POV THEO
Me acerqué a Kirby quien me envió una mirada y me dio una sonrisa forzada. Ella estaba sentada en silla ubicada en uno de los palcos del viejo teatro. Subí hacia su ubicación para charlar un rato. Sentía que ambas necesitábamos hablar con alguien que entendiera por lo que habíamos pasado.
Todos nos estábamos sintiendo incómodos y algo conmocionados por este lugar. Los recuerdos inundaban nuestras mentes y nuestros cuerpos están tensos ante todos aquello elementos de colección que hacían parte de nuestra historia.
—¿Alguna vez piensas en esa noche? —Preguntó la rubia mientras me sentaba en una silla a su lado.
—Todo el tiempo —Dije mirando a mi alrededor —No puedo creer que haya salido con vida después de todas mis heridas.
—Sí, yo tampoco —Kirby asintió mirando al frente —Es una locura pensar en cuánto he cambiado desde entonces.
—Quiero decir, míranos ahora —Dije señalándonos —Ambos vivimos en diferentes ciudades, con diferentes circunstancias —Nos miramos por unos segundos intentando buscar las palabras correctas para continuar —Entonces, ¿Cómo va todo?
—He tenido algunos altibajos, para ser honesta —Kirby se encogió de hombros —Todavía estoy tratando de resolver las cosas. Necesito aclarar muchos de mis pensamientos.
—Sé cómo se siente eso. Todavía estoy tratando de resolver las cosas por mí misma.
—¿En serio? —Dice la rubia con tono sarcástico —Pensé que lo habías resuelto todo.
—No, ni siquiera estoy cerca —Reí y negué con la cabeza —Todavía estoy tratando de averiguar qué quiero hacer con mi vida.
—Bueno, siempre tuviste muchas opciones. ¿Qué estás pensando hacer? —Preguntó apoyando su barbilla en su mano, mostrando interés en mi repuesta.
—No lo sé, sinceramente —Solté un suspiro —He estado pensando en volver a la escuela, pero no estoy segura de lo que quiero estudiar.
—Deberías hacerlo. Eres inteligente y talentosa, lo resolverás.
El silencio se hizo presente, mientras mi mirada recorría uno por uno los objetos de aquel santuario. Detallando cada uno de ellos, mientras las imágenes mentales se formaban en mi cabeza.
—¿Recuerdas cuando solíamos hablar sobre lo que queríamos hacer con nuestras vidas? ¿Crees que lo que pasó cambió algo de eso para ti? —Preguntó Kirby.
—Definitivamente me hizo apreciar más la vida y lo importante que es hacer lo que te hace feliz. He estado tratando de concentrarme en eso últimamente —Respondí —¿Y tú como has estado?
—Bueno, comencé a trabajar como agente del FBI hace unos años. Ha sido un reto, pero también muy gratificante.
—¡Eso es genial! Suena muy interesante.
—Bueno, ha sido un trabajo complicado. Existen problemas complejos y no existe una solución única para todos.
—¿Cómo has estado lidiando con todo?
—Ha sido duro, pero he estado viendo a un terapeuta y eso me ha ayudado mucho. También he estado tratando de tomarme un tiempo para cuidarme.
—Eso es muy inteligente. Yo misma he estado haciendo muchas de las mismas cosas. Empecé a tomar clases de artes marciales, y esa ha sido una excelente manera de resolver mi agresividad y ansiedad.
—¡Eso es genial!
—Ha sido bueno verte de nuevo, Kirby.
—A mí también me alegra verte, Theo —Kirby me envía una sonrisa.
La puerta se abrió y en el palco aparecieron Bailey, Sam, Gale y Tara.
—Perdón por interrumpir, pero creo que ya tengo idea de cómo voy a atrapar a ese maldito enfermo —Dijo Bailey y yo puse los ojos en blanco.
—Si cuenten conmigo —Dijo Gale
—Perdón sin reporteros, asunto policiaco —Dijo Kirby a mi lado, y la cara de Gale se tornó seria —También soy buena en mi trabajo.
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Decidí dar otra vuelta por el santuario. Para este punto, me había acostumbrado a la esencia oscura de este lugar. Incluso se me hacía algo agradable debido a la historia que albergaba.
Vi a los gemelos observando algunos objetos pertenecientes a Randy, me acerqué con mucha cautela y me ubiqué cerca de ellos. Necesitaba hablar con Chad de forma urgente.
Sin embargo, ya era hora de irnos, pues al parecer era hora de poner en marcha un plan para atraer a los enmascarados. Salimos del lugar, me encontraba caminando junto a Sam, quien no parecía querer hablar.
Caminando por el callejón, me adelantó para acercarme a Chad. Esta era mi oportunidad para conversar con él. Yo esperaba que fuera una charla amena, pero una parte de mí solo deseaba golpearlo.
—Chad, ¿Puedo hablar contigo un minuto? —Llamé al chico mientras caminaba a su lado.
—Claro, ¿qué pasa? —Esperé que el grupo se alejara unos metros antes de emprender con la conversación.
—Escuché algo y necesito preguntarte al respecto —Me paré frente a él mirándolo fijamente.
—¿Qué es? Me estás poniendo nervioso —Dijo recargándose contra la pared del callejón.
—¿Te acostaste con Tara? —Pregunté apretando mi mandíbula, con tal fuerza que podría romperme un diente.
—Sí, lo hice —Respondió agachando su cabeza.
—¡No puedo creerlo! —Grité con enojo en mi voz.
—Lo siento mucho. Fue un error. No debería haberlo hecho —Dijo en un susurro.
—¿Cómo pudiste hacerme esto? ¡Confié en ti! —Grité nuevamente.
—Lo siento. Realmente lo siento. Sé que me equivoqué —Dijo suavemente con lágrimas en sus ojos.
—Ese no es el punto. El punto es que rompiste mi confianza. Sabías cuánto significaba Tara para mí. Me dijiste que no sentías nada por ella cuando te lo pregunté. Y aun así fuiste y te acostaste con ella.
Chad me miró con ojos llorosos y arrepentimiento en su rostro. Intenté calmarme, tomé una gran bocanada de aire y relajé mi postura.
—¿Cuánto tiempo ha estado pasando esto? ¿Ustedes dos comenzaron a verse cuando todavía estábamos juntas? —Pregunté desesperada.
—No, no. Fue después de que rompiste. Estábamos pasando el rato, y una cosa llevó a la otra —Trató de explicar de manera rápida.
—Estoy tan decepcionada de ti. No puedo creer que me hagas esto. Hemos sido amigos durante años.
—Lo sé. Pero ustedes terminaron y no pensé que les importaría tanto.
—¿Qué tipo de amigo se acuesta con la ex novia de su amigo? Eso no está bien, hombre. Es una violación del código de hermanos —Dije volviendo a elevar la voz.
—Pero no fue como si lo planeara ni nada. Simplemente sucedió.
—Esa no es una excusa, Chad. Sabías lo mucho que ella significaba para mí, y aun así lo hiciste. Pensé que me apoyabas —Dije para comenzar a caminar de vuelta al grupo.
—¡Te cubro las espaldas, Theo! —Dijo Chad alcanzándome —Lamento lo que hice y haré lo que sea necesario para corregirlo.
—Necesito algo de tiempo para pensar en esto. No quiero tomar ninguna decisión precipitada —Dije para adelantarme y dejar al chico solo.