Frontera de caza

By katiealone

238K 21.7K 9.1K

Cumplir dieciocho años en la tradicional y poderosa familia Bautista-Montagny es todo un acontecimiento. Y Da... More

Sinopsis
📜 Epígrafe 📜
🩸 Introducción 🩸
1. Los barrios altos
2. Preparativos
3. La caja
4. Sangre
5. En aprietos
6. Culpable
7. Pagar el precio
8. Frente a frente
9. Sangre nueva
10. Primera vez
11. Matamos a un Edevane
12. Bebe
13. S.O.S
14. Primero, las balas
15. Momentos de debilidad
16. La historia según Arabella
17. Nos preparamos
18. Dulce escape
19. Verdades sobre la mesa
20. Tuya
21. Tenemos visita
22. Enemigos
23. En nuestras venas
24. La escena de Jack
25. Sin esperanza
26. Sin lugar en el cielo
27. La cazadora
28. Lo que perdimos
29. Tal vez es tarde
30. Poder ancestral
31. Relish
33. Sin culpa
34. Sombras
35. No me sigas
36. Sangre de mi sangre [Final]
🧛 Nota de la autora 🧛
🩸 Epílogo 🩸
Extra 1: Lover
Extra 2: Aquella niña perdida
Extra 3: Ternura
Especial de Halloween 2023 [Parte 1]
Especial de Halloween 2023 [Parte 2]
🎨 Ilustraciones para FDC 🎨
😜 Memes 😜
📚 Otras historias de la autora 📚

32. Fugitivos

3.9K 410 184
By katiealone

Era casi como ahogarse, no podía definir la sensación. Sabía que su cerebro daba la orden para moverse, que su voluntad así lo quería. Pero estaba inmóvil, sintiendo como si todo el cuerpo se le resistiera. A su lado, José Alonso gruñó y gritó lleno de frustración. Y Lanslet no tuvo de otra que soltar sus espadas, ni siquiera podía sostenerlas. Lo único que les quedó a los tres fue ver como se llevaban a Arabella, Almeric, y Aliz.

"Aliz". Fue la seguridad de saberla en peligro lo que la empujó a correr como una desquiciada por ese bosque que empezaba a incendiarse, perdiendo la otra pantufla en el camino. Pero cuando llegó fue muy tarde, ella había caído en las garras de los enemigos. Incluso sus primos fueron atrapados, y de verdad que no soportó ver a la fuerte Arabella desmayada, vulnerable en las manos de ese... Ese... ¿Qué demonios se suponía que era? ¿Un brujo?

Para cuando al fin reaccionó y el cuerpo dejó de dolerle, ellos ya no estaban. Cuando pudieron moverse, los tres se cayeron por la fuerza que hicieron todo ese tiempo por intentar resistirse. Todo dentro de ella gritaba que tenía que ir tras los enemigos, hacer algo, lo que sea necesario. Pero el incendio estaba cada vez más cerca, una parte del techo casi se derrumba sobre ellos. Y las sirenas de los bomberos se escuchaban con claridad.

—¡Tenemos que irnos! —gritó Lanslet, haciéndose oír en medio de todo ese ajetreo.

—¡Pero tienen a mi madre! —respondió Alonso, desesperado—. ¡No puedo irme sin ella, no voy a dejar que la tengan!

—¡Si no escapamos ahora, no podrás hacer nada! ¡Vámonos! —respondió su primo, tomando al vampiro de un brazo y empujándolo a un lado.

Lanslet recogió sus espadas, y sin saber bien qué hacían o a dónde iban, empezaron a correr. Sin sentido al inicio, y luego solo con la certeza de que se perdían en lo profundo del bosque de los olivos. Lejos de todo, de las casas, de los testigos. Dejando atrás un desastre sin explicación, y cada vez más lejos de las personas que amaban. "¿Amaban? Claramente hablas de Arabella", dijo una parte de ella. Tampoco había tiempo para reflexionar en esos detalles. Solo corrían, y corrían. Tan lejos que pronto ya no escucharon nada. Al fin parecían estar a salvo.

Se detuvieron, cansados. Respiraron hondo, se miraron a sí mismos. José Alonso tenía sangre en la ropa, pero no parecía herido. Lanslet lucía bien. Y ella... Ella si estaba hecha un desastre. En medio de la adrenalina por escapar apenas había sentido dolor en sus pies descalzos. La bata se le había desatado, y tenía medio cuerpo desnudo al descubierto. Apenas fue consciente de eso, se cubrió, llena de vergüenza.

—Tranquila —le dijo José Alonso negando con la cabeza—. No me interesan las tetas, acá somos plancha quemada.

—¿Somos...? —miró de lado a Lanslet, este apenas se dio cuenta que hablaban de él.

—¿Yo qué...?

—Mi "Cabro-metro" nunca falla —añadió Alonso, muy orgulloso—. Y no te hagas, que acá triunfó el homosexualismo. Literal los tres somos unas cabras descarriadas.

—Por favor, solo cállate —le pidió su primo, lleno de fastidio. No confirmó ni negó nada, ¿y si no era mentira? Bueno, ese no era el tema prioritario, sino la desgracia en la que estaban metidos.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Danielle. Nadie respondió.

La chica apoyó la espalda contra el tronco de un árbol. Todo estaba a oscuras, solo se escuchaban los ruidos del bosque nocturno. Seguía agitada, sudaba, y estaba a punto de caer en la desesperación. Se habían llevado a su prima, a Almeric. Bueno, no es que por él sintiera especial afecto, pero al menos estuvo de su lado todo ese tiempo. Y a Aliz. La clara sensación de que ella seguía en peligro estaba presente, y eso solo la ponía más nerviosa. No tenía idea de lo que podían hacerle, ni como la paralizaron. Pero si sabía que los Edevane eran vengativos y retorcidos. Había pruebas de sangre de eso.

—La pregunta es qué va a pasar cuando lleguen los bomberos y vean a todos los vampiros tiesos —les dijo José Alonso. Y si, eso también le preocupaba. ¿Se acabó el secreto entonces? ¿Todos en El Sirada sabrían que existían los vampiros y que quizá su familia estaba involucrada?

—Ya se encargarán de manejar la crisis, como siempre —comentó Lanslet, quien parecía el más calmado de todos—. Aunque sí, creo que esta vez habrá escándalo, vídeos turbios y teorías de conspiración. El tema es que a estas alturas mi familia ya debe saber de la explosión, todas las propiedades Montagny están registradas y unidas en un sistema. Así que ya estarán pensando en hacer algo, y ojalá sea pronto.

—¿Quién hace eso? ¿Mi madre? —Lanslet asintió, y Danielle no quiso preguntar más. Suspiró, si ya había quien se encargara de ese tema, tenían que atender otras prioridades—. La verdad, eso no es lo que más me preocupa. Tienen a Arabella, a Almeric...

—A mi madre —completó José Alonso—. Y sí, fueron brujos. Había escuchado que los Edevane estaban de aliados con ellos, pero no sabía que iban a mandar a los suyos por aquí.

—¿Qué se supone que son?

—Pues los Relish —explicó el vampiro—. Descienden de los hebreos. Su magia es, bueno... Antigua, ancestral. Ya saben, se concentra en la palabra como parte de la creación, entre otras cosas.

—¿Cómo la cábala o algo así? —preguntó ella.

—La cábala es medieval, angelito. Ellos tienen una tradición más antigua, ¿entiendes? El Séfer Yetzirah y esas cosas.

—¿El Sefer-que?

—Tampoco es que sepa mucho, ¿eh? Solo digo, que tienen un poder antiguo muy fuerte, y no sé que les hicieron tus lindos creadores Dagger, que se la tienen jurada. Así que por ahí también quieren matar cazadores, qué sé yo. El punto es que al menos Jack era un vampiro de mierda al que Aliz le podía romper hasta el alma, pero con esos tipos...

—No creo que sean invencibles —les dijo Lanslet—. De alguna forma podemos detenerlos.

—Ajá, si. Mortales son, ni tan fuertes físicamente hablando. Un balazo como los que les gusta meter a ustedes, y adiós. Pero tienen sus métodos, ya saben. Y no sé qué quieren, por qué de pronto toman rehenes. Porque vamos, si quisieran matarlos, ya lo habrían hecho.

—¿Será que tienen planes distintos a los de los Edevane? —preguntó ella—. ¿Que los estén traicionando? —José Alonso la miró y se encogió de hombros.

—¿Cómo saberlo? Acá lo importante es recuperar a los rehenes. Y si alguien puede localizar a los brujos, son ustedes, los cazadores.

—Tenemos que volver a La planicie —contestó Lanslet—. Allá se concentra todo. Informaremos lo que pasó, se organizará la búsqueda y el resto será más fácil. O eso creo.

—Si, bueno, ¿y cómo nos vamos? —preguntó ella, cruzándose de brazos—. ¿Han visto donde estamos? ¿Lo que tenemos encima? Uno está lleno de sangre, el otro tiene espadas, yo tengo una metralleta y estoy media desnuda. Ni siquiera tenemos un maldito auto.

—¿Y no pueden llamar para que los recojan? —sugirió Alonso, pero Lanslet negó con la cabeza.

—Dejé mi celular en la casa, ahora es imposible regresar.

—Y yo también... —murmuró ella—. Además estaba con la pantalla rota, así que...

—Ustedes pierden celulares como quien pierda la dignidad llamando a su ex, ¿no? Ag, ricos —les dijo el vampiro, poniendo los ojos en blanco—. ¿Tienen monedas al menos? 

Lanslet metió las manos a los bolsillos de su pantalón, y sí, al menos había algo que no creía que sirviera para mucho. José Alonso lo imitó, y a pesar de haber estado prisionero, nadie le quitó las monedas que guardó. Las juntaron, y el vampiro las contó.

—Ah, qué mierda, solo nos alcanza para el micro.

—¿Para el qué? —dijeron los primos Montgany a la vez, como si se hubieran puesto de acuerdo. Dani jamás se había subido al transporte público, ni a nada que se le pareciera, y estaba segura de que era igual para Lanslet.

—No alcanza para más, ¿no escucharon? Es eso, o irnos caminando hasta La planicie, así que ustedes deciden.

—¿Cómo vamos a dejar que la gente nos vea así? ¡Estás loco! —exclamó ella. ¿Danielle en un bus? ¿En un bus con la bata sucia y sin zapatos? ¿En un bus con la bata sucia y sin zapatos, y acompañada de dos tipos con aspecto rarito? No, sin duda era una locura, y adiós a la discreción. Si es que se podía seguir pensando en eso.

—Mira, es más de la medianoche. A esta hora pasan pocas unidades, y todos los que suben están medio borrachos o drogados, hay otros locos calatos que llamarán más la atención. Así que déjense de tonterías y nos vamos, no quiero perder el tiempo —les reprendió Alonso. Bueno, tenía razón. A esas alturas no estaban para remilgos.

—Pero aún estás cubierto de sangre —señaló Lanslet. Como única solución, José Alonso se quitó la camiseta y quedó solo con pantalón y zapatos.

—Listo, un loco calato más. Y tú, no mires mucho que ahora sí te vas a enamorar —le dijo a su primo, este solo apartó la mirada y bufó.

—Sí que eres idiota, no estamos para esas tonterías.

—Habló el inútil que no tiene celular y no sabe tomar un micro. Esto déjamelo a mí, cielito. Vamos, síganme. Vamos a hacer el remake de "Los ricos también lloran".

Ninguno respondió, solo obedecieron las indicaciones porque tampoco tenían de otra. Estaba nerviosa sí, y no solo por lo que estaban por pasar, sino por los prisioneros. Por su Arabella. Bueno, también Almeric. Y Aliz. 

Aliz. 

No podía sacarse eso de la cabeza. No podía contener su angustia, y algo le decía que, si algo llegaba a pasarle a la vampira, lo sentiría también. Algo grave e irreversible de verdad, como la muerte. Y si eso llegaba a suceder, no sabía qué iba a ser de ella. Sin querer, se llevó los dedos a los labios. Cerró los ojos un instante. "Qué bueno que me besaste antes de irte", pensó, entre enojada y culpable.


*************


Abrió los ojos sintiéndose adolorida. Cuando despertó, tenía el rostro recostado sobre el piso helado y áspero. Se incorporó lento, y miró a los lados. Eso parecía una nueva prisión, aunque más arcaica. En realidad, no lucía como un lugar a donde la llevarían los cazadores. Se sentó con algo de esfuerzo, y miró al frente.

Alguien llevaba haciendo ruido hacía buen rato, pero con el dolor punzante que sentía en la cabeza apenas le prestó atención. Luego la miró bien, y la reconoció. Era Arabella, que se movía de un lado a otro, como una fiera inquieta. Y sí, eso era, una fiera atrapada y enojada, que no hacía otra cosa que intentar sacudir las rejas, y no lo lograba. Ni siquiera podía tocar esas malditas simples rejas baratas, lo cual le dio a Aliz una mejor idea de lo que pasaba: Les habían bloqueado la salida con magia.

En lo que parecía ser otra celda, al lado de Arabella, estaba el otro primo cazador. Quizá este también pasó por el enojo, pero ya se había rendido. Solo se sentó en el suelo, al borde de la reja, como si esperara que el hechizo se deshiciera en cualquier momento. Así que todos estaban atrapados, pero vivos. Ella no dijo nada, pero notó que ya estaba amaneciendo. Se preguntó si Jack estaba muerto, y si de verdad lo que escuchó cuando la torturaban fue hebreo antiguo. De ser así, entonces estaba prisionera del aquelarre Relish.

Las respuestas, por suerte, llegaron pronto. Desde la entrada de ese sitio, que parecía un hangar abandonado, una figura se hizo presente. Fue el mismo que la atacó, el brujo principal. Este avanzó despacio, tranquilo y confiado. Todos se pusieron de pie, y se acercaron todo lo que pudieron a las rejas. Esperaron, hasta que estuvo en medio de ellos.

—Así que al fin despertaron.

—¿Qué mierda quieres? —le increpó Arabella—. ¿Eso hacen los brujos ahora? ¿Lamerles el culo a los vampiros? ¿Meterse a joder cazadores?

—Bueno, muchacha, es una larga historia. Pero supongo que ya sabes quienes son nuestros aliados, quienes rompieron las reglas, y una lista de etcéteras que no vale la pena repetir.

—¿Y ahora qué? ¿Nos piensas entregar como ofrenda a los Edevane? —intervino Almeric—. Vamos a ver si después de esto salen vivos de El Sirada.

—No niego que el nuevo líder del clan estará muy complacido si se los llevo de regalo, pero en verdad no me interesa darle gusto a ese vampiro. —Aliz arqueó una ceja. Ajá, eso olía a traición.

—¿Y qué hay de Jack? —intervino ella al fin—. ¿No era él quien estaba a cargo?

—Era —repitió el brujo.

—¿Entonces lo maté? —El tipo negó, ella bufó con fastidio—. No me digas, si estaba bien cocido. La gente no se recupera de eso.

—Tal vez unos segundos más y sería irreversible. Ahora se está recuperando. —Aliz negó con la cabeza, pareciera que no entendía nada.

—¿No lo sabes acaso? Ya es irreversible. Tal vez pueda volver a ser un vampiro decente, pero nunca se va a recuperar, lo he destruido.

—Oh, no estaría tan segura. No solo es un vampiro resistente, es de los duros. Puede que le hayas dejado un daño, pero eso no va a detenerlo.

—Te recuerdo, brujo, que el daño lo hago con esto —le dijo, llevándose un dedo a la sien—. Así que no importa cuantas barreras me pongas, puedo hacerte lo mismo desde aquí si sigues empeñado en joderme.

—Y le recuerdo, señorita Drak, que fue usar sus dones lo que la trajeron a este punto. Su clan pagó un precio, y los antiguos vampiros que podían destruir a quien quisieran con solo una mirada, ya no existen. La prueba eres tú. Apuesto a que sientes dolor de cabeza, y eso no es culpa mía. Dudo que pueda usar otra vez su don, no tan pronto. Y no sin morir en el intento. —Aliz gruñó, el bastardo tenía razón. No pensó que un brujo Relish sabía tanto de su clan, pero al parecer se equivocó.

—Entonces —interrumpió Arabella—. Si no quieres entregarnos a los Edevane, ¿cuál es el punto de este encierro?

—El mundo ha cambiado, los intereses también. Y nosotros no tenemos por qué ser enemigos.

—Lo hubieras pensado antes de encerrarme, imbécil —escupió Arabella, pero el brujo solo sonrió.

—Me defendí, cazadora. Estabas disparando, eras imparable. ¿Qué otra cosa podía hacer? No me culpes. Yo solo digo que podemos ver todo desde otro ángulo, y no matarnos entre nosotros por culpa del pleito de los Dagger, los Edevane, los cazadores, y sus fronteras de caza. No se puede seguir existiendo así. El mundo y las ciudades no pertenecen a ningún clan, no debería ser así. Y ustedes, los cazadores, no pueden ir por la vida matando a cualquiera solo por existir.

—¿Y por qué no? —contestó la cazadora—. Me gusta.

—No te mientas. Nadie disfruta de una maldición. Ahora que estamos los cuatro aquí reunidos, solo tenemos que pensar un poco, y aprovechar lo mejor. Si hasta podemos ser aliados.

Nadie dijo nada por unos segundos. No hasta que Aliz intentó contener la risa, cosa que fue imposible después. Su risa se contagió a los cazadores, quienes estallaron en carcajadas. Y nadie pudo detenerse, tal vez por la tensión o los nervios que en el fondo sentían. Se rieron hasta cansarse, y el brujo no fue capaz de interrumpirnos.

—Ese delirio no te conviene, brujo —le dijo ella, cuando al fin pudo calmar sus risas—. ¿Aliados? ¿Enloqueciste?

—No, Drak. Ya te dije, el mundo está cambiando. —Esta vez la miró directo, y habló muy en serio—. Esto no es una sugerencia, vampira. Si quieres sobrevivir, no te puedes resistir al cambio. La reina escarlata ha renacido, la maldición de los cazadores puede desaparecer, los vampiros pueden existir de otra forma. Será un nuevo orden, y no puedes oponerte. Hazlo, y te arrebataremos lo que más amas. Y esta vez no serán juegos como los de Jack. Yo no vine aquí para eso. Vine con una misión sagrada que van a conocer a la fuerza.

Aliz tragó saliva, ya lo entendía todo. Sus padres le hablaron de eso antes de que dejara su clan. Le dijeron que el ciclo estaba por terminar, que el mundo sobrenatural era un gran tablero de ajedrez donde ya habían movido las piezas. Y ellos al parecer no eran otra cosa que peones.



****************

¡Buenas, buenas! Les dije que actualizaba antes de que termine la semana y #KatieCumple, por eso #VotePorKatie

¿Sabes algo de administración pública? Yo tampoco, por eso tienes que votar por Katie como tu candidata, al fin alguien como uno (?) Perdón me fui al carajo xdd

La semana ha sido un desastre la vdd, entre enfermedad, descanso médico, crisis existenciales, y más. Si no hubiera escrito como una desquisiada la semana pasada, no tendrían cap xd

¿Próxima actualización? Mejor no digo nada.



Continue Reading

You'll Also Like

87.2K 4.9K 100
Ian Harding y Lucy Hale interpretan a Ezra Fitz y Aria Montgomery en Pretty Little Liars. Esta historia es ficticia y se desarrolla durante y detrás...
212K 30.1K 27
Los hombres lobo y los vampiros no se llevan, ¿verdad? El vampiro debe estar perdido... Sí, en definitiva. Los personajes pertenecen a la escritora J...
89.4K 6.5K 35
Advertencia: Esta es la continuación de "The IMPERFECTS" por lo que contiene spoilers. Es necesario haber leído antes dicha historia. Segundo libro...
668K 49.9K 69
¿Rechazarías la compañía de la soledad cuando no puedes confiar en nadie más? La vida me mostró a temprana edad el verdadero rostro de la gente tras...