FORBIDDEN LOVE

By Lej_27

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Kim Taehyung solo quería olvidar y pasar un buen rato, por eso después de una acalorada discusión con su jove... More

ADVERTENCIA
PROLOGUE
ONE
TWO
THREE
FOUR
FOUR.2
FIVE
SIX
SEVEN
EIGHT
NINE
NINE.2
TEN
ELEVEN
ELEVEN.2
TWELVE
THIRTEEN
THIRTEEN.2
THIRTEEN.3
FOURTEEN
FOURTEEN. 2
FOURTEEN.3
FIFTEEN
FIFTEEN.2
SIXTEEN
SEVENTEEN
EIGHTEEN.2
EIGHTEEN.3
NINETEEN
NINETEEN.2
TWENTY
TWENTY.2
TWENTY-ONE
END
EPILOGUE
CHARACTER SPOILERS
THANKS

EIGHTEEN

270 29 5
By Lej_27


"Porque eres todo cuanto necesito y no podría vivir, sin tu compañía ni tu manera de ser. Podría volver a nacer y revivir todo cuanto estamos pasando, con tal de conocerte de nuevo y no perderme ni uno solo de tus gestos. Porque por ti, vale la pena pasar por todos los obstáculos del mundo" ...



DÍA DE LA BODA.

5:58AM

TAEHYUNG

Despertar.

No de un profundo sueño donde tus palabras callan y tu mente no deja de girar. No de una pesadilla donde corres angustiado sin saber cuál es la última parada. Despertar quiero decir golpear con fuerza tus sienes sintiendo que algo ya no tiene sentido. Que la desconexión fue un éxito y el sueño triunfó sobre la dureza de un mundo cada vez más desorbitado. Despertar quiero decir, sin más, despertar de todo aquello que creemos no poder hacer, cuando en realidad lo único que hemos hecho para conseguirlo es nada.

Alguna vez, hace mucho tiempo, quizás no tanto, me propuse romper con la fragilidad de mi mente. En mi amor propio quise encontrar la verdadera realidad de mi existir humano y en mi caparazón de cota de malla quise descansar de angustias que eran ya casi un candado a la desesperación. Sin embargo, me quedé en el intento y me perdí buscando la razón de mi existir.

Alguna vez, hace mucho tiempo, había creído que Lía era mi Helena, la mujer por la que sería capaz de armar una guerra similar o aun peor a la de Troya. Que había encontrado el amor en un mundo lleno de fantasías e ilusiones, donde el amor, era un privilegio para las personas más afortunadas. Con Lía, todo había sido tan inofensivo y tranquilo, que en ocasiones sentía que nos estábamos perdiendo. Que nos hacía falta algo. E incluso, que nuestra conexión inicial se había roto. Y no me malinterpreten. No es que este diciendo que nunca ame verdaderamente a Lía, porque sería un eufemismo. La ame. Pero aun así no fue suficiente para ser feliz. Quizás, simplemente me había equivocado. Porque definitivamente, había visto las señales, las alarmas en mi cabeza habían sonado, pero todo aquello lo había ignorado en su momento, creyendo que eran supersticiones en mi cabeza. Pero con Hoseok...

Había caído por Hoseok desde que lo había visto por primera vez. Con cada momento que habíamos pasado juntos, había caído un poco más profundo. Cada día vivido a su lado, se había sentido como vivir en un libro o una película, solo esperando el momento para estar con él, deseando que lo vivido nunca terminase. Hoseok, sin darse cuenta, me había enseñado que el verdadero amor es paciente, perdona, acepta, ayuda, cree, entiende y nunca se rinde. Que el amor podía ser intenso, sin necesidad de ser sofocante y que este no mide, simplemente da. Hoseok, me había enseñado a vivir el momento y que el amor no tenía límites. Hoseok, sin duda alguna, se convertido en la calma después de mi tormenta.

Una vida perfecta no es aquella que está libre de problemas. No. Una vida perfecta, es la que te enseña a través de las dificultades a ser mejor, y a valorar todo lo que tienes. Así que no hay nada, por lo que debas privarte a ti mismo, para no luchar, por algo o por una persona que quieras... Se valiente y esfuérzate hijo mío.

Las palabras de mi madre habían sido todo lo que necesitaba, para tomar la determinación de luchar por Hoseok.

Se feliz.

Mi felicidad era Hoseok y ahora sabía lo que debía de hacer para perseguirla.






(...)

Suspiro, bajando las escaleras de la casa de Kook. Una vez en la planta baja, giro a la izquierda y me precipito a la cocina. Jungkook, ya se encontraba en el pequeño espacio, con un delantal puesto y el ceño fruncido, mientras volteaba en una sartén​ lo que parecían ser huevos revueltos. Alzando la mirada, se percata de mi presencia y asiente en mi dirección, inmediatamente, volviendo su atención en los huevos revueltos, pero ahora luchando para ponerlos en los platos frente a él.

— Ohh... Ya te has levantado. —Murmura, posteriormente maldiciendo en voz baja, cuando un pequeño tumulto de huevos se sale rebeldemente del plato.

Asiento, aunque se perfectamente que Jungkook no me está viendo, demasiado ocupado en limpiar la mesa, que cualquier otra cosa. Rodeando la isla, me aclaro la garganta y digo.

— Necesito que me ayudes con algo. —Las palabras brotan de mi boca duras como el acero, con la tonalidad del agua que gotease de una alcantarilla. Pero, aun así, no me detengo y continuo, musitando — Es sobre Hoseok.

Jungkook se congela con las manos puestas sobre la mesa de cocina. Alza la mirada y sus cejas suben por su frente, alcanzando el pelo que cae sobre sus ojos. Entonces, me estudia con las duras líneas de sus rasgos en tensión y nadando en confusión. Sin embargo, no dice nada y guarda silencio completamente estupefacto. Después de unos segundos, finalmente dice.

— ¿Qué es lo estás pensando hacer ahora Taehyung? ...

¿Qué era lo que estaba pensando hacer?

Bueno, realmente no lo sabía. Solo sabía que quería recuperar a Hoseok y vivir con él y mi hijo por el resto de mi vida. Por lo que no iba a descansar hasta que el menor estuviese a mi lado, y pudiésemos perseguir esa felicidad deseada juntos.

Con la determinación palpable por cada poro de mi cuerpo, espeto.

— Voy a buscar a Hoseok. Necesito hablar con él.

El rostro de Jungkook se contrae en una mueca de disgusto. Niega con la cabeza y replica.

— Tae. Por Dios... Yo creo que ya ha sido suficiente, con todo lo que los dos han ocasionado. —Quitándose furiosamente el delantal, lo guinda en el perchero y sale de la cocina, cruzando la sala y sentándose en el sofá de terciopelo situado al otro extremo. Suspira pesadamente y después de unos segundos, finalmente dice, mirándome con una advertencia en los ojos. —No quiero que sigas metiéndote en más problemas, Tae. Pensé que todo había quedado claro anoche, pero parece que a ti te entro por un oído y te salió por el otro... ¿Qué demonios es lo que está mal contigo? —Haciendo una pausa, niega nuevamente con la cabeza y posteriormente, después unos breves segundos, añade. — Escucha bien, Taehyung. No voy a apoyarte en esta locura. Así que vas a tener que aprender a vivir con la culpa y ...

— ¡No puedo Kook! —Exclamo rápidamente, cortando las palabras de Jungkook. Este, me mira como si me hubiese vuelto loco y abre la boca para hablar. Sin embargo, siendo más rápido que el, digo por encima de su voz. — No puedo. No me pidas que renuncie a Hoseok porque no puedo, Jungkook. —Hago una pausa, mientras me tomo un momento para exhalar un suspiro. Después de unos segundos, musito. — Quizás tu no lo entiendas, Jungkook. Pero ese chico se ha metido bajo mi piel.

Por primera vez en mi vida me da la sensación de que me he quedado sin palabras, no puedo definir lo que siento, porque nunca me había sentido así. Sin embargo, me las arreglo para decir bajo la atenta mirada de mi mejor amigo.

— Hoseok, ha logrado hacer en mí, lo que ningún otro doncel o mujer ha logrado alguna vez. —Jungkook parpadea, removiéndose en el sofá ante la vehemencia de mi confesión. Estrecha sus ojos y espera ansiosamente a que continúe. —Las manos me tiemblan cuando lo tengo cerca. Mi escaso comportamiento racional se va a la mierda, si posa su mano sobre mi mejilla y me sonríe de la manera en que suele hacerlo. Está matándome por dentro, pero sencillamente soy adicto al sentimiento de no saber qué hacer. Me gusta el riesgo que su presencia provoca en mi cuerpo, adoro la forma en que mi estómago se estremece cuando me besa y me dice lo mucho que me ama. Todo en él es tan parecido a la adrenalina, Kook. Estar con Hoseok es como saltar de un puente con los ojos cerrados y las piernas atadas. Sabes que no te harás pedazos contra el suelo ya que algo sostiene tu cuerpo para impedirlo, dejando tan solo esa sensación de locura, atravesando tus venas con cada latido enfermizo del corazón. — Los sentimientos se desbocan por cada una de mis palabras, pero no me detengo. Continuo, y esta vez dejo que Jungkook, perciba el dolor y la desesperación en mi voz—C-creo que es algo similar a lo que sientes tú, cuando vez a Jimin. Cuando lo tienes cerca. Simplemente, no puedes parar de admirar su belleza y de preguntarte. Wuao. ¿Qué es lo que tiene este chico, que hace que todos mis sentidos se inhiben solo cuando estoy a su lado? —Me veo obligado a hacer una pausa, cuando mi voz se entrecorta y los latidos de corazón, se hacen casi audibles. Entonces, suspiro temblorosamente en un intento de calmar mis emociones. Finalmente, tomando una bocanada de aire, pregunto en lo que parece ser una exigencia. —¿Me puedes entender Kook? ¿Tan solo puedes entender que esto que estoy sintiendo, no fue algo que yo busque? ¿Puedes, Jodidamente hacerlo? ...

Mierda.

Eso definitivamente había sido sofocante, pero ridículamente liberador. Dejándome como si me hubiese quitado una tonelada de sufrimiento de encima. Y con las ganas vivientes de pelear, luchar y recuperar lo que era mío.

Para cuando miro a Jungkook, este se ve a punto de colapsar. Posteriormente, alza su rostro y me mira fijamente durante tres largos segundos. Por un momento, pienso que Jungkook no aceptara. ¿Por qué tendría que hacerlo? ... Sin embargo, mis ojos se amplían y una sonrisa curva mis labios, cuando maldice.

— Mierda. — Su voz como la de un trueno, haciendo retumbar su propio pecho. Sacudiendo la cabeza dice. —Espero que esta locura salga bien y no me cueste mi matrimonio con Jimin. —Pasando una mano temblorosa por su cabello, añade. —Mierda. No puedo creer que vaya a hacer esto.

Mirando a Jungkook a los ojos, trato de transmitirle todo el agradecimiento que estoy sintiendo por él, en estos momentos. Y aunque sé que no me va a alcanzar la vida, para pagarle todo lo que ha hecho por mí, no solo en estos últimos días, si no también, por todo lo hecho durante todos nuestros años de amistad, espero poder seguir siendo su mejor amigo, para poder continuar batallando a su lado. Porque como un día me dijo. Aunque sean diez contra dos, nunca se deja solo a un amigo. Nunca se abandona. A un verdadero amigo...

Suspiro y aclarándome la garganta, musito.

— Gracias Kook. Te juro que todo saldrá bien y que no te causare ningún problema con Jimin.

Jungkook, asiente y dejando caer su cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá, grazna.

— Como sea... ¿Qué es lo que tienes pensado hacer?

¿Qué tenía pensado hacer?

Bueno, aun no lo sabía. Por lo que decido hablar con la verdad y digo.

— Realmente no he pensado mucho en ello. No es que tenga un plan o siquiera una idea, pero lo que si se, es que no voy a dejar que Hoseok se case con Min Yoongi, así sea lo último que haga en esta vida.

Jungkook niega con la cabeza y cerrando sus ojos, frota un punto en su cabeza.

— Bueno no lo sé. —Dice, con la cabeza dando golpecitos en el respaldo. Deteniéndose, deja escapar un suspiro, para luego añadir. —Creo que podríamos intentar algo no tan riesgoso. Seguramente, Lía va a estar más precavida que nunca, por lo que dudo mucho, que deje que te acerques siquiera a un metro de distancia de Hoseok.

Si. Seguramente, Jungkook tenía razón. Pero si movía bien mis fichas, podría quizás...

— Creo... Creo que me acabas de dar una idea. —Digo, recordando mi última conversación con Hoseok, en el hospital. — Antes, Hoseok me había sugerido que huyéramos juntos. En ese momento no acepte, porque temía que Lía pudiese hacerle daño a él y a mi hijo. Creo, que eso podría ser.

Jungkook asiente en compresión y entonces pregunta.

— Entonces. ¿Cómo sería?...

Así que, en los siguientes minutos me dedico a contarle a Jungkook, el plan que se me acababa de ocurrir. Él estuvo completamente de acuerdo, y posteriormente, después de haberme prestado ropa, nos dirigimos al hospital para llevar acabo la primera parte del plan.

Una vez en el aparcamiento del hospital, le pido a Kook que me espere en el auto y corro adentrándome al interior del hospital, para posteriormente, estando en el primer piso tomar el ascensor y dirigirme a mi oficina. Agradecí mentalmente, que nadie haya tratado de detenerme o entablar una conversación conmigo, facilitándome el camino y encontrar victoriosamente lo que buscaba.

Para cuando finalmente, obtengo lo que estaba buscando en los cajones de mi escritorio, salgo de mi oficina, emprendiéndome nuevamente al aparcamiento. Jungkook, esperaba impaciente en el asiento del copiloto y apenas se percata de mi presencia, musita.

— Joder, Tae... ¿Qué te tomo tanto tiempo?...

Sin embargo, ignoro su pregunta y metiendo la mano en el bolsillo de mi chaqueta le entrego un pequeño sobre, y una pulsera. Jungkook, mira ambas cosas con aprehensión, pero no dice nada y se limita a guardar silencio. Así que, sin querer perder más tiempo, pongo el auto en marcha y conduzco por las calles concurridas de Seúl, maldiciendo internamente en cada luz roja, donde debía de a hacer un pare.

Finalmente, después de casi una hora, por fin había logrado aparcar frente a la mansión de los Jung.

Jungkook, quien se había mantenido en silencio, bajo del auto, susurrando para sí mismo.

— Espero que toda esta mierda salga bien.

Lo mismo espero yo. Pensé con el corazón desbocado y los sentimientos a flor de piel.

— Jungkook... —Llame una vez Kook estuvo completamente afuera, llamando su atención. Este voltea inmediatamente e inclinándose por la ventilla del copiloto, levanta la barbilla, haciéndome saber que tengo su atención. —No olvides entregarle tanto el sobre como la pulsera a Hoseok.

Jungkook asiente con la cabeza y posteriormente se aparta de la ventilla, murmurando un bajo. —Nos vemos luego—Entonces, se dirige con pasos rápidos a la mansión Jung, mientras que yo me quedo en el auto pensando en las posibles respuestas que podría obtener del menor. Solo esperando y rezando para que este no fuese tan testarudo y pudiese perdonarme, para así vivir nuestro final feliz y no quedarnos en el triste final del epilogo de un viernes trece.

Para cuando recuerdo que nadie debe verme, pongo el auto en marcha y me dirijo a la casa de Kook, para esperarlo allí como lo habíamos acordado. Sin embargo, lo que nunca me imagine, es que las siguientes horas en ese apartamento, solo y con la mente de enemiga, se convertirían en mi suplicio. Deseando, jamás haber dejado que las cosas llegar hasta este punto.

Deseando, haber luchado por Hoseok, desde el principio.














(...)

7:30AM

HOSEOK

Me había despertado demasiado temprano para mi propio bien, con los gritos de Jimin retumbando en toda la habitación, porque finalmente hoy era el día de mi boda. Jennie, quien también se encontraba en la habitación, solo observaba todo con expresión divertida, para posteriormente molestar a Jimin, porque ahora él era el más feliz y emocionado con el día, que cualquier otra persona en toda la casa. —Pues aun no estoy de acuerdo. Pero eso no quita que me sienta feliz. No todos los días se casa mi Hobi. —Era lo que Jimin había refutado a las burlas de Jenn. Yo, simplemente me había reído, divertido por la cara de indignación de mi primo y la risa contagiosa de Jennie, simplemente disfrutando del momento, hasta que me tocase enfrentar la realidad.

Ahora una hora después, me encontraba listo para enfrentarme al día de mi boda o por lo menos así esperaba que fuese.

— ¿Listo?... —Jennie pregunta a mi lado, brindándome una de sus mejores sonrisas, de esas que te hacían curar el alma, hasta de la pena más amarga.

Asiento a su pregunta y suspiro musitando un suave. —Más que listo. —Al tiempo que la puerta es abierta sin miramientos y posteriormente azotada con fuerza, asustándome por completo.

Vértigo se arremolina en mi estómago, justo antes de que me entre el miedo, cuando mis ojos hacen contactos con unos conocedores ojos marrones.

Solo mi suerte. Pensé cuando Lía, me sonrió elevando una perfecta y cuidada ceja. Solo mi maldita suerte. Me repetí, cuando ella dio un paso más hacia delante y su sonrisa maliciosa se extendió mucho más sobre su rostro. Para segundos después, como solo ella sabía hacerlo, demandar.

— Salgan ahora mismo de la habitación. Necesito hablar con Hoseok.

Jimin, fue el primero en reaccionar, moviéndose protectoramente, como lo había hecho en el hospital con mi madre y posicionándose delante de mí.

— Pues lamento informarte que no se va a poder. —Dice, dirigiéndole una mirada furiosa a Lía. —Así que, es mejor que salgas tú de la habitación y te devuelvas por donde viniste, porque no voy a dejar que vengas a indisponer a Hobi el día de su boda, con tu sarta de veneno.

Indignada, Lía bufa.

— Ja... ¿Quién te crees tú que eres, para prohibirme hablar con mi hermano?... —Se cruza de brazos y eleva una ceja desafiante. —Bien podría ir con mi padre e informarle de tu insolencia primito.

Jimin sonrió.

Esa sonrisa maliciosa que te hacia helar hasta los huesos, jodido por el miedo.

Siendo su turno ahora para elevar una ceja, grazno.

— Pues me importa un comino si vas o no de chismosa con mi tío... No vas a hablar con Hoseok.

Oh no.

Si no intervenía ahora mismo, Jimin sería capaz de armar la de Troya, con tal de defenderme. Así que decidido y con la determinación de no permitir, que mi habitación se convirtiera en un campo de batalla. Tomo aire para calmarme y miro hacia arriba, tratando de no estremecerme ante la mirada de mi hermana, mientras la chica me mira con odio en sus ojos.

— Está bien, Jiminie. —Digo, llamando la atención de este. —Lía tiene razón. Ella es mi hermana y no le veo ningún problema en que hablemos. —Dando un paso valientemente hacia delante, pongo mi mano en el hombro tenso de Jimin y le doy un suave apretón, musitando. —Déjennos a solas. Voy a estar bien.

Jimin gira levemente la cabeza, mirándome con desconcierto. Sin embargo, ríe incrédulamente y negando con la cabeza, sale de la habitación sin decir palabra alguna. Jennie, quien se había mantenido en silencio, observando todo como la psicóloga que era,

— No te preocupes por él. Ya sabes como es. —Asiento y ella me sonríe, diciendo. — Te estaremos esperando en el comedor. —Esta vez, alzando un poco su voz, agrega. —No tardes.

Pasando por el de lado de Lía, Jenn se detiene un momento y espeta. —No te atrevas a indisponerlo en el día de su boda o tu juro que las amenazas de Jimin, se quedaran cortas para lo que pienso hacerte. — Entonces, así como si no hubiese dicho absolutamente nada, continua con su camino, saliendo de la habitación.

Sonrió para mis adentros, antes la expresión cómica de Lía. Y es que seguramente al igual que yo, debió quedar sorprendida, ante las palabras y tono amenazante de mi mejor amiga. Pero no me mofo con ello y digo.

— Voy hacer directo contigo Lía. —Ella, arquea una ceja— No creo que vengas para felicitarme por mi boda con Yoongi y mucho menos, para pedirme perdón por todo lo ocurrido en el pasado... Así que, ahórrate la diplomacia y ve directo al grano.

Primero, Lía frunce el ceño mirándome como si no pudiese creer mis palabras. Segundo, estalla en una carcajada que me da escalofríos y me hace flaquear ante la determinación que ya había ganado. Entonces, retirando unas invisibles lágrimas de sus ojos, escupe con odio.

— Sabes, eres muy chistoso Hoseok. —Niega con la cabeza y posteriormente, añade. —Bueno, definitivamente en algo si tienes razón. No estoy aquí, para felicitarte absolutamente por nada. Y seguro como el infierno, que tampoco me encuentro aquí para pedirte perdón. Porque te he tratado como te lo mereces. Y no sabes lo feliz que me siento, de por fin poder librarme de ti. —Haciendo una pausa, la expresión de Lía se endurece mucho más y con la voz fría, dice. —Ahora, otra cosa es lo que yo creo. Y lo que yo creo, es que quien debería pedirme perdón es otro.

Casi me atraganto con mi propia saliva, al escuchar las palabras fuertes de Lía.

Ahora, otra cosa es lo que yo creo. Y lo que yo creo, es que quien debería pedirme perdón es otro.

Hermoso Jesús.

Lo había hecho sonar como si supiese algo, que no pude evitar sentir como si me hubiesen dado un latigazo en las costillas, en cuanto Lía lo menciono.

Cálmate, me dije a mi mismo. Respire profundamente, estaba tocando un tema del que no me gustaba hablar o en el que ni siquiera quería pensar. El solo hecho de pensar en ello me obligaba a encogerme dolorosamente.

Me tomo unos segundos para llevar oxígeno a mis pulmones. El pánico me carcome. Me paso la mano por el cuello nervioso y a punto de colapsar, pero aun así me las arreglo para decir.

— N-no sé de qué me hablas, Lía.

Lía parece notar como sus palabras me han desestabilizado y alzando una ceja, pregunta.

— ¿Estás seguro Hoseok?... Porque yo creo que sabes perfectamente, sobre que hablo, Hobi.

Trago fuertemente ante la mirada acusadora de Lía.

Mierda.

Ella lo sabía todo.

Mi estómago se hunde amargamente, pensando en los peores escenarios posibles. Acaso. ¿Sabía ella también, que este bebé que estaba esperando era de Taehyung?

Jodida, Mierda.

La bilis me subió por la garganta, quemándome en lo más profundo y obligándome a luchar contra la urgencia de vaciar el contenido de la cena ingerida, la noche anterior. Lía, sonríe ante mi expresión e inclina la cabeza a un lado con el ceño fruncido. La expresión de satisfacción en su rostro es tan delirante, que la urgencia de terminar con todo esto rápido, me estaba carcomiendo por dentro. Había en mí una tensión enroscada, como una serpiente de cascabel que se retuerce sobre sí misma, preparándose para escupir y luchar, si la mujer se atrevía a decir o hacer algo, para dañar a mi bebé. Así que, quizás haya sido por un acto reflejo o simplemente por el instinto de supervivencia, doy un paso hacia atrás, alejándome lo más posible de la cercanía amenazante de mi hermana.

La sonrisa de Lía, se amplía mucho mas y dice.

— Tranquilo hermanito. No pienso ensuciarme las manos contigo. —Hace una breve pausa, para posteriormente, murmurar. —Además, lo que paso con Minho ya quedo en el pasado.

El aire escapa de mis pulmones, haciéndome sintiéndome mareado y algo alejado de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor. Mis ojos se enfocan en Lía, mirándola fijamente, pero sin verla.

Entonces. ¿Ella no hablaba de Taehyung? ...

Mierda.

Su juego de palabras, me tenía totalmente confundido y a punto de perder los estribos. No tenía ni idea de que se suponía que debía decir ahora, así que, simplemente abandono la idea de tratar de encontrar las palabras correctas para decir. Porque... ¿Qué era realmente, lo que ella quería que dijera? ¿Qué era lo que quería exactamente Lía de mí? ...

Ni siquiera fue necesario que dijese algo, porque tomando la palabra nuevamente, Lía pronuncia con voz severa.

— Siendo honesta contigo, pensé que nunca me libraría de ti. —Lía, hace una pausa. Su rostro duro como el acero, cuando dice. —No sabes cuan feliz me siento, de que por fin desaparezcas de mi vida. —Con la mandíbula tensa, después de unos segundos, finalmente añade con odio. —Te odio Hoseok. Te detesto. Y espero que seas malditamente infeliz en la vida y te pudras en el infierno. Porque te lo mereces. Te mereces eso y mucho más.

Sus palabras son duras y frías, y no puedo evitar sentirme, como si me hubiesen apuñalado con una daga filosa, mientras una ligera punzada se instala en mi pecho. Así que, cierro mis ojos por un momento y trato de tranquilizar mi corazón acelerado, para segundos después, abrirlos, exigiendo con firmeza.

— ¿Por qué Lía? ¿Por qué si somos hermanos? ¿Por qué me odias tanto?...

Lía, sonríe abiertamente.

— Tu mejor que nadie deberías saberlo...

Sentenciando esas últimas palabras, Lía da por terminada nuestra conversación, girando en sus talones y saliendo de la habitación, dejándome completamente congelado y con un horroroso nudo, atascado en el fondo de mi garganta.

Siempre había sabido que el odio que Lía sentía hacia a mí, se trataba de algo más, que lo que había sucedido con Minho, en el pasado. La pregunta era. ¿Por qué?... Nunca le había hecho nada, y cuando era más pequeño, había tratado de acercarme a ella buscando su amor y aprobación de hermana. Sin embargo, ella nunca intento acercase a mí, rechazándome cada vez que podía. Con el tiempo, al igual que como había pasado con mi madre, simplemente un día lo había dejado de intentar, concentrándome solo en mí.

¿Envidia?... Lo dudaba mucho.

Yo lo que creo, es que ella siempre te ha tenido envidia.

Había dicho Jimin una vez, cuando llorando, le había expresado mis sentimientos sobre el odio que sospechaba, sentía Lía por mí.

En el fondo, yo sabía que esa no podía ser la razón. Porque vamos... ¿Qué iba Lía a envidiarme a mí? ... Siempre había tenido lo que quería. Los mejores juguetes, la mejor habitación, el amor de nuestra madre, y hasta la atención de mi padre. Ella, había crecido hermosa y poderosa junto a nuestra familia. Mientras que yo, había crecido con miedos, solo y al otro extremo del país, teniendo que conformarme con llamadas y unas cuantas visitas al año.

¿Envidia?... No. Definitivamente no lo era.

Exhalando una bocana de aire, mientras sacudo la cabeza y aparto una lagrima traicionera que escapa de mi ojo izquierdo, decido apartar el doloroso pensamiento. Y me apresuro a ir al comedor, para reunirme con los chicos. Una vez en la planta baja, giro a izquierda, cuando una voz a mis espaldas me hace detener de golpe.

— Hoseok...

El corazón me salta a la garganta y debo llevar mi mano al pecho, para intentar calmar mi pobre corazón. Entonces girando en mis talones, sonrió nerviosamente y musito.

— Joder. ¿Casi me matas de un susto? ...

Jeon Jungkook, el esposo de mi primo, me mira con el rostro rojo y murmura.

— Ohh Por Dios. Lo siento. No fue mi intensión asustarte. —Dando un paso más hacia adelante, pregunta ahora con expresión, preocupada. —¿Estas bien?...

Sonrió ante su pregunta y asiento con la cabeza, respondiendo a su pregunta.

— Si claro, me siento bien. —Sin embargo, la expresión de Jungkook no cambio, viéndose aun preocupado. Por lo que digo, esta vez con firmeza. —Es solo que me asuste porque no te había visto. Pero de verdad, estoy bien.

Esta vez mis palabras lograron convencer a Jeon Jungkook, suavizando su expresión.

— Es bueno saberlo.

Asiento, y entonces nos miramos durante algunos segundos que parecieron una eternidad, hasta que finalmente, empezando a sentirme un poco incómodo ante la mirada evaluadora de Jeon Jungkook, me veo intimidado, desviando la mirada a cualquier otro lugar de la habitación, que no fuesen sus ojos oscuros.

Aclarándome un poco la garganta, digo.

— Justamente, ahora mismo iba a encontrarme con Jimin. Él está en el comedor junto con Jennie. Así que con mucho gusto puedo llevarte.

Jungkook, no responde y en cambio se queda mirándome fijamente como si tratara de leerme. Por lo que, empezando a sentirme nervioso, vuelto a apartar la mirada, rompiendo con nuestro contacto visual, y murmurando con torpeza.

— O si quieres puedo ir por él y decirle que lo estás buscando. —Al no obtener nuevamente respuesta alguna, parpadeo confundido por la actitud del esposo de Jimin, y giro en mis talones, musitando. — Creo que mejor voy por Jimin.

Sin embargo, no alcanzo a llegar muy lejos, cuando la voz de Jungkook me hace detener de golpe.

— Mmmm. No Hoseok, espera un momento. —Deteniéndome, giro nuevamente encarándolo. Lo miro con curiosidad, preguntándome que le pasaba, pero espero atentamente a que continúe. Aclarándose la garganta, dice. —Y-yo.... Yo realmente estoy aquí, porque necesito hablar urgentemente contigo de algo importante.

Frunzo el ceño en confusión. Y pregunto lo único que se me ocurre, podría ser el único tema de conversación, realmente importante entre el mayor y mi persona.

— ¿Sucede algo con Jimin? ...

— Ohh. No. No. No, es nada de eso. —Su respuesta es automática— Jimin está bien. Pero... —El mayor hace una pausa, y mira detrás de mí por un momento, antes de volver su atención hacia mí, preguntando — ¿Podemos hablar en otro lugar?

Alzando una ceja, me aclaro la garganta sin saber exactamente qué decir. Al ver mi expresión de desconcierto, Jungkook me sonríe y musita.

— No tienes nada de qué preocuparte, Hoseok. Es solo que nadie puede enterarse de lo que tengo que decirte.

La intriga y la duda se apoderan de mí haciéndome vacilar, pero finalmente sonrió, atraído por la amabilidad de sus ojos.

— Por supuesto. —Digo, esta vez un poco más relajado. Entonces, le hago una seña con la mano y lo invito a que me siga. — Sígueme, conozco un lugar donde podemos hablar tranquilamente.

Así que pasando por su lado y segundos después sintiendo sus pasos detrás de mí, lo guio atraves del living y lo conduzco por el pasillo, hasta detenernos en las puertas dobles, que nos permitía el acceso a la biblioteca.

Abriendo la puerta, le hago nuevamente una seña con la mano para continúe e ingreso inmediatamente a la habitación, cerrando la puerta detrás de mí. El mayor observa la habitación por unos segundos, antes de girarse y enfocar sus ojos oscuros en los míos. Parece nervioso y como si estuviese luchando alguna batalla interna. Por lo que su actitud, empieza a jugar con mis propios nervios, haciendo que mi estómago se revolviese y mi cabeza girara en confusión.

Jeon Jungkook, finalmente decide apiadarse de mí, y continua. Sin embargo, las palabras que salen de su boca no las esperaba, tomándome desprevenido y deteniéndome el corazón por una mili fracción de segundos.

— Es sobre Taehyung. —Dice, sus labios apretados en una línea recta. — Yo... Lo sé todo.

Me congelo.

Mi cerebro paralizándose al mirar su cara, y darme cuenta de lo que acababa de decir. Sin embargo, no me muevo y guardo silencio, esperando que el mayor continúe y con las esperanzas de estar equivocándome, como hace un rato con Lía. Excepto, que la respuesta estaba escrita en todo su rostro.

Ohh Dios mío.

Mi estómago se revuelve enfermizamente, y aparto la mirada de su atención de repente sofocante.

Mierda.

Jimin no me había dicho que su esposo sabía lo que había pasado entre Taehyung y yo... ¿Le había el, contado? ¿Había sido el mismo Taehyung? ...

Con el rostro ardiendo por la vergüenza, me veo obligado a aclararme la garganta y balbucear.

— Y-yo.

— Está bien, Hoseok. —Dice Jungkook, interrumpiendo mis palabras. — Yo no estoy aquí para juzgarte. —Hace una corta pausa y continua— La verdad ni siquiera tengo ese derecho para hacerlo. Y si estoy hoy aquí, es porque Taehyung me lo pidió.

Taehyung.

La garganta se me cierra con fuerza y me quedo inmóvil, mirando a la nada por un largo tiempo. Y es que, llevaba tanto tiempo con el corazón roto, que casi no había sabido que hacer conmigo, hasta que Yoongi me había propuesto que me casara con él y me había ayudado a aliviar este dolor que me causaba el pensar en el mayor. Así que, el que Jungkook lo mencionara ahora, punzaba esa llaga aún abierta y sin esperanzas de sanar por el momento, que me había dejado el rechazo de Kim Taehyung.

Sacudo la cabeza para apartar el pensamiento y el dolor que me causaban los recuerdos del mayor. Entonces, no puedo evitar abrazarme a mí mismo, sintiéndome humillado y pequeño, cuando la voz de Jeon Jungkook, musita mi nombre.

— Hoseok.

Incapaz de mirarlo a los ojos, murmuro.

— Yo no quiero saber nada de Kim Taehyung. —Mi voz es seca y hago una pausa, para tomar una profunda respiración temblorosa. — Así que te agradezco y te pido con todo el respeto que te mereces. No me hables de Kim Taehyung, justo el día de mi boda. —Otra pausa. Mi voz rota y con un atisbo de dolor, cuando agrego. — Ese es un callejón sin salida que debe quedarse así... Por favor. En serio solo quiero enfocarme en mí y mi...

— Mira Hoseok. —La voz dura y firme de Jungkook, me detienen. — Te voy hacer sincero. Para mí todo esto es una locura, pero... Taehyung te ama.

El dolor sube por mi garganta. Y tengo que luchar fuertemente para no llorar.

No es verdad.

Me digo a mi mismo, convenciéndome de que las palabras del mayor no son ciertas.

Kim Taehyung, no me amaba.

Lo había demostrado el día en que había decidido rechazarme y quedarse con su esposa. Lo había demostrado, cuando no había sido valiente para buscarme y luchar por nosotros. Lo había demostrado, cuando había faltado a su palabra y había rosto su promesa. Y el que Jungkook estuviera hoy aquí, solo confirmaba lo que ya sabía. Había sido solo un capricho para Kim Taehyung.

Desde que Kim Taehyung, había aparecido en mi vida, toda mi puta tranquilidad, paz y orden se habían ido al carajo. Haciéndome ser irracional y perder la cabeza a su alrededor. Sin embargo, esta vez no permitiría que el hombre se metiera bajo mi piel. Así que, retirando una estúpida lagrima que se había escapado de mi ojo izquierdo, digo con firmeza.

— Dudo mucho que Kim Taehyung, me ame. Sin embargo, ya no me importa. Ahora voy a rehacer mi vida y olvidar todo esto. Así que, con todo el respeto que tú te mereces Jungkook, te pido que dejes este tema hasta aquí.

Jungkook, suspira pesadamente viendo incómodo. Pasa su mano por el pelo y vuelve a dejar escapar un suspiro esta vez frustrado. Entonces, cuando sus ojos vuelven a hacer contacto con los míos, finalmente deja salir las palabras.

— Mira Hoseok. Tú me disculparas que sea tan insistente, pero Taehyung de verdad está arrepentido. El... él quiere recuperarte, luchar por ti y que por fin puedan estar juntos.

Luchar por mí. Si, como no. Quise burlarme, en cambio, decido guardar silencio y morderme la lengua, para evitar decir lo que pensaba.

— Compartís algo profundo. —La observación del mayor, llama mi atención, sacándome de la ensoñación en la que me encontraba sumergido y haciéndome acelerar el pulso por la fuerza de sus palabras— A él le importas. Lo he visto con mis propios ojos. El modo en que te mira. El modo en tu lo miras a él. La manera en que se mueven alrededor del otro. Eso no es de este mundo, Hoseok y lo sabes.... El cuerpo dice más cosas que las palabras.

La garganta se me cierra con fuerza y trato de aclararla, de recuperar el repentino bloqueo, que me impide decir lo que siento. Y es que. ¿Qué le pasaba últimamente a todo el mundo?... Acaso no entendían, que lo único que quería era ser feliz y darle una familia a mi bebé. Darle un ambiente donde pudiese sentirse seguro. Donde nadie lo juzgara o mirase mal, por haber sido el fruto de lo que muchos considerarían un error, pero que para mí se había convertido, en lo mejor y más hermoso que me había pasado en esta vida

Que se creía Jeon Jungkook, para venir aquí y abogar por el imbécil de Kim Taehyung, como si yo no hubiese sido, el que le hubiese estado pasando mal y sintiéndose como la mierda, por haber sido tan estúpido.

No.

No permitiría que Jungkook, viniese hoy aquí a decirme cosas sin sentidos. Así que, me aclaro la garganta y con la voz fría como hielo, espeto.

— ¿Eso fue lo que Kim Taehyung te dijo que me dijeras? ... —Jungkook abre los ojos enormemente, como si no hubiese esperado mi pequeño arrebato. Alzando una ceja, digo —Sabes que, no me importa. Kim Taehyung, es un mal pasado de mi vida. Y ahí debe quedarse.

Me felicito a mí mismo por mantener mi voz seca y neutra como el hielo, estrangulando mis emociones y logrando que la represa de agua, aguantase hasta que Jeon Jungkook se fuese y me dejara solo. Sin embargo, el tipo grande me la estaba poniendo difícil, manteniendo su postura desafiante y que dejaba en claro que no se iría, hasta obtener una respuesta coherente de mi parte.

— ¿Es lo que quieres? —El mayor pregunta estoico frente a mi expresión pétrea, negándose a ceder hasta obtener una respuesta aceptable.

Mi labio inferior tiembla. Pero, aun así, me las arreglo para musitar.

— Si

Jungkook asiente silenciosamente. Para segundos después, murmurar.

— Está bien. —Dice—Sin embargo, aún no me puedo ir hasta entregarte algo que te pertenece a ti. —Con el corazón haciendo saltos mortales, para salírseme del pecho, mis ojos lo siguen sigilosamente, mientras lo veo llevar su mano al bolsillo de su chaqueta y sacar un sobre. —Taehyung me pido que te entregara esto.

Mi pulso se acelera, mientras dudoso, pero queriendo acabar con esto pronto, estiro mi mano y tomo el sobre con dedos temblorosos.

— ¿Qué significa esto? —Quiero saber con voz temblorosa. Sin embargo, Jungkook no responde a mí pregunta y vuelve a llevar su mano al bolsillo de su chaqueta, sacando esta vez algo que no es perceptible para mis ojos.

Entonces, el mayor abre la palma de su mano y lo que mis ojos ven en ella, me hace estremecer con una mezcla de felicidad y desconcierto.

— Creo que esto te pertenece. —Jungkook dice, llamando mi atención y animándome a tomar el objeto en su mano.

Con el corazón latiéndome a mil, doy un paso hacia adelante y tomo la pequeña pulsera dorada, que brillaba como el atardecer, entre mis manos. Mis dedos temblorosos, trazan el pequeño dije colgando en la pulsera.

Vive. Sueña Ama.

Hermoso, Jesús.

Chillo de felicidad, para posteriormente, parpadear intentando en vano alejar el escozor en las cuencas de mis ojos. Una lagrima se desliza por mi mejilla y sollozo silenciosamente, hundiéndome en la melancolía.

Jungkook, quien se había mantenido en silencio, respetando mi pequeño momento de debilidad, se aclara la garganta y dice.

— Taehyung, quiere que, por favor leas lo que hay dentro de ese sobre. Después de ello, respetara cualquier decisión que tomes.

Alzo la mirada y asiento sin decir una palabra. Jungkook, toma mi silencio como su salida y pasando por mi lado, se detiene, solo el tiempo necesario para decir.

— Espero que puedas tomar la mejor de las decisiones para ti y tu bebé. Y recuerda que no importa la decisión que tomes, nadie va a poder juzgarte, porque eres tú, quien ha tenido que vivir entre la mierda...—Hubo un corto silencio, antes de que Jungkook, agregara— Cuídate Hoseok.

Con esas últimas palabras, Jungkook sale de la habitación dejándome con el corazón roto, y los sentimientos desbocándose violentamente de mi cuerpo. Entonces, las lágrimas salen salvajemente de mis ojos, haciéndome estremecer por cada sollozo. Las preguntas, desbordándose por mi mente y haciendo que una mezcla de rabia y tristeza se apoderase de mí.

¿Por qué? ¿Por qué justo tenía que buscarme el día de mi boda con Yoongi? ¿Por qué no me dejaba ser malditamente feliz?...

Taehyung no me quería. Nunca lo había hecho. Entonces, ¿Por qué ahora se le daba por hacer todo esto? ¿Qué era lo que buscaba con mandar a Jungkook, a decirme todas esas cosas absurdas?... Pero no.

No.

No iba a dejar que Kim Taehyung, siguiera jodiendome la vida. Ya no. Que se jodiera Kim Taehyung.

Había tenido la oportunidad, le había dado mi confianza y le había propuesto huir juntos y ¿Qué había hecho él? ... Le había valido un comino lo que yo sentía, rompiéndome el corazón y eligiendo a Lía. Así que, ya no. No iba a caer más en su juego. Me iba a casar con Min Yoongi y borraría a Taehyung de mi vida, como si solamente hubiese sido un maldito espejismo. Como si nunca hubiese existido.

Sintiéndome a punto de colapsar por la gran cantidad de emociones, que golpean cada zona de mi mente, tomo una bocana de aire y las fuerzas necesarias para terminar con todo esto. Entonces, con dedos aun temblorosos, le doy una última mirada a la pulsera en mi mano y con una pequeña sonrisa en los labios, la guardo en el bolsillo delantero de mis shorts, segundos antes de rasgar el papel en mis manos, y sacar inquietamente el papel cuidadosamente doblado en el interior de esta.

Mi respiración se queda atrapada en mi tráquea desestabilizándome. Mi estómago se hunde y la bilis quema profundamente en mi garganta, cuando mis ojos reconocen la letra de Taehyung. Sin embargo, no es la letra la que hace que mi visión parpadee, y que un dolor insoportable aprisionase mi pecho. No. Las palabras escritas en el papel, son las que logran tal efecto en mí.

Mi vida.

Ha pasado ya un día, desde que me pediste que me alejara de ti. Sin embargo, es algo que no puedo aceptar. No sabes cuánto quisiera que las cosas fueran diferentes, y no me refiero a dejarte de amar o sacarte de mi vida, ¡NO! sino a que ya no seas más prohibido, a que pueda amarte sin barreras y el miedo constante de ser descubiertos, por personas que no entenderían nuestro amor.

En ocasiones siento verdadera desesperación, cuando tratas de convencerme que es mejor resignarnos, porque tenemos demasiado en contra como para ser felices. Pero no entiendes que esa nunca ha sido una opción para mí, porque te necesito más que al aire que respiro. Pero sé también que tienes dudas y bastantes miedos; quizá tantos o más de los que siento yo. Es tan difícil tratar de ir contra los demás, cuando absolutamente todo parece ser más fuerte que tú. Pero por ti, haría hasta lo impensado con tal de asegurarme de que te quedarás junto a mí.

Sé que en este momento tienes tanto miedo como yo. Mientras no dejo de pensar en ti, imagino que llegará el momento en el que, por fin, podremos superar cualquier problema. Nos amamos y es lo único que importa. Por más que me esté prohibido, no dejaré de añorar estar a tu lado. Y quiero que tengas presente, que nunca renunciaré a ti, mientras haya una estrella brillando en el cielo, la esperanza de tenerte seguirá viva en mi corazón.

Te amo.

K.T

Frialdad enfermiza llena mi pecho. Mis dedos se aferrarán a la silla más cercana, deslizándome en ella. Mi labio inferior tiembla y aunque trato de retener las estúpidas lágrimas, no puedo. Esto que estaba sintiendo dentro de mí, era más fuerte que cualquier otra cosa, quemándome por dentro. Matándome.

Cuando logro recuperarme solo un poco, saco el papel de color más pequeño en el sobre, con un suspiro tembloroso y leo, con las lágrimas obstruyendo mi visión.

Mi vida.

Sé que ha pasado una semana ya, y que seguramente estarás pensando que me olvide de ti, dejándote a un lado, pero quiero que sepas y tengas la seguridad, que jamás hubiese podido hacerlo, si ese hubiese sido el caso. Quiero que sepas que los días sin ti, han sido oscuros y fríos. Que cada día sin ti a mi lado, ha sido doloroso, tormentoso y lleno de caos. Lamento mucho, y me arrepiento de haber esperado hasta día, para hacer lo que debía haber hecho desde el principio. Y aunque seguramente para estos momentos, no querrás saber nada de mi existencia, simplemente no puedo darme por venido. No puedo dejarte ir, sin luchar hasta el último día y sin importar que sea lo último que haga en esta vida. Por lo que por favor Hobi, bebé, te pido con todo el amor que tengo para ti en mi corazón, que luches junto a mí. Lucha junto a mi Hoseok. Sé que elegirás con el corazón y tomaras la mejor decisión para nuestro hijo y para ti. Y siempre recuerda, que sin importar quien intente separarnos, mi corazón te pertenece, porque te amo. Te amo. Jung Hoseok.

Doblando el pequeño papel, mi corazón se detiene por una mili fracción de segundos, cuando leo...

"No me importa cuanto tenga que esperar, te amo y eso es suficiente para esperarte toda la vida".

Si decides luchar junto a mi por nuestra felicidad, te voy a esperar.

Parpadeo rápidamente, manteniendo mis lágrimas enjauladas. No lloraría. No iba a llorar. Nada de lo dicho en estos estúpidos papeles era cierto. Intenté convencerme a mí mismo en vano, porque muy al contrario a lo que yo quisiese o a el esfuerzo que hiciese, las lágrimas brotaron silenciosamente de mis ojos, mientras mis ojos miraban con aprehensión y como si fuese un arma letal, la dirección que reconocí inmediatamente como la casa de Jungkook y Jimin.

¿Cómo se atrevía?

Como se atrevía a venir ahora y proponerme tal aberración.

Kim Taehyung, estaba muy equivocado si creía, que, con unas simples palabras dulces, lograría engañarme nuevamente.

Sé que elegirás con el corazón y tomaras la mejor decisión para nuestro hijo y para ti. Y siempre recuerda, que sin importar quien intente separarnos, mi corazón te pertenece, porque te amo. Te amo. Jung Hoseok.

Por supuesto que tomaría la mejor decisión, para mí y mi bebé.

Ya la había tomado. 






Capitulo 18-1 Parte. 

#FORBIDDEN LOVE💜

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