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El calor de la mañana le abrazaba todo el cuerpo, había abierto un poco las ventanas así que entraba algo de viento, pero de todas formas eso no ayudaba a bajar demasiado la temperatura. Aún estaba recostado en la cama, demasiado perezoso para levantarse.

Miró el reloj en la pared, eran las nueve de la mañana. Se preguntó si alguien iría a buscarlo para despertarlo si no salía en un rato.

Había vuelto a pensar en lo ocurrido los últimos días, todo girando en torno al azabache, para su molestia. Recordó el ámbar -que ahora sabía que se lo había dado él- y lo sacó de debajo de su camiseta para examinarlo. La luz del Sol que ingresaba por la ventana le otorgaba más hermosura. Al rememorar la pequeña nota con la que había venido, no pudo evitar avergonzarse un poco. "Me recuerda a tus ojos". Dios, que chico más cursi. En la nota también le decía que esperaba que el ámbar le ayudara, en ese momento se sentía bastante mal, ¿Acaso He Tian lo había notado? Y esa pregunta solo lo hizo avergonzarse aún más.

Oyó que golpeaban la puerta. Guardó el ámbar bajo su camiseta y se sentó en el colchón.

—Adelante.

—Buenos días —era él —¿Te gustaría desayunar en el jardín?

El terreno era simpleza hermoso. Estaba lleno de plantas y tenía una fuente en el medio rodeada de arbustos. Ellos estaban sentados frente a la fuente en una mesa blanca de hierro con diseño de rosas. Al fondo había un elfo podando un arbusto con forma de hipogrifo, que posaba levantando las patas delanteras.

Para su suerte no hacia tanto calor afuera, además el viento allí corría libremente y si lo refrescaba, no como cuando estaba en su cuarto. También los favorecía el hecho de que al ser tan temprano los tapaba la gran sombra de la mansión.


-—¿Dormiste bien anoche? -habló luego de largo rato de silencio. Lo miró de reojo, tenía la cabeza apoyada en la palma de la mano y le sonreía. Asintió —Me alegro, yo desperté bastante temprano por el calor —se enderezó en el lugar mientras hablaba y se dispuso a revolver su jugo de calabaza, bajo otra temperatura estaría tomando un té o un café.


El desayuno fue bastante silencioso, de vez en cuando el azabache le preguntaba algo y el simplemente negaba o asentía, sin muchos ánimos de despegar los labios más que para beber o comer.


Luego del desayuno, He Tian le propuso jugar un Snap Explosivo. Estuvo a punto de negar, le daba vergüenza admitir que no sabía jugar -jamás había tenido a nadie que le enseñara-. Pronto descubrió que no era tan difícil de aprender, sin embargo eso no impidió que perdiera las primeras cuatro partidas, hasta que finalmente ganó la última, demasiado frustrado como para sentirse victorioso.




El almuerzo fue ligero y otra vez contaron con la compañía de los elfos, quienes se ma tenían callados pero al parecer muy felices. No tenía mucha hambre, la verdad ese día se había despertado algo desanimado y no tenía idea de por qué. Mas cuando acercaba su mano al pequeño ámbar de forma discreta, trataba de darse ánimos, algo ayudaba, pero no mucho.

Tuvo un tiempo a solas en la sala, aprovechó para leer uno de sus libros de Cuidado de Criaturas Mágicas, ya lo había leído completo más de uno vez y nunca se aburría, aquella materia le fascinaba completamente ¿Debería tener en consideración trabajos relacionados con ello? En el curso siguiente debía tomar sus TIMOS (Título Indispensable de Magia Ordinaria), así que sería mejor que ya empezara a plantearse su futuro.


Estaba leyendo sobre los Dugbog, cuando vio por el rabillo del ojo una figura ya tan conocida acercarse. Fingió no notarlo, esperaría a que él hablara.


Pure Heart - Tianshan Harry Potter AUWhere stories live. Discover now