Polluelos / ASL ONE PIECE FAN...

By Melody146089

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Wendy Darling se vuelve madre del ASL, uniendo asi sus historias. Peter pan dejara ser un simple cuento, los... More

SALVAR UN HERMANO [V.F]
JUNTOS NOSOTROS 4 [VF]
TENEMOS MAMÁ [VF]
ENCUENTRO DE MADRES [V.F]
DESDE LAS CENIZAS (1/2) [V.F]
DESDE LAS CENIZAS (2/2) [V.F]
VOLANDO SIN MIEDO [V.F]
TU NOBLE CORAZÓN [V.F]
ESCUELA [V.F]
TAMBO, TAMBO [V.F]
PREPARANDO UNA SORPRESA [V.F]
PAJARO AL ROJO [V.F]
FELIZ CUMPLEAÑOS LUFFY [V.F]
ANUNCIO!
¿QUIÉN ES ACE?
PERDIDO
EL REY ACE!
LILING, LIN Y LING (1/3)
LILING, LIN Y LING (2/3)
LILING,LIN Y LING (3/3)
ROSAS DEL AYER (1/2)
ROSAS DEL AYER (2/2)
ACE VS DOFLAMINGO
CAMBIANDO EL FUTURO
Mellizos Li [Art 1]
EL REVOLUCIONARIO
LA ALIANZA
JARDINES DE KENSINGTON
PRESO
Nota
JURAMENTO
✖Travesura Nocturna✖
PESADILLA
WENDY DARLING
EL POPPER
LA ISLA DE LA PROMESA
ENTRE AQUÍ Y ALLÁ (1/2)
ENTRE AQUÍ Y ALLÁ (2/2)
ECLIPSE ROJO
PAÑOLETA DE PROMESAS
BIENVENIDOS A TEX-TEX
TAYSON EL COBARDE
PELEA A TODA RUEDAS
TODOS VS GRAN "B"
SABAODY

JUEGA COMO CABALLERO

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By Melody146089

Con un simple parpadeo, Sabo se encontró de vuelta en el laberinto, que ahora se desmoronaba ante sus ojos.

Una voz rompió el silencio.

"Este laberinto fue diseñado para atrapar a cualquiera lo suficientemente tonto como para entrar", Era el fantasma de George, quien hablaba un poco desesperado. "Pero parece que fue en vano".

Sabo esquivó un proyectil, luchando por ver a través del espeso polvo. "Entiendo", respondió, captando su atención. George señaló hacia su bolsillo, donde Sabo
encontró la piedra de los sueños.

"Las extrañas ocurrencias en esta isla, tienen un origen." continuó George. "Un origen que tendrás que llevarte".

De repente, la mente de Sabo hizo clic.

El clima errático, los extraños cambios en el cabello de las personas, eran manifestaciones de la respuesta de los espíritus a la presencia de Peter. Sus sueños vengativos habían contaminado la piedra, sumiendo al reino entero en el caos.

"Creo saber como hacerlo…", susurró Sabo, sus dedos aferrándose a la superficie áspera de la piedra.

"Eres un caballero; sabía que lo entenderías", la risa de George resonó, etérea y desvaneciéndose, mientras se disipaba.

Solo, la voz de Sabo resonó por el laberinto mientras cantaba a la piedra, su súplica reverberando en las paredes, pero encontrando silencio.

Su mente divagaba, imaginando el frío y duro suelo bajo sus pies, levantándose poco a poco fuera del laberinto.

Una ráfaga repentina de viento acarició su piel y la picazón del polvo llenó sus ojos.

Se encontró parado en una roca desafiando la gravedad, elevándose sobre el laberinto que estaba siendo destruido.

En ese momento, visualizó cada trozo de escombros flotando, y sucedió.

"¡Tú!," grito Peter "¡Mi piedra! ¡Exijo que la devuelvas!".

Sabo permaneció en silencio.

"Dije..." Peter se irritaba cada vez más, haciendo un berrinche por la piedra en vez de una paleta.

"¡Devuélvela!" Mientras Peter gritaba, los escombros flotantes alrededor de Sabo comenzaron a moverse hacia el otro, que los esquivó sin esfuerzo alguno. Antes de ser arrojado al suelo por un ataque sorpresa de Hiroko.

"El juego aún no ha terminado, ¿recuerdas?" le recordó ella a Peter.

"Oh, hola, Sabo", balbuceó, sorprendida por su repentina aparición.

"Oye, ¿dónde están...?" Sabo comenzó, pero sus palabras fueron interrumpidas cuando la roca en la que estaba parado desapareció.

Rápido, se encontró volando, sus brazos ahora transformados en alas.

"Lo siento, mamá", pensó Sabo, rompiendo su promesa mientras miraba hacia arriba y veía caer a Hiroko. Sin dudarlo, la atrapó.

"Necesito llegar a las fronteras", Hiroko señaló hacia el otro lado.

En ese momento, los ojos de Sabo detectaron un colosal golem hecho de sombra, emergiendo de las profundidades del bosque, su forma amenazadora en curso directo hacia el reino. Las valientes mosqueteras luchaban para frenar su avance.

Comprendiendo la urgencia, la ayudó a llegar a su destino. Para luego regresar a donde estaba Peter.

Una vez frente al golem, Hiroko interceptó su ataque justo a tiempo para salvar a Hana de un final fatídico.

Cuando aterrizaron en el suelo, Hana exclamó: "Espera, ¿y dónde está Peter?" Hiroko le susurró algo al oído. "Oh, entiendo..." respondió Hana, recobrando la compostura.

Mientras se acercaban a Helina, la forma masiva del golem convulsionó violentamente, sus extremidades temblando con una energía amenazadora.

Con un bramido atronador, ordenó: "¡RuuuCK MArch!" En respuesta, miles de mini golems salieron disparados de su boca abierta, cada uno no más grande que una mano, antes de dispersarse rápidamente en los alrededores como una nube oscura y ominosa.

El golem gigante desapareció no mucho después.

La horda de mini golems se infiltró en el reino, sus diminutos cuerpos deslizándose por huecos y grietas en las paredes. Las mosqueteras lucharon sin descanso alguno.

A pesar de sus esfuerzos, algunos de los mini golems lograron romper sus defensas, sembrando el caos mientras corrían por el reino. Derribaron estructuras, pisotearon jardines y dejaron destrucción a su paso.

En medio del tumulto, la antes robusta cuadra de caballos yacía en ruinas, sus vigas de madera destrozadas por el asalto. Caballos aterrados, con los ojos desorbitados de miedo, galopaban en todas direcciones, sus relinchos de angustia resonaban en medio de los gritos. Algunos de ellos, en su pánico, se dirigieron hacia los Jardines de Kensington, sus cascos golpeando el suelo en un frenesí desenfrenado.

"¡Mira por dónde vas!" gritó Cavendish frustrado porque un caballo había chocado con él. "Estúpido caballo..."

El pasaje a través del laberinto lo dejó dentro de los jardines, pero no cerca de la espada. Su tonto abuelo, que había dicho que tenía que apresurarse, lo dejó al principio de los jardines. Estos jardines, si no se equivoca, son de los más grandes que existen. Es fácil perderse.

"Caballo..." murmuró Cavendish irritado, pero luego una chispa de realización iluminó sus ojos.

"¡Eso es! ¡Espera!".

Persiguió al caballo, sus pasos crujían en los caminos de grava. Con determinación en su rostro, alcanzó al animal y agarró su cuello con firmeza. "¡Deja de moverte, escucha y obedece, animal de tercera!" ordenó, su voz firme, aunque la criatura temblaba bajo su agarre.

"Está bien", respiró hondo, intentando tranquilizar sus nervios. "¿Podrías calmarte, por favor?" El caballo cesó sus movimientos frenéticos, sus ojos salvajes se suavizaron mientras estudiaba a Cavendish. A pesar de la paz efímera, todavía parecía bastante asustado, sus poderosos músculos temblaban bajo su pelaje de pelo lustroso.

"Solo quiero llegar a la Espada de Preso, para detener este caos..." la voz de Cavendish vacilaba con inquietud. Ni siquiera estaba seguro de por qué pensó que hablar con un caballo era una buena idea. Toda la situación se sentía surrealista y del todo embarazosa, sin embargo, siguió adelante.

"¿Eh?" Luego sintió el suave agarre del caballo mientras lo levantaba con la boca.

"¡Puaj, no con la boca! ¡Mi capa! ¡Se está poniendo maloliente por tu culpa!" se quejó, mientras intentaba mantener un semblante de dignidad, a pesar de la situación poco agradable. La fina tela de su capa ahora llevaba el olor a tierra y animal, para su desagrado.

"Gracias", murmuró a regañadientes, reconociendo la ayuda del caballo mientras este lo colocaba con delicadeza en su espalda.

Montar un caballo sin silla era incómodo, por decir lo menos. Pero pronto llegaron al centro del jardín, donde los esperaba la Espada de Preso.

"Espera aquí, ¿de acuerdo?" le preguntó al caballo, cuya atención ya se había desviado hacia su entorno. Está claro que no estaba interesado en la monumental tarea que el príncipe pirata tenía entré sus manos.

"Ahora, la espada..." La mente de Cavendish se llenaba de recuerdos y dudas al acercarse al venerado artefacto.

Sus ojos se posaron en la espada, cuyos intrincados diseños estaban grabados con relatos de valentía y legado. Las dudas oscurecían sus pensamientos, resonando con las historias que había escuchado en su infancia.

La gente hablaba entusiasmada de que los espíritus de los caballeros dejarían que el legítimo heredero al trono saqué la espada.

Otros argumentaban con fervor que solo un individuo fuerte, digno de convertirse en un caballero real, podría lograr tal hazaña.

La gente se aferraba a cualquier cosa que les pareciera convincente.

En su infancia, cuando los secretos reales seguían siendo solo eso; secretos.

Escuchó estas discusiones tantas veces, que creyó en ellas con todo su corazón.

"Eres el hombre más guapo y hermoso de la tierra, ¿qué tan difícil puede ser?" Su mano temblaba mientras se acercaba al pomo, su desconcierto apretando su agarre.

"Es verdad que llevas poco tiempo desde que despertaste el haki del conquistador, lo que realmente no te convierte en un experto..." Sus palmas sudaban.

Un día, entró sigilosamente en los jardines, decidido a demostrarse a sí mismo.

¡Fuera de mi camino! ¡Puedo hacerlo! — Con sus pequeñas y torpes manos, intentó sacarla, solo para fallar y caer al suelo.

— ¿De verdad? ¿Tú eres el príncipe? —. La risa de Raphael, aguda y burlona, cortó el aire como un puñal. A su alrededor, una pequeña multitud de niños se unió, sus risitas y susurros formando un coro desalentador. Incluso los ojos vigilantes de las niñas, que una vez estuvieron llenos de admiración, ahora reflejaban decepción.

— Sí, lo soy, ¡y lo demostraré! — Con determinación en su voz, Cavendish se levantó, con su ropa manchada de tierra y mejillas enrojecidas.

Cada fracaso dejaba una huella en su espíritu, pero se negaba a rendirse.

Su cuerpo llevaba las cicatrices de innumerables intentos, su piel marcada por contusiones de caídas. Las noches se convertían en días mientras practicaba hasta el cansancio.

Esto causo que consiguiera un par de ojeras.

— Espera, ¿ese es el príncipe?! — Algunas chicas jadeaban de miedo al ver su figura maltrecha, solo para darse cuenta de que era su amado príncipe.

El peso del juicio de los niños pesaba sobre él, haciéndolo consciente de sus deficiencias. En los momentos de silencio, lejos de las miradas indiscretas, murmuraba afirmaciones para sí mismo, buscando consuelo en sus propias palabras. — Soy el príncipe más guapo, hermoso y capaz que existe —, repetía, su voz un frágil escudo contra las dudas que amenazaban con consumirlo.

"Eres hermoso, eres hermoso." Incluso siendo un adulto, el cántico persistía, un mantra que resonaba en los pasillos de su mente mientras se acercaba una vez más a la espada.

"¡Está bien!.., solo necesito un momento.." Con una respiración profunda, retiró su mano de la espada.

"No puedo…" susurró Cavendish, su voz apenas audible, mientras daba un paso hacia atrás, su corazón latiendo acelerado.

"No", fue entonces que recordó las palabras de Helina.

Días después de soportar una serie de fracasos, Cavendish se encontró de pie en la línea lateral, siendo espectador de la gracia y habilidad inigualables de las mosqueteras. En ese momento, quedó cautivado, sus ojos fijos en cada uno de sus movimientos, maravillándose de la manera sin esfuerzo con la que manejaban sus espadas. ¿Había seres más elegantes, más poderosos, más hermosos que estas mosqueteras? No podía imaginarlo.

Le permitieron ir a ver su intensas sesiones de entrenamiento. El aire estaba cargado con el sonido de espadas chocando y los gruñidos determinados de las mosqueteras. Después de las sesiones de entrenamiento, lo recibían en su círculo.

Durante uno de estos momentos, Cavendish confió en Helina, que se había convertido en una especie de hermana mayor para él, sobre la reacción de una joven al ver su rostro cansado y arañado.

Sintió un nudo en la garganta, incapaz de contener sus emociones, las lágrimas brotaron en sus ojos. Helina, con su toque suave y corazón amable, tomó una servilleta y limpió sus lágrimas.

— Es cierto, la belleza se percibe a través de los ojos. — comenzó ella. — Pero también brota de las profundidades de tu mente y alma. Debes creer en tu propio valor, en tu propia fuerza. Solo entonces los demás verán al príncipe que sabes que eres.

Sus palabras resonaban en su interior, encendiendo una nueva determinación.

Desde ese momento, abrazó sus enseñanzas con fe inquebrantable.

"Puedo hacerlo, lo haré", declaró Cavendish, su voz ahora más fuerte, llena de convicción, mientras daba un paso audaz hacia adelante, su mano alcanzando para agarrar el pomo de la espada.

En ese momento, sus inseguridades y dudas se disolvieron como la nieve bajo el calor del sol. Empoderado por su creencia en sí mismo, comenzó a jalar la espada con renovada confianza, cada movimiento suyo reflejando su voluntad de persistir.

"Oye, no es tan difícil", afirmó, apoyándose en su fuerza de voluntad. Recordó que tenía que creer en sí mismo, creer que su voluntad podía con todo.

"¿Eso es todo lo que tienes?" se burló.

Era Cavendish, el que superó su miedo a la fealdad, demostrando que su autoestima era inquebrantable. Era el hombre más guapo del mundo, porque él lo creía. Si alguien tenía una voluntad tan inflexible como la piedra, era él.

"Iré directo al grano, espada", comenzó.

"Necesito tu ayuda para tratar con Peter", continuó Cavendish, su mirada firme. "Sé que puedo contar contigo porque creo en mí mismo". Su voz resonó con una convicción recién encontrada.

Una ligera sonrisa tiró de las comisuras de los labios de Cavendish mientras reconocía la cursilería de sus palabras.

"Creeré en ti, si lo necesitas..." susurró.

Al jalar, hubo un momento de resistencia, como si la espada misma estuviera poniendo a prueba su determinación. Con un movimiento repentino y decisivo, Cavendish logró liberar la legendaria espada de su prisión. La hoja parecía palpitar con una energía de otro mundo, como si reconociera la sinceridad del propósito de Cavendish.

"Vamos", instó Cavendish al caballo, montándolo con confianza. "Tenemos una revancha que resolver".

Tomaron un atajo a través de los jardines, llegando al bosque, ahora en completo desorden.

"Rayos..." La cordura de Peter pendía de un hilo mientras extendía desesperado la mano, intentando recuperar la piedra que se le había escapado a Sabo y que quedó atrapada en una corriente de aire giratoria.

"Maldición", maldijo Sabo.

"¡Oye, eso es mío!" El grito de Peter rugió por el bosque mientras veía, impotente, cómo la piedra era arrebatada por un intruso. Incluso Sabo, quedó atónito.

El intruso aterrizó con gracia.

Con un salto poderoso, se enfrentó cara a cara con Peter, mandándolo al suelo en un instante. Sus ojos rojos destacaban una intensidad inquietante.

"¿Cavendish?" Sabo entrecerró los ojos, notando la diferencia: ojos rojos en lugar de azules.

"Tú..." Peter se esforzó por ponerse de pie, sus ojos fijos en el hombre ante él, una mezcla de miedo y determinación ardiendo en su mirada.

"Sabo, gracias por mantenerlo a raya", Cavendish agradeció a Sabo, su voz ahora impregnada de un tono de autoridad. "Deja esto en mis manos. Ve a ayudar a los demás" Apretó su agarre en la espada de Preso, su hoja brillando con una luz etérea.

Con una suave risa, Sabo se fue, encontrando ironía en la situación que se convirtió en una especie de juego de la patata caliente, o en este caso, un Peter enojado y de mal humor.

Ahora solo con el enigmático rubio, "Entonces, hermano", los ojos de Peter se estrecharon en rendijas peligrosas mientras hablaba, sus palabras goteando con condescendencia venenosa, "has vuelto para terminar el trabajo, ¿verdad?".

"¿Verdad?" La voz de Peter, impregnada de una calma gélida, era como una melodía siniestra, su sonrisa apenas un disfraz que ocultaba su rencor.

Peter acortó la distancia, su mueca cortando el aire como un cuchillo, "¿Cómo se siente? ¿Usar el cuerpo de otra persona?" La pregunta quedó suspendida entre ellos, preñada de acusación y desprecio, resonando en el campo de batalla como un veredicto condenatorio.

"Pero me preguntó…", continuó Peter, sus rostros a centímetros de distancia, "¿cuánto durará esto?". Sus ojos se enfrentaron en una batalla de voluntades, una tempestad de incertidumbre revoloteando en las profundidades de sus miradas, presagiando una tormenta que amenazaba con hacer añicos los cimientos mismos de sus existencias.

Justo cuando la tensión alcanzó su punto álgido, la voz de Jonathan atravesó la atmósfera cargada como una hoja, "Lo suficiente".

Se distanciaron, adoptando posturas de combate, mientras Peter preguntaba, "Bueno, ¿Qué juego vamos a jugar?".

"Tú mismo lo dijiste", replicó Jonathan, su tono firme. "He vuelto para terminar lo que iniciamos".

"¡La revancha del Roba el Huevo Escocés, qué emocionante!" La sonrisa de Peter se volvió maníaca al notar la piedra aferrada en la mano de Jonathan, sus ojos llenos de avaricia.

En un movimiento rápido, casi sobrenatural, Peter ascendió al aire, su metamorfosis desplegándose en un inquietante ballet de oscuridad. Sus dorados mechones se transformaron en una cascada tumultuosa de color negro, envuelta por un vórtice de humo oscuro que giraba a su alrededor. Sus ahora verdes ojos, portaban un doble aro, como un anillo.

"¿Procedemos con el robo?" Su voz retumbó por encima de todos, similar a una multitud hablando al unísono, un coro de cientos, sino miles, mezclados como los versos de una canción embrujada.

"No lo tendrás de vuelta…", Jonathan percibió que esas palabras no pertenecían a su hermano. Comprendió la situación de inmediato.

Avanzó con determinación, su haki emanaba peligrosamente, haciendo temblar el suelo bajo sus pies. Se lanzó hacia Peter, quien respondió con un movimiento de aplauso, liberando su propio haki conquistador en una danza juguetona y burlona.

Jonathan, sin amilanarse, se valió del uso de geppo¹ para mantenerse en el aire, esquivando hábilmente los ataques de su hermano mientras lanzaba contraataques.

El aire crujía con sus movimientos impregnados de haki, creando una atmósfera electrizante.

En un momento crucial, parecía que Jonathan había tomado la delantera. Pero justo cuando Jonathan se lanzó hacia Peter, intentando capturarlo, era demasiado tarde. La mano de Peter tocó el suelo en un gesto decisivo, marcando el nacimiento de "Ground Zero". En un giro asombroso, el suelo, junto con los árboles circundantes, comenzó a levitar.

Peter agarró un árbol flotante y lo lanzó hacia Jonathan, quien lo cortó con destreza. Sin embargo, se vio abrumado cuando Peter desató un rápido barrido: miles de árboles y trozos de tierra se precipitaron hacia él.

Jonathan, absorto en defenderse, no logró detectar el sigiloso enfoque de Peter desde atrás. "¡Bo-hoo!" Peter se burló antes de asestar un potente golpe en el abdomen de Jonathan, enviándolo por los aires.

"Escucha, humano, él nos pertenece. No nos rendiremos tan fácil…", los ojos de Peter centelleaban con determinación. "No cuando está amaneciendo una nueva era."

"¡La nuestra!", Peter gritó, su voz resonando con convicción.

Sin amilanarse, Jonathan recuperó el equilibrio, impulsado hacia arriba. "Yo tampoco me rendiré tan fácil" declaró, balanceando su espada hacia Peter.

Cientos de manos sombrías se materializaron a su alrededor, algunas continuando lanzando árboles y escombros en su dirección.

Convocando su fuerza interior, Jonathan respiró hondo, canalizando su haki en su espada. Con una velocidad y precisión incomparables, ejecutó su técnica: el "Corte Infernal". La espada se movió como un rayo negro, cortando las manos en un solo y devastador barrido. Era como si la ira de un demonio vengativo hubiera descendido, dejando a su paso una estela de destrucción.

Un silencio momentáneo se apoderó del campo de batalla, roto solo por sonidos distantes que, por primera vez, captaron la atención de Peter.

"¡Pensé que ese molesto ruido había muerto!" Peter gruñó al reconocer la familiar melodía de una guitarra flotando en el aire.

Jonathan sonrió con conocimiento, la piedra en sus manos brillando con intensidad.

Los ojos de Peter se abrieron como platos al entender que estaba pasando.

"Las personas en verdad nunca mueren." comenzó Jonathan. "Mientras los sueños se compartan, su voluntad perdura en los corazones de aquellos que se atreven a soñar".

Los gólems se desmoronaron bajo el implacable asalto de ráfagas sónicas que emanaban de las guitarras, empuñadas nada menos que por las Mosqueteras, cuyos instrumentos resplandecían con una luz etérea. Ante ellas, una figura fantasmal se materializó, pronunciando palabras crípticas que quedaron suspendidas en el aire antes de desaparecer.

Una sonrisa compartida se transmitió entre las Mosqueteras mientras coordinaban sin esfuerzo, deshaciéndose rápidamente de cada secuaz que se atrevía a desafiarlas. Mientras tanto, Sabo mostraba una valentía heroica, rescatando a civiles aterrados.

En medio de esto, la frustración de Peter estalló, su voz llena de desesperación, mientras gritaba: "¡Mis amigos!" Su autoridad antes imponente ahora vacilaba, en marcado contraste con la calma de Jonathan.

Aprovechando la oportunidad que la distracción de Peter le brindaba, Jonathan se impulsó hacia adelante, una fuerza silenciosa y letal.

"Corte Silencioso", susurró Jonathan, su espada hendiendo el aire sin hacer ruido. En un instante, golpeó a Peter, quien se desplomó al suelo, la fuerza del impacto se propagaba a través de la misma realidad mientras la gravedad reclamaba su dominio sobre todo.

En el tenso silencio que siguió, Jonathan se acercó cautelosamente a su hermano.

Los ojos de su hermano, antes de un verde vibrante, ahora eran de un tono azul, se abrieron de par en par de miedo. Reflejaban el destello de la espada que se acercaba a su rostro. Parecía que el momento de la verdad al fin había llegado, una resolución largamente esperada para su amarga disputa.

…..

Sin embargo, contra todas las expectativas, nada ocurrió como se esperaba. La espada cortó el aire, apenas pasando de largo a Peter, quien quedó atónito mientras la hoja golpeaba el suelo con un estruendoso golpeteo. En un último y desesperado acto de fuerza, Peter se fundió con las sombras, desapareciendo en la oscuridad.

Mientras tanto, Jonathan se desplomó, su conciencia escapándose como arena entre sus dedos. El silencio que siguió fue roto solo por el suave susurro de las hojas en la brisa.

.

.

.

.

Cavendish abrió poco a poco los ojos, entrecerrándolos contra la luz que se filtraba por las ventanas. Su cabeza latía con cada latido de su corazón y sintió una oleada de náuseas que lo invadía. Tomó un momento para que su entorno cobrara forma y se dio cuenta de que estaba de vuelta en los opulentos aposentos del palacio real.

"Príncipe, su amigo le está esperando", la voz de la criada era suave, aunque teñida de preocupación.

Los eventos de la noche anterior regresaron a él como un torrente. Recordó la posesión y el posterior desmayo.

¿Cómo había terminado de vuelta en el palacio y por qué lo estaban tratando con tanta amabilidad?, Eso lo abordará más tarde.

Reuniendo la poca fuerza que le quedaba, Cavendish se incorporó de la lujosa cama y estabilizó sus piernas temblorosas. Con pasos inseguros, se dirigió hacia los jardines donde Sabo lo esperaba.

El jardín del palacio era un oasis de belleza y serenidad, donde flores coloridas adornaban cada rincón. En el corazón del jardín se encontraba una pequeña mesa de cristal, elegantemente decorada con vajilla fina y una selección de deliciosos pasteles del panadero real.

"¡Cavendish?! ¿Estás despierto?" Los ojos de Sabo se iluminaron de alivio y sorpresa mientras alcanzaba otro pastelito, su entusiasmo inalterado por la situación.

"¡Por supuesto!" Cavendish logró esbozar una débil sonrisa, tomando asiento al lado de su aliado.

Analizaron los eventos pasados, llegando a sus propias conclusiones.

"No creo que Jonathan haya tenido la intención de matar a Peter", reflexionó Sabo después de escuchar el relato de Cavendish. Al parecer, durante la posesión de Jonathan, sus roles se habían invertido. Cavendish había estado confinado dentro de la espada, donde podía escuchar todo lo que sucedía afuera de ella.

Sabo, habiendo sido testigo de los eventos pasados que llevaron al atrapamiento de Jonathan en la espada, agregó: "De hecho, creo que Peter podría no ser quien pensamos que es..."

Su discusión se prolongó, las mentes zumbando con revelaciones hasta que temas mundanos tomaron el relevo, anclándolos en el presente.

"Haré todo lo posible por mantenerlo a salvo", afirmó Sabo, sosteniendo la piedra de los sueños en su mano. Un Cavendish irritado replicó, murmurando que él debería ser el que la protegiera.

"Así que…", comenzó Cavendish, tratando de cerrar la brecha en la conversación, al notar que Sabo estaba absorto en un periódico. "¿Qué te tiene tan emocionado? Parece que estás a punto de explotar", bromeó.

"¡Es mi hermanito! ¿Puedes creerlo? Dice que se infiltró en Enies Lobby", la voz de Sabo temblaba de orgullo, su espíritu revolucionario era evidente.

"Vaya...." Los ojos de Sabo se llenaron de lágrimas. "Me pregunto qué estará haciendo…"

↓ [ Cerca de la red line ]

"Increíble, ¡Este es probable nuestro mejor botín hasta ahora!" exclamó un hombre con botas gastadas a su compañero mientras atravesaban lo que parecía ser un desierto carmesí, su bolsa parecía demasiado pequeña para el cargamento que albergaban.

"Sí, yo..." el otro hombre se quedó en silencio, sus palabras fueron interrumpidas por la vista de una desconocida acariciando afectuosamente sus lagartijas.

"¡Eh, tú! ¿Qué crees que estás haciendo?" El hombre apretó su pistola, acercándose a la joven, quien le lanzó una mirada antes de volver despreocupadamente a acariciar la lagartija. En un movimiento rápido, ella removió el montura de los animales.

Ambos hombres apuntaron sus armas hacia ella, solo para verla levantarse y luego desaparecer asi sin más.

"Ella sigue aquí..." dijo uno al otro, sus ojos se movían inquietos, anticipando su próximo movimiento. Para su desconcierto, nada sucedió.

"Sigamos adelante. Esos estúpidos animales nos han abandonado, y sin ellos, es media hora de viaje hasta la base", respondió el otro, su voz teñida de agotamiento.

Al dar un paso adelante fueron derribados por un rayo de luz.

"Lo siento, pero no puedo dejar que se vayan", dijo la joven mientras descendía del cielo, sus brazos metálicos, ahora visiblemente propulsores ardientes.

Intentaron retaliar, pero los movimientos de la chica eran tan rápidos que atraparla resultaba imposible. En un instante, la realidad les golpeó como un rayo: un fuerte golpe de dos inesperados puñetazos voladores, dejando a ambos hombres desconcertados e incapacitados.

"¡Manos! ¡Vuelvan!" ordenó la chica, y las manos abandonaron a los dos hombres inconscientes, regresando al control de la jovencita.

Con la situación bajo control, la joven notó la bolsa que los hombres llevaban y se dejó llevar por la curiosidad. Al abrirla, descubrió a un chico que llevaba un sombrero de paja, dormido con un moco en su cara.

"Oye, ¿estás bien? ¡Despierta!" dijo ella, su voz suave pero firme, mientras lo sacudía con suavidad. Al final, el chico se despertó de sus sueños.

"Mmmm... carne..." murmuró, aún perdido en su mundo de sueños. De repente, se despertó de golpe por completo, dándose cuenta de que no estaba solo. "¡Espera! ¿Quién eres tú?" exclamó, su dedo temblaba mientras señalaba a la chica que estaba frente a él.

"¡Soy Electra! La verdadera pregunta es, ¿quién eres tú?" respondió ella, su curiosidad picada.

"¿Yo? ¡Soy Monkey D. Luffy! ¡El hombre que se convertirá en el rey de los piratas!" declaró Luffy con orgullo, su mano ajustando su sombrero de paja. "¡Pero esa no es la verdadera pregunta!, Es…. ¿Dónde estoy?" preguntó, confundido.

Fin del arco de Sabo.

PROXIMO CAPÍTULO:
BIENVENIDOS A TEX-TEX

INICIA ARCO DE LUFFY, ULTIMO ARCO DE LA SAGA ASL.

✸Glosario:

1. Geppo: Geppo (月歩, Geppō?, lit. «Paseo lunar»), permite a los usuarios saltar en el propio aire, lo que les permite permanecer flotando en el aire durante mucho más tiempo de lo habitual.

▶ Comentarios del autor:

Después de un mes ya está el capítulo! Siento la tardanza, tuve un mini bloqueo con este cap, aparte también me ocupe elaborando los próximos arcos.

Me gusta tener todo ya planeado con tiempo. Para que se den una idea, este arco ya lo tenia en mi mente con todos sus eventos principales desde finales del primer arco de la historia.

- Ahora si a lo que vienen.

¡Cerramos este arco con la aparición de Electra! Un personaje que si se acuerdan ya saben quien es....

Tan tan.

La hermana cyborg Frankestein de Jonathan!.

¡Espera!¡ Ella se acaba de encontrar con Luffy!, Un encuentro de hermanos menores, en un lugar desconocido con circunstancias desconocidas para ustedes.

¿Que está apunto de suceder? Bueno eso ya lo veremos.

De algo estén seguros, el próximo arco sera lo más One piece posible.

Me voy a divertir como nunca jiji.

¿De que creen que se trate?.

Les daré una pista, el arco de Luffy esta inspirado en el álbum 1989 de Taylor Swift y su álbum Fearless.

Y hablando de teorías, a ese Sabo y Cavendish no les deje que les revelaran todo. Asi que queda en ustedes quemar su cabecita otro ratito sobre que pasa con Peter, sus planes y el futuro de Polluelos.

También sepan que varios personajes que quería explorar en este arco los pase a otro. Asi que no se preocupen si cierto personaje no recibió tanta atención como otros.

De paso, este tiempo que me tome me sirvió para hacer tal vez uno de los arcos más alocados. Aunque aun falta pa que lo vean jaja.

Ahora para finalizar.

¿Opiniones del capítulo?

¿Que les pareció el Arco de Sabo?.

¿Teorías?

Los leo.

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