Habían pasado 3 horas desde que aquella chica la traje con Gustav. El chico que la secuestro se encontraba en la sala sentado en el sillón en las manos una taza con café junto con su amigo a lado mío.
-Ella no puede morir.- habló el chico tomando un sorbo de su café.
-Lo siento pero no sé cómo reaccioné su cuerpo y si pueda seguir.- lo miro dándole palmadas en su espalda.
-¡Has lo que puedas Gustav!, Si ella muere todos moriremos..-aquel chico dejo de acariciarlo para levantarse y caminar hacia el cuarto.
-Hare lo posible Bill..- suspiro y entro al cuarto cerrando la puerta tras el.
Gustav
En cuanto entre al cuarto caminé hacia la camilla en la cuál estaba, sus ojos cerrados. Las máquinas marcaban su pulso bajo y respiración por igual, tome unas pastillas disolviendolas en agua para pasarlas en el suero que corría en sus venas. Sabía que si ella no se recuperaba el jefe nos mataría a todos en un dos por tres, porque nunca se pude perder una mercancía.
Después de un rato al darle aquel medicamento las máquinas marcaban su pulso más rápido mientras su respiración se hacía más rápida en cuanto vi eso estaba satisfecho caminé a la puerta y salí de aquel lugar.
[...]
Megan
Podría decir que había segunda vida después se morir o bueno ese era mi presentimiento en esos momentos, podía sentir nuevamente como respiraba, sentía como mi corazón palpitaba pero no sabía en donde me encontraba mis ojos me pesaban mucho para abrirlos pero hice lo posible.
Al abrirlos pude ver un cuarto blanco con luces blancas apuntado a mi rostro y cuerpo, mios ojos ardían de tanta luz en esos momentos y al acercar mi mano pude ver una aguja clavada en ella con una manguera transparente la cuál colgaba desde una parte de arriba la cual seguí para encontrar una bolsa de suero.
-Mierda..- trate de moverme pero me sentía débil.
Pude escuchar pasos para entrar a la habitación y ver una silueta alta la cuál mientras se acercó pude ver un chico con pelo castaño.
-Hasta que despiertas.- dio una sonrisa.
-¿Quién eres?¿Qué hago aquí?- di una expresión de disgustó.
-¿Recuerdas algo?- me miró fijo a lo cual negué. -Espera- camino rápido a la puerta para hablarle a alguien -¡Bill ven acá!- en cuanto le hablo pude ver como dos personas se acercaban. -¿Lo conoces?- me señaló al chico pelo negro.
-Lo siento pero no conozco a ninguno..- los mire sin entender nada.
-No te preocupes, estás bien. Iremos por algo para que comas- empujó al chico frente a el para salir de la habitación dejándome sola nuevamente ahí.
Bill:
Me sentía feliz al ver qué la chica había despertado pero me intrigaba el que ella no recordara nada
-¿Qué pasa?- mire a Gustav con una mirada sería.
-Ella no recuerda nada.. pero puede que valla recordando con el paso del tiempo. No podemos hacer nada por el momento si no se va a alterar y le puede afectar..- camino a la cocina en busca de la comida para la chica.
-¿Cuando me la puedo llevar?- camino tras el.
-Dos días.- dijo serio.
-Joder Gustav sabes que Tom se va a alterar.- lo tome de los hombros haciendo que este me viera.
-Eso o que muera, Bill.- se quitó del agarre para seguir con la comida.
-Hablare con Tom entonces.- salí de la habitación para salir de la casa y subirme al auto manejando hacia Tom.
Mientras manejaba iba muy rápido hasta que sentí que llegue al punto de empujar tanto el pedal hasta no poder más, iba sosteniendo el volante apretando tanto que mis nudillos se volvían blancos, al llegar a dónde se encontraba Tom frene tan fuerte que rechinaron las llantas sacando humo por igual.
Cuando entre pude sentir como el ambiente se hacía tensó, caminando hacia la habitación donde pude escuchar a Tom hablando por teléfono.
-Bill, que bueno que te veo- se acercó a mi serio. -¿Y la chica?- miró tras mi para luego mirarme a los ojos.
-De eso quería hablar Tom.. ella está grave la llevé con Gustav, está sufrió de una sobredosis eso fue antes de que la encontrara estaba alcoholizada y drogada.- lo vi y luego baje la mirada. -Gustav hizo lo posible para que siguiera aquí, solo que para que se recupere completamente serán por dos días..- me aleje un poco de el.
-Dos días Bill, si no la traes te mataré yo mismo.- hablo casi gritando para luego soltar un suspiro y salir del cuarto dejandome solo parado e inmobil.
Salí del cuarto al pasar un rato caminando hacia la salida pero me estuve justo cuando escuché sonidos salir de un cuarto, no me había dado cuenta que Tom estaba en este junto a una chica.
-¡Tom más rápido!- aquella gemía para que después se escucharán unas embestidas fuertes y está gritara gimiendo.
-No tendré piedad Sahara- escuché a este decir mientras escuché pasos al levantarse de la cama.
-Tomi ven conmigo- ella hizo una voz de tristeza. -¡No espera, yo me portaré b..!- se quedó en eso cuando pude escuchar el gatillo de una arma y luego escuchar un balazo.
Me arrepentí de haber escuchado todo, ahora estaba así corriendo para salir de ese lugar dirigiendome al auto para cuándo estuviera ahí, pude sentir como mis lágrimas bajaban a mis mejillas y no me podía controlar. Lloraba por miedo, Tom había matado a una chica inocente justo después de que le dijera que la mercancía estaba mal, sabía que todas las chicas que traía aquí solo ayudaban a complacerlo y justo después de que este quedará satisfecho con ellas lo más probable era que las matará o que las traficara para que se volvieran putas.
[...]
Megan
Después de que aquel chico me trajera de comer agradecí y comí lo más rápido que pude, mi panza lloraba de todo el rato que la había dejado sin comer.
-¿Cómo te sientes?- dijo el chico sentado al otro lado de la habitación.
-Bien- di una sonrisa -¿Me podrías decir quién eres?- dije bajando el volumen de mi voz para luego mirarlo.
-Soy Gustav soy doctor. Llegaste aquí muy mal y hice lo posible para salvarte y aquí estás- me dio una sonrisa mientras se acercaba a la camilla donde se encontraban mis pies. -¿Tu eres?-
-Soy Megan.. solo recuerdo hasta haber estado con mis amigos festejando el cumpleaños de una amiga. Pero bueno, tengo 19 años.- mire al chico el cual me miraba detalladamente cada cosa que salía de mi boca.
-Un gusto Megan- estiró su mano para que después yo llevará mi mano a la de el y la estreche. -Me da gusto que vallas recordando cosas, así te podrás ir de aquí más rápido. Al rato te haré unos estudios y podré decirte cuando te irás.- dio una sonrisa para luego alejarse y salir de la habitación.
Había pasado un rato donde yo me quedé sola pero alguien entro, era el chico de pelo negro. -Hola Megan- se acercó a mi dándome una sonrisa.
-Hola, ¿Tu eres?- hablé sería por no saber quién era.
-No te preocupes si no me conoces, no tuvimos el tiempo de presentarnos antes. Soy Bill, te encontré en la carretera ayer en la noche o madrugada estabas sola y te encontrabas mal.- hice una mueca al no entender cómo estaba mal. -Estabas drogada..- dijo este para luego mirar mi mano la cuál se convirtió en puño.
-Tranquila Megan- dijo Gustav entrando a la habitación con algunas cosas. -Estas bien créeme.- se acercó a mi mientras ponía unas cosas en mi brazo para checar el como me encontraba. -Buenas noticias, Megan mañana te podras ir- dijo expresando una emoción de alegría.
-Uh, Gracias- me emocioné, ya no me sentía mal como antes ahora me sentía cada vez más saludable y con más fuerzas que antes.
-Bill, será mejor que la dejes descansar. Tiene que dormir para mañana estar dispuesta a irse por la mañana- Gustav tomo a Bill por el hombro mientras los dos caminaban a la salida. -Buena noche Megan- salieron de el cuarto cerrando la puerta tras ellos.
Estaba feliz por poderme ir mañana así que cerré mis ojos para tratar de dormir cosa que fue muy fácil. Estaba dormida hasta que soñé con alguien que no conocía o no recordaba.
-No quiero. Ahora este será tu hogar- su voz se empezó a distorsionar.
-¡Déjame ir!- fue la última palabra que pude decir para que terminara el sueño. Me desperté de un fuerte golpe, estaba sudando otra vez y temblando de miedo, mire a mi alrededor pero pude darme cuenta que solo era un sueño, respire profundo tratando de tranquilizarme para luego quedarme viendo en un espejo que se encontraba ahí.
En cuanto me mire pude ver aquellas ojeras en la parte baja se mis ojos las cuales pintaban suave y mi piel era blanca junto con el rubor rosa en mis mejillas y naríz.
Escuché pasos para entrar a la habitación era Gustav con Bill.
-Buen día, ya estás despierta- Gustav me dio una sonrisa para acercarse a mi mientas Bill se quedó parado a una distancia. -Voy a quitar está ajuga. Dolerá un poco pero es normal, te pondré una bendita para que no pase nada ¿De acuerdo?- me miró a los ojos a lo cual asentí, cerré mis ojos y pude sentir un dolor saliendo de mi mano. -Listo Megan- abrí los ojos para luego mirar a este quien se había alejado a dejar a la basura lo que tenía.
Bill se acercó a mi dándome una muda de ropa. -Gustav te dirá donde te puedes bañar y te cambias con eso.- me miró serio para luego alejarse de ahí.
Me levanté con la ayuda de Gustav para poderme dirigir al baño y quitarme la bata que traía puesta, le agradecí a Gustav para luego cerrar la puerta. Abrí la llave y temple el agua para poderme empezar a bañar, agradecí la sensación de que me pudiera bañar porque me encontraba toda sudada. Cuando termine me cambié con la ropa que Bill me había dado la cuál era un shot negro junto un top negro y una camisa blanca grande, unas botas negras con tacón. Cuando salí de aquel lugar trate de arreglar un poco mi pelo con mis dedos.
-Ya estás- dijo Gustav tras de mi a lo cual volteé.
-Gracias por todo Gustav.- di una sonrisa la cuál fue recibida con una por igual la de Gustav. -Hasta luego- caminé hacia Bill el cual lo noté en la entrada abiendo la puerta para salir y ambos dirigirnos al carro, el iba a la parte del conductor y yo iba a entrar a la parte trasera.
-Megan, enfrente.- hablo este serio mientras se subía y prendia el auto, hice caso y subí a aquel lugar del copiloto. -Vamonos.- dijo este sin ningún expresión en su cara y ningún timbre en su voz simplemente era hablar serio sin sentimiento.
Este iba a una velocidad de 120 haciendo que arrebasara a todos los coches los cuales le daban el paso como si él mandara. En cuanto llegamos a un lugar que era como una cabaña me quedé sentada en el asiento mientras esté se bajaba y caminaba hacia mi. Abrió la puerta -Vamos Megan.- dijo mirándome serio.
-No vivo aquí.- me quedé quieta en el asiento.
-No te pregunté, bajate si no quieres que yo te baje a fuerzas- subió el volumen de su voz dando la cara de enojo a lo cual no quedó de otra más que bajarme y seguirlo para entrar a quel lugar. -Solo comportate- murmuró este para después dejarme sola en la sala. Este se había ido una parte de la cabaña sin poder ver a dónde se fue.
-Valla valla- dijo una voz ronca saliendo de un cuarto para ver la silueta y luego mirarlo bien. Este iba con pantalones olgados, una sudadera negra junto a una banda en su frente y un arete en su labio...
⍟
𝗛𝗼𝗹𝗮 𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀, 𝗻𝗼 𝘀𝗼𝘆 𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼, 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝘃𝗼𝗿 𝗲𝗺𝗽𝗲𝘇𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿𝗹𝗼. 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝗻 𝘃𝗼𝘁𝗮𝗿, 𝘀𝗶 𝗵𝗮𝘆 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗻𝗮 𝘀𝘂𝗴𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗼 𝗰𝗼𝗿𝗿𝗲𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝗮́𝗴𝗮𝗻𝗺𝗲𝗹𝗼 𝘀𝗮𝗯𝗲𝗿.