Capitulo 1; Ni por todo el oro del mundo

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-¿De verdad tengo que ir así? –Estela se miraba al espejo molesta –Esta ropa es denigrante para la mujer

-Es la ropa necesaria para camelarse a los clientes y que pidan mas copas –Liliana miraba a su hermana sonriente –Y tienes que ir así para ganar dinero

-Y aquí estoy yo, con un titulo de abogada trabajando en un casino –Suspiro mientras terminaba de pintarse

Esa era su vida, después de todos sus esfuerzos de todo lo que había trabajado y estudiado, ahora que tras cuatro años podía ejercer estaba arreglándose para llamar la atención de hombres en un casino  Con un pantalón negro corto, un top de lentejuelas verdes y unas botas negras, para que los clientes contentos bebieran mas 

Trabajar en el casino Monteverdi, una vida de la que había huido hasta ahora, con la ilusión de conseguir ser una respetada abogada, pero en las vegas si no tienes influencias no tienes nada

-Otra carta de embargo –Liliana lanzo la carta sobre la cama –Tenemos que hacer algo

-Con el sueldo de las dos apenas conseguiremos pagar una de las letras de la casa –Estela suspiro –Y tenemos que pagar la residencia de mama

-Lo se, llamaron esta mañana para recordárnoslo –Liliana se puso brillo de labios –Mañana cobro así que ire a pagarles y así pasamos a verla

-¿Y que se supone que tengo que hacer en el casino? –Aun incomoda con la ropa que llevaba camino hacia la puerta

-Tu solo se simpática y amable con los clientes, a mas sonrisas, mas copas, a mas copas mas propina –Liliana suspiro –Esa es mi vida  Por cierto, cuidado con el jefe

-¿Maximiliano Monteverdi? –Estela aun recordaba la ultima vez que vio a ese hombre, hacia cuatro años, el paseaba por el centro de las Vegas en su descapotable con una de las modelos de lencería mas famosa

-Si, el mismo, si le interesa una mujer del casino no duda en buscarla –Liliana sonrió, gracias a Díos ella no le había interesado –Y no es un hombre que acepte un no por respuesta

-Pues de mi lo tendrá que aceptar –ella frunció el ceño –Además no creo que sea su tipo

La noche se le estaba haciendo eterna a Estela, tras la barra sirviendo copas y sonriendo y charlando con muchos hombres que no trataban mas que de llevarla a la cama  Incluso dos de ellos estaban dispuestos a pagarle ¿pero que se habian pensado?

-Anda te cambio el lugar –Liliana la miro con una sonrisa –Toma la bandeja

-Gracias –Estela sonrió, sirviendo a los clientes de las mesas de la ruleta y demás al menos podría estirar las piernas y como estaban entretenidos en el juego no hablaban apenas con ella

Maximiliano entro con su coche por el garaje de la parte trasera del casino, una vez aparcado tomo el ascensor

TRATO HECHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora