Monaco y la Familia Leclerc
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La universidad estaba siendo difícil en estos momentos, más aún si debía ir todos los fines de semanas a carrera por culpa de un castaño de ojos verdes y el contrato con una escudería.
Ya habían pasado cinco carreras, cinco carreras en donde todo seguía igual, salía con Charles, nos tomaban fotos, él volvía con su novia luego y yo me sentía usada pero bien pagada. Conocí mejor a los chicos Ferrari, mi obsesión por Carlos disminuyó, aunque no puedo decir lo mismo de mi hermana, Charles y yo nos llevábamos bien por momentos y luego nos odiábamos, esa era nuestra relación, en resumen, ya estaba agotada.
-No puedo creer lo afortunada que eres Ayla- dijo Luci mi amiga mas cercana en la facultad.
-Nah, ya lo veo como un simple chico- respondí tomando nota de la clase.
-Un simple chico!- gritó haciendo que toda la clase volteara, me hundí en mi asiento avergonzada- lo siento, no es un simple chico Ayla, es ardiente, famoso, rico, que mas puedes pedir?- susurró mas cerca de mi.
-Si gustas intercambiemos vidas, quiero volver a los fines de semana en casa viendo películas y comiendo chatarra- dije sin mas, en serio extrañaba quedarme en casa, no puedo decir lo mismo de Layla que ya quiere que llegue la siguiente carrera.
-Sería un sueño amiga, por cierto gracias por confiarme ese secreto- susurró más bajo.
Se que no debía decirle a nadie sobre eso, pero ella es confiable, ademas de molesta.
-Si, igual se que si lo divulgas no te creerán- levanté los hombros riendo y ella volteó los ojos.
-Igual no lo haré, me alegra que Charles siga soltero, mas oportunidad para mí- dijo ilusionada y reí internamente, si le dije que nuestra relación era falsa, pero claramente no le dije el por qué, no me arriesgaré a ser demandada por Ferrari.
-Es un idiota, no te lo recomiendo- solté guardando las cosas al finalizar la clase.
-Un idiota que quiero en mi vida- suspiró y fruncí la boca, no es gran cosa- lo verás esta semana?
-El sábado adivina en donde?- pregunté emocionada, lo único bueno de mi relación con Charles es viajar por todo el mundo y sin pagar un centavo- Monaco- sonreí emocionada
-No puede ser amiga, tienes que traerme algo de allá, cómo un bombón hermano de Leclerc- solté una carcajada por su petición.
Arthur Leclerc, un chico de 21 años con los mismos rasgos de su hermano pero a mi parecer más atractivo. Él también es piloto, de formula 2, siguiendo los mismos caminos de su hermano.
-Lo conoceré en Monaco- dije con cierta emoción- y a su mamá, no se para que si todo es falso pero bueno- suspire y ella sonrió más.
-Amiga eres una suertuda- me abrazó y dimos brinquitos, eso me agradaba de Luci, siempre se alegraba por mi, fuera lo que fuera.
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Viernes 27 de mayo 2022
Monaco, como describirlo...
Un lugar precioso, sus estructuras, las vistas, las personas, todo es irreal. El recorrido del aeropuerto al hotel fue tranquilo, quizás porque este lugar me relaja o porque estaba sin un Charles quejándose de cada cosa. Él al vivir acá no viajó a ningún lado, al igual que no se quedaría en el hotel, no pasaría tanto tiempo con él lo que me tranquilizaba.
O eso creía hasta que en el hotel Mary se subió al taxi y dictó otra dirección al chofer.
-Mary, a donde vamos- pregunté a su lado mientras ella se acomodaba el cabello con un pequeño espejo que sacó de su caro bolso.
-A la casa de Charles- soltó tranquila ahora retocando su labial.
-Oh cenaremos allá?- habló Layla sonriente, rogaba que no fuera eso.
-No vieron el correo?- negó lentamente al vernos negar con la cabeza- se quedarán allí el fin de semana.
-Que?- gritamos al mismo tiempo mi casi gemela y yo, con la diferencia que ella grito con alegría y yo con horror.
-Si, por que no? Es una casa grande, cómoda, y conocerán a la familia Leclerc, que chica como ustedes no quisiera eso?- dijo obvia, esto fue peor de lo que pensé.
-Una chica que no conoce a Charles y sus idioteces- susurré y ella me miró mal
-Que dices, es increíble- dijo Layla arreglándose al saber a donde iríamos- estará Arthur?
-Así es- dijo sonriente- tu puedes acercártele, pero tu no- me señaló.
-Yo por que no?- pregunté cruzando los brazos.
-Porque no quiero que pase lo mismo que con Carlos, tú solo hazme caso- dijo y levantó la vista al ver que el auto se detuvo- llegamos chicas.
La casa era linda, no era gigante, tenía un tamaño perfecto, con grandes ventanas y mucha iluminación, dos pisos con un pequeño estacionamiento a un lado, al fondo se podía ver una piscina en la parte trasera, podría decir que era la casa de mis sueños.
-Wow- dijo Layla al bajar del taxi mientras nos acercábamos a la entrada.
-Compórtense- dijo Mary como una madre a sus hijas- y Ayla no se si sabes pero la mamá de Charles cree que...
Mary fue interrumpida cuando la puerta fue abierta y una señora rubia apareció en nuestro campo de visión con una gran sonrisa.
-Oh que belleza de niñas- dijo sonriente- cual es Ayla?- preguntó emocionada y el oxígeno abandonó mis pulmones.
-Ella- me señaló rápidamente Layla y la quise matar.
La señora saltó a mi con una abrazo fuerte y lleno de cariño, se sintió tan bien e incómodo a la vez.
-No sabes cuanto esperé conocerte, soy Pascale la mamá de Charles- dijo aún con una sonrisa- pasen pasen que los chicos ya están en la mesa- me llevo del brazo mientras Layla y Mary nos seguían riendo bajito a mis espaldas, las mataré.
-Sabe de mi?- pregunté mientras caminábamos por el largo pasillo a la cocina supongo.
-Claro que si cariño, como no lo iba a saber? Se trata de mi hijo consentido- sonreí, entonces si sabía del trato, por que actuaba tan cariñosa?- sabías que yo aún le corto el cabello, una divinura mi hijo- rió feliz y me contagió
-Mamá quien era- dijo esa voz que estaba cansada de escuchar, al verme su rostro palideció un poco- Ayla- sonrió forzado aunque su madre pareció no notarlo.
-Hijo que esperas? Ven y saluda como es debido a tu novia- habló la señora Pascale soltándome el brazo dándome un pequeño empujón hacía su hijo.
-Hola amor- sonrió acercándose a mi y yo lo miré como a un loco- no sabes cuanto te extrañé- me tomó de la cintura y me abrazó con un beso en la mejilla.
-Que haces?- susurré al estar abrazados.
-Por favor sígueme la corriente- me imitó alejando su cuerpo de mi- ven te presentaré a mis hermanos.
Me tomó de la mano nerviosamente y me llevó hacía la mesa, al levantar la mirada noté que habían más personas allí, Charles me presentó a Arthur su hermano menor quien sonrió ampliamente hacía mi y me guiñó un ojo lo que me hizo reír, luego me presentó a Lorenzo el mayor, el se levantó tendiendo su mano hacía mi y luego me presentó a su esposa Charlotte que fue muy amable también.
Mi hermana también se presentó con ellos y luego de ya conocernos todos estábamos en la mesa cenando pato a la crema, jamás en mi vida pensé que comería pato y menos a la crema, miré a mi hermana de reojo que al parecer pensaba lo mismo que yo ya que rió bajito.
-Charles cariño- habló Pascale llamando la atención del castaño- puedes ir con Ayla por el postre a la cocina?- el asintió con una sonrisa y me tomó de la mano llevándome con él.
-Tienes mucho que explicar, cariño- dije fingiendo el tono de su madre con el apodo, ya en la cocina soltando su mano de un golpe.
-Te lo explicaré todo, pero no me delates- susurró suplicante.
-Se supone que sólo seríamos novios con la prensa, tu familia no entraba en el contrato idiota- susurré mas cerca de él con el refrigerador abierto mientras tomábamos el postre, que se veía delicioso .
-Es que es complicado- soltó y entró a la cocina Arthur con una sonrisa.
-Por qué tardan tanto, necesitan ayuda?- preguntó acercándose a nosotros aún con su extraña sonrisa.
-No Arthur estamos bien tranquilo- dijo Charles con molestia.
-No hermanito tranquilo, yo llevaré los platos con Ayla y tu lleva el pastel- dijo lanzándome una mirada empezando a buscar platos en el gabinete de la cocina.
Charles suspiró y tomó el pastel saliendo de la cocina dejándome sola con su hermano, sonreí en cuanto volteó hacía mi dándome los cubiertos para el pastel.
-Mi hermanito tiene muy buenos gustos cuñada- sonrió pasando a mi lado con los platos y me sonrojé al instante, no estaba acostumbrada a estos comentarios y menos de este tipo de personas.
Lo seguí hasta la mesa y puse los cubiertos en ella, me senté de nuevo en mi silla con un Charles mirándome muy sonriente para mi gusto.
-Ya te extrañaba amor- dijo y aguanté con todas mis fuerzas no soltar una carcajada con ese comentario, volteé hacía Layla y estaba igual que yo, incluso Arthur quería reír.
-Tan lindo mi vida- fue lo único que dije volteando a verlo aún aguantando la carcajada.
La cena continuó bien, esta familia era muy divertida, siempre tenían un tema de conversación para hablar y las risas no faltaban, incluso Charles se sentía diferente estando con ellos, hablaba más y reía aún más, parecía otro, Mary se fue después del postre deseando que la pasáramos bien el fin de semana mientras yo sólo quería que me llevara con ella, que debía hacer ahora, dormir con Charles?
Un sueño o una pesadilla?
Luego del postre y despedir a Lorenzo y su novia, Pascale me llevó a la sala de estar mientras sostenía un gran álbum en sus manos, sabía lo que vendría, fotos de Charles bebé.
-Bueno linda- sonrió acomodándose a mi lado- es hora de que conozcas el álbum familiar de Charles, lo adorarás- dijo sonriente y asentí.
-Seguro que si señora Pascale- le sonreí de vuelta.
-Nada de señora- me apuntó con su dedo y luego abrió el libro en su mano- lo organicé desde los primeros días de Charles hasta lo más reciente, su victoria en Italia- sonrió enternecida.
Me fue mostrando foto por foto y en cada una se veía más tierno, al llegar a la foto de un Charles de 4 años en una pequeña bañera solté una carcajada que llamó la atención del piloto y se acercó curioso.
-Que hacen?- me miró entrecerrando los ojos y sonreí con inocencia.
-Nada- respondí rápidamente aguantando las risas.
-Estamos viendo tus fotos de pequeño hijo- respondió Pascale con una sonrisa- eras una preciosura cariño.
-Si amor, divino- sonreí más ocultando la carcajada en mi garganta, recibiendo una mala mirada de su parte.
-Mamá te dije que no hicieras eso- se tapó la cara ligeramente y reí con ternura.
-Déjate de boberías- lo regañó- mejor siéntate junto a tu linda novia y veamos tus fotos- el chico hizo caso a las ordenes de su madre y se sentó a mi lado.
Las siguientes fotos eran mejores que las anteriores, Charles con disfraces, comiendo, con sus hermanos, una de mis favoritas fue en la que tenía un pequeño mono amarillo de carreras, casi igual a mono de ferrari por sus 75 años, le tomé una foto discretamente, Charles lo notó y sólo me miro elevando levemente sus comisuras.
-Ahora mi parte favorita del álbum- dijo Pascale- cuando mi Charles entró a ferrari.
No podía negar que Charles fue lindo desde pequeño, sus lindos ojos y sonrisa dulce seguía allí, sólo que ahora con una ligera barba y músculos.
-Fue muy lindo ver ese álbum- sonreí ante la rubia a mi lado que asintió tocando su pecho.
-Mis hijos son mi tesoro más preciado- dijo y la miré con cierta nostalgia, Charles tenía mucha suerte.
-Eres la mejor ma- habló Charles a su madre- puedes decirle a la señora Hilda que prepare las habitaciones?- su madre asintió y luego de dedicarme una sonrisa se levantó del sofá.
-Leclerc eras adorable- reí enseñando las fotos en mi celular.
-Ni una palabra- me apuntó y reí aún más.
-Al menos se que un hijo contigo saldría precioso- sonreí arreglando mi cabello.
-Acaso quieres un hijo conmigo?- tocó su pecho sorprendido y negué rápidamente dándome cuenta de mis palabras.
-No no quise decir eso- me excuse con rapidez y negó riendo.
-Te he descubierto Walker- se levantó del sofá con una sonrisa.
-Que no he dicho eso- me levanté intentando llegar a su altura.
-Esta bien- sonrió tranquilo.
-Esta bien- lo miré levantando la cabeza para llegar a su nivel, hasta ahora noté lo cerca que estábamos.
-Lindos hoyuelos- me miró tranquilo y arrugué el ceño.
-Que hoyuelos?- pregunté confundida.
-Los que se te hacen cuando sonríes- bufe ignorando su halago, solo molestaba.
-Seguro- me crucé de brazos desde mi lugar.
-Nuestro hijo tendrá tus hoyuelos- se burló y lo golpeé.
-Charles!- este rió mientras levantaba sus manos en rendición.
-Ya ya- dijo entre risas- si eres amargada.