Saighead Boireannach |James F...

By MerlinaRothbart

21.5K 2K 920

En 1870, Marlenne Fitzgerald conoce muy bien los pros y contras de provenir de una familia en donde sólo hay... More

ACLARACIONES
PLAYLIST
SINOPSIS
REPARTO
PREFACIO
ACTO I
• AON
• DHÁ
• TRÍ
• CEITHIR
• CÓIG
• SIA
• SEACHD
• OCHD
• NAOI
• DEICH
ACTO II
• AON-DEUG
•DÁ UAIR-DHEUG
• TRÌ-DEUG
• CEITHIR-DEUG
• CÒIG-DEUG
• SIA-DEUG
• SEACHD-DEUG
• OCHD-DEUG
• NAOI-DEUG
• FICHEAD
ACTO III
• FICHEAD 'S A DHÀ
• FICHEAD 'S A TRÌ
• FICHEAD 'S A CEITHIR
• FICHEAD 'S A CÒIG
• SÈ FICHEAD
• SEACHDNAR FICHEAD
• FICHEAD 'S A H-OCHD
• A NIGHEAN FICHEAD
• TRITHEAD
ACTO IV
• TRITHEAD 'S A H-AONA

• FICHEAD 'S A H-AON

322 32 10
By MerlinaRothbart

_______________________________

SAIGHEAD BOIREANNACH
XXI. El fuego de Samhain.
______________________________

Alerta: Este capítulo contiene escenas de violencia debido a hechos históricos realizados en los rituales de las antiguas driudas. Además de consumo de sustancias. Se solicita discreción.

Los niños del asentamiento corrían felices luego de que Nimué les tuviera preparados los cráneos de equino para poder disfrazarse. Blaire les entregó sábanas blancas y los jugueteos habían comenzado.

Mari Lwyd, era una especie de fantasma equino según el folklore gaélico e irlandés. Tenía la cabeza de un caballo o una vaca y se dedicaba a asustar a las familias a cambio de comida, de lo contrario estaban expuestos a que se llevara a los animales domésticos.

Las risas de los niños regocijaban el espíritu del asentamiento en la isla. Faltaba poco para la media noche y el altar principal estaba dispuesto a orillas de la playa principal; el fuego chisporroteaba e iluminaba el lugar, otorgando calor para aguantar el ritual que pronto celebrarían, colchas y almohadas estaban dispuestas alrededor para yacer junto a él de forma confortable, sin mencionar el aroma a los caldillos, conejos y liebres asados que se prepararon para la ocasión.

Las ofrendas eran magníficas, frutas y hortalizas por montón, además de un becerro atado que pronto sería parte del sacrificio.

Blaire entró en la casa grande, allí solían convivir la mayoría del tiempo todas las mujeres. Una a una les fue entregando una enagua vaporosa de seda, esta era algo transparente, hacía notar las siluetas y la piel de quienes las usarían.

Todas estaban emocionadas.

Samhain era una de las celebraciones más importantes del año para aquellas druidas.

Heidrun entró con coronas de flores en un cesto y algunos frascos con ornamentos preciosos. Era una ocasión importante y quería compartir su amor por sus compañeras con esos agasajos.

Marlenne se sintió como una niña pequeña, pues con sus hermanas también hacían esas coronas cuando las flores del campo aparecían. La colocó sobre su cabello, observó si reflejo en el espejo y sintió como los vellos de sus brazos se erizaban.

¿Qué depararía esa mágica noche?

—¿Quieres un poco?

Heidrun tenía en sus manos una brocha y algunos colores naturales realizados con pigmentos de las mismas plantas del bosque. Ella misma se había realizado un maquillaje muy llamativo y hermoso, muy característico de las tradiciones de su Tierra.

Marlenne asintió y cerró los ojos, sintiendo la textura de los pigmentos sobre su piel. Si alguien le hubiera dicho que estaría viviendo ese momento, no le hubiese creído jamás; lo que para ella seguramente sería una tontería ahora era parte latente de la que se estaba convirtiendo en su historia.

—Mírate, luces como toda una sacerdotisa —siseó Heidrun viéndola desde atrás a través del espejo de cuerpo completo que allí estaba dispuesto —, te ves tan poderosa, tan luminosa.

—Esto es magnífico— susurró sintiéndose irreconocible. Marlenne no solía sentirse bonita, siempre se sintió más o menos invisible en comparación a otras chicas y ahora no.

Era la primera vez que sentía que no le faltaba nada. Es más, podía describirse en una palabra y la más idónea era feroz. Había algo en sus ojos, en su expresión, en su semblante y mirada que la hacían confundirse un poco.

¿Era la misma persona que meses atrás sentía el peso de su corazón?

¿Acaso era la misma mujer que sentía que la vida le debía algo?

—Tú eres magnífica —terció la vikinga con una sonrisa.

—Podría hacerte un trenzado qué vaya con la corona ¿te gustaría?

La mujer sonrió y le hizo un gesto a Enya y a Grace para que se acercaran para maquillarlas mientras la irlandesa hacia diseños en sus cabellos rubios.

Una a una cada una de las mujeres estuvieron listas, luciendo fuertes, luminosas, misteriosas y sensuales. Lenna nunca había estado en un ambiente donde las mujeres vivieran en una comunidad tan sana, donde se sintiera el amor que se tenían todas, donde la ayuda genuina reinara y no existieran las envidias y los malos augurios.

—¿Están todas listas? Flora aguarda y espera que dejemos la vanidad de lado— murmuró Blaire.

Todas caminaron en dirección al altar. Flora lucía vestiduras blancas, no obstante no llevaba ninguna corona de flores, llevaba el cabello suelto de manera natural y este caía en cascada.

Hubieron instantes de silencio en donde ninguna de las demás emitió sonidos más que el de la respiración. Los ojos intrigantes de Flora iban posandose en cada una de ellas, sus manos subieron en un saludo al cielo, a la luna y a las estrellas y después hizo una especie de reverencia hacia el fuego.

—Madre Tierra, estamos esta noche para honrarte una vez más. Para agradecerte lo concedido y para pedirte bienestar —susurró —recibe estas ofrendas y te pedimos humildemente que nos colmes con tus bendiciones.

En ese momento, Nimué cogió el cuchillo de la bandeja y caminó hacia el becerro qué yacía amarrado en un pequeño mástil de madera junto al fuego.

Marlenne supo lo que sucedería pero aún así no pudo apartar la mirada de la acción rápida de la joven. La plata que empuñaba Nimué surcó el cuello del animal, consiguiendo que la sangre de este se derramara en la tierra y también en un cuenco del mismo mineral.

—Te ofrecemos la sangre de nuestro esfuerzo, la sangre que es agua de vida. La sangre que vuelve a la tierra, a tus raíces, a tus cimientos —Flora continuó con sus palabras que mantenían a todos los asistentes en vilo.

Marlenne sintió miedo cuando notó que Nimué les estaba haciendo un símbolo en el pecho con la sangre del animal.

—Tranquila — le susurró Blaire a su lado cogiendo su mano en modo de contención—, es para que los espíritus que esta noche saldrán no perturben tus sueños y pasen de largo.

Cuando Nimué llegó frente a ella, untó sus dedos en el recipiente e hizo un símbolo debajo de la base de su cuello. De pronto sintió una corriente eléctrica en su espina dorsal recorrer desde allí hasta cada una de sus terminaciones nerviosas.

—¡Oh, madre! ¡Te pedimos protección!— anunció Flora y en ese momento Caitlin se levantó para entregarle los bastones que tenían una especie de cerillo rústico en la parte más distal —, con este fuego te rogamos el poder de tu naturaleza ancestral.

Flora encendió el primero, mirando una a una a las mujeres, hasta que decidió que  Marlenne sería quien comenzaría a prender con su fuego el de las otras mujeres.

—Ve, es tu hora— volvió a susurrar Blaire.

Marlenne se quedó observando los ojos felinos de Flora durante algunos segundos hasta que ella volvió a hablar.

—Tienes fuego en el interior, lo veo en tus ojos. Tus ojos reflejan tu ser, son el espejo de tu interior y en ellos veo la fuerza deseando emerger como las olas del mar, como un terremoto que sacude la tierra, como la avalancha de nieve que cae desde los peñascos y como una flor se esmera en abrir en pleno hielo —murmuró —, eres y serás una con el fuego, con el agua, con el aire y con la misma tierra. No te reprimas, deja que tu poder surja de tu interior y todo lo que te reprima, deja que tu mismo fuego lo consuma.

Marlenne sintió que prontamente las lágrimas empezarían a salir de sus ojos. Esa mujer no la conocía de nada y fue capaz de decir todo lo que verdaderamente sentía en el interior. Había sentido el yugo y la presión de las desdichas de la vida a una temprana edad. Pero ahora tenía la oportunidad de sacar fuerzas de toda la vulnerabilidad que antes la había consumido.

Sacaría la fuerza por ella y por todas sus hermanas, sacaría la fuerza de sus padres, de sus ancestros y del corazón valeroso que latía en su pecho, avido como la vida misma.

Sintió el bastón encenderse con fuerza en sus manos, pero no sintió miedo. Observó a sus compañeras y se acercó a Grace para encender el suyo y así sucesivamente el de las demás. Cuando todas tuvieron su bastón encendido, Flora hizo una reverencia y comenzó a tararear una melodía que para ella no era del todo desconocida.

Era la misma melodía que las mujeres habían cantado en el círculo de piedras en Craigh Na Dun, aquel día cuando vio por primera vez a un grupo de locales venerando a las grandes moles que se hallaban erguidas en la tierra.

Sintió miedo, sintió que una fuerza sobrenatural la invadía. Sería la primera vez que participaba en el ritual, en el baile y eso la asustaba, pues desconocía lo que pasaría después.

¿Sería algo más que una irlandesa después de ese baile de adoración?

¿Sería Marlenne Fitzgerald después de esa noche?

—No conozco los pasos —le dijo a Blaire por lo bajo.

—Sólo haz una reverencia y baile en círculos. Haz lo que nazca de tu interior, observamos y pronto sabrás lo que debes hacer.

Sus pies avanzaron con cautela, hasta que la melodía entonada por Flora la guió, siguiendo el ritmo y las pulsaciones de su corazón. Estaba bailando alrededor del fuego en el ritual de Samhain, su mente la condujo al día en que cruzó las piedras, sintió el miedo a flor de piel, sin embargo no se detuvo, sus pensamientos volaron a los episodios donde corría por el bosque de niña y se regocijaba andando sin peso, cuando cantaba en las colinas repletas de césped en Irlanda.

Supo que durante todo el tiempo había reprimido su espíritu y no quería volver a hacerlo nunca más. Ella era fuerza e ímpetu y ahora lo sentía en todo su esplendor.

—A Righ na gile
A Righ na greine,
A Righ na rinne,
A Righ na reula,
A Righ na cruinne,
A Righ na speura,
Is aluinn do ghnuis,
A lub eibhinn.

Flora mencionó esa frase en gaélico, la reconoció pero no la entendió hasta que las jóvenes las repitieron después de ella.

—...Tú Reina de la luna,
Tú Reina del sol,
Tú Reina de los planetas ,
Tú Reina de las estrellas,
Tú, Reina de la creación,
Tú Reina del cielo ,
¡Oh! Amable tu rostro,
Tú hermoso haz de luz...

Sentía la brisa del viento en su cabello y se detuvo una vez que la luna estuvo en su punto más alto, era la medianoche y la energía descendió sobre ellas. No tenía cómo explicarlo de manera tangible, pero la irlandesa era capaz de sentirlo en su interior.

Todas hicieron una reverencia y devolvieron los bastones al fuego mismo.  Flora fue reconfortando a cada una con un abrazo, todas se sentaron alrededor del fuego y se dedicaron miradas de compañerismo pleno.

—Estos alimentos benditos son para compartir entre nosotros, en la mesa junto a la casa principal, donde yacen las velas encendidas, también hay comida. Si embargo esta es para los espíritus que vendrán y se irán esta noche —explicó Flora.

—Todos quienes tienen el alma ligera— manifestó Nimué –quien también conocía el ritual a la perfección– con sigilo y misterio —, o quienes tienen la capacidad de viajar por el velo entre la vida y la muerte, entre el pasado y el futuro vienen y van. Hoy en la noche en la que honramos a los que partieron, a quienes ya no están, pues ahora están entre nosotros —declaró.

—Brindemos con la cerveza y el vino qué ya han sido ofrendaros, están listos para beber en esta noche sagrada —volvió a hablar Flora —, adelante hermanas, es tiempo de celebrar.

—¿Te ha gustado? —Blaire estaba muy emocionada y sorprensivamente para Marlenne parecía que la muralla invisible que antes había existido entre ellas desaparecía por completo —, veo que estás emocionada.

—Fue hermoso, Blaire de verdad. No sabes como agradezco que me hayas invitado —recibió la copa y sintiéndose empoderada la golpeó con su tenedor para pedir la atención —Quiero proponer un brindis —exclamó —, quiero brindar por cada una de ustedes, fuertes mujeres que han abierto su casa para darle cobijo a esta forastera, a esta alma errante.

» Quiero brindar por Blaire, por Caitlin y Grace, quienes me abrieron su hogar hace meses atrás, siendo una perfecta desconocida. Sin ellas no sé qué hubiese sido de mí en este lugar hostil —anunció —. Sin ellas no hubiera venido aquí, no habría encontrado mi camino con este asentamiento, no habría conocido a Flora, a Nimué, a Enya y Heidrun, además de todas ustedes a quienes no he tenido el placer de conocer —declaró en pos de las mujeres que la observaban con una sonrisa —, este lugar es el sueño de toda persona que añora la vida y la libertad. Que sueña con ser la dueña de su propio destino, gracias por regalarme eso que aunque suene tan simple es gigante para alguien que no conocía más allá de las barreras de su propia tierra, gracias por las posibilidades ¡A brindar por todas ustedes!

—¡Skoll! —anunció Heidrun, sonriente. Evidentemente feliz, pasando un brazo sobre los hombros de Lenna.

—¡Salud!— mencionaron las mujeres y comenzaron a comer, mientras contaban anécdotas y vivencias de la isla. Leyendas y mitos, creencias y folklore que ahora se consideraba pagano.

Los niños se sentaron a junto a Heidrun quien bebía cerveza de uno de sus cuernos.

—¡Por favor, Heidrun! Cuentanos de nuevo aquella historia— suplicó un niño rubio de ojos azules.

—Ya saben que Flora se aburre con mis historias —contestó haciendo un salud en dirección a la matriarca del lugar.

—Te lo permito, únicamente porque Marlenne no la ha escuchado.

La vikinga se levantó y comenzó a caminar alrededor del fuego, como si de una trovadora se tratase. Amaba cuando sus compañeras le permitían expresar sus creencias, se sentía de vuelta en su casa, en su hogar del norte.

Sus ojos misteriosos y sus gestos se llevaban toda la atención. Sería una larga noche, de historias y travesías, donde aparentemente nadie quería ir a dormir aún.

Hace muchos años atrás una Volva, predijo la manera en que el mundo acabaría para siempre —murmuró como si fuera una experta relatora —esta es la profecía del Ragnarok o como le decimos en mi tierra, el destino final de los dioses.

—¡Cuéntanos, cuéntanos más! —chillaron los pequeños mientras mordían las hogazas de pan con carne de venado.

¿Quieren saber cómo acabará todo? Pues hablemos de la muerte de los dioses—manifestó —Habrá señales que anuncien el principio del fin. Esto ocurrirá mucho después del tiempo de los dioses, en una época muy lejana. Llegará un invierno sin final, y tras ese, vendrá otro. Los hombres padecerán hambre y frío, y se llenarán de odio. Pelearán entre sí, siendo un tiempo de muerte.

» Las tinieblas ocuparán la tierra de los humanos, su mundo se desmoronará y sólo quedarán cenizas y desolación. Los pocos supervivientes que queden, vivirán como animales. Tras esto, Sköll y Hati alcanzarán al Sol y la Luna, y los engullirán, quedando sólo oscuridad. No habrá más estrellas, no habrá más estaciones, sólo un frío y perpetuo invierno.

Llegarán los más violentos terremotos, tan poderosos que romperán las cadenas que atan a los seres más temibles, liberándolos de sus confinamientos. El lobo Fenrir quedará libre y al abrir sus fauces, su boca llegará desde el cielo a la tierra. No habrá nada que no pueda devorar, y allá por donde pase, dejará una estela de fuego y destrucción. Loki quedará libre. La serpiente de Midgard, Jörmundgandr, se sacudirá y retorcerá, creando inundaciones, derramando su veneno en todas las aguas y sacando a flote el barco Náglfar, hecho con las uñas de los muertos, quien dirigirá Loki y cuyo capitán será el gigante Hrym. Y todos los gigantes de hielo que queden, obedecerán al colosal capitán.

Marlenne tuvo que hacer uso de toda su concentración para no perder ningún detalle de las palabras que salían de la boca de la rubia, quien estaba demasiado emocionada como para detenerse a explicar algo más.

Así comienza el fin de los tiempos. Pero aún queda mucho por contar —sonrió haciendo una pausa al notar que sus fieles auditores tenían una expresión de asombro.

» El cielo se desgarrará. Bajarán del cielo los hijos de Muspell del reino del fuego, liderados por Surtr, un gigante con su espada llameante. Cruzarán de este modo el puente del Bifrost, no dejando de él más que cenizas. No volverá a asomar un arco iris en la tierra.

Y así, Heimdall será testigo de la llegada del Ragnarök.

Entonces Heimdall hará sonar su cuerno, Gjallerhorn, y todo Asgard –la tierra de los dioses– acudirá al encuentro final. Las tropas de Loki serán las legiones de Hela –la tierra de los muertos– los gigantes del hielo, Surtr y los hijos de Muspell, el lobo Fenrir y la serpiente de Midgard.

Heidrum notó que todas y cada una de sus compañeras no apartaba los ojos de ella ni los oídos de su historia, hecho que la regocijó de sobremanera.

En el otro bando, Odín montará su caballo, Sleipnir, el mejor de los caballos pues tenía ocho patas. Pedirá consejo en el pozo de Mimir, quien le dirá cómo va a acabar todo. Tras esto, todos los Aesir– los dioses– se prepararán y acudirán a la llanura designada para la batalla, de nombre Vigrid.

» Odín y Thor serán quienes estén en cabeza y liderarán a todos los dioses. Entonces, tendrá lugar la batalla definitiva.

Odín, empuñando su lanza Gungnir, se abalanzará directo al enfrentamiento con Fenrir, el más temible de los monstruos, de un tamaño inimaginable. Thor entonces sonreirá e irá martillo en alto al encuentro con Jörmungandr, la serpiente de Midgard.

Frey se dirigirá hacia Surtr, el monstruo llameante. Pese a luchar con todas sus fuerzas y a su habilidad, será el primero de los Aesir en caer.

Los espíritus de los guerreros caídos en batalla, guerreros de Odín y Freiya, saldrán de los salones del Valhalla y Fólkvangr y combatirán ferozmente contra las fuerzas de los muertos de Loki.

Tyr, será el encargado de detener con su única mano al perro de los infiernos, Garm, el más poderoso y temible de los perros. Este combate será el final para ambos.

Thor matará a la serpiente de Midgard con su martillo Mjolnir, cumpliendo así su destino y satisfaciendo su más profundo deseo. Sin embargo, la serpiente, en su último estertor, lanzará su veneno contra el dios, quien sólo podrá andar nueve pasos antes de caer.

Odín conseguirá clavarle su lanza al lobo en la boca, pero la bestia cerrará las fauces, desapareciendo así Odín entre ellas. Entonces Vidar, uno de los hijos de Odín, al ver morir a su padre, le pisará la mandíbula al lobo con un zapato que se ha fabricado desde el principio de los tiempos, y descoyuntará la boca de este.

Por toda la llanura, tanto los dioses, como los gigantes de hielo, así como los propios muertos, irán cayendo en terribles combates.

Loki se topará de frente con Heimdall, quien empuña la espada Hofud. Ambos, se enfrentarán en una igualada batalla que acabará con la muerte de ambos. En sus últimos momentos, Heimdall, el guardían de los dioses, le transmite a Loki lo que puede ver más allá de la muerte: Vida y Vali, hijos de Odín, siguen vivos, así como Magni y Modi, hijos de Thor, quienes tienen el martillo de su padre y son dignos de empuñarlo. Pero más allá de eso, el árbol de los mundos, el Yggdrasil, no podía ser tocado por el fuego de Surtr, y su tronco albergaba a dos mortales que habían conseguido refugiarse allí, mujer y hombre. La mujer se llamaba Vida, así como el hombre se llamaba Impulso de Vida. Y sus descendientes volverán a poblar la tierra. No es el final, sólo un nuevo comienzo.

Surtr, contemplando la llanura de muerte, hará arder todo el mundo. Luego, los océanos crecerán e inundarán todas las cenizas.

Se hizo un largo silencio, donde el fuego lanzaba sus pequeñas chispas al compás de las expresiones que la vikinga hacía con sus manos y su cuerpo. Como si estuviera danzando.

Este es el destino del mundo y el destino de los dioses.

Pero tras la muerte, viene la vida. La tierra vuelve a nacer y surge de las aguas. La hija del Sol brillará en el cielo con una luz joven y nueva. La mujer y el hombre saldrán del fresno  de todos los mundos y repoblarán la humanidad.

Los dioses que quedarán con vida establecerán su nuevo hogar en Idavoll. Modi y Magni, los hijos de Thor, podrán manejar el martillo uniendo sus fuerzas. Balder y Hod regresarán de la tierra de los muertos.

Una vez reunidos estos dioses, encontrarán piezas de ajedrez con las formas de los dioses antiguos, allí estarán Thor, Odín, Loki, Fenrir, de este modo jugarán, enfrentándose a sus eternos enemigos sobre un tablero eterno.

Y así es como renace la vida de las cenizas.


Entre ovaciones y aplausos que estallaron de las oyentes luego de tan fabulosa historia, Heidrun se reverenció sonriendo, haciendo simular que se trataba de una artista recibiendo el triunfo de los asistentes por haberlos conquistado. Ella adoraba contar historias, tenía ese don innato desde niñas, puesto que solía hacerlo cuando vivía en su país. 

—¡Eres magnífica!—gritó Enya y los niños alrededor de la rubia la abrazaron y besaron mientras se subían a su regazo.

—Otra gran historia para nuestra chica— correspondió Flora mientras aplaudía—, bueno queridas hermanas, creo que han sido largas horas de jolgorio y debo retirarme a mis aposentos a descansar— murmuró—, dejaré mis plegarias junto a las velas y dormiré. Ustedes lógicamente pueden quedarse hasta que esas velas no ardan, sólo no olviden a sus muertos, ellos pueden estar más cerca de lo que piensan. 

Flora se levantó y se mantuvo unos segundos en la mesa junto a la casa principal. Luego de eso desapareció al entrar a su cabaña. 

Las estrellas brillaban y la luna llena se mantenía esplendorosa sobre ellas, poco a poco se fueron levantando las madres con sus hijos para ir a dormir. Quedando solamente ellas. 

Nimué se acercó junto a Caitlin y cerró un poco más el círculo para que el calor se mantuviera entre ellas, Marlenne percibió que ella parecía soltarse más en cuanto a su manera de relacionarse cuando no estaba su madre presente. Tomó una pequeña bolsa de cuero y la agitó.

—Esta noche podría colocarse más interesante si probamos uno de estos— siseó con algo de malicia.

Los ojos de Marlenne se entornaron de asombro cuando la bolsa llegó hasta sus manos. Jamás había visto algo así pero no hacía falta que le dijeran qué era lo que contenía la bolsa.

Eran hongos alucinógenos.

Las chicas comenzaron a reír y Heidrun fue la primera en tomar una fruta cítrica.

—Jamás los he probado —murmuró Marlenne con algo de miedo y desaprobación en su voz —¿Qué pasa si es que muero de una sobredosis?

Blaire, Nimué y Heidrun rieron al ver la expresión aprehensiva de Lenna.

—No morirás, es más, vas a vivir una experiencia astral —mencionó Blaire —, aunque no debes hacerlo si no quieres o te sientes preparada.

Lenna cogió un hongo de la bolsa y se quedó observándolo durante unos segundos. Era de un tallo largo blanco y tenía un sombrero de color marrón. Observó a sus amigas molerlos con una roca y juntarlos con el jugo de limones o naranjas.

—¿Para qué es la fruta?

—Es para prolongar los efectos— siseó Enya.

—Anda Lenna, ¿te atreves? —murmuró Heidrun entregándole un vaso, con la expresión desafiante en su rostro.

La aludida lo recibió y bebió de un sólo trago, sintiendo el sabor algo amargo de la combinación. Su lengua saboreó y una vez consumido no supo que más hacer.

—¿Eso era todo? ¿Qué se supone que debería de sentir? No siento nada diferente.

—Espera, ya verás. Sabrás de lo que hablo. Ahora acomodemonos todas juntas aquí en las mantas, recuéstate y observemos las estrellas.

Lenna hizo caso a sus compañeras, tenía a un lado a Heidrun y al otro a Blaire. Se concentró en el cielo que se veía más resplandeciente que nunca, Marlenne observó las estrellas y de pronto a sus ojos estas comenzaron a danzar.

—Las estrellas están bailando. Se mueven.

Blaire se rió en conjunto a las demás.

—Sí, eso es lo que vas a sentir. Respira, relájate, vas a disfrutar este viaje.

Marlenne sintió como su cuerpo comenzó a elevarse. Sintió que no existía la gravedad pues la ligereza de su cuerpo era prácticamente palpable.

No obstante lo que sus ojos veían fue mucho más increíble. Las estrellas danzaban convirtiéndose en constelaciones, en las galaxias que nadie había conocido aún. Pero esas visiones dieron paso a otras más conocidas para ella; pudo percibir su hogar, los riscos escarpados de las montañas irlandesas, pudo ver su casa y el condado donde había vivido toda su vida.

Y en ese momento lo escuchó.

Marlenne, mira que bella te ves.

Mírate, luces como una doncella.

Era la voz de su madre, ella y su madre en la Piedra del Destino.

Marlenne lucía una corona de flores como la que Heidrun había hecho para ella y su madre danzaba alrededor de la piedra y jugueteaba con ella.

—Mamá, eres una druida— siseó en medio de su visión.

Si cariño, tu también lo serás.

Porque hay magia en ti.

Porque somos parte de un todo.

Porque en tu espíritu llevas todo lo que necesitas.

Mamá, no te vayas. Mamá no me dejes aquí.

El rostro de su madre se veía tan claro, tan hermoso, que por un segundo pensó que lo estaba acariciando, lo estaba tocando con sus manos y sintiendo la suavidad de su piel, el aroma de sus manos cariñosas.

—No mamá, no te vayas —musitó cuando el rostro de la mujer comenzó a desdibujarse, mostrándole otras imágenes.

Craigh Na Dun.

Estás donde debes, mi niña.

Estás donde debes.

Estás en el lugar donde tu espíritu va a crecer.

En donde tu corazón va a amar.

Y donde tu alma florecerá.

Espero volver a verte pronto, mamá. A ti y a mi amado padre— murmuró —, deseo verlos pronto.

Estamos aquí junto a ti mi niña. Hemos viajado para acompañarte, para decirte que eres quien verdaderamente debes ser.

La oscuridad la consumió, sumiendola en un profundo sueño. Sin embargo estaba feliz, no sabía qué era realmente lo que había vivido, pero había alcanzado a su madre por unos minutos que fueron eternos.

Y eso lograba llenar su corazón por completo.

Continue Reading

You'll Also Like

27.4K 460 2
✧ "passion makes you dangerous" ✧ Annabella huye de los demonios que la buscan por las ordenes de él. Siendo una cazadora su vida se basa en correr...
1.3K 156 8
Aurora ha estado acostumbrada a huir, ella no recordaba con certeza un momento de su vida en el que no estuviera escapando. Porque su existencia era...
10.4K 733 29
❝Nobody said it was easy It's such a shame for us to Nobody said it was No one ever said it would be this hard Oh, take me back to the start❞ «LLEG...
8.9K 553 24
-Donde Oriana Sánchez hace el cast para una película que le iba a cambiar la vida. -Donde Matias Recalt hace el cast para una película la cual iba a...