Peter me llevara a una cita.
Intento aguantar las ganas de gritar de emoción, pero si me permito darme mi bailecito de felicidad.
Tengo cinco horas para alistarme ya que me dio las pista que saldríamos de noche y que llevara suéter por si me da frio.
Como toda mujer que quiere impresionar al hombre que le gusta y sentirme una diosa a su lado me tomo mi tiempo para mi maquillaje y ropa cómoda pero que resalta lo que mas me gusta de mí.
...
Recibo su llamada y me tardo un minuto en contestar.
—¿Bueno?
—Muñeca, estoy afuera
—Enseguida bajo.
Corro bajando las escaleras para abrir la puerta donde el mes esta esperando al lado de su auto, me le acerco y el me da un beso antes de abrirme la puerta del auto.
La cita apenas a empezado y ya estoy riendo y muriendo de amor con él. Su mano viaja a mi muslo mientras maneja causando mil mariposas en mi estómago. Sigo hablando con el casualmente hasta que parquea el auto y ahí veo que estamos en el parque de diversiones que acaba de llegar a la ciudad.
El sale y me abre la puerta tomando mi mano guiándome dentro. Todo alrededor son colores vivos, música y risa lo que es fácil ponerme emocionada. Una vez le dije que mi momentos favoritos de niña eran cuando mis padres me llevaban al parque de diversiones lo que causa cierto sentimiento de nostalgia, pero más que nada alegría.
El envuelve su brazo sobre mis hombros abrazándome a el mientras empezamos a acercamos a los juegos.
Campo de tiro, montañas rusas, la ruleta rusa.
Cada cosa a sido muy divertida, y es muy agradable ver esta parte de Peter. Normalmente es muy serio y sarcástico. Amo su humor negro, pero adoro más verlo feliz de esta manera.
—Tengo hambre — admito
—Yo igual, iré por palomitas y algo de tomar. Espérame aquí muñeca.
Me deja esperando en una de las mesas vacías de madera antes dejándome su chaqueta ya que perdí la mia.
Lo veo desaparecer en la multitud entre los carros de comida, así que solo espero pacientemente.
Pero mi espera es interrumpida cuando un hombre se sienta a mi lado con un gran oso peluche de panda en sus manos.
—Hola
—¿Hola?
—Te e visto sola y decidí darte esto
Me tiende el peluche
—Gracias, pero no, creo que alguien más lo apreciaría más.
—Anda, no seas así yo quiero dártelo.
—Amm supongo que está bien
Decido aceptárselo así se va lo antes posible
—Super, ahora un beso de agradecimiento.
—¿Un qué?
Apenas proceso lo que dice cuando siento que se esta acercando a mi rostro tomando mi mejilla con claras intenciones de besarme.
No tardo en alejarlo, pero apenas lo alejo otra voz se hace presente.
—¿Interrumpo algo? — pregunta Peter con voz grave.
—Si, así que por favor vete — dice el chico.
Peter deja la comida sobre la mesa para después acercarse al chico y tirar su puño sobre su rostro derribándolo al suelo.
—¡Peter! — me sorprendo.
El chico se levanta con la nariz sangrando y procede a largarse.
Peter lo persigue con la mirada como si estuviera apunto de seguirlo y terminarlo lo que empezó.
—Oye — lo llamo
Sus ojos azules por fin me ven y se tranquiliza.
—¿Estas bien amor?
—Si no te preocupes.
—Bien, entonces comamos
Me entrega la comida volviéndome a hacer reír con sus chistes y robándome besos de vez en cuando. Entonces se me ocurre una idea.
—¿Qué tal si vamos a tu apartamento?
Sus cejas se enarcan viéndome con sorpresa.
—¿Ahora?
—Si tu quieres — digo ingenuamente sin tomarle importancia.
—Mi auto esta por acá, vámonos
Rio mientras me toma en brazos.