Lust

By fferink

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(One-Shots NSFW🔞) ❝No hay nada que incremente más la lujuria que lo prohibido.❞ ... More

⚠️ Aclaraciones ⚠️
Bragas sucias
Omega de leche
El cumpleaños de Kacchan
Secreto
Noche de videojuegos
Inseminación
Hazlo como tú roomie dice

Pregku

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By fferink

⚠️ Advertencias⚠️
Contenido sexual explícito
Pareja: Bakudeku
TW: Breeding, diferencia de tamaño, embarazos múltiples, sexualización del embarazo, romantización del embarazo.
"Deku w/ pussy"
AU: Omegaverse no canon
O! Deku A! Bakugo
[Personajes mayores de edad]
¡Leer bajo tu propio riesgo!

||Sinopsis: Desde que Izuku es un joven Omega ha sido criado crudo por su alfa. Ama estar lleno de la semilla del alfa y constantemente está preñado con una familia numerosa.||

Izuku recordaba que, desde que tenía 15 años, fue follado a pelo.

Cuando presentó su primer ciclo de omega, el alfa más dominante de la escuela lo había tomado y le había quitado la virginidad, finalizando con un buen creampie que lo llenó hasta el borde.

Esa vez, recuerda que en la escuela le dieron anticonceptivos para que no quedara en cinta, pero era un adolescente torpe y hasta cierto punto, ignorante. Así que no fue una sorpresa, que cuando cumplió los 18 años, empezó a tener náuseas y todos los síntomas de un embarazo.

Claro que fue un shock total, pero cierta parte de él, su lado primitivo, se sentía tan feliz de servir como Omega, un lindo omega muy fértil; Que cuando su alfa rubio lo visitó, inmediatamente le dio la noticia, viendo como su alfa se volvía loco de la emoción, él también sentía que triunfó como un maldito alfa al ponerle un bebé a su pequeño Omega.

Así que ahí estaba Deku, como lo llamaba su alfa, cortando verduras e hirviéndolas.

Miraba de vez en cuando a la sala -que le quedaba justo en frente de la cocina donde él se encontraba-. Sonrió cuando vio a su lindo bebito de tres añitos, durmiendo frente al televisor que no dejaba de cambiar de canales.

—Yuko —Llamó Izuku—. No cambies los canales tan rápido cariño, y bájale un poco el volumen, porque Hiro se va a despertar, por favor. —pidió amablemente a su cachorro de 8 años, que estaba cerca de su hermano.

—Si, mami... —susurró apagando la televisión. Caminó hasta su madre y con los ojos más bonitos -heredados de Izuku, claro- habló—: ..., Mami ¿Puedo ir a jugar con Erika? —preguntó. Erika era la pequeña vecina, hija de Kaminari y Kirishima, quienes se habían mudado hace unos años a lado de la casa de ellos. Rápidamente Yuko se había hecho amigo de la linda chiquilla, y como el peliverde tenía tanta confianza en los padres de ella, lo dejaba ir con facilidad. También así él podría descansar -un poco-.

—Claro cariño, pero no le causes problemas a los Kirishima. —y con eso, el torbellino de cabellos cenizos y ojos verdes, salió corriendo.

Miró en la gran mesa que tenía en el comedor y se acercó para ver si sus tres bebitos más, seguían dormidos. Dos gemelos de 2 años y un nene de 1 año, descansaban en cunitas móviles.

El Omega siempre los tenía a la vista, ya que ellos eran los más revoltosos. Por suerte seguían durmiendo, y probablemente seguirían así durante unas horas más, ya que toda la mañana se la habían pasado despiertos y animados.

Revisó su teléfono y le mandó mensajes a su madre, preguntándole si su hija estaba bien, era la única mujer entre sus 6 hijos. Ella tenía los ojos feroces de su padre, pero era tan noble como el pecoso. Su mamá le dijo que la pequeña estaba perfectamente bien, que estaba viendo la televisión con el abuelo. Izuku respiró tranquilo y regresó a la cocina, a seguir pelando y cortando verduras.

—Mierda. —maldijo en voz baja cuando el cuchillo se le resbaló y cayó. Inhaló y se agarró la espalda abriendo las piernas, dejando espacio para el vientre -muy abultado- que cargaba.

Tenía 7 meses de embarazo y estaba esperando a un lindo cachorro más. Con algo de esfuerzo, agarró el utensilio y lo dejó sobre la meseta. Sintió algo caer por sus piernas. Miró abajo y vio el líquido blanquecino y viscoso cayendo de su entrepierna. «Maldición» pensó. Observó a sus tres cachorros durmiendo y supo que no se despertarían en ese momento. Caminó por la sala y ahí vio a su otro bebé -también dormido-, con los juguetes en la sillita dónde estaba. Llegó al baño cerca de ahí.

Se agarró del lavamanos y miró su rostro sonrojado al espejo. Levantó el camisón que traía puesto -perteneciente su alfa-, y con dos dedos frotó su clítoris hinchado y rojo. El líquido viscoso que había salido, era nada más y nada menos que el semen de su alfa; se estaba empezando a filtrar de su sexo.

Usualmente, su alfa Bakugo, lo follaba cada mañana y le dejaba un gran creampie. Entonces también le ponía un tapón vaginal para que toda la semilla se quedará ahí un buen rato hasta que se filtrara. Eso siempre excitaba al Omega. Se sentía lleno de su alfa, y nunca se sentía inquieto cuando el hombre se iba a trabajar.

Con los mismos dedos que estaba usando para acariciar su botón, los deslizó más abajo y con las piernas abiertas en 'V', retiró el tapón, dejando salir un pequeño gemido de lo grueso que era, haciendo que el espeso líquido cayera a borbotones y torrentes de él, deslizándose por sus contorneadas piernas. Fue inevitable volver a gemir, todo ese líquido estaba aún hirviendo, así como cuando su alfa lo llenó.

Hizo un desastre en el suelo. Era tan adicto a la esencia de su alfa. Lo culpaba por eso.

El Omega terminó de alistar a sus pequeños bebés, todos habían comido y duchado ya. Los cuatro más pequeños estaban puestos en sus carriolas, riendo y balbuceando. Yuko estaba en el sofá colocándose sus zapatos para salir.

Todos esperaban pacientemente la llegada de la niñera que se los llevaría unas cuantas horas lejos, para que Izuku pudiera descansar.

Se veía agotado, aún llevaba la ropa del alfa que tenía desde la mañana. Él, quería darse un buen baño para quitarse por completo la semilla de su alfa, que aún amenazaba con seguir saliendo. ¡Dios! Ya tenía bastante rato desde que se quitó el mendigo tapón y aún quedaba residuos.

La mujer de mediana edad tocó el timbre unos minutos después. Yuko corrió a abrirle y a darle un gran abrazo de bienvenida. La señora saludó amablemente al Omega mayor y acarició su vientre redondo, diciendo que espera con ansias conocer al cachorrito. Izuku rio tierno, él también esperaba la llegada de su nuevo bebé.

La señora, entonces, preguntó por la pequeña que no veía ahí, así que el pecoso le dijo que ella estaba con su abuela, para que no se preocupara.

El peliverde se despidió de sus pequeños hijos y le dio a la señora el dinero necesario para lo que sus hijos necesitaran en esas horas, junto con las pañaleras de los más pequeños. Apenas cerró la puerta, pudo respirar tranquilo. Amaba a sus pequeños, daría su vida por todos ellos, pero también se cansaba, aunque su esposo trabajaba para darles toda la comodidad posible, ser madre era un trabajo de tiempo completo.

Agradecía que Katsuki le pagara esa niñera y también otra señora que hiciera la limpieza del hogar, gracias a eso, su hogar estaba impecable, él nada más se encargaba de sus hijos y de la comida. Bakugo jamás dejaría que su pequeño omega se atareara de muchas cosas, teniendo en cuenta su embarazo.

Lo primero que hizo fue dirigirse al baño. Se quitó la enorme ropa de su alfa, y entró en la blanca bañera dónde -previamente-, la había llenado de agua caliente. Se sentó y respiró el vapor que salía del agua. Era tan agradable. Su cachorrito se removió dentro, probablemente también relajándose con el cambio de temperatura.

Él acarició su vientre y amó la sensación de tener a un ser en su interior. Amaba saber que podía crear vida y poder darle hijos a su alfa gruñón, nunca le faltaba nada ni era complicada su vida, así que estar preñado no era una maldición ni complicación, entonces, si su alfa deseaba tener algunos hijos más, sin problema alguno, se pondría en cuatro y se dejaría llenar de ellos.

Por otra parte, era clarísimo que su alfa amaba verlo lleno de bebés, sabía que a Katsuki le calentaba verlo con una enorme barriga y follarlo hasta que sus pezones hinchados recurrieran leche materna, para luego lamer cada una y succionar la ración del día. Su vida era espectacular. En verdad placentera.

Acabó de ducharse y tomó una toalla grande. Envolvió su curvilíneo cuerpo y salió de ahí dirigiéndose a la habitación que compartía con su esposo. Secó su cuerpo y, con la secadora, alborotó, aún más, sus rizos verdosos. Se puso una bata rosa y salió a calentar el almuerzo para su alfa y él.

Terminó con la comida hirviendo, no la iba a servir en ese momento, esperaría hasta que su alfa rubio llegara, total, casi siempre a esa hora se aparecía por ahí. Fue a su habitación y encendió el televisor y se acostó en su mullida cama, king size.

No supo en qué momento se quedó dormido.

Sentía algo raro.

Sus ojos estaban pesados y su boca soltaba aire. Estaba acostado de lado, sosteniendo su vientre con su mano libre.

Escuchaba como la cama estaba rechinando. Abrió un poco los ojos dejando un diminuto resquicio, observando cómo todo se movía de lado a lado. Se percató de sus gemidos y de esas "cosquillas" que tanto le gustaban.

Sintió el calor de un cuerpo cerca de él. Olfateó y sonrió. Abrió más los ojos y miró, hacía ese calor, viendo como su alfa estaba perdido de placer, enterrando esa enorme polla en su coño hinchado.

Percibía la viscosidad de su entrepierna y como su hombre le hacía papilla el cérvix, besando su interior, con esa enorme cabeza de polla.

Kacchan..., —susurró. Él nombrado lo miró y sonrió con sorna, bajando la velocidad—. Oh, Kacchan, me hubieras despertado. —le dijo.

—Pensé que debía saludarte apropiadamente, Deku. —Le respondió Katsuki, con una embestida justo donde le encantaba, para luego volver a esos movimientos lentos, que tanto volvían loco al peliverde—. Tu coño estaba escurriendo, y estaba a la vista. No pude no darle lo que me pedía. Lo siento.

—Te extrañé. —murmuró el pecoso, agarrando la muñeca del rubio -que sostenía su cintura-, mirándolo con unos ojos de ciervo y las mejillas rojas.

—Lo sé, lo estoy sintiendo.

—Por favor... —empezó a decir. Con su pequeña mano y en la misma posición -de costado-, abrió más su intimidad, viendo como su alfa lo devoraba con la mirada—..., Por favor Kacchan, fóllame, necesito más de ti.

Katsuki estaba siendo amable con el Omega, pues sabía que tenía a su bebé dentro. Estaba caliente todo el tiempo, le ponía la polla dura, ver a su pequeño esposo, andar por la casa con su ropa y las tetas llenas de leche, además de una barriga fruto del buen sexo que tenían casi a diario, aun así, se contenía un poco más porque ya estaba en los últimos meses de gestación.

Se sentía orgulloso de andar por la calle de su privada, con el hermoso hombre lleno de cachorros, dejando con el corazón roto a todos los "flechados" vecinos, de su marido y él. Pues Deku siempre tenía la cara de recién follado y feromonas de sexo al rededor, incluso sus vecinos no recordaban la última vez que vieron a Izuku sin un vientre abultado. Esos alfas inútiles se podían jalar sus patéticas pollas soñando con el coñito apretado de Izuku, pero quién lo llenaba cada día, era él, no ellos.

Pero su paciencia tenía un límite, y ese era ver a Deku tan sumiso a él. Hablando sucio y de forma necesitada... Oh, como amaba su vida.

Agarró con más fuerza las caderas de Izuku. Lo embistió rápido, escuchando como gemía desesperado. Era la gloria sentir como su glande chocaba con la entrada del útero del Omega.

—Sabes... —comenzó a decir, llevándose las piernas de Izuku a los hombros, sin dejar de follar ese agujero guarro—. Hoy en el hospital, me tocó atender a una ah~, a una pareja. La omega estaba embarazada, así como tú mhg~ uff. Cuando le pregunté por su embarazo, me dijo que era el número 10... Deku. Ah~

Izuku lo miró un poco angustiado. No sabía exactamente por qué Bakugo le estaba diciendo eso, ¿Acaso creía que esa omega era mejor por darle esa cantidad de bebés a su alfa? No comprendía.

—Deku —lo llamó con voz ronca, bajando la velocidad de las embestidas, nuevamente. Sentía la angustia de ese tonto hombrecito, pero no era lo que él pensaba—. Deku, nosotros vamos a tener aún más que ellos. El idiota se su alfa la presumía tanto, que me enojé, porque él decía que ella era muy hermosa, la más hermosa omega que existía, pero él no te ha visto ah~, si supiera lo bello que eres, de seguro se divorciaría, pero lástima, porque sería en vano, ya que tú eres mío, mmhg~.

El peliverde no tuvo ni chance de sonreír de la alegría, pues enseguida Bakugo lo cambió de posición. El alfa lo cargó, quitándole la estorbosa bata, camino al ventanal, con las cortinas levemente abiertas. Lo estampó con cuidado, aplastando sus chorreantes pechos en el cristal. Izuku bramó horrorizado, pues vio a sus amables vecinos ancianos, platicando por ahí. Si ellos volteaban, podrían verlo en esa situación bochornosa.

—Kacchan no- —le rogó mirando sobre su hombro, viendo cómo el alfa acariciaba sus nalgas y frotaba su gorda polla entre sus labios ya lubricados, volviendo a entrar de golpe. Deku se tragó un gemido y miró nuevamente al exterior.

—No me digas que esto no te gusta, Deku. Tu coño me está apretando tanto. —Le dijo arrastrando las palabras mientras que con su mano, jalaba de los rizos del pecoso, haciéndolo mirar hacia atrás. Levantó una de las piernas de su esposo y la sostuvo ahí, dejando paso libre a su intimidad. Enterró su polla una y otra vez, sintiendo como Deku se venía sin parar, escurriendo en su polla, mojando el suelo y sus pies. Lo errático de sus movimientos, hacía que el omega gritara cada vez más, pues ya no aguantaba morder sus labios para tratar de no hacer ruido.

—Te voy a dar un bebé más, cariño. —gimió Bakugo en el oído de Izuku—. Te voy a llenar de semen todos los días, hasta que ya no pueda más. Serás una Ah~ linda mami toda tu vida. ¿Te mmg~ gusta la idea, bebé?

Izuku solo asintió. Los ojos se le iban para arriba, no encontraba en dónde agarrarse, el cristal de la ventana estaba empapado en leche materna de tanto que escurría. Aún seguía un poco preocupado por sus vecinos. Ellos aún no se percataban del acalorado momento de la joven pareja. Deku rogaba para que los ancianos se metieran a su casa y así poder él, gemir como siempre hacía.

Los golpes certeros al coño del Omega empezaron a tartamudear, y la voz ronca del alfa se profundizó. Se iba a correr muy pronto, y eso el peliverde lo sabía. Él se inclinó más, abriendo las piernas, listo para recibir una generosa carga de la semilla hirviente de Katsuki.

—Te llenaré como te gusta- —la voz del cenizo se cortó cuando sintió como su miembro empezaba a expulsar torrentes del espeso líquido directamente al cérvix del más bajito. Izuku gimió al sentir su vientre cálido. Estiró una de sus manos hacia atrás, para acariciar la cadera de su esposo, como si estuviera diciendo "buen chico", y es que sí lo era, había cumplido como alfa y estaba criando a su bello omega. Deku amaba ese momento del sexo.

El más bajito sintió como el rubio sacaba su pene lentamente. Lo miró sobre su hombro y lo vio sonreír tan arrogante, que le hizo estremecer. Chilló cuando recibió una dura nalgada. Le hizo un puchero al alfa y él solo se burló. El alfa pasó sus gruesos dedos por el coño recién follado a pelo, y lo abrió, dejando que todo el líquido se escapara de ese estrecho hoyo.

—N-no..., Kacchan ¿Qué haces? Déjalo dentro —le pidió desesperado, Izuku, al darse cuenta de lo que su esposo estaba tratando de hacer.

—No te preocupes, nerd. Necesitarás más espacio para toda la semilla que te daré. ¿No me digas que creíste que solo sería una ronda? —Deku, no muy convencido, negó.

Ya estaba oscureciendo. Se podía ver, tenuemente, las estrellas en el cielo. La poca luz que entraba en la ventana, todavía abierta, chocaba contra la piel del Omega y alfa en la cama.

Izuku montaba lo más rápido que podía a su pareja.

Aquella barriga le hacía imposible ir tan rápido y duro como él quería. Sus pequeñas manos estaban en el pecho, ahora desnudo, de su esposo.

Deku tenía la mirada perdida, con los labios hinchados de tantos besos húmedos, las mejillas tan rojas que parecían de fiebre, y los rizos muy alborotados, que parecía recién salido de una pelea... Y ni hablar de su coño, estaba tan inflamado y rebosante de esperma, que hacía un sonido tan erótico cuando su trasero chocaba contra la pelvis del más alto.

Katsuki disfrutaba de la vista del sexo de su Omega, tragando su polla. Podía ser la ronda seis del día, pero Izuku aún no lo dejaba ir, tampoco era que él se quejara. Amaba la sensación de humedad extrema del hombrecito, estar tan lleno de su semilla, ayudaba a la penetración. Se sentía tan suave y apretado. Un coño celestial.

El rubio de un momento a otro, tomó bruscamente las piernas del chiquillo y lo alzó un poco, manteniéndolo ahí. Acomodó mejor sus piernas y empezó a embestir fuerte. Una y otra vez, sin darle chance al peliverde de quejarse.

—Esto te gusta ¿verdad? —observó como, inútilmente, Izuku trató de negar, ¿con qué finalidad? No lo sabía, pues no había dejado de mover el coño sobre su falo desde hacía horas—. No puedes decir que no…, teniendo este coño guarro lleno de leche, rogando por más.

Izuku sabía que Katsuki sabía, que en esa posición se venía tan fácil. La polla de su esposo siempre lo golpeaba exquisitamente en el lugar correcto. La cama ya estaba tan empapada de sus jugos, que tendrían que cambiar, otra vez, de colchón, sería difícil quitar la evidencia de su revolcón.

Unas cuantas embestidas más y Deku llegó al clímax. Unos segundos después, Bakugo también, rellenando una vez más, la intimidad de su preñado esposo. Intentaron respirar y tranquilizar sus corazones.

Izuku se exaltó al ver la hora en el reloj del buró.

La niñera ya casi debía regresar y ellos aún estaban llenos de sudor y fluidos. Incluso se les olvidó comer. El pecoso, como pudo, intentó levantarse del regazo de Katsuki, sintiendo como el gordo pene de su marido, apenas y deseaba salir de su apretado calor. Enseguida Bakugo se irguió, impidiendo la acción del más bajito.

—Kacchan, los niños ya van a volver. —le avisó el omega, temeroso.

—Lo sé. —respondió. Le dio un suave beso en las mejillas y luego un pico tan inocente, que pareciera que no acababan de coger como locos. El alfa se arrastró con cuidado al borde de la cama, y con tranquilidad y facilidad, cargó al omega en cinta. Aún con un cachorro a bordo, seguía siendo liviano.

Pronto entraron a la ducha...

Y tuvieron un polvo más.

—¿Qué hicieron hoy mis bellos amores?

—¡La señora Chiyo nos llevó al parque! —gritó Yuko, emocionado. Izuku sonrió enternecido mientras servía la cena—. Toshio, Koki, Shun y Hiro, estuvieron durmiendo todo el día. Son muy aburridos.

—Cielo, es que todavía están chiquitos —le dijo el Omega, dejando los platos en la mesa.

—Tú eras igual, mocoso. —comentó Katsuki mientras acomodaba a sus bebés más pequeños en sus sillitas.

—¡Qué no! —espetó molestó.

—Que sí. —Bakugo fastidió con burla.

—¡NO! ¡MAMIIIIIII! —Izuku miró molestó al rubio. Le enfadaba que hiciera enojar a sus pequeños. El alfa solo carcajeó al ver el puchero de su cachorro.

—Yo vi toda la sería de "All Might" con el abuelo. —habló Ame. El Omega solo dijo "¿Ah, si?" Y besó su frente. Había extrañado a su pequeña hija, tanto que, cuando su madre lo llamó para decirle que ella ya estaba lista para irse, obligó a Katsuki a salir de la ducha e ir por ella —. Me gustó un montón. La abuela Inko me dijo que era tu caricatura favorita.

—Sip, cuando era pequeño, no me perdía ni un episodio. —le contó mientras se sentaba. Limpió un poco la mejilla de Toshio -el más pequeño-, quien había untado su regordeta manita en su arroz, y se lo había llevado sin cuidado a la boca—. Pero es hora de comer y luego a dormir. Mañana hay clases y papá los llevará temprano.

Los dos cachorros mayores celebraron. Amaban cuando su papá los llevaba. Aunque no lo pareciera, Katsuki era un padre cariñoso con sus hijos, los molestaba, si, pero siempre se rendía ante la ternura de ellos, los genes de Izuku siempre fueron muy fuertes, y todos contaban con ojos cautivadores, sin importar si eran verdes o rojos.

Deseaba ver tantas réplicas de su pequeño omega.

El tiempo pasó rápido.

Los siete cachorritos de Izuku estaban dormidos en sus habitaciones.


El más pequeño, Ryu, tenía 11 meses, estaba a punto de cumplir su primer año de vida y la familia Bakugo estaba más que feliz por eso, lo iban a celebrar a lo grande.

En la habitación de la pareja, la cama no dejaba de resonar; Chillaba y chillaba con los movimientos erráticos que el alfa cachondo hacía para complacer a su Omega necesitado; Lo tenía empotrado boca abajo, con su gordo culo hacia arriba; Izuku gemía como loco, disfrutando del sexo salvaje sin tener que preocuparse por un vientre hinchado.

Por un momento miró al buró al costado de su cama. La tableta que mostraba la habitación de su pequeño cachorro, estaba ahí, parecía que todo se encontraba bien. Su vista vagó unos segundos por el mueble hasta la prueba de embarazo que había dejado ahí.

Estaba tan aturdido por el placer que él propinaba los golpes de esa polla gorda que volvió a enterrar la cara en las suaves almohadas, estaba intentando mitigar sus gemidos. Sus bebés estaban en la casa durmiendo; Era media noche.

Lo recordó... La prueba de embarazo ahí dejada, era positiva..., Otra vez.

Y su alfa lo estaba felicitando por eso.

Agradecía que Bakugo Katsuki, fuera el alfa que lo había encontrado en celo, aquel día que se presentó por primera vez.

Fin.

[N/A: Hola, aquí Ferink. Espero que les agrade este OS, porque creo que a mí no me agradó, tanto. Al inicio estaba muy entusiasmada por el capítulo, pero luego creo que la inspiración se me fue. Lo publiqué porque necesitaba actualizar ya y demostrar que sigo viva.

Por cierto, en este episodio, quiero aclarar, el embarazo está romantizado y sexualizado a petición de muchos de ustedes que querían ver un capítulo así con estos dos. Ya saben, es muy importante leer las advertencias antes.

Probablemente revisaré este capítulo en estos días y le iré cambiando cositas hasta aquel quedé de mi agrado, pero creo que está pasable para que ustedes lo disfruten.

Los quiero mucho, espero se pasen por mi Instagram, donde subo dibujitos gays de Bakugo y Deku. Adiós (⁠ ⁠˘⁠ ⁠³⁠˘⁠)♡]


JAJAJAJAJA ví esto en Twitter y si o sí tenía que ponerlo por aquí. Literalmente Bakugo y Deku en este Shot.

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