciosa.


Miró hacia el techo, a su mente llegó una duda, se preguntó por qué no lo había notado antes.



—Oye, ¿Y tus padres —interrogó, observando como el moreno formaba una pequeña mueca.

—Pues... Mi madre falleció hace mucho tiempo, cuando yo era un niño muy pequeño —oyó a Mo disculparse, negó —No te preocupes —le sonrió sutilmente —Mi padre vive en una mansión en la otra punta del país y mi hermano lleva viviendo en Londres desde que acabó sus estudios, por lo que yo vivo aquí solo. Antes vivía con mi padre, pero mi tío me comentó que tenía esta propiedad deshabitada y me la regaló, así que me mudé en el verano antes de comenzar tercer año —contó con paciencia, jugando el vaso con agua sobre la mesa.


—¿En serio? ¿Tu sólo en una casa tan grande? ¿No te sientes, bueno, solo? —cuestionó frunciendo el ceño, pero no con molestia.

—¿Y tú? —Mo no entendió por qué había cambiado la dirección de la pregunta hacia él. No respondió.

—Creo que iré a dormir... —se levantó de la silla.

—¿Tan temprano? —imitó la acción.

—Ajá, buenas noches.





Pero realmente no se durmió hasta mucho tiempo después, se pasó un buen rato hojeando los libros de la estantería, garabateando, adelantado sus deberes de verano, que por suerte eran pocos. Hasta que el sueño le llegó y finalmente se echó a dormir.



Había sido un muy tranquilo primer día. Antes de caer dormido, se preguntó si tal vez debería haberse quedado un rato más con el más alto, parecía querer pasar un poco más de tiempo con él, era entendible después de estar tanto tiempo solo en la inmensa casa. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para pensar en ello, pues sus ojos se cerraron por completo y su mente se desconectó de la realidad, viajando hacia el mundo de los sueños.






Adivinen qué hora es XD
Nah igual son las 4, lo hubiese publicado hace una hora pero jajas pasaron cosas. En fin, no sé cuánto dure esto de actualizar seguido, pero mejor no se acostumbren.

Good night

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