Mai iba saliendo del instituto con su mochila; se dirigía a la Corporación. El día había sido extenuante; estaba cansada y solo deseaba dormir un rato antes de ponerse a hacer las tareas, abundantes, desgraciadamente. La escuela... podía considerarse una tortura... igual que la máquina electrificadora de su señor. Quizá... era otra forma de tortura, solo que los demás no lo sabían.
Como fuera... Y la chica, joven, llevó los ojos arriba, harta y rebelde, como solía ser; siempre aparentemente amargada y con el gesto duro, adusto, aunque bellísimo, cosa que ella no notaba o que le daba lo mismo.
De pronto, detrás de ella, cayó Trunks sobre la acera todavía de la maldita escuela. Parecía que se había desmayado o algo así.
Mai, asustada, aprisa se aproximó a él.
—¡Trunks! —le gritó sobre el cuerpo inconsciente.
Trunks, pícaro, sonrió con los ojos cerrados; desde luego que no se había desmayado; solo se hacía el tonto.
—M-Mai... —dijo con la voz muy débil— m-me temo que no puedo respirar...
Mai estaba realmente asustada. ¡¿Qué hacer?!
—Necesito que me des... respiración de boca a boca; sufro de asma.
Y el desgraciado fingió toser.
—¡P-pero...!
Mai se puso más nerviosa y se sonrojó sobremanera. El tipo tenía que estar loco, ¿pero qué más podía hacer? ¡¿Dejarlo morir?!
—E-está bien... ¡pero no te vayas a mover!
La sonrisa de Trunks se agrandó; con un engaño obtendría lo que más quería. Mai se inclinó y arrimó los labios, hermosos, suaves y carnosos a los suyos. Trunks casi expulsaba una risa con la pésima respiración de la que Mai lo proveía; si en verdad hubiera estado muriendo... sin duda se habría ido al cielo... o adonde fuera que le tocaba estar.
Trunks no quiso jugar más, y llevó la mano a la cintura de Mai, acercándola más a él. Hizo de una técnica de salvación un beso real, lleno de amor; la estaba besando. Mai abrió los ojos de golpe; era ya muy tarde para separarse. El desgraciado lo había planeado todo, y ella había caído, y lo peor... es que el beso le estaba gustando. Se sumió en él. Cerró los ojos y se dejó besar. Ella también lo hacía del corazón.
Cuando hubieron terminado, el rostro de Mai, enrojecido y lloroso, estaba lleno de vergüenza; aun así, lo miraba de frente.
Trunks estaba más que feliz. Como si nada se irguió sobre la acera y la miró con una sonrisa de amor y satisfacción. —Te amo
—le confesó.
Mai, más roja que un tomate, se echó a correr, alejándose de la escuela.
Ya la vería en casa, lo sabía Trunks.
Goten se aproximó a él, mirando a Mai partir exaltada del instituto. —¿Qué le pasa a Mai? —preguntó con la mano puesta en uno de los tirantes de su mochila.
—Es que la besé —le hizo saber Trunks, todavía sentado en la acera.
Goten rio. —¡Ah!, con que era eso... Ya me imagino cuando llegues a casa.
Nota de autor: ¡Hola 😘!
Otro drabble que nace de un meme (XD).
Espero que haya sido de su agrado.
Nos vemos pronto 💗.