Visión del destino

By KatherinneGarcia756

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En época de finalizada la segunda guerra mundial, Dimitri en un hombre cansado de vivir en un bucle, constant... More

Prefacio
Capítulo #2

Capítulo #1

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By KatherinneGarcia756

Dimitri se encuentra rodeado de cuentas, y del dinero que solo robando podría tener en la vida. Por la situación de la nación, esa cantidad de capital no vale nada, pero ¿A quién le importa el mundo cuando se trata de sobrevivir?

Las cuentas son precisas, aunque eso no involucra que la mente del hombre esté concentrada de lleno en su trabajo, usa un pequeño porcentaje de su cerebro para escapar de su realidad, se la pasa divagando entre las pesadillas que ya son frecuentes cada dos noches, y teme porque se vuelvan diarias.

Uno de sus tantos clientes este día, es una señora mayor que se ve demacrada, se nota que la edad no es la única culpable de su apariencia: tiene ojeras muy marcadas, más por las arrugas; sus ojos entrecerrados, hinchados, seguro por llorar; y sus manos delgadas, con la piel flácida.

Vino a retirar sus ahorros para el pago de abogados; según lo poco qué mencionó, habían encarcelado a su nieto de manera injusta.

En tiempos de crisis, esa palabra: injusticia, puede llegar a desgastarse mucho. A pesar de ser un hombre apático, siente compasión, lástima por aquella mujer; al ver que el dinero que posee y en el que pone sus esperanzas es muy poco, aun así está dispuesta a darlo por amor.

Hace tiempo que Dimitri no siente algo tan grande por alguien, que lo haga actuar de forma impulsiva, sin razonamiento. Él sabe que ese efectivo no servirá de mucho para ayudar al nieto, esa mujer, se perderá entre las manos del estafador de turno que contraten, o en un caso más bizarro, pero no imposible; el nieto aparte o toda su familia se aprovechan de la edad de la señora para quitarle lo que tiene. De seguro piensan: "ya casi se le termina el poco tiempo de vida, nada va a hacer con ese dinero" "no lo necesita, quitémosle lo que le queda y encerrémosla en un asilo" o tal vez solo sea en la mente de él.

De todas maneras, una vez da el efectivo, de esas puertas a fuera, ya no es su asunto. Termina de trabajar y se marcha a su casa, la oscuridad ya ha cubierto la ciudad, toma el metro devuelto y sigue su camino ya establecido.

A unas cuadras de llegar, a la vuelta de una esquina, se escuchan voces; parece una discusión que cada vez se pone más caliente, ya que las palabras se convierten en gritos, el detonante es cuando empiezan a sonar disparos, señal para que Dimitri apresure el paso y se aleje de la disputa. Llega rápido y se encierra a ignorar los problemas de la calle.

Come recalentado y abre una cerveza, lo que nunca puede faltar en su nevera y se sienta a ver programas de cualquier cosa que pasan por la TV. Termina apagando el aparato después de unos minutos, todo lo que se anuncia se encuentra de igual manera limitada y controlada. Se toma otras dos botellas más, y se va a dormir, esta noche no se preocupa de sus extrañas pesadillas. Como le fue en el día; quiere explorar en sus sueños, ya que es lo único que se escapa de su monotonía, piensa por lo menos sacarle algo de provecho.

Como una droga, de inmediato que toca la cama, queda atrapado en un profundo sueño. La víctima de hoy aparenta ser una chica joven, la misma se encuentra en posición fetal llorando en el baño, por esta vez Dimitri no comparte los ojos de la persona a morir, él puede verla como si estuviera a su lado, pero ella no nota su presencia, a modo de un fantasma.

Al detallarla puede apreciar que, todo el cuerpo de la mujer está lleno de marcas, moretones, hematomas, y otras múltiples heridas. Se escuchan de repente pasos pesados, como azotes al suelo con los pies, se manifiesta la voz gruesa de un hombre gritando, no sé sabe que es lo que dice, pero es más que notorio el enojo que trae, y a la chica le aterra, se enrolla más y escondes su cabeza entre sus manos.

Se escucha golpes fuertes y repetitivos en la puerta, el hombre al otro lado no parece importarle el hecho de que pueda romperla, la chica grita y chilla queriendo cada vez hacerse más pequeña en esa posición. Las bisagras empiezan a fallar, Dimitri ve con horror aquella escena; él jamás tuvo mujer, quizás si un par de amantes, pero nunca una relación seria, y en ninguna de ellas se le pasó el pensamiento tan cobarde de maltratarlas, eso no lo haría más hombre.

Al final, sucede lo peor, la puerta se colapsa y aquel infeliz se abalanza encima de la pobre chica como un animal salvaje. Empieza a arremeter de manera bruta, la joven recibe la oleada de golpes con sufrimiento, a pesar de ser algo difícil de ver, Dimitri no aparta la mirada. Esto hace que note cuando la mujer es golpeada, se queja cada vez menos, su expresión es de dolor al impacto, pero de inmediato se cambia a unos ojos pesados, como si tuviera sueño.

La bestia, aquella, ya tiene las manos manchadas y la cara salpicada de sangre de la chica. Al terminar, se separa del cuerpo inerte y se recuesta de las paredes de aquel baño. En un cambio drástico de emociones, el hombre ve sus manos, ya no cegado por la ira, cae en razón del acto injustificado que ha hecho. Ahora es él, el que empieza a grita negándose a sí mismo lo sucedido.

Dimitri deja de mirar aquella inmundicia humana, y se concentra en la chica, que viéndola bien es una niña, para él no debe de tener mucha edad, y el sentimiento de lástima y pena llenan su pecho. Ya no se mueve, ya no respira, tiene su labio partido, al igual que la nariz, y la cara negra con tres veces su tamaño; por los morados y la hinchazón. Alrededor de su cuerpo, dispersado por todas partes, se pueden ver pastillas blancas en poca cantidad, junto con... Eso, si le termino de revolver el estómago, medicamentos para interrumpir un embarazo. El ruso no es el único quien lo nota, porque el hombre responsable de esta barbaridad se acerca al cuerpo y empieza ver todo aquello.

Un alarido estridente sale de la boca de aquel ser, que acaricia con delicadeza la cabellera del cadáver, lo contrario con el frasco de pastillas, el cual toma y parece reclamarle, procede al impactarlo con todas sus fuerzas en la pared. El hombre termina recostando a la chica en su regazo, meciéndose sobre el mismo, abrazando el cuerpo con temor en los ojos por lo que ha hecho, es aquí cuando el sueño termina para Dimitri. Este se levanta con una terrible sensación en el estómago, un nudo en la garganta, y una opresión en su pecho agitado.

Revisa la hora, y no son más de las 3 de la mañana, es muy temprano para quedarse despierto, pero la inquietud que le dejo la pesadilla no le permitirá dormir en unas horas. Se levanta, y se la pasa divagando por toda su casa, recordando a detalle, cada uno tan vivido y tan lúcido, que surge un pequeño sentimiento de impotencia después de que eso haya pasado. Por presenciar todo, y no poder haber hecho nada aunque lo hubiera intentado, él nunca toca, ni altera las cosas, porque es una ilusión.

Eso es lo peor, ¿Por qué él tiene esos sueños? ¿Es el único que lo sufre? Eso lo deja analizando la posibilidad de que haya más personas con su mismo problema. Piensa en eso hasta que el sueño lo deriva, pero no por mucho, la alarma lo sorprende y le hace despertar de un descanso, que para él se siente mínimo, como si solo hubieran pasado minutos.

Repite su rutina diaria, un poco más cansado de lo habitual, esa interrupción en la madrugada le descontrolo el régimen de sueño. Ya en su puesto de trabajo mantiene una pequeña conversación con Alexey. El mismo le anuncia que todos se la pasaron bien la noche anterior, por revivir viejos tiempos de cuando eran jóvenes, así que le ofrece una nueva invitación para volver a reunirse el sábado que viene, que él es el único que falta por confirmar.

En la mente de Dimitri, le hace algo de gracia el hecho de que ya están planeando en beber un fin de semana, cuando apenas empieza el martes. Aunque, lo ve como una buena oportunidad para volver a tener algo que hacer por la noche, y retomar el tema sobre las cosas que ve mientras duerme, piensa tocar de nuevo el asunto, esta vez con un poco más de detalle. Termina aceptando y continúa con sus cuentas.

La semana pasa muy rápido, pero en el transcurso se sintió como si el tiempo se retrasara a voluntad, y ahora; llegado el sábado, no hay muchos recuerdos de que fue en lo que invirtió ese lapso. Se alista con anticipación para estar puntual, sale de su casa y se dirige a la reunión.

Sus compañeros ya estaban en el lugar, se sentó donde siempre y empiezan a llegar las botellas. Discuten de las cosas que les pasaron en la semana, con las vidas que cada uno tiene; necesitaran al menos un año y medio para que suceda algo llamativo. La monotonía de nuestras vidas, en comparación, hace más interesantes unas que otras rutinas.

Mientras más avanza el tiempo, hay menos temas de conversación a tratar. Dimitri aprovecha eso para sacar la cuestión de sus pesadillas de una manera muy sutil.

‒ Para expandir esto, ¿Cómo va la convivencia con sus mujeres? -irá escarbando en el asunto de a poco, hasta encontrar el momento exacto.

‒ ¿Por qué la pregunta de la nada? ¿Ya tienes seleccionada? -interroga con picardía Mijaíl.

‒ Qué va, solo quiero saber de qué me libero al no vivir amarrado -responde Dimitri con júbilo para disimular.

‒ Pues yo sigo libre como una paloma, dispuesto a la que venga -presume un Alexey muy relajado.

‒ En lo personal, mi esposa y yo estamos... tranquilos, es la palabra. Ambos nos complementamos, pero la llama de la pasión se extinguió hace mucho. Por eso busco compañeras de vez en cuando, solo por sexo, mi amor sigue siendo para mi mujer -todos asienten comprendiendo la situación Nikolay.

‒ Pobre de ti si tu esposa llega a averiguar esas escapadas tuyas -advierte Alexey en broma.

‒ Dios me libre, el escándalo que me haría sería fenomenal -responde de nuevo, Nikolay.

‒ Supongo que no es para menos, ¿no?, tienen sus razones -justifica Alexey.

‒ Bueno hombre, puede que si queden dolidas al enterarse, pero ellas no entiendes que es solo eso, una aventura, sexo, diversión de paso y se acabó -se excusa el mismo Nikolay, mientras los demás lo escuchamos con atención, es la perspectiva de un hombre con más experiencia, encima casado y con dos hijos-. Uno les da todo lo que necesitan, en el nido nunca les falta comida, y si quieren algo de afecto ¡Pídanlo! Esa bendita costumbre que tienen de mandar indirectas, en vez de decir lo que necesitan, como si uno tuviera la habilidad de leer mentes.

‒ En definitiva -se une a la conversación Faddei-, mi mujer, no sé si será por el bebé que está toda hormonal, pero le ha dado por decir que tengo una musa. Ya quisiera yo tener una cariñosa para desahogarme, ya que ella no quiere hacer nada desde que se enteró de que está embazada. Y no lo hago porque no se ha nacido, y aun así me arma un problema.

‒ ¿Y qué pasaría si fuera ella la que es infiel? -Dimitri salsa esa pregunta punzante para probar la lógica de sus amigos, nunca le gustaron las infidelidades, ni recibirlas, ni hacerlas, otra razón por la que no ha pensado en un compromiso serio. Pero en vidas ajenas él no puede opinar, solo escuchar la versión.

‒ Ya sería diferente -en ese punto, Dimitri dio por perdida la coherencia en el discurso de su amigo, hasta que este menciona-, y no es porque uno puede y ellas no, es que, cuando un hombre es infiel, es una distracción, una cana al aire, satisfacer un instinto primitivo, lo hacemos solo por la variedad. En cambio, cuando una mujer monta el cuerno, es muy peligroso. Ellas son infieles al ver en otro lo que no ven en ti, significa que pierden el interés, y existe la posibilidad de perderlas. Sigue estando mal, pero al menos nosotros volvemos con una siempre, que es con la que tenemos estabilidad, más si ellas se fijan el otro, te botan sin remordimiento.

No justifica una infidelidad, y él lo admite, pero tiene un punto lógico. Todos tenemos instintos primitivos de lo más básicos; uno de ellos es la preservación de la especie. El macho busca perpetuar su linaje con varias parejas, de ejemplo está el león, por eso la atracción hacia diversas mujeres. La hembra, por otro lado, busca al macho alfa, de acuerdo a sus preferencias, para que el linaje se haga más fuerte; es la razón por la que se fijan por el que tenga más dinero, belleza, carácter, fuerza, etc.... Ese y un montón de características, que según al gusto personal, para ellas hacen a un hombre irresistible.

‒ Bueno, y ¿Qué opinan del maltrato hacia las mujeres? -los amigos de Dimitri tragaron grueso cuando escucharon esa interrogante, no sabían de donde venía, y no se quedaron con la duda.

‒ ¿A qué se debe esa pregunta? Acaso tú... -Mijaíl estaba a punto de insinuar que su amigo es un abusador, todos los miran sorprendidos y expectantes a una respuesta, en eso Dimitri se apresura.

‒ No, no, claro que no, yo jamás haría semejante cobardía. Es solo que -le llego el momento de sincerarse-, la semana pasada les mencioné sobre que tenía sueños de personas que mueren, al ustedes decirme que también los han vivido llegue a pensar que eran normales, pero solo les pasa una vez al año. A mí me viene azotando desde hace meses y se han vuelto seguidos, el último fue el lunes por la noche, soñé y vi como un hombre golpea hasta la muerte a una chica, que creo era su pareja, y ella además estaba embarazada.

Los presentes están atónitos con las palabras de su compañero, después de pasar el estado de sorpresa, como que empezaron a meditar sobre la cuestión.

‒ Vaya, sí que la tienes difícil -Faddei es el primero en hablar.

‒ ¿Y no te has puesto a analizar esas pesadillas? -menciona Mijaíl llamando la atención de Dimitri.

‒ ¿A qué te refieres con eso? -pregunta este mismo intrigado.

‒ Pues, por lo que sé, los sueños son una representación del subconsciente, de lo que vives en la actualidad, y traumas del pasado. Quizás algo te está molestando en este momento, y tus pesadillas reflejan esas inquietudes -explica Mijaíl.

‒ Quizás tenga razón -aporta Alexey-, son personas que nunca has visto, pueden ser creadas por tu propia imaginación, para representar que en la actualidad tienen un problema.

‒ Esas cosas nunca son exactas, si quieres sacarles significado, aprovecha cuando tengas esos sueños; y que sean lucidos, y trata de recordar algo, lo que sea. Ve apuntándolo en una libreta, tarde o temprano encontrarás un patrón, y tendrás un indicio de lo que te está atormentando -le aconseja Faddei, algo que suena en lo que cabe lógico. Ya lo había dicho el mismo, esto de los sueños no es una ciencia exacta.

Al pasar de las horas, otra reunión de amigos concluye con todos regresando a sus casas. Cuando Dimitri entra a la suya, su mente se centra en las nuevas fuentes de información. Al escuchar la opinión de sus colegas, pensó muchas cosas.

"Problemas que lo mortifican hoy en día" quería reírse al recordar que su existencia es un monumento a la monotonía. Pero, quizás, ese sea el meollo del asunto; en su vida a lo largo de estos últimos años no ha sucedido nada interesante, algo que rompa la rutina, se encuentra rodeado solo de una escala de grises, con historias que no levantan el ánimo. No hay alegría, emoción, tristeza, ira, nada más el aburrimiento, porque ya ni fastidio cree poder sentir por completo.

Toma consejo de sus colegas y se cambia para ir a dormir, dejando al lado de él, en la mesita de noche, un lápiz y una libreta de notas. Si llega a tener ese tipo de sueños, lo cual es lo más probable, tendrá a la mano algo para anotar lo que recuerde antes de que a los 5 min de despertar lo olvide.

Se recuesta en su cama intentando dormir, no será algo tan difícil después de varias horas de estar bebiendo alcohol. Se introduce al mundo surrealista de los sueños, todo es pacífico, a su alrededor solo hay una sensación envolvente de serenidad.

Abre los ojos, y esta vez vuelve a tener un cuerpo independiente y control sobre sus acciones y movimientos, hasta ahora este es el sueño más liberal que ha tenido, pues puede pesar en cosas ajenas a esta situación; inclusive, se halla más consiente que otras veces que es un sueño. Abre los y queda alterado con la bruma oscura que lo envuelve, con pavor analiza el entorno y se encuentra bajo el agua a una distancia poco profunda, ya que aún se puede ser la luz del sol y lo cerca que está la superficie.

Intenta nadar para subir, pero su cuerpo lo único que hace es hundirse. Esto lo obliga a ver hacia abajo, y el escenario es perfecto para alguien con talasofobia, no se logra percibir la profundidad y mientras su vista más se enfoca, más oscuro se vuelve el fondo, si es que tiene.

No se puede definir el significado de la visión, pero Dimitri se está candando, aun sabiendo que es un sueño; por instinto ha estado desde que abrió los ojos, aguantando la respiración. No dura mucho así, después de un rato sus pulmones necesitan aire y él está bajo el agua. Al final no resiste y pega una gran bocanada, pero en vez de ahogarse, como muchas cosas que se hacen posible en los sueños, él puede respirar bajo el agua.

Esto activa la fantasía en él un segundo, pero desaparece de inmediato con la inquietud que produce que se sigue hundiendo en un pozo sin fondo. De pronto no es el único que está allí, de la nada algo lo impacta con fuerza, arrastrándolo y acelerando que se descienda más en aquellas aguas. Cuando logra enfocar su vista, ve que un carro lo golpea y lo sumerge hacia el fondo.

Desde el frente que cae sobre él, observa que adentro del vehículo hay una familia entera, una madre, un padre, y en la parte de atrás dos pequeñas. Todo tiene el pánico tatuado en el rostro, llorar y buscan desesperados algo para salvarse, pero el carro desciende en el agua muy rápido, y la presión no les deja abrir las puertas, se quedan atrapados, y será su fin cuando los vidrios se rompan o el oxígeno se les agote.

Sin perder más tiempo, Dimitri escala por el auto para escapar de que lo siga hundiendo. Se siente la diferencia de presión cuando deja de ser empujado hacia el fondo, el auto descendía más rápido que él, lo que da la ilusión como si estuviera subiendo, pero igual sigue bajando.

Sin perder el tiempo, a pesar de la conmoción del despertar brusco, él recuerda que debe que enfocarse en un dato del sueño para relacionarlo con un patrón. Pero no tiene nada a la vista, solo agua y profundidad, entonces se le ocurre un dato poco común, pero es lo único diferencial que hay a la vista. Se voltea a mirar la matrícula del auto, para memorizar la inscripción.

Apenas llego a visualizarla, el carro ya se ha hundido mucho en aquellas aguas, ya le reflejaba poca la luz, pero sí logro ver lo que decía y retener los números y letras de la matrícula. Se queda viendo como el auto sigue descendiendo llegando a perderse, y vuelve la inquietud por la soledad, la sensación lo abruma y le encoge el pecho, hasta que, de un salto, despierta en su realidad.

Los síntomas son los mismos de siempre, sudor frío y parálisis del sueño. Intenta recordar el número de la matricula, y lo mantiene hasta que su cuerpo le responde, tomando apresurado la libreta de notas con el lápiz y escribe: 1-99: GAZ GAZ-14

Lo analiza por unos minutos, sin llegar a ninguna conclusión, solo le impacta que la matrícula corresponde a su país. Termina regresando a dormir, desvelándose, no va a conseguir nada, más adelante seguirá descubriendo cosas que sean repetitivas en sus sueños. Solo es el principio de una búsqueda.

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