POV THEO
—Mira Theo, me estás cuidando, lo entiendo, te lo agradezco, pero necesito que entiendas que no quiero verte más —Su tono áspero se suavizó cuanto más hablaba, tal vez al darse cuenta de las palabras que salían de su boca me estaban afectando y mis ojos se llenaron de lágrimas.
Lo único que logré hacer fue sonreír irónicamente mientras intentaba aguantar las lágrimas que amenazaban con salir. Sus palabras me habían dolido, pero simplemente enderece mi cuerpo y mi vista permaneció fija en ella.
—Y tu —Señala a Sam —¡No puedo creer que me hayas avergonzado! —Tara sigue caminando.
—Theo tiene razón. Ese tipo era un imbécil. Iba a aprovecharse de ti —Sam explica.
—¡Eso no significa que tengas que golpearlo en las bolas! ¡Eres tan dramática! —Tara se da la vuelta haciendo que Sam la mire —Es mi decisión, solo mía.
—Bueno —Sam pone los ojos en blanco.
—No todo se trata de ti, te largaste de mi vida cinco años y ahora no puedes dejarme sola cinco minutos —Ambas hermanas cruzan miradas y el ambiente parece un campo de batalla.
—Porque tú no has querido enfrentar lo que nos pasó. ¿Has ido a ver al consejero una vez al menos? —Pregunta Sam visiblemente preocupada.
—¡No y no voy a ir a verlo! ¡Chad nunca se afligió por Liv! ¡Mindy es demasiado cautelosa! ¡Y Theo simplemente se aleja de todos para evitar hablar de eso! —Sam suspira derrotada —¡Además, no estoy interesada!
Todos nos miramos por las palabras de Tara. Yo colocó mi mano en el hombro de Sam mientras siento como mi estómago se revuelve ante el hecho de que Tara conocía muy bien que mi método de defensa era alejarme del mundo.
—¡No voy a vivir en el pasado como tú y Theo! —Gritó Tara.
—¿Qué se supone que significa eso? —Preguntamos Sam y yo al unísono.
—Ya niñas, paren —Chad trató de entrometerse.
—Significa que no voy a dejar que lo que nos pasó durante tres días defina el resto de mi vida.
—¿Así que vas a fingir que nunca sucedió? —Todos me miran.
—¿Qué estás haciendo aquí, Sam? —Tara comienza a hablar evitando mi pregunta —En Nueva York. Quiero decir, tienes dos trabajos de mierda para ayudar con el alquiler, lo que sea, pero ¿Cuál es tu plan?
Sam no responde y yo comienzo a sentir nuevamente esa sensación de nerviosismo, que hace que mi mano comience a sudar por lo que la separo del hombro de Sam y la guardo en uno de los bolsillos de mi pantalón.
—Yo sí sé que voy a hacer. Está bien, mi plan es terminar la escuela. Obtener mi título. ¡Y vivir mi vida! ¡Mi vida! Yo sí sé. Tu solo me seguiste y no me pierdes de vista.
Yo trato de alejarme de la conversación porque la incomodidad se estaba habiendo presente. Cuando iba a darme la vuelta para ubicarme junto a Mindy, una voz interrumpe mis acciones.
—¿Y tú que haces aquí? —Dije Tara mirándome directamente —Tú fuiste quien terminó la relación. Y ahora, de repente, estás aquí en Nueva York. Tú siempre fuiste sobreprotectora conmigo, y creo que eso es lo que estás haciendo ahora. Querías asegurarte de que estoy bien, y lo estoy, Theo. Ahora puedes irte.
Mi garganta se seca ante sus palabras, trago de forma brusca y mi respiración adquiere un ritmo un poco más acelerado. Las palabras no salen de mi boca y siento que podría tener un ataque de pánico en cualquier momento.
—Solo tratamos de cuidarte —Dice Sam.
—Yo... —Tara suspira, secándose las lágrimas de sus ojos —Lo sé. Sé que eso es lo que hacen. Pero no pueden cuidarme toda la vida. Tienen que dejarme ir.
Un segundo después apareció un grupo de tres chicas. Nos arrojan agua a Sam y a mí. Para luego insultarnos.
—¡Asesinas! —Se ríen, algunos de ellas sosteniendo sus teléfonos para grabarnos.
—¡Qué carajo te pasa, estúpida! —Tara y yo detenemos a Sam para evitar que golpeara a las chicas.
—¡Quítame eso de la cara! —Mindy golpea el teléfono de una de las chicas.
—Aléjense de ellas. ¡Ustedes saben lo que hicieron! —La chica sigue con su drama.
—¡Yo no hice nada! —Sam intenta llegar a ellos de nuevo. Tara otra vez me ayuda a contenerla.
—¡Si, perras! —Se ríen alejándose.
—Estoy tan harta de esta mierda —Sam murmura.
—Yo también —Murmuro en respuesta a mi amiga.
—Esto es una jodida locura —Tara se marcha. Yo la sigo para intentar hablar con ella.
◆◇◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◇◆◇
Esta noche ha sido demasiado intensa para mí. No son ni las once de la noche y ya me siento agotada física y mentalmente. Era visible el efecto que las hermanas Carpenter tenían en mi cuerpo y en mi cordura.
Interrumpo en la habitación de Tara, queriendo hablar con ella sobre algo importante y la encuentro hablando con Quinn. Toco el marco de la puerta con mi mano para llamar la atención de las chicas.
—Yo me voy para que ustedes hablen —Dijo Quinn para salir de la habitación no sin antes darle una mirada sugerente a Tara, la cual noté claramente.
—Hola —Dije nerviosa —Te traje esto —Le enseñé su tarro de vitaminas.
—Gracias. Ya puedes irte —Dijo estando visiblemente nerviosa.
—Quería hablar contigo de algo —Mencioné mientras en mi mente repasaba lo que quería decirle.
—Claro, ¿qué pasa? —Dice Tara desde su cama.
Me acerco con cautela hacia la chica y me siento a su lado. Hay un silencio entre nosotras, el cual ninguna de nosotras se atreve a romper.
—Me he sentido muy culpable por cómo terminaron las cosas entre nosotros —Dije suavemente.
—¿Qué quieres decir? —Pregunta la morena.
—Sé que yo fui la que decidí romper contigo. Y la razón fue que tenía mucho miedo de que te pasara algo mientras estaba fuera. Pero mirando hacia atrás, me doy cuenta de que no lo manejé muy bien —Confesé mirando al suelo.
—Theo, está bien —Dice Tara, tomando mi rostro para obligarme a mirarla a los ojos —Entiendo que estabas preocupada por mí.
—Ojalá hubiera podido encontrar una mejor manera de lidiar con eso —Dije mientras tomaba sus manos entre las mías —No quiero poner excusas, pero estar en el ejército puede ser muy difícil para las relaciones. No quería arrastrarte si no estaba segura de poder estar ahí para ti.
—Aprecio tu honestidad, pero no tienes que sentirte culpable por ello —Dijo acariciando mi mejilla —Las dos sabíamos en lo que nos estábamos metiendo cuando empezamos a salir. Y soy una niña grande, puedo cuidarme sola.
—Sí, lo sé —Solté una risa —Además, no quería impedir que vivieras tu vida mientras yo no estaba. Pero ahora me doy cuenta de que debería haberte hablado más al respecto. Tal vez podríamos haber resuelto algo.
—Theo, está bien. Estábamos enamoradas, pero ambos teníamos nuestros propios caminos a seguir —Dijo, yo me sorprendí ante la sabiduría en sus palabras —Hicimos lo que pensamos que era mejor en ese momento.
—Lo sé, pero no puedo deshacerme de este sentimiento de arrepentimiento. Ojalá pudiera volver atrás y hacer las cosas de manera diferente —Dije soltando un suspiro de cansancio.
—Bueno, no puedes cambiar el pasado...
Mi mirada baja hacia los labios de la morena, inclinándome lentamente para intentar plantar un beso en ellos.