•Primeros pasos•
— Y dime Caden, ¿qué haces aquí?, pensaría que el duque tendría que estar en su castillo de Escocia.
— Aunque sea imposible de creer no soy un buen modelo de duque por lo que decidieron alejarme un momento y por eso terminé aquí.
— Sí lo intentarán estoy seguro que se llevarían bien, Caden no es un completo idiota cuando lo intenta — dice Jayden
— ¿Se trata de hacer un cumplido o de insultarme más? — pregunta mientras señala a Jayden
— Se trata de que estoy intentando de que mis amigos se lleven bien — hace una mueca — voy a comprar un pastel y en lo que regreso ustedes pueden comenzar a hablar, Deb, da los primeros pasos eres buena en eso.
— Está bien Jay — digo resignada
— No te vayas a ir, me voy a llevar tu teléfono para asegurarme de que me esperes Debra.
— Como quieras Jayden, prometo quedarme aquí hasta que vuelvas — levanto la mano en señal de promesa a lo que él asiente mientras se va
— Soy todo tuyo Deb, estoy ansioso, da los primeros pasos — dice con una sonrisa en el rostro mientras fija su completa atención en mi
Tomo un poco de aire intentando alejar la primera impresión que tengo de Caden, todo es por Jayden.
— ¿Quieres mostrarme el huerto? — esbozo una sonrisa
— Claro que sí, estaría encantado.
Lo comienzo a seguir por todo el patio hasta llegar a una estructura de cristal la cual es una especie de domo en donde se encuentran varias plantaciones, entre ellas una parte exclusivamente para las fresas.
— ¿Puedo tomar una? — digo ansiosa al acercarme
— Todas las que quieras — dice con una sonrisa en el rostro
— Permiso fresita, voy a proceder a cortarte— menciono antes de agarrarla
— Es una planta — dice incrédulo
— Mamá me enseñó que hay que ser respetuosos con la naturaleza, hay que agradecer por lo que te dan — le doy una mordida a la fresa — tal vez deberías volver a tus clases de buenos modales.
— Créeme que hablar con las plantas es lo que menos enseñan.
— Pues deberían hacerlo, ¿qué tanto puedes aprender en tus rigurosas clases?
— Esgrima, música, literatura, arte y tengo toda una lista, pero tardaría todo el día.
— ¿Tocas algún instrumento? — digo mientras sigo viendo el vivero hasta notar el cultivo de peonias las cuales apenas están creciendo — Son hermosas.
— Son las favoritas de mi madre — dice con una sonrisa en el rostro — y sobre tu pregunta, principalmente el piano y el violín, pero no es de mi agrado tocarlo.
— La duquesa tiene muy buen gusto en flores, son mis favoritas también — me quedo en silencio un momento apreciando la belleza de las peonias — me intentaron enseñar tocar piano, pero salió terriblemente mal, soy más de deportes como el tenis.
— Interesante, hace un año mi hermano formó parte del equipo ganador de wimbledon.
Me quedo sorprendida al escuchar a Caden debido a que yo asistí junto a mamá para ver el campeonato de hace un año, estuve tan cerca de conocerlo y curiosamente tuvo que pasar un año para que sucediera.
— ¿Tienes hermanos? Debe ser lindo, yo soy hija única.
— Tengo dos, soy el más pequeño — dice con una sonrisa — vamos, quiero enseñarte algo.
— ¿Cómo se llaman? — digo curiosa mientras lo sigo
— Olwen y Bastian McDoughall, Bas es el que compitió el Wimbledon y Olwen se ha pasado toda la vida en Escocia, si no habías escuchado de mi menos de él — dice con una sonrisa
Caminamos hasta llegar dentro de la casa y seguimos hasta pasar una puerta de madera la cual deja ver un gran salón con un techo sumamente alto y rodeado de ventanales que van del techo hasta el suelo, en el lugar hay un par de gaitas, un piano color blanco y obras de arte que decoran el lugar además de un sillón de color rojo el cual tiene un aspecto antiguo.
— Son ellos — señala la pintura que está sobre la chimenea — El que está a la derecha es Olwen el más grande, Bastian es el que esta en medio y yo obviamente soy el de la izquierda.
— ¿No era más fácil enseñarme una foto? — digo mientras dejo escapar una risa
— Sí, pero no hubiera podido presumir uno de los tantos retratos familiares que hay, además de la sala de música.
Veo cada parte de aquel cuadro, Olwen tiene el cabello mas oscuro a comparaciónde sus hermanos, pero sin perder aquel tono pelirrojo, se mira sumamente serio y tiene una evidente cicatriz que cruza su ojo, Bastian parece ser alto y es demasiado similar a Caden desde el cabello hasta los ojos.
— ¿Es tu mamá? — pregunto al fijarme en ella, quien está rodeada de todos, cabello largo y de un color rubio platinado.
— Sí, te presento a Edine McDoughall, también conocida como la única McDoughall que no es pelirroja — dice entre risas mientras toma asiento en el piano
— ¿Qué vas a tocar? — digo mientras me siento en el sillón
— Someone Like You — esboza una sonrisa mientras comienza a tocar
Nunca había detenido a escuchar el piano en aquella canción, siempre me enfoque en la maravillosa voz de Adele y no en la hermosa melodía que la acompañaba, Caden está enfocado tocando, como si todo a su alrededor desapareciera, solo era él y el piano.
No desvío la mirada de él, hasta que levanta la vista y me regala una sonrisa mostrando su perfecta dentadura, toca las últimas notas de la canción la cual parece ser demasiado corta en este momento.
— Creo que tienes un don — murmuro sin dejar de verlo
— Gracias, toda la vida me ha gustado — él se pone de pie y se acerca sentándose a la par mía en el sillón — ¿Y qué hay de ti?
— No mucho, no tengo un retrato familiar que mostrar, solo somos mamá y yo.
— ¿Y tú papá?
— Soy adoptada así que desconozco quien sea — digo sin mucha importancia — he tenido una buena vida sin saber quienes son mis padres biológicos.
— Algunas veces es mejor no saber las cosas, tu mamá suena como alguien maravillosa.
— Lo es, no pude pedir nada mejor, logró lidiar conmigo en los peores momentos, ¿y qué hay de tu padre?
— Murió antes de que naciera, fue un accidente de casería en Escocia, ¿y dime Deb, por qué te fuiste? Jayden me contó que te fuiste cuando murió su madre.
— Jay y yo éramos un desastre, hacíamos de todo para llamar la atención — niego con la cabeza al recordar aquellos momentos
— llegamos a robar ropa de una tienda, además Jayden comenzó a beber mucho y todo era un caos, desapareciamos días y nos buscaban por mar y tierra.
— Tal parece que todos tuvimos el mismo colapso — dice divertido
— Al parecer son las consecuencias de tenerlo todo, en fin, después del accidente de la mamá de Jay mi mamá decidió que era momento de irnos y tuvo razón, estuve unos meses en Ámsterdam y después en Italia, de último en Marruecos, pero necesitaba estabilidad en mi vida y por eso regresé.
— ¿Y nunca fuiste a Escocia?
— Nunca tuve el placer de ir.
— Deberíamos ir en el verano, Jayden adora acompañarme, es casi una tradición — esboza una sonrisa
— Me encantaría — digo con honestidad
Seguimos hablando de cosas más triviales mientras nos traen chocolate caliente y galletas, el tiempo parecía detenerse al conversar con él para darnos cuenta que siempre estuvimos más cerca de lo pudimos imaginar.
— Necesito ver eso — digo emocionada
— ¿En serio nunca has visto un tartán? — pregunta incrédulo mientras me toma de la mano para llevarme a su habitación
— Solamente tengo uno aquí, el cual es utilizado para la reunión familiar anual, pero eso bastará.
Subimos las escaleras de mármol hasta llegar a la habitación de Caden la cual se encuentra impecable, llena de medallas y trofeos al igual que unas cuantas fotografías.
— Aquí está — dice con emoción cuando saca una caja de madera del armario
Visualizo las fotografías que se encuentran en el buró hasta que me acerco a la ventana la cual abre paso al balcón dejando ver el jardín de la entrada completamente iluminado por faroles.
— ¿Qué hora es? — digo curiosa — no se en que momento se volvió de noche.
— Pareciera que Jayden fue a cocinar el pastel — menciona Caden haciendo que voltee a verlo
Él sale al balcón vistiendo el tartán de color azul con tonalidades celestes y verde, el cual era impresionante.
— ¿Era necesario utilizarlo sin camisa? — digo divertida
— Sumamente necesario, no combina con cualquier cosa, mamá me mataría si lo llevo a utilizar de forma inadecuada — se recuesta en el balcón — además así te dejo apreciar mi maravilloso físico
— Ya te habías tardado — digo con una sonrisa — he visto mejores, pero si te hace sentir orgulloso esta bien.
Intento no ponerle importancia aunque claramente no era así, su piel pálida resalta con los colores de tartán y su físico es espectacular, con una complexión atlética envidiable.
— Creo que Jayden no va a regresar — menciona finalmente
— No y se llevó mi teléfono — no le pongo mucha importancia
— Sí gustas puedo llevarte a Arlest o puedes quedarte aquí conmigo, podemos encender la fogata y comer afuera, hay muchas habitaciones extras — dice con una sonrisa en el rostro
— Me encantaría — no lo dudo dos veces, me sentía cómoda junto a Caden lo cual era sumamente raro