-¡Maldito desgraciado egoísta! –Liliana se movió furiosa por el salón de su casa ¿Cómo se había atrevido Maximiliano Monteverdi a usar a su hermana de esa manera? -¡Voy a matarlo!
-¡No! –Estela miro a su hermana a los ojos –No harás nada, necesito que todo este calmado para poder desaparecer
-¿Crees que e dejara que te marches así como así? –Liliana negó con la cabeza –Y menos si resultas estar embarazada
-De eso me encargare yo –Estela suspiro mientras se tocaba el vientre –Solo necesito que hagas una cosa por mi
-Lo que sea –se sentó junto a su hermana y le sonrió –Sabes que no estas sola, yo cuidare de ti y de mi sobrino
-Ponte en contacto con el hombre que quería comprar esta casa –Estela miro con tristeza el salón, aquel en el que había vivido tanto –Dile que vendemos
-¿Qué? –Liliana abrió los ojos sorprendida
-Con el dinero de la casa tendremos bastante para marcharnos, llevaremos a mama a otra clínica cerca de nosotras –miro a su hermana decidida –Y podré devolverle a Max todo su dinero, el que pago por la casa, el de la clínica, todo No quiero nada de el
-Esta bien –Liliana medito por un momento, esta casa era lo único que tenían, lo único que había pertenecido siempre a su familia Pero sabia que si se quedaban aquí, Maximiliano Monteverdi no dejaría a su hermana vivir tranquila –Le llamare ahora mismo
Estela se paseo por el salón mientras su hermana hablaba por teléfono, tenia tantos recuerdos de esa casa, tan buenos momentos Y ahora tenia que venderla, sentía que Max se la había quitado igual que le había arrebatado su vida y su dignidad Sin darse cuenta se había convertido en todo lo que detestaba, en aquel prototipo de mujer en que prometió no convertirse jamás El la había convertido en eso
-Listo –Liliana se acerco a su hermana y la miro con tristeza –Mañana podremos firmar los papeles y el dinero será ingresado en nuestra cuenta
-Bien –Estela cerro los ojos conteniendo las lagrimas –En cuanto el dinero este ingresado arreglaremos los papeles para llevarnos a mama a otra residencia
-¿Y a donde iremos? –Liliana frunció el ceño
-A los Ángeles –Estela apretó las manos –Allí comenzare de nuevo, por lo menos hasta que Maximiliano Monteverdi se olvide de mi existencia
Cuando Estela regreso a la casa ya casi era la hora de cenar, Justin y Nicolás la estaban esperando
-Buenas noches –Ella saludo a ambos al entrar al salón
-Querida –Nicolás sonrió -¿Te encuentras hoy mejor?
-Si –Ella sonrió forzosamente –He pasado el día con Liliana
-Siéntate a cenar –Justin frunció el ceño –Max tiene una de sus fiesta de casino
-No tengo hambre –Por supuesto que el tenia una fiesta en el casino, como cada semana, ya no podía mas Al ver la expresión de abuelo y nieto ante su respuesta sonrió –mi hermana y yo fuimos a tomar algo y estoy llena
-Claro –Nicolás la miraba de forma penetrante, tratando de averiguar que ocurría
-Si me disculpáis me voy a la cama, estoy muy cansada –Estela giro sobre sus talones y se marcho dejando a los dos hombres solos
-¿Qué crees que le ocurre? –Justin miro a su abuelo de reojo
-No lo se –Nicolás negó con la cabeza –Es tu hermano quien debe averiguarlo y arreglarlo
-Entonces no esperes demasiado –Justin se levanto de su lugar molesto –Max solo sabe ocuparse de su querido casino
Nicolás se quedo solo en el salón, confundido, ¿Por qué dijo eso Justin?
Estela se ducho y se puso su pijama, estaba muy cansada y solo tenia ganas de dormir
Por suerte esa noche Max no llegaría hasta que estuviera amaneciendo, era la primera noche que se alegraba de que el no estuviera Verle a los ojos, sonreírle y besarle era un sufrimiento, después de saber la verdad ¿Cómo podía el ser tan falso, tan egoísta?
Se introdujo entre las sabanas y suspiro, haría lo que fuera necesario por proteger a su pequeño, porque sentía que estaba embarazada Ya no se trataba solo de ella, sino de su hijo, el era lo único importante ahora
Estaba profundamente dormida cuando el sonido de su teléfono irrumpió en la tranquilidad de su habitación Se incorporo en la cama y estiro el brazo para cogerlo de la mesilla de noche
-¿Si? –Aguanto un bostezo con su mano sobre la boca, miro el reloj de la mesilla Eran las tres y media de la mañana
-Estela –Liliana lloraba al otro lado del teléfono –Tienes que venir al tanatorio
-¿Qué? –Estela sintió un nudo en el estomago al oír el llanto de su hermana -¿Qué pasa?
-Es mama –Liliana lloraba sin parar, casi no podía hablar –Ha muerto
-¿Qué estas diciendo Lili? –ella comenzó a temblar sin saber que hacer –No puede ser
-Me avisaron de la residencia –Liliana no podía seguir hablando –Ven al Tanatorio
Estela bajo el teléfono despacio hasta dejarlo sobre sus piernas, estaba paralizada, no podía ser verdad Su madre no podía estar muerta, ella la necesitaba, ahora mas que nunca Las lagrimas desbordaban sus ojos, tenia que ir al tanatorio
Se levanto de la cama despacio y camino hasta el vestidor, miro toda su ropa y cogio un pantalón y camiseta negros, después una chaqueta para el frío Una vez vestida se quedo parada en la habitación ¿Estaba vestida de luto? Dios Santo, su madre había muerto Entonces fue consciente de lo que pasaba, se había ido, no volvería a verla jamás
Nerviosa rebusco entre las cosas de su habitación, no recordaba donde había dejado las llaves del coche, ni su monedero Tenia que darse prisa, tenia que ir con su hermana, metió todo en su bolso corriendo y salio de la habitación a toda prisa
Bajaba las escaleras tan rápido que ni siquiera se dio cuenta que Dereck estaba subiendo, choco con el y le miro con los ojos llenos de lagrimas
-¿Estela? –Dereck frunció el ceño -¿Estas bien? ¿Qué ocurre?
Sin poder hablar ella se lanzo a sus brazos llorando, sorprendido Dereck la sostuvo por los brazos al ver que no se podía mantener en pie Estaba muy nerviosa, temblaba y no podía dejar de llorar
-¿Qué pasa? –Dereck se sentó junto a ella en la escalera
-Mi madre –Estela se abrazo a si misma llorando –ha muerto
Dereck se puso tenso de inmediato, la miro sin saber que hacer o como reaccionar, lo único que se le ocurrió fue abrazarla Algo que jamás pensó que haría
-Tengo que ir al tanatorio –Nerviosa Estela trato de levantarse de los escalones pero se mareo
-No puedes ir así –Dereck la sostuvo del brazo para que no cayera –Estas demasiado nerviosa
-¡Déjame! ¡Tengo que ir! –se movía inquieta tratando de soltarse, sin poder parar de llorar –Necesito verla
-¿Qué ocurre? –Justin apareció en lo alto de las escaleras y miro sorprendido la situación
-¡Dereck! –Nicolás bajo las escaleras a toda prisa -¿Qué esta pasando?
-La encontré así al llegar a la casa –Dereck soltó a Estela mirando a su abuelo preocupado –Su madre ha muerto
-Estela –Nicolás la miro con tristeza y la abrazo, ella no decía nada solo lloraba, no podía parar de llorar
-Quería ir al Tanatorio –Dereck suspiro –Pero esta muy nerviosa, no creo que sea prudente
-Claro que no –Nicolás la sostenía entre sus brazos
-Me cambio y la acompaño –Justin se marcho a toda prisa a su habitación
-Yo tambien ire –Nicolás se aparto un poco mirando a Estela a los ojos –Quédate en el salón, nosotros iremos contigo
En el camino hacia el Tanatorio ninguno de los tres pronuncio palabra alguna, Nicolás conducía, Justin iba sentado detrás y Estela en el asiento del copiloto Ella solo se dedicaba a mirar por la ventanilla con los ojos llorosos
Liliana esperaba en la sala de espera del Tanatorio, junto a ella se encontraban Emma y Fran, sus dos grandes amigos
-Lili –Estela abrazo a su hermana y ambas comenzaron a llorar de nuevo
Nicolás se alejo un poco de ellas para llamar por teléfono a Maximiliano, tenia que saber lo que estaba pasando, el debía estar aquí con su esposa
El teléfono sonaba una y otra vez y nadie contestaba, volvió a intentarlo de nuevo y otra vez y otra mas, hasta que se dio por vencido
COMO VEIS HE SUBIDO PRONTO, POR TODO LO QUE OS HICE ESPERAR ESTA SEMANA
LA VIDA DE ESTELA HA CAMBIADO EN EN TAN SOLO UN DIA, EN EL PROXIMO CAPITULO PODREIS VOLVER A VER A UNA ESTELA DECIDIDA
ESPERO CON ANSIAS VUESTROS COMENTARIOS