[CAPÍTULO 7]
Emma envió a su hermano Christian a la escuela de Charles hace un par de días, y por el momento no parecía tener intención de volver.
'Bueno, espero que pueda sentirse cómodo en ese lugar' Pensó Emma.
Ella nunca podría haberse sentido cómoda o segura si su padre, Winston, hubiera aceptado la propuesta de Charles en aquel entonces.
No puede evitar ser una persona desconfiada por naturaleza.
Y ese hombre sería el último en quien confiaría.
Se podría decir que las únicas dos personas en las que confía son Cordelia y Christian, y todavía se le dificulta confiar en su hermano.
No podía sacar de su cabeza el desastre que causó y tuvo que ocultar.
Sacando esos pensamientos de su mente, observó desde la ventana de su oficina el lío que había sido causado por un solo hombre.
'Así que al fin ha despertado, eh...' Emma pensó.
Las cosas estaban pasando demasiado rápido, mucho más rápido de lo que deberían.
En mitad de la calle, varios suv blindados rodearon a un hombre que parecía exaltado.
También estaba descalzo y parecía tener una complexión bastante musculosa.
Un hombre negro con un parche en el ojo se acercó a él y trató de calmarlo.
Emma no pudo escuchar la conversación desde su posición, así que entró en la mente del hombre y observó la situación desde su perspectiva.
...
"¡Descanse soldado! Lamento mucho este espectáculo pero... sólo queríamos revelártelo lento" El hombre del parche se acercó a él.
"¿Revelarme qué?" Preguntó, mirando todas las luces a su alrededor, lo estaban cegando.
"Estuviste dormido por casi 70 años." Soltó.
Sintió un dolor inusual en el corazón, y no quiso creerlo.
¿Cómo podía alguien dormir durante tanto tiempo y despertar en una época distinta?
Entonces recordó los últimos momentos de su pelea contra Red Skull.
'Caí al mar...' Recordó, deduciendo que su cuerpo quedó atrapado en el hielo.
Miró al hombre del parche enfrente suya.
Hubiera preferido que se ahorraran el espectáculo de antes.
Trataron de engañarlo, haciéndole creer que todo había salido bien y estaba de vuelta en casa.
Hubiera sido menos difícil de asimilar si le hubieran dicho la verdad desde el inicio.
Se les salió de las manos...
Miró detenidamente la ciudad que lo rodeaba.
Pudo reconocer algunos edificios, pero aún así había muchos cambios en su arquitectura.
Todo lo que conocía se había ido...
"¿Se encuentra bien, soldado Rogers?" El hombre del parche preguntó.
"Si..." Siguió mirando a su alrededor, terminando de asimilarlo "...es que, tenía una cita"
...
Emma se desconectó de su mente en ese preciso instante.
El primer vengador acababa de aparecer en escena.
'Quedan cinco meses de paz' Pensó Emma, riéndose del significado de la misma palabra.
En este mundo la paz es un concepto desconocido...
...
Llegando a casa, Emma miró a Cordelia sentada en la sala de estar, terminando sus tareas.
"¿Qué tal tu primer día de escuela?" Preguntó, abrazándola por la espalda.
Cordelia se quejó de su comportamiento pegajoso y trató de apartarla.
"Fue divertido" Contestó pesadamente cuando no pudo quitarla de encima.
"¡¿Solo eso?! Quiero detalles..." Emma se quejó "¿...algún chico te molestó?" Emma preguntó con una mirada fría.
Le licuaría el cerebro al bastardo que se atreviera a molestarla.
Emma dedujo que algunos estudiantes podrían tratar de molestarla o acercarse a ella de manera inapropiada por su apellido.
Después de todo nació siendo una niña con privilegios.
Decidió no entrar en la mente de ningún compañero de clase de Cordelia para espiarla.
No quería arrebatarle la libertad ni fastidiarle la experiencia de su primer día de escuela.
Por ese mismo motivo, no podía dejar pasar que solo le contestara con un 'Fue divertido'.
¡Necesitaba saber más!
"Fue muy divertido" Cordelia se burló de ella.
"..." Emma se quedó sin palabras y se apartó con un suspiro "Adolescentes..." Se quejó mientras se apartaba.
"¡Oh, cierto!" Cordelia gritó, llamando la atención de Emma.
"¿Recordaste algo importante?" Preguntó "¿...tal vez ya sufriste tu primer enamoramiento estudiantil?" Preguntó Emma interesada en los detalles, todavía recordaba el suyo, aunque no fue realmente suyo.
La antigua Emma se enamoró de uno de los profesores de su escuela, Ian Kendall.
Ian Kendall tenía una mala reputación, era conocido por seducir a sus estudiantes femeninas.
Emma estuvo a punto de caer en sus encantos, por suerte, en esa época, ella tomó el control.
Hubiera tomado una decisión estúpida de no hacerlo, una de la que se hubiera arrepentido toda la vida.
Al final, le pateó los huevos cuando trató de acercarse a ella inapropiadamente y fue despedido y denunciado por acoso a una estudiante.
Tuvo suerte, en aquella época, Emma no tenía aún sus poderes.
Cordelia la miró con asco antes de decir "Rarita, no me interesa el amor, gracias..."
"Supongo que todavía estas en esa edad, eh" Emma respondió y suspiró.
Esperaba que así siguiera siendo.
Si su hermana trajera un novio a casa, solo podría aceptarlo si pasara ciertos requisitos.
Solo entonces, les daría el visto bueno.
"Lo que iba a decir..." Cordelia miró a su hermana sabiendo lo que estaba pensando "...salió una aplicación muy interesante, unos amigos me la presentaron en la cafetería, mira..." Cordelia trató de enseñarle la aplicación a Emma, quien la miraba sorprendida por que tuviera amigos.
"¿Realmente tienes amigos...?" Emma trató de preguntar, siendo interrumpida.
"Perra..." Cordelia la insultó "...por supuesto que los tengo, fue fácil" Ella dijo, solo ella sabía lo preocupada que estaba sobre eso cuando llegó a la escuela.
"Bueno, continúa" Emma se sentó a su lado, en una de las sillas vacías y la alentó a continuar con lo que estaba contando.
"Salió una aplicación muy interesante, es una I.A, inteligencia artificial, se llama SIRI..." Cordelia abrió la aplicación y le mostró.
"Oh, la conozco, jugueteé con ella en el trabajo, cuando me aburría..." Emma contestó, no podía decir que conocía la aplicación de su vida pasada.
Entonces, Emma tuvo una idea para burlarse de su hermana y su preocupación anterior por no poder hacer amigos.
"¿Por qué no le preguntas cuanto es 0÷0?" Emma le preguntó.
"¿Por qué haría eso?" Respondió Cordelia con su propia pregunta.
"Solo hazlo, será divertido" Emma alentó.
Cordelia solo alzó los hombros y le preguntó a SIRI.
SIRI tardó unos segundos en procesar la pregunta antes de contestar.
"Imagínate que tienes cero galletas y las repartes entre cero amigos. ¿Cuántas galletas le tocan a cada amigo? No tiene sentido. ¿Lo ves? Así que el monstruo de las galletas está triste porque no tiene galletas y tú estás triste porque no tienes amigos" SIRI contestó.
Cordelia se puso roja de la ira cuando se dio cuenta que su hermana la había engañado y se había vuelto a burlar de ella.
Emma se dio cuenta de esto y tuvo un mal presentimiento.
Cordelia estuvo aquel día persiguiendo a Emma por toda la mansión, tratando de vengarse.
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Hasta aquí.
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¡ADIÓS!