[CAPÍTULO 6]
Cordelia se encogió de vergüenza cuando su hermana la llevó a su primer día de escuela.
Quería bajar del mercedes y correr hacia dentro, pero su hermana no la dejó.
"¿Tienes tus libros?" Emma preguntó.
"Si..." Cordelia respondió con los hombros caídos, mirando por la ventana.
"¿Cuadernos?" Emma siguió preguntando.
Cordelia asintió distraídamente, observando que toda la atención estaba puesta en ellos.
Su hermana la había traído en un mercedes negro con los cristales tintados, hasta el momento todo bien, hay muchos vehículos con esa clase de especificaciones.
El problema proviene de los cuatro coches idénticos que los seguían a todas partes, protegiéndolas.
Emma había contratado a todo un equipo de guardaespaldas para protegerla a todas horas.
"¿Tienes el spray pimienta en tu mochila?" Emma preguntó, tratando de agarrar su mochila para revisar si llevaba todo lo que necesitaría para su primer día de clases.
"¡Lo llevo todo, déjame ir ya!" Cordelia gritó avergonzada por el comportamiento de su hermana mayor.
Emma suspiró.
'¿Por qué no pudo quedarse como una niña pequeña?' Se preguntó a sí misma.
Se recuerda a si misma el día en que Cordelia nació, ella tenía siete años, no pudo evitar asombrarse por lo pequeña que era su nueva hermanita.
Echa de menos esos momentos, aunque ella misma no los viviera.
Se había dado cuenta últimamente del comportamiento sobreprotector que tenía con Cordelia, pero era algo que no se podía evitar.
Era su linda hermana después de todo.
"Me marcho..." Emma fue sacada de sus pensamientos cuando escuchó la puerta del mercedes abrirse y vio a su hermana bajar.
Rápidamente salió detrás de ella y la agarró de la mochila.
"¿Qué quieres ahora...?" Preguntó Cordelia, girándose con una ceja alzada, exasperada por su comportamiento.
"¿No me vas a dar un beso de despedida?" Emma preguntó y esperó con los brazos abiertos, burlándose de ella.
"¡Vete a la mierda!" Gritó Cordelia, alejándose.
Emma volvió a subir al mercedes mientras reía y le pidió al conductor que se dirigiera a Frost Technology.
Los guardaespaldas se quedaron atrás, en sus vehículos, esperando hasta que Cordelia terminara sus clases.
Volviendo con Cordelia, caminó entre los pasillos de la escuela con nerviosismo.
Nunca antes había estado rodeada de tantos niños de su edad.
Revisando el papel que la directora le dio hace unos días, cuando se matriculó, miró el número de su taquilla y comenzó a buscarla.
Emma había llenado su mochila con todo tipo de cosas.
Tuvo suerte cuando no consiguió revisar su mochila, tiró la mayor parte de ellas a la basura.
¿En que pensaba su hermana? ¿Se había vuelto loca...?
Suspiró pesadamente cuando encontró su taquilla.
Dos chicos estaban coqueteando y besándose apoyados en su taquilla, impidiendo que la abriera.
'Bueno, al menos es un buen espectáculo...' Cordelia pensó, su otaku interior amante del YAOI gritaba desesperadamente.
¿Qué...? ¿Todos tienen sus propios gustos, cierto? ¡Estuvo encerrada toda la vida con una familia loca!
Estaba claro que desarrollaría gustos extraños, tiene suerte de que no le gusten los furros...
'Aunque no lo descarto...' Cordelia pensó, imaginándose a los dos chicos enfrente suya con orejas de gato.
Centrándose, aprovechó la oportunidad cuando un profesor pasó cerca y regañó a los dos chicos, separándolos.
Cordelia abrió su taquilla y guardó todas sus cosas, dejando en su mochila los libros que usaría ese día.
'Mi frágil espalda pide ayuda desesperadamente' Cordelia pensó, masajeándose los hombros.
Cuando llegó a su clase, sintió los nervios creciendo en su estómago, casi como mariposas revoloteando en su interior.
Cordelia era una chica inteligente, había sido enseñada por los mejores maestros del país desde que tuvo uso de razón.
Es por ese mismo motivo que se había saltado dos cursos.
Todos en su clase serían dos años mayores que ella.
Ella supo, desde un principio, que sería complicado hacer amigos por culpa de su apellido, pero la diferencia de edad lo complicaba mucho más.
'¿Y si...? ¿Y si no puedo hacer ningún amigo? ¡Seré como esas raritas del anime que se sientan al final de clase!' Cordelia gritó en su mente, su imaginación descontrolándose y pensando de forma pesimista.
Cordelia fue empujada por la espalda cuando estaba obstaculizando la puerta de entrada.
Dándose la vuelta molesta, tuvo que alzar la vista cuando un chico rubio, atlético y alto la miraba desde arriba.
"¿Te has perdido niña, necesitas que te ayude a encontrar a tus padres?" Se burló de ella.
Sus dos amigos se rieron por la broma como cavernícolas y los tres entraron dentro de la clase, ignorándola.
Cordelia sintió que había sido mala idea tirar a la basura los nunchakus que su hermana metió en su mochila.
Así, al menos, les hubiera podido romper los huevos a esos tres idiotas.
Distraída, una voz la sacó de sus pensamientos, pensamientos que describían mil manera de hacer sufrir a alguien que te cae mal.
"Oh, no te preocupes, Flash es así con todo el mundo..." Un chico se acercó a ella acompañado de una niña rubia y un niño gordo.
"¿No encuentras tu clase?" Preguntó la niña amablemente.
Cordelia se había matriculado en la escuela a mitad de curso, por lo que no era de extrañar que se viera raro que no encontrara su clase en este punto.
"Esta es mi clase" Cordelia respondió mientras entraba acompañada de los tres.
Jura por dios que si la niña rubia le hubiera preguntado si estaba perdida o necesitaba ayuda, iba a hacer llover sangre.
¿Tan pequeña parece? ¡Por el amor de dios, no es una loli!
"Por cierto, soy Gwen Stacy..." Se presentó la chica "...bienvenida a Midtown High School" Gwen le dio la bienvenida con una sonrisa.
Gwen había deducido que era nueva en la escuela.
"Mi nombre es Peter Parker, igualmente, bienvenida" Se presentó el niño con pinta de nerd.
"Oh, oh, soy Ned Leeds, encantado" El chico gordo se apresuró a presentarse.
Cordelia sonrió y decidió presentarse "Yo soy Cordelia Frost, encantada"
"¿Frost?" Murmuró y se preguntó Peter, sorprendido.
Cordelia ignoró haberlo escuchado y se fue a sentar en una mesa vacía mientras los tres la seguían, incomodándola.
Aunque Cordelia pretendía lograr conseguir al menos un amigo en su primer día, se había dado cuenta de que carecía de experiencia al hablar con chicos de su edad.
¡Ella era una rarita en niveles extremos!
Extrañamente, los tres decidieron sentarse cerca para conocer mejor a la nueva integrante de la clase.
Cordelia estuvo agradecida por esto, se lo habían puesto fácil.
Durante la clase, los tres le habían caído bien, aunque eran demasiado amables para su gusto, le daba repelús.
...
Llegando a la cafetería de la escuela, Cordelia buscó una mesa vacía donde sentarse.
Trató de sentarse en algunas mesas donde habían sillas vacías, pero los estudiantes ponían sus mochilas o decían alguna excusa, como que el asiento estaba reservado.
Maldita sea...
¿Esto no era un cliché de las películas estudiantiles?
La nueva se acaba convirtiendo en una marginada el primer día.
'Genial...' Cordelia pensó.
Cuando se iba a dar la vuelta para salir de la cafetería, se dio cuenta que Gwen le hacía señas para que se acercara a ellos.
Cordelia sonrió y caminó hacia ella.
Si que se hubiera dado cuenta, había echo sus primeros amigos.
No fue tan difícil como pensó en un principio.
(Me pareció divertido hacer un capítulo enteramente de Cordelia, tal vez haga lo mismo con otros personajes más adelante)
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Hasta aquí.
¿Del 1 al 10 cuanto os ha gustado este capítulo?
¿A que esperáis? Ir a leer el siguiente capítulo.
¡ADIÓS!