•Las estrellas•
— ¿Puedo pasar? — dice Caden mientras toca la puerta de la habitación
— Aún no, solo me pongo ropa y puedes — anuncio mientras me quito la ropa mojada, busco un vestido entre mi ropa y me lo pongo — pasa
— Jayden se fue a dormir, le dolía la cabeza entonces quedamos solo nosotros dos ¿Qué quieres hacer? — dice mientras se recuesta en la puerta
— La verdad me gustaría ir a caminar por los jardines y ver las estrellas, no tienes que acompañarme, puedes quedarte aquí — digo con una sonrisa mientras tomo una manta azul que esta en la cama como decoración
— Me encantaría ir, hace mucho no me detengo a ver las estrellas.
Asiento mientras comienzo a caminar fuera de la habitación.
— ¿Cómo te fue con Nathan? — pregunta mientras bajamos los escalones
— Bien, fue agradable volver a hablar con él aunque me aburre el hecho de que siempre habla de sí mismo, es muy narcisista algunas veces, es algo que tienen en común.
— ¡Oye! Yo no soy narcisista, bueno tal vez un poco.
— Tranquilo, es parte de tu encanto — digo mientras ruedo los ojos
— ¿Desean que les prepara algo? — pregunta Mairyn al vernos cruzar la cocina
— No te preocupes Mairyn, el duque va a cocinar el día de hoy — digo divertida al ver la expresión de Mairyn sabiendo que iba a salir mal
— Yo nunca dije eso — menciona Caden a la defensiva — no se ni encender esa cosa — dice mientras señala el horno
— Tranquilo Caden, solo era una broma, solo venimos por unas sodas para nuestra aventura — digo divertida mientras me acerco al refrigerador — no te podría a cocinar, quiero seguir viviendo.
— No creo que lo haría tan mal, soy bueno para todo.
— Lo harías increíblemente mal y no Mairyn no tiene porque recoger tu desastre así que es mejor que no lo intentes.
Llevo las sodas en mi mano mientras salgo de la cocina, paso por la piscina y llego al jardín en busca de un lugar entre los grandes arbustos que parecen formar una especie de laberinto.
— Aquí — extiendo la manta en el suelo al llegar en medio de todo y me acuesto
— Odio el césped — menciona entre dientes
— Yo también, pero por eso traje la manta o te puedes quedar parado — digo sin importancia mientras me concentro en las estrellas
— ¿Cuánto tiempo pasaste en Francia? — pregunta mientras sienta a la par mía
— Solo un verano, me ayudo a preferccionar mi francés.
— ¿Cuántos idiomas hablas?
— Solo tres, inglés, español y francés — esbozo una sonrisa — ¿Y tú?
— Unos cuantos, inglés, español, francés, escocés, italiano y alemán, toda mi vida se basó en aprender un nuevo idioma — menciona mientras rueda los ojos
— ¿Cómo es la infancia de un duque? Supongo que no es igual a la de los demás.
— Es complicado, siempre estás aprendiendo un deporte, un idioma o algo nuevo, muchos eventos aburridos y estar solo la mayor parte del tiempo — suelta un suspiro mientras fija su mirada en mi
— ¿Qué tal tu infancia?
— Antes de los cinco años no recuerdo nada, pero se que fue un desastre, la casa de mi madre se incendio y luego fui rescatada, después Vera me adoptó y tuve la mejor infancia que pude pedir aunque fue muy solitaria en cierta parte.
Él se queda en silencio un momento sin saber que decir hasta que una sonrisa se forma en su rostro. — Mi madre me llamó en la tarde y me dijo que no va a poder venir el viernes por lo cual yo tendré que arreglar todo para el almuerzo de beneficencia, ¿quieres ayudarme? Tú eres mejor organizando las cosas que yo, eres muy controladora.
— Me acabas de conocer, no puedes saber si soy controladora o no — digo con una sonrisa
— Tal vez te acabo de conocer, pero se mucho de ti, te gusta tener mucho el control de las cosas desde lo que comes hasta lo que te pones, odias las nueces, amas el invierno y el tenis, tienes una obsesión con los bolsos y no bebesni fumas, te encantan las fresas y tus flores favoritas son las peonias y sueles actuar a la defensiva lo cual es desesperante.
Él ríe al decir lo último haciendo que yo le de un pequeño golpe en el hombro.
— No voy aceptar que tienes razón — murmuro entre dientes
Me muerdo los labios ligeramente al pensar todo lo que Caden acaba de decir, más porque se que sabe aún más de mi de lo que ha dicho, él me conocía y yo lo conocía a él.
— Supuse que no me darías la razón, pero no importa, tu sonrisa me dice que si la tengo.
Dejo de observar las estrellas para observo a él y notar que en ningún momento desvío su mirada de mí y yo solo puedo fijarme en aquellos ojos ambar.
No se cuanto tiempo pasamos así antes de que alguno de los dos desvíe la mirada para ver las estrellas nuevamente, no decimos nada, parecía no ser necesario.
— Creo que voy a irme a dormir — dice con una sonrisa en el rostro mientras se pone de pie y sacude su ropa
— Que descanses, yo voy a ir en un momento.
— Feliz noche Deb.
— Feliz noche Caden.
Él comienza a caminar mientras voltea a verme varias veces antes de irse por completo, me quedo acostada un momento hasta que finalmente decido tomar el teléfono y llamar a mamá, algo que había evitado por un tiempo.
— Debra, me tenias preocupada, tienes que aprender a responder el teléfono — dice con un tono desesperado
— Perdón mamá, estuve algo ocupada, tengo un nuevo amigo y me encontré a Nathan.
— Que bien cariño, solo trata de responderme a la próxima para saber que estas bien, tengo un espacio libre el sábado y pensé que podría ir a verte antes de que comiencen tus clases — menciona con ilusión
— Me encantaría mamá, nos vemos el sábado, te quiero.
— Yo también te quiero cariño, nos vemos.
Corto la llamada y una sonrisa se forma en mi rostro, finalmente me levanto y tomo la manta junto a las latas de soda, camino por todo el lugar el cual está completamente iluminado hasta que llego a mi habitación.
— ¡Deb! — grita Caden antes de que pueda entrar a mi habitación
— Me vas a causar un infarto — digo mientras suelto un suspiro
— Solo quería asegurarme de que volvieras a salvo.
— Gracias — digo con una sonrisa — tengo que decirte algo... mi mamá vendrá el fin de semana entonces no podré acompañarlos en el almuerzo de beneficencia.
— Podrías traer a tu mamá, seria estupendo que se conociera con mi madre — dice con una sonrisa en el rostro
— Me encantaría, le voy a avisar, gracias Caden — me acerco a él para darle un beso en la mejilla a lo que él sonríe
— Feliz noche Deb — él se inclina para darme un beso en la cabeza
— Feliz noche Cad.
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Amo a Caden, no puedo evitarlo, tal vez pueda parecer que va un poco lento, pero les juro que ya casi comienza todo.
Les dejo la foto del outfit de Deb y de Caden, para mi Caden es muy estilo old money.