Un día entre semana.
Tirado en mi cama, pensando en qué diablos iba a hacer.
El tiempo había volado desde que Isla y yo nos besamos, había pasado todo un mes. Nos seguíamos evitando, pero en mi mente rondaban tres cosas.
Sus besos.
Lo enamorado que estaba.
Su ausencia en mi vida.
Ninguna de las tres cosas parecía relacionarse entre sí, pero me afectaban como no tenía idea.
Ese día habían cancelado mi clase de la tarde porque mi profesor se había enfermado y yo fui directo a casa para hacer algo que no había hecho hace demasiado tiempo. Tirarme en mi cama a escuchar la playlist que Isla siempre ponía y sentirme miserable en el transcurso de cada canción, la de ese instante era "Es Que Yo Te Quiero A Ti" igual que con las otras canciones de Isla, no comprendía en su totalidad la letra, pero el ritmo me obligó a buscar traducciones para sentirme más miserable, si es que eso era posible.
Ahora sabía un poco sobre el pasado de Isla, sabía que yo le había gustado a ella primero, pero nunca hizo nada. Sabía que, aunque yo no la veía como mujer ella sí me veía como un hombre, uno que tal vez nunca la notaría y eso me hacía sentir torpe.
Tal vez por eso Isla me dejó besarla, quizás esa era la razón por la que en mi carro me pidió que la besara.
Sus ojos marrones.
Su cabello.
Su piel canela.
Cómo extrañaba que esos bellos ojos me miraran con inocencia, que se entrecerraran cuando sus labios se curvaban para formar una sonrisa, que me dedicaran una galaxia entera que era la más bella y pura que mis ojos alguna vez hubieran visto. Extrañaba el olor a chocolate de su cabello cada vez que me abrazaba, la manera en que siempre lo recogía en un peinado diferente de acuerdo con su humor del día y el tiempo que tenía por la mañana. Extrañaba esa electrizante sensación que corría por mi cuerpo cada vez que su piel rozaba con la mía.
Mi Isla era magnética y yo solo me estaba dejando llevar por lo que mi corazón parecía siempre haber estado sintiendo.
Su sonrisa.
Sus abrazos.
Que me llamara gatito.
Apenas hace unos días, cuando conversaba con Nam Joon y con Michael, ambos se habían percatado que Isla no era un gusto momentáneo. Nam Joon dijo que siempre me vio interesado, pero que nunca me tomó en serio por lento. Michael dijo que tenía el sueño de que algún día me diera cuenta en la insana atención que le ponía a Isla. Lo negué todo hasta que empezaron a hacerme preguntas.
" - ¿cuál es su artista favorito?
- no tiene uno
- ¿cuál es su color favorito?
- el morado, pero no tiene suficiente ropa morada
- ¿por qué usa delineados?
- la hace sentirse más poderosa, pero cuando se siente dulce y suave solo se riza las pestañas
- ¿qué hace si se siente mal?
- me llama, mira Bluey o abraza a Laika con Gorillaz de fondo
- ¿por qué sabes todo eso? – "
Porque le prestaba demasiada atención.
Nunca supe por qué Aria decidió estudiar psicología clínica, pero sabía que Isla había escogido la carrera porque adoraba encontrar una solución a los problemas de los demás. No sabía por qué Ami comía los vegetales antes que la carne, pero sabía que Isla siempre probaba todo lo que había en su plato y luego empezaba a comer en orden desde el que menos le gustaba, hasta el que más le gustaba, siempre acompañándolo con su hábito de "echarle sal imaginaria a la comida". Incluso eso, no sabía los hábitos de nadie más, solo los de ella.
Siempre le prestaba más atención de la que debía.
Por eso sabía lo que le gustaba, lo que le molestaba, lo que la hacía feliz, lo que la incomodaba.
Yo sabía leerla a la perfección.
Pero, aun así, estaba ahí en mi cuarto lamentándome por no darme cuenta antes de lo mucho que ella llamaba mi atención.
Quizás también por eso sentía ganas de mirarla, incluso si solo era de lejos, parecía como si eso alimentara mi felicidad de cada día.
"Alerta de pizza desastrosa" leí en el grupo, enviado por Isla "att. Ami" negué con mi cabeza mientras suspiraba algo aliviado y preocupado al mismo tiempo. Esa situación entre Ami y Michael no se resolvía y el hecho de que Michael fuera a casa de Ami también, me tenía con los nervios de punta, porque en mi mente, eso no iba a hacer más que empeorar las cosas.
Pausé la música de mi celular, tomé las llaves de mi auto, de mi casa y salí cerrando la puerta.
"Isla está ahí" pensé y analicé todo en el ascensor. Tal vez todavía no era un buen momento para vernos, Isla querría más tiempo para pensar las cosas y yo no tenía idea de cómo reaccionar cuando la viera.
No importaba, Ami nos quería a todos ahí y yo le llevaría sus litros de helado.
Conduje hacia la casa de Ami y una vez cerca empecé a buscar tiendas para comprar helado de choco-menta, ese extraño sabor que tanto le gustaba a mi amiga. Encontré 3 tarritos de un litro en una tienda y tomé los tres. Después me puse en la fila para pagar.
Fuma.
No.
Fuma un poco.
No.
Fuma.
Compré una cajetilla y un encendedor para el camino también. Dejé en mi auto el helado y prendí un cigarrillo antes de entrar. No había fumado en un par de años, pero en ese momento sentía como mi mente se convertía en un desastre que no hacía más que nublarme la vista y yo solo quise despejarme de todo.
A Isla no le gusta que fume.
Fuma.
Ella se molestará conmigo porque apestaré.
Fuma maldita sea.
Pasé un par de cuadras, ya estaba llegando al edificio de Ami y ahí vi a Isla, estaba recibiendo la pizza que tal vez ella pidió. Llevaba un pantalón deportivo suelto y una camiseta de tirantes que dejaba ver los tatuajes en sus brazos.
Apaga el cigarrillo ¡IDIOTA!
- Isla -le grité desde la ventana y ella me miró justo antes de entrar al edificio, noté como se tensó, mi cuerpo también se tensó
Me arrepentí de llamarla, pero verla acercarse después de titubear me hizo entrar en pánico, seguro mi auto apestaba a mi delito.
- hola -dijo algo tímida desde la ventana
- hola -dije
No esperaba que las cosas fueran tan incómodas, pero había pasado un mes entero en el que no nos habíamos visto, ella se veía igual de hermosa que la vez que la dejé en su casa, sus ojos brillaban como dos estrellas y su cabello suelto la hacía ver preciosa.
Mi corazón no dejaba de latir de la emoción por verla.
- sube -tartamudeé- es decir, si quieres -me corregí- voy a entrar, así vamos juntos
- claro -dijo igual de distraída que yo
Abrí su puerta desde adentro y ella subió, cerró la puerta y nos quedamos un momento en silencio mientras el guardia nos abría la puerta del parqueadero.
- ¿tuviste un mal día? -preguntó y yo la miré de reojo, ella ya había visto la cajetilla de cigarrillos en mi auto
- no, es solo que, tenía muchas cosas en la cabeza -dije y ella asintió con la cabeza, pero no estaba molesta, mucho menos emitió comentario respecto al aroma de cigarrillo que se empezaba a mezclar con el de la pizza.
Bajamos hasta el estacionamiento de visitas y las palabras querían salir de mi boca, nada más. Quería decirle que me gustaba, que quería que nos diéramos la oportunidad de conocernos como pareja y no solo como amigos, quería decirle que estaba dispuesto a lo que ella quisiera.
- Isla -la llamé
- Mimi está sola -dijo de inmediato y bajó de mi auto
Me sentí herido porque pensé que el tema quedaría en el olvido, pero que Ami estuviera sola era un peligro completo porque tal vez se terminaría las botellas de vino que guardaba en su lugar secreto.
Llegamos al piso del departamento de Ami en silencio, solo para escuchar la voz de Michael desde adentro y apresurar nuestro paso.
Ambos cantaban canciones en el karaoke, Ami estaba echa un completo desastre, se notaba que no se había bañado en días y que estaba alcoholizada hasta no poder más con su vida. Michael no parecía darse cuenta de ello y si lo hacía, él no quería decir nada tampoco.
Conseguí que Ami se sentara y dejara de tomar de su reserva oculta de vinos e Isla consiguió meterla a la ducha y darle un baño, incluso si eso terminó en Isla con su cabello y blusa empapadas por las salpicaduras, pero Ami estaba limpia y tenía ropa fresca, un short y un hoodie que Michael le había regalado.
- ¿qué pasó Ami? -le pregunté, pero ella no estaba en sus sentidos
- no estaba así cuando bajé por la pizza, Michael ¿qué pasó?
- me quitó la botella de vino
Ami nunca se quedó sola, Isla sí me evitaba.
- será mejor que descanse un poco -dije mientras guardaba todo el desorden que había en la cocina
Los platos y vasos me hacían percatarme del hecho de que habían estado ahí un buen tiempo, quizás Isla no había querido realmente que viniera y solo estaba incomodando ahí, pero Michael tampoco era de demasiada ayuda, así que supuse que estaba bien si me quedaba para asegurarme de que Ami estuviera bien.
- eso creo -dijo Isla
Entre Michael y yo cargamos a Ami a su habitación, la recostamos de lado por si acaso quisiera vomitar y nos aseguramos de que nada de lo que estaba cerca fuera peligroso para ella y nos sentamos todos en el sofá.
- mierda -dijo Michael mirando su celular- chicos debo irme -mencionó algo molesto y nosotros asentimos
- gracias por venir -dijo Isla y él asintió y salió del departamento
No quise forzar un conversación con Isla, así que preferí levantarme del sofá y ver cómo estaba Ami, ella dormía tranquila, pero muy ebria y eso me preocupaba al mismo tiempo que me hacía pensar que Ami necesitaba mucha más ayuda de la que podríamos darle.
Su amor por Michael había convertido en algo enfermizo.
- ¿qué le pasó? -finalmente pregunté
- hace un par de horas me llamó y dijo que estaba muy triste, cuando llegué estaba terminándose una botella de cerveza -dijo Isla
- ¿fue por Michael?
- al parecer, todas estas veces han sido por Michael -dijo mientras caminaba hacia la habitación
Ambos estábamos apoyados sobre el marco de la puerta y mirábamos a Ami. En serio quería hablarle a Isla sobre nosotros o que por lo menos me diera un indicio de qué iba a pasar con nuestra amistad. En su lugar, Ami se despertó y se levantó de la cama. Isla y yo intentamos ayudarla a recostarse, pero ella botó a Isla al piso y me empezó a empujar fuera de su habitación.
- Ami basta -le dije tomándola por los hombros, pero ella no se quedaba quieta
- es un idiota Yoon Gi -chilló molesta y me dio una cachetada que me dejó desconcertado
Vi que se dirigió a la cocina, pero también vi que Isla no se levantaba del suelo, entré por ella y la ayudé- ¿estás bien?
Asintió con la cabeza- solo me arde el brazo -dijo con una sonrisa falsa
Ambos salimos de la habitación de Ami, solo para encontrarla abriendo todos los cajones de su cocina con rapidez.
Isla se dio cuenta mucho antes que yo y empezó a alarmarse- Yoon Gi, dale un abrazo de oso, tiene que quedarse quieta -dijo rápido y yo hice lo que me dijo
Ami no paraba de moverse y quejarse, no comprendía por qué, me clavó sus uñas en el brazo, fue un ardor tremendamente horrible, pero no la solté, mucho menos cuando me di cuenta de que Isla me abrió la puerta del departamento y me dijo que debíamos salir con Ami.
Isla cerró el departamento de Ami con llave y corrió al ascensor, yo intenté seguirle el paso con Ami que paulatinamente dejaba de forcejear. Una vez dentro, Ami se desvaneció, sentí todo su peso ir contra mí y me equilibré lo más que pude.
- ¿se desmayó?
Isla asintió- tenemos que llevarla a un hospital -dijo y yo asentí
Isla se sentó con Ami en el asiento trasero y yo salí disparado al hospital más cercano.
- ¿qué intentaba hacer?
- buscar un cuchillo
- ¿cómo lo supiste? -ella negó con la cabeza
" - le hicieron toda clase de exámenes y tratamientos, pero se les olvidó lo más importante -tocó su cabeza dos veces- creo que para cuando Isla iba cumplir los 15 tenía más intentos de suicidio que ropa en su closet "
Por eso lo sabías ¿no es así?
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Nota de autora:
Hola queridas lectoras,
Lamento muchísimo haberme retrasado toda esta semana para editar el capítulo, pero en estos pocos días me ha pasado de todo y la verdad me sentía bastante bajoneada para editar algo o escribir y bueno, ayer cuando pensaba retomar todo me enfermé :p pero ya estoy mejor así que solo espero recuperarme completamente hasta mañana jejej.
Agradezco mucho el apoyo que le están dando al libro y que le den la oportunidad de ser conocido por más personas.
Como algo corto antes de cerrar esta pequeña nota quiero dejarles este pensamiento que he llevado conmigo desde el lunes de la semana pasada, que fue cuando se desató el holocausto.
"Las personas somos efímeras, nuestra existencia misma lo es, buscamos alcanzar metas, comprar cosas, pero a veces olvidamos la felicidad, olvidamos el amor. Abrazar a una persona para volver el tiempo más lento es un talento único que tenemos, decir te quiero a un amigo o un familiar nunca está de más y gozar del tiempo que tenemos con cada ser humano que ha pasado por nuestra vida es único, porque no sabemos cuando ese tiempo puede acabar"
A diferencia de las otras veces que me retrasé con un capítulo, esta nota quiero que perdure, no porque duela, sino porque es una herida que sé que está cicatrizando, pero siempre se quedará conmigo en cada paso de mi existencia.
Una vez más les agradezco su apoyo y espero pasen muy bonito sus días, la vida es bonita, pero a veces nos toca romantizarla un poquito para que no se vuelva pesada.
Muchos besitos y abrazos.
Tiramisú-