Narra Austin
-Austin, ya no puedo más...- -dijo cansada-
-Venga, pon esta pierna más arriba- -dije ayudándola a colocarla-
-Aaa... para ¡duele!- -dijo quejándose-
-Tranquila, pronto pasará-
Y aquí me encontraba en la sala de rehabilitación con ____, ayudándola a que ejercite las piernas. El doctor Dominguez nos había mandado hacer unos ejercicios y la dieta que debería seguir ____.
Cuando acabamos de hacer los ejercicios la ayudé a colocar-se en la silla de ruedas que le habían dado y empujándola hasta recepción. Allí le dieron permiso para salir al jardín donde comíamos habitualmente. La cogí y la senté en el pasto verde.
-¿Como va el instituto?- -me pregunto-
-Bueno el grupo de Zach ya no se mete con nadie, pero Zach esta distanciado con todos por ti- -la mire con tristeza- -por lo que te hizo, se arrepiente de todo lo que te ha hecho ____-
-Lo sé Austin, pero ¿como quieres que lo perdone así como estoy? ¿he? es que no puedo, me ha hecho sufrir mucho- -dijo soltando las primeras lagrimas-
-Tranquila princesa, nadie a dicho que lo tengas que perdonar, ¿si?- -dije sacando-le las lagrimas-
-Esta bien- -intentó hacer una pequeña sonrisa-
Comimos y le di las pastillas a ____ esta vez no las vomito -menos mal; pensé-.
Estuvimos jugando a las cartas, viendo películas, haciendo deberes, etc. A las 20:30 h me dijeron que ya me tenia que despedir así que me acerque y le di un pequeño beso en la mejilla y me fui del hospital hacía casa.
Narra ____
Y ese era mi día a día, me levantaban de la camilla y me ponían en la silla de ruedas y a partir de hay todo el día es igual, rehabilitación y juegos con Austin.
Austin me recogía siempre los deberes y se los entregaba por mi a los profesores. Tocaron la puerta y entro mi doctor.
-Srta. ____, su rehabilitación a sido a mejor durante estas dos semanas y le daremos el alta, es decir, que ya puede irse hacía casa pero cada lunes a las 18:00 h a quiero aquí-
-Esta bien, y gracias, le daría un abrazo pero no llego- -rei-
-Tranquila- -avanzó hasta a mi y me abrazó- -de nada- -me susurro y salio de la habitación-
Al día siguiente ya estaba impaciente por salir de aquella cárcel con agujas que me rodeaba, quedaban menos de tres minutos para que me dejarán salir.
-Cariño tranquila, te caerás de la camilla de tanto moverte- -dijo divertida mi mamá-
-Es que estoy muy impaciente, mamá- -dije con una gran sonrisa-
-Bueno ____ ya puedes irte- -dijo el doctor y antes de que acabará la frase ya estaba fuera del hospital-
Llegamos a casa y me encontré con papá y Dániel en el salón.
-Hola- -dije-
-¿No me lo pensabas decir ____ ?- -dijo fuertemente-
-¿El... el que?- -dije retrocediendo con las ruedas-
-¡El que no comes!- -grito-
-Yo...- -dije con lagrimas en los ojos-
-¡Tu nada! ¡nunca me escuchas niña!- -dijo gritando y dando zancadas hasta llegar hasta a mi y cogerme del pelo- -¿me dirás porque no comías?- -me grito-
-Por que no tengo fuerzas, por eso- -dije subiendo de tono pero sin gritar y sacándome de su agarre-
-Mira, no te daré tu lección porque estas así- -apunto a mis piernas- -pero mas tarde te enteraras-
-Hogar, dulce hogar;pensé- Dániel me llevó hacía mi habitación cogiéndome en brazos y cenamos en mi cama juntos, y así dormimos, abrazados.
A la mañana siguiente me levanté gracias a las cosquillas de mi hermano, me levanto una hora antes de la habitual para hacer los ejercicios. Me ayudo a ducharme y vestirme, después desayunamos y me tome mis pastillas, me montó en el coche y nos fuimos hacía el instituto.
Dániel me bajo mi silla y me abrió mi puerta para colocarme.
-Gracias- -le dije para después darle un beso en la mejilla-
-De nada, pequeña-
La gente tanto alumnos como profesores me miraban raro o con asombro, no se yo solo me apresuré a ir hacía el banco de la cafetería que allí esperaría a Austin. Dániel me llevó hacía la cafetería y me dijo que se tenía que ir con Juan y Sofía. Saqué una libreta y me puse a dibujar lineas hasta formar un dibujo. Se abrieron las puertas de golpe de la cafetería, y levanté la vista para encontrarme con...