The Promise | KookV♡

By lizypad_

66.3K 8.9K 4.6K

Durante la escalofriante fiesta de Halloween, Kim Taehyung, un atractivo joven que ha renunciado a sus sueños... More

𝐵𝑖𝑒𝑛𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎 ☾
𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝐼: 𝐻𝑎𝑙𝑙𝑜𝑤𝑒𝑒𝑛 🕸️
𝟷 - 𝑃𝑒𝑠𝑎𝑑𝑖𝑙𝑙𝑎 🕸️
𝟸 - 𝑀𝑎𝑔𝑜 𝑀𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑠𝑜 🕸️
𝟹 - 𝑀𝑖 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 🕸️
𝟺 - 𝑃𝑎𝑟𝑎𝑖𝑠𝑜 🕸️
𝟻 - 𝐶𝑖𝑒𝑙𝑜 𝑒 𝐼𝑛𝑓𝑖𝑒𝑟𝑛𝑜 🕸️
𝟽 - 𝑃𝑟𝑜𝑚𝑒𝑠𝑎 🕸️
𝟾 - 𝐿𝑒𝑛𝑡𝑜 🕸️
𝟿 - 𝑆𝑢𝑒𝑛̃𝑜𝑠 🕸️
𝟷𝟶 - 𝐼𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑑𝑎𝑑 🕸️
𝟷𝟷 - 𝐻𝑜𝑔𝑎𝑟 🕸️
𝟷𝟸 - 𝐹𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜 🕸️
𝟷𝟹 - 𝐿𝑒𝑦𝑒𝑛𝑑𝑎 🕸️
𝟷𝟺 - 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑡. 𝟷 🕸️
𝟷𝟻 - 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑡. 𝟸 🕸️
𝟷𝟼 - 𝐷𝑒𝑗𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑖𝑟 🕸️
𝟷𝟽 - 𝑅𝑜𝑚𝑝𝑒𝑟 🕸️
𝟷𝟾 - 𝐴𝑙𝑚𝑎𝑠 🕸️
𝟷𝟿 - 𝑉𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑 🕸️
𝟸𝟶 - 𝐶𝑜𝑛𝑓𝑖𝑎𝑟 🕸️
𝟸𝟷 - 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 🕸️
𝟸𝟸 - 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑟 𝐶𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑝𝑡. 𝟷🕸️
𝟸𝟹 - 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑝𝑡. 𝟸🕸️
𝟸𝟺 - 𝐷𝑖𝑠𝑓𝑟𝑎𝑧🕸️
𝟸𝟻 - 𝐴𝑛𝑔𝑢𝑠𝑡𝑖𝑎🕸️
𝟸𝟼 - 𝑀𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒🕸️
𝟸𝟽 - 𝑇𝑜𝑚𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑜 𝐷𝑒𝑗𝑎𝑟𝑙𝑜🕸️
𝟸𝟾 - 𝑀𝑖𝑒𝑑𝑜 𝑜 𝑎𝑚𝑜𝑟🕸️
𝟸𝟿 - 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑟𝑜𝑙 🕸️
𝟹𝟶 - 𝐶𝑎𝑙𝑐𝑜𝑚𝑎𝑛𝑖́𝑎 🕸️
𝟹𝟷 - 𝐻𝑎𝑙𝑙𝑜𝑤𝑒𝑒𝑛 𝑒𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑎𝑚𝑜𝑟🕸️
𝟹𝟸 - 𝐻𝑎𝑙𝑙𝑜𝑤𝑒𝑒𝑛 𝑒𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑎𝑑𝑖𝑜́𝑠🕸️
𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝐼𝐼: 𝑅𝑒𝑛𝑎𝑐𝑒𝑟 ✿
𝟷 - 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑃𝑟𝑜𝑝𝑜́𝑠𝑖𝑡𝑜 ✿
𝟸 - 𝐸𝑙 𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑡𝑖𝑑𝑖𝑎𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑 ✿

𝟼 - 𝑂𝑟𝑞𝑢𝑖𝑑𝑒𝑎𝑠 𝑁𝑒𝑔𝑟𝑎𝑠 🕸️

2.2K 326 171
By lizypad_

—¡Mamá! ¡Mamá! Mira, es un disfraz de Spiderman.

«Que original», pensó Taehyung mientras amontonaba otra pila de ropa.

El niño tiró de su madre con fuerza hasta la estantería donde exhibían los disfraces de superhéroes y Taehyung quiso reír al ver la expresión de sorpresa de la mujer cuando se percató del precio de los trajes.

—Hijo, tal vez podamos pedirle a uno de tus primos que te preste su disfraz del año pasado.

El lloriqueo del infante no sorprendió en lo absoluto a Taehyung, y estaba convencido de que a la mujer tampoco. Seguramente se trataba de uno de esos irritantes niños caprichosos que estaban dispuestos a hacer una escena para obtener lo que sea que quisieran.

Cuando el llanto del niño comenzó a incomodar a otros de los clientes, Taehyung supo que era su momento de intervenir. Sin embargo, Yuna, la dueña de la tienda, llegó a su rescate. Con su cálida sonrisa y envidiable generosidad, ofreció a la mujer un descuento para comprar el disfraz de Spiderman.

Taehyung creyó que Yuna era demasiado condescendiente. Si esa fuera su tienda, definitivamente le habría pedido a la mujer que se llevara a su malcriado hijo a otro lugar.

—Guarda esas prendas a la bodega, Tae —le indicó una vez terminó de resolver la incómoda escena.

Tomó la gran pila de ropa que estuvo acomodando durante una agobiante hora y la trasladó hasta la planta baja. La tienda no era muy amplia, por lo que Yuna intentaba hacer todo el espacio posible para exhibir más disfraces. La temporada de Halloween era una locura, pero sin duda resultaba muy rentable.

Terminar ordenando prendas y estanterías no era exactamente la forma en que deseaba pasar ese mes, pero fue lo mejor que Taehyung pudo obtener en el sitio web de empleos temporales. Además, luego de ver al escandaloso niño, estuvo complacido de no haber aceptado la oferta de asistente de profesor en una escuela primaria.

Regresó al primer piso y Yuna le pidió colgar nuevos disfraces en la vitrina principal. Taehyung se sumergió en la tarea sin mucho interés. Primero, acomodó en un maniquí el disfraz sexy de bruja que estaba de moda; luego, se encargó de colgar los clásicos de La Casa de Papel, La Purga y Squid Game. Esos, sin duda, estaban en el top 5 de los más vendidos.

—No pareces muy animado con las festividades —comentó Yuna de repente—. ¿No te gusta el Halloween?

—No mucho —sacó otro disfraz de bruja de la caja y lo colocó en un perchero metálico—. Aunque, asistí a una fiesta temática el fin de semana.

La mención a aquella noche consiguió que sus mejillas se sonrojaran. Transcurrieron un par de días desde entonces, pero la imagen de Jungkook se negó a abandonar su mente.

No importaba cuánto lo intentara, siempre, al cerrar sus ojos, podía ver el cuerpo desnudo del mago posándose sobre el suyo y tomándolo con duras embestidas. Los recuerdos eran adictivos y su mente conseguía recrear con estricta precisión las intensas sensaciones.

—Parece que la pasaste muy bien en esa fiesta, Tae —comentó Yuna con cierto toque de diversión.

—Conocí a alguien interesante —admitió.

Jungkook era mucho más que una persona interesante. Ese hombre, de pies a cabeza, resultaba un espectáculo. Ardiente como el infierno y hermoso como un príncipe de cuento. Su existencia debía ser un insulto a los simples mortales que jamás estarían a su altura.

Volvió la atención a los disfraces, pero su mente continuó divagando a los sucios momentos que vivió en el apartamento del mago. Luego de besarse en el balcón con aquel fascinante paisaje de fondo, Jungkook lo llevó de regreso a la cama para hacerlo entrar en calor.

Taehyung nunca creyó que pudiera tener dos orgasmos en la misma noche, pero Jungkook le declaró una guerra a su cuerpo al hacerlo vivir un tercero.

La mañana del domingo llegó y ellos apenas se habían separado. Existía un intenso magnetismo entre ambos que los incitaba a estar sobre el otro, tocándose, besándose y llenándose de caricias.

Decir que fue difícil reunir el valor para salir de ese lujoso apartamento sería un eufemismo, pero la regla de Taehyung de sólo tener encuentros de una noche lo obligó a huir en cuanto tuvo la oportunidad. Jungkook era uno de esos hombres por los que caería muy fácil, y un nuevo corazón roto no estaba en sus planes.

—Coloca estos en la estantería del fondo —indicó Yuna, entregándole una caja repleta de accesorios festivos.

Acató la orden de Yuna sin rechistar y se esforzó porque su trabajo fuera impecable. Que odiara los disfraces y el Halloween no significaba que tuviera que ejecutar tareas mediocres. Ya había arruinado demasiadas cosas en su vida, no necesitaba dejar también impresiones negativas en sus empleos temporales.

Taehyung se dedicó por completo a acomodar de forma estética cada accesorio en la estantería; pasó por alto los cuchicheos de los clientes que ingresaban a la tienda a preguntar por alguna prenda en específico y continuó absorto en su labor hasta que un inusual e inconfundible aroma lo invadió por completo.

Sus manos, que sostenían con firmeza un par de pelucas de colores, temblaron de repente, su corazón se aceleró a un ritmo inusual y su visión se nubló durante una fracción de segundo. Por instinto, giró el rostro en dirección a la puerta y buscó al hombre que ocupaba todos sus pensamientos.

Sin embargo, no pudo ver a nadie allí.

Intentó retomar la tarea, pero nuevamente esa fragancia de orquídeas negras y especias llegó hasta sus fosas nasales. Se sintió inquieto y tuvo que dejar la caja con los accesorios en el suelo; caminó hasta la vitrina principal y observó a través del cristal la avenida por la que transitaban varias personas atiborradas de enormes bolsas de compras.

A pesar de la inexplicable sensación en su pecho y esa ferviente tensión que experimentaba ante un presentimiento, Taehyung no consiguió ver a Jungkook en medio de la multitud que caminaba de un lado a otro.

Tal vez, las palabras del mago quedaron talladas en su memoria y le estaban provocando alucinaciones.

«Eres mío, Taehyung. Aunque intentes alejarte, volveremos a encontrarnos».

Quiso pensar que Jungkook estaba demasiado consumido por su personaje de mago seductor; pero su mirada no era un juego, tampoco la forma en que expresaba cada palabra hasta el punto de hacerlo volver una y otra vez sobre las mismas.

Puede que existiera algo mágico sobre él, pero no estaba listo para creer en ello.

La tarde llegó y con esta el final de su jornada. Era reconfortante regresar a casa y deshacerse de lo que sea que estuviera mal con su cabeza, pero todo lo opuesto ocurrió cuando al subir las escaleras de su edificio descubrió una caja frente a la puerta de su apartamento.

Taehyung no esperaba ningún paquete, así que supuso simplemente que el mensajero se equivocó de piso. No obstante, al acercarse, notó de inmediato una bonita tarjeta blanca en la que se leía su nombre marcado con tinta dorada.

Observó en todas las direcciones, aunque fuera evidente que estaba solo. Había visto demasiados videos de bromas para saber que alguien podría estar a la espera de que abriera la caja y grabar su reacción cuando una bola de pintura estallara directo en su cara.

Sin embargo, la curiosidad le ganó. Sin cuestionarse demasiadas cosas, tomó la caja entre sus manos e ingresó a la vivienda; al menos si algo saltaba de repente, nadie tendría en video el vergonzoso momento.

La dejó sobre la mesa, tiró del lazo dorado y el papel del mismo tono que la envolvía y con la emoción de un pequeño niño en navidad, finalmente la abrió.

Al principio, no pareció demasiado impresionado con su contenido, se trataba de una simple camisa negra de hilo; pero al sostenerla entre sus manos, se dio cuenta de la suave textura y el delicado bordado de flores en algunas secciones de la prenda.

Debajo de esta, halló un pantalón negro de lino que pudo ser bastante común si no tuviera una abertura lateral en la pierna derecha con una fila de ojales donde se entrelazaban cintas de tela que intentaban mantener unida la pieza, pero sin duda dejaban expuesta la piel del portador.

La vestimenta era bastante inusual y estuvo a punto de creer que era un regalo de Jiwoo para alguna clase de evento fashionista al que deseaba que la acompañara. No obstante, una segunda tarjeta en el fondo de la caja lo hizo salir de su error.

«Hotel Abyss Paradise. 8PM. No te pongas nada debajo. —JK».

Las letras JK, escritas en dorado, resaltaron sobre el resto de la oración. Su significado habría mantenido a Taehyung en un serio debate interno si la tarjeta no se encontrara perfumada con aquella fragancia de orquídeas negras que parecía haberse impregnado en su alma.

JK, Jungkook, o como deseara llamarse el seductor mago, estaba siendo demasiado codicioso al creer que Taehyung aceptaría su invitación. La noche a su lado fue maravillosa y jamás la olvidaría, pero no estaba dispuesto a permitir que se inmiscuyera en sus entrañas y tratara de ganar su corazón.

«El amor no es algo por lo que debas temer».

El amor es todo por lo que podía temer. Taehyung no conocía el equilibrio en sus sentimientos, era siempre un juego de todo o nada donde se entregaba con locura sin pensar en las consecuencias.

Esa clase de pasión podía destruirlo. Ya había sucedido una vez, no estaba exento de que ocurriera una segunda.

Regresó rápidamente las prendas a la caja y optó por tomar un largo baño que ocupara a su mente y le evitara continuar con aquella peligrosa línea de pensamientos. Sin embargo, en cuanto estuvo sin ropa bajo la ducha, las imágenes del mago dominaron por completo su mente.

El chorro de agua dio directo contra sus clavículas, recordándole esa caliente boca que se posó justo allí para dejar profundas succiones. Lentas gotas se deslizaron por su pecho, de la misma erótica forma que lo hicieron los besos de Jungkook.

Tomó la esponja y la humedeció con jabón, talló su cuerpo intentando limpiarse de las sucias ideas, pero terminó describiendo con perfecta exactitud las caricias que él dejó en su torso, caderas e intimidad. Un jadeo abandonó sus labios cuando ejerció una ligera presión en esa zona que parecía bastante despierta.

Se dejó llevar con suaves caricias en su miembro, imaginando que era la mano de Jungkook la que lo envolvía en un delicioso camino al clímax. Taehyung anhelaba tanto tener un poco más del mago que casi podía desear verlo una vez más.

Enjuagó su cuerpo y observó como la cristalina agua se llevaba los restos de jabón y de su orgasmo. Pudo ser un acto simbólico en el que se liberaba de todas sus perversiones, pero estaba lejos de sentirse saciado.

Cada parte de su piel salpicada por el agua fue también reclamada por el mago. No existía nada de Taehyung que no hubiera sido besado o tocado aquella noche de una manera tan exquisita que sería un pecado olvidarlo.

«Eres mío, Taehyung».

—Lo soy —admitió en un profundo suspiro.

Salió del baño con la intención de finalizar el día, pero en lugar de caminar a la habitación y encontrar su cómoda pijama, fue directo a la sala donde aquella caja lo esperaba. Tomó nuevamente las prendas y se vistió con ellas, repitiendo en su mente que tan sólo era curiosidad.

Caminó hasta el espejo al final del pasillo y se observó con detenimiento. Probablemente no estaba preparado para obtener una imagen que le gustara tanto, esa ropa no encajaba con su estilo casual y relajado, era costosa y extravagante, absolutamente fuera de su zona de confort.

Aún así, sus ojos no podían apartar la mirada.

La camisa no era del todo opaca y permitía ver a través de ella de una manera sutil ya que los delicados bordados ocultaban aquellas zonas de su piel que resultarían muy sugerentes. La fina abertura del pantalón en su pierna derecha conseguía el mismo efecto: sensual sin caer lo burdo, erótico sin ser demasiado evidente.

La petición de Jungkook de no llevar nada debajo ahora cobraba un sentido diferente. Lo quería expuesto, pero sólo para él. Ninguna otra persona sospecharía lo que se ocultaba debajo de las prendas o sabría en qué puntos fijarse con detenimiento.

«Muy ocurrente».

Saciada su curiosidad era el momento de despojarse de la ropa y continuar con su rutina nocturna, pero su cuerpo parecía tener vida propia. Terminó encontrando unos mocasines negros para completar el atuendo, peinó sus cabellos azules hacia atrás, aunque un par de mechones rebeldes se movieron enmarcando su rostro, y colocó un suave humectante de fresa en sus labios.

—Odio que me guste tanto—espetó en voz alta, aunque no estaba seguro de referirse solamente a la ropa.

Tomó su móvil e indagó la dirección del lugar citado en la tarjeta. Abyss Paradise era uno de los hoteles más exclusivos y costosos de Seúl. Aunque hubiera escuchado muchas veces de este, y leído de sus increíbles eventos en revistas de cotilleo, jamás tuvo la oportunidad de visitarlo.

Quince minutos más tarde estuvo abordando el auto de Jiwoo, quien lo miraba con absoluta intriga. Una decisión inteligente habría sido tomar un taxi, pero su amiga era la opción más eficiente y Taehyung estaba demasiado ansioso por ver de nuevo al mago, incluso si la razón le gritaba que se detuviera.

—Entonces... —inquirió la chica.

Taehyung sabía que Jiwoo estaba loca por obtener una explicación, desde el inusual atuendo que traía puesto hasta la inesperada petición para que lo llevara a un hotel de cinco estrellas en el distrito más caro de la ciudad.

—No preguntes —trató de evadir el tema, pero estaba seguro de que si no decía nada, su amiga lo hostigaría con preguntas—. Voy a verme con uno de los amigos de tu hermano.

No estaba seguro de que Jungkook fuera amigo de Hoseok, pero esa era la suposición más obvia. Por algo estaba en su fiesta, además, imaginó que fue él quien le dio la dirección de su casa para poder enviar la caja.

—¡Así que tienes una cita con el chico misterioso!

La emoción de Jiwoo lo hizo sentir avergonzado. Luego de escabullirse de casa de Hoseok para terminar haciendo cosas muy malas con Jungkook, tuvo que decirle a su amiga sobre el misterioso mago que lo sedujo. Evitó entrar en detalles, pero ella era persistente con el tema.

—Sí, pero no es una cita —corrigió de inmediato—. Sólo lo veré para decirle que no me busque más.

Jiwoo le dirigió una mirada burlona antes de girar el volante en dirección a la avenida principal.

—¿Te vas a ver con alguien para decirle que ya no te busque más? —repitió con sorna—. Claro Tae, eso tiene tanto sentido.

Lo tenía para Taehyung, o al menos esa era la excusa barata que se daba a sí mismo para justificar su impulsiva decisión de encontrarse con él. Tan sólo iría, lo vería una última vez y le dejaría en claro que no necesitaba un intento de romance.

Realmente esperaba tener la suficiente voluntad para conseguirlo.

—¡Ya dime quién es! —gritó Jiwoo luego de un rato, probablemente estuvo conteniéndose de no soltar la pregunta antes.

—No te lo diré, soy un caballero —dijo con cierto toque de diversión—. Y los caballeros no tenemos memoria.

Jiwoo rodó los ojos.

—Bien, pero intentaré adivinar quién es.

—No lo lograrás —replicó, fastidiándola.

—¿Es guapo?

—Mucho.

—¡Es Seokjin!

—No —Taehyung rio por lo bajo.

—Mmm —Jiwoo lo meditó por unos instantes—. ¿Es sexy?

—Demasiado.

—¡Es Namjoon!

Taehyung volvió a reír.

—No lo es.

Jiwoo pareció frustrada, pero no se rindió y terminó diciendo todos y cada uno de los nombres de los amigos de su hermano. Taehyung disfrutó de verla fracasar.

—Estás haciendo trampa, Tae —murmuró con un puchero—. Conozco a todos los invitados de Hoseok, es imposible que ninguno de ellos sea tu chico misterioso.

—No creo que los conozcas a todos, Ji.

Ella estaba a punto de contradecirlo, pero en ese momento llegaron a su destino. Taehyung observó a través del cristal el imponente edificio, sus paredes pintadas de un blanco perla y los enormes ventanales adornados con gruesos marcos gritaban lujo por todas partes.

—Wow, parece que el chico misterioso tiene buen gusto —dijo Jiwoo con asombro.

—Por supuesto, le gusté yo —respondió Taehyung entre risas.

Jiwoo lo golpeó en el hombro y lo empujó para que saliera del auto.

—Presumido, vete rápido antes de que tu príncipe azul se dé cuenta de que eres un maleducado impuntual.

Taehyung se rio entre dientes y bajó del auto. Alisó su ropa, asegurándose de que todo estuviera en orden.

—¿Esperarás por mí?

—Cariño, tú y yo sabemos que tendrás una noche muy agitada —enfatizó con sorna las palabras—. No tengo intenciones de quedarme estacionada hasta la madrugada.

Él quiso recordarle que sólo estaba allí para poner fin a las pretensiones de Jungkook, pero incluso en su mente esa afirmación sonó muy falsa.

Observó a Jiwoo irse y una punzada de nervios atravesó su cuerpo. Antes de sufrir un colapso en medio de la calle, se apresuró a ingresar al edificio donde un enorme vestíbulo cubierto por una alfombra escarlata le dio la bienvenida.

Notó a un par de hombres de aspecto ejecutivo acercarse al recibidor para registrarse en una de las exclusivas habitaciones. Otro par pasó directamente al ascensor en el fondo y una elegante mujer enfundada en un largo vestido esmeralda caminó en dirección a lo que parecía ser el restaurante.

Una nueva sensación de pánico se apoderó de él al reparar en su vestimenta. Probablemente esa aura sensual y delicada que lo envolvía desentonaba con la vibra arrogante y clasista de todo el lugar.

Quizá, fue una terrible idea ir.

Justo en el momento en que pensó dar media vuelta y abandonar el hotel, alguien se posó tras él. Las fuertes manos que envolvieron su cintura pudieron ser un buen delator de quién se trataba, pero fue la opulenta fragancia de orquídeas negras lo que le hizo saber que era el mago.

—Viniste —susurró en su oído.

Taehyung sintió a su piel erizarse ante la profunda voz.

Se giró para observarlo y su corazón dio un vuelco al percatarse de lo maravilloso que lucía Jungkook. Su disfraz de mago fue increíble, pero el traje blanco que eligió esa noche era realmente exquisito.

Jungkook se tomó un momento para analizarlo. Con una intensa y fuerte mirada, recorrió cada centímetro del cuerpo de Taehyung, sonriendo con satisfacción al comprobar el atuendo que utilizaba.

—Estaba seguro de que te verías majestuoso con esto —dijo, tocando lentamente su cintura.

—Parece inapropiado para este hotel —replicó Taehyung.

El mago arqueó una de sus cejas y luego negó sin dejar de sonreír.

—Creo que tu belleza no desentonaría en ningún lugar.

Taehyung mordió su labio inferior tan solo para pretender que esas palabras no provocaron un agradable cosquilleo en su pecho. Entonces, reunió el coraje necesario para recordarle a Jungkook que todo fue asunto de una noche.

—Jungkook, esta invitación fue incorrecta-

—Señor —interrumpió un hombre, dirigiéndose a Jungkook—. Su mesa ya está lista.

—Gracias —hizo una pequeña reverencia al hombre y luego volvió su atención a Taehyung—. Tengamos una agradable cena, luego podrás decirme lo que sea que agobia tu mente.

El peliazul quiso negarse, pero su voluntad flaqueó cuando Jungkook afirmó el agarre en su cintura y lo atrajo hacia su cuerpo. Taehyung fijó la mirada en sus ojos negros, esa noche en particular lucían mucho más expresivos y gentiles, aunque no perdían el toque imponente que lo caracterizaba.

Sin disimulo, descendió la mirada hasta los labios de Jungkook que le sonreían de forma provocadora y Taehyung se relamió con evidente deseo.

—No voy a cenar contigo.

La sonrisa de Jungkook se ensanchó y sus ojos volvieron a ser salvajes y aprensivos.

—¿Cambiarás de opinión si te digo que tengo una preciosa habitación con jacuzzi esperando por nosotros para cuando la cena termine?

Taehyung liberó en un suspiro el aire contenido y sintió como su rostro se acercaba cada vez más al de Jungkook. Sus labios se rozaron, anticipando un beso que anhelaban con fervor, pero ambos decidieron mantener esa milimétrica distancia y tentarse de forma descarada.

—Supongo que una cena no hará ningún daño —espetó Taehyung, accediendo a la propuesta.

¿Les gustó el capítulo? ¿Qué creen que pasará? 

PD: ¿Saben a cuál de mis historias pertenece el hotel Abyss Paradise?

— Liz❀

Continue Reading

You'll Also Like

408K 46.8K 46
Jungkook es el humano más insufrible con el que Taehyung se ha topado nunca. En los dos años que llevan viviendo puerta con puerta, Kim ha aprendido...
27.3K 2K 8
Wonho es el dominante más conocido en el club bondage de Seúl. Cuando un chico pequeño y de hoyuelos marcados pide comprarlo temporalmente no duda e...
168K 20.2K 13
Taehyung estaba cansado de sentirse solo. Jungkook ya no soportaba sus dolores de cabeza por irse a dormir llorando. El destino es caprichoso y las...
612K 50.5K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...