¿Qué era la dignidad?
Louis se preguntaba, mientras se alejaba con pasos lentos y rompía el abrazo que había intentado formar con Zayn manteniendo la cabeza abajo.
Para su sorpresa, la voz de Zayn llegó a sus oídos unos segundos después—. Recoge tus cosas. Hay que irnos de aquí.
—Oh bueno —Louis soltó—. Estaba esperando que me abandonaras aquí. Con eso de que claramente no te alegra tanto verme —se quejó con burla.
Zayn volteó sin dejar de caminar, y sólo le dio a Louis una mirada casi, asesina. Mirada a la cual Louis respondió con una sonrisa inocente antes de comenzar a recoger todo del suelo.
Zayn se preguntaba qué estaba mal en la cabeza de Louis. Se preguntaba qué coño había hecho él para tener que lidiar con un jodido mocoso como era el ojiazul, bueno sí, él se había metido en ello por sí sólo y mero gusto, porque nadie le obligó. De eso estaba completamente enterado y lo aceptaba. Era una persona de reconocer errores.
Pero joder, había estado intentado deshacerse de Louis desde el principio. Desde aquel día que despertó con el rostro del chico adueñándose por completo de su cabeza, sus ojos azules siendo todo lo que podía recordar y su cuerpo pegado al suyo lo que le hacía soñar.
Mierda sí, sólo intentando, no del todo seguro o con demasiado empeño en volverlo realidad. Siempre dejaba a Louis volver y no se mantenía firme en lo que pensaba. Porque sabía que estaba tan jodido como Louis también.
Sabía que estaba sucediendo aquello que jamás le había sucedido con nadie.
Y estaba mal.
Tan malditamente mal.
Pronto sintió el brazo de Louis rodear el suyo, escuchándole también respirar con agitación—. Me dejas atrás como si esos delincuentes no pudiesen regresar y matarme.
Zayn tomó un suave respiro—. Estás exagerando.
Louis levantó la mirada, observando el perfil de Zayn mientras apretaba su brazo entre los suyos—. ¡Les mire mucha intención!
Zayn parpadeó, ignorando el sentimiento que subía desde su estómago hasta su garganta.
Tenía ganas de vomitar. De apartar a Louis de su lado. De mencionarle que aquello sólo empeoraría con el pasar del tiempo.
Que no iban a funcionar. Que no podía darle lo que estaba esperando.
Que se lo había advertido desde el principio.
Pero las palabras salieron huecas de su boca—. También tenía intención de dispararles y no lo hice. Cierra la boca.
—Siempre quieres que cierre la boca.
Zayn no titubio al responderle.
—Porque eres más agradable así.
Y Louis sólo sonrió, porque Zayn podría insultarle y le parecería el piropo más caliente del mundo.
—¿Por qué tienes un arma?
—Qué te importa.
—¿Me cuentas luego?
—No.
☹︎☺︎
Estuvieron en silencio durante gran parte del camino, hasta que Zayn se alejó del agarre de Louis para abrir la puerta de su hogar.
Antes de entrar, Louis observó al gordo de Rogger darse revueltas encima de un charco de agua. Su pelaje quedando horriblemente sucio, pero el animal parecía disfrutarlo.
Louis en serio no comprendía que estaba mal con ese gato.
Y lo dijo en voz alta.
—No entiendo que está mal con ese gato.
Zayn volteó a verle, tomándole del hombro para adentrarle en la casa.
—Sí, yo tampoco entiendo qué está mal contigo. Eres aún más raro que Rogger. —antes de cerrar la puerta, observó en distintas direcciones sólo por sí acaso.
Colocó los varios pasadores a lo largo de la puerta y finalmente caminó hacia la cocina. Louis se había quitado su sueter, quedándose con una delgada playera de rayas rojas.
—¿Estás bien? —el menor preguntó.
Zayn le miró y le fue imposible no querer rodar los ojos.
—Vienes a mi casa sin una invitación ¿y lo primero que piensas en decir es si estoy bien? —soltó.
Louis apretó los labios unos segundos y después asintió.
—Hm. Sí.
Entonces Zayn frunció el ceño.
—¿Por qué?
Louis vaciló, moviendo la cabeza con suavidad de un lado a otro.
—¿Estaba preocupado por ti?
Zayn parpadeó.
—Pues estoy bien. No fue a mí a quien casi asesinan hace un rato.
El menor bufó, rodando los ojos con ganas.
—Sí, pretender que quizás no era así resultaba más confortante que el hecho de saber que estabas evitándome u olvidándote de mí.
Silencio. Zayn le ignoró y pasó a su lado, llegando hasta el comedor donde colocó las compras que traía en la bolsa del súper.
Como si no lo estuviese esperando, Louis se acercó allá.
—¿Fuiste de compras?
Zayn no le respondió, tomó un vaso del trastero observando a Louis sin alguna expresión mientras sacaba las compras.
El castaño también le veía, y estaba tan bonito como sólo él podía estar.
Zayn se odiaba por no poder parar de detallar cada pequeña parte de Louis.
—¿No me extrañaste ni un poco? —preguntó al final de un suave suspiro.
Zayn bajó la vista hasta sus manos y giró la rosca del galón de leche que había salido a comprar junto algunas bananas y manzanas. Le gustaba la fruta fresca, y los lácteos eran sus favoritos. Sirvió un vaso de leche y antes de beberla, negó apenas.
Louis sólo siguió observándolo y prongo Zayn se alejó volviendo a la maltrecha sala de estar. Se sentó en aquel viejo sillón y continuó bebiendo de su vaso con tranquilidad.
Louis se quedó de pie allí, enfrente del jodido comedor. Se había preparado para aquello durante muchos días, desde que todo aquello había comenzado en realidad. Sobre Zayn no queriéndolo de la forma en que Louis le quería. Estaba bien no ser amado por Zayn.
Pero joder, no se comparaba el vivir la situación en vez de solo imaginarla.
Había ¿lastimado quizás? Sí, por supuesto. Porque Zayn era el chico del que se había decidido enamorarse idiotamente aún cuando todo estuvo muy claro desde el principio.
Tomó un suspiro y caminó hasta ponerse delante de Zayn con brazos cruzados. El mayor solo levantó la vista, alejando el vaso de sus labios tras el último trago.
—Me preocupo por ti, ¿sabes? —Louis soltó. Con más molestia que afirmación—. Por supuesto que lo hago. Y joder a ti no te importa.
Zayn parpadeó, alzando suavemente los hombros—. Nunca te pedí que te preocuparás por mí.
—¡Pues yo no te pedí un jodido permiso para hacerlo! —soltó en alto, frunciendo el ceño.
Zayn sólo le miró, sin nada más. Es decir, ¿que debía hacer? Aquello era lo que le tenía increíblemente atrapado. Lo que le hacía aferrarse más a la idea de alejar a Louis de él.
Maldición. Sabía que Louis le quería, sabía que Louis era sincero, que su cariño era real. Era la primera persona, que le quería a pesar de que Zayn fuese una mierda.
La primera persona con la que, mierda sí, con la que estaba comenzando a involucrarse sentimentalmente.
Estaba jodido. Porque mantener a Louis a su lado, solo significaba ponerle en peligro. Y joder, era sólo un chico que no merecía nada de la mierda por la que probablemente pasaría a lado de una persona como Zayn.
De pronto, Zayn observó los labios de Louis temblar mientras removía sus brazos cruzados con impaciencia. Y algo se removió dentro de sí, que le hizo observar a Louis casi conteniendo la respiración.
—No puedes sólo desaparecer de un día a otro —se quejó, con la voz apenas saliéndole—. A la mierda, Zayn. Tú no lo sientes cómo, no sientes lo que yo. —sus delgadas manos fueron a parar a sus ojos, donde restregó sus ojos con brusquedad.
Y Zayn sólo tragó saliva. Porque sí, aquello era real. Louis estaba llorando delante de él. Louis lloraba por él. Estaba sufriendo por él.
¿Cómo demonios le explicaba?
¿Cómo le decía que se sentía exactamente cómo él?
¿Cómo decirle que estaba cayendo tan profundo que las ganas de soltar aquella cuerda que le retenía sobre su conciencia eran cada vez más enormes?
¿Cómo podía decir un "te quiero" también?
Louis sorbió su nariz y le mostró devuelta aquellos ojos azules brillantes. Le mostró aquella tristeza que se adueñaba de sus facciones.
—No lo entiendo. —murmuró despacio—. Si esto va a terminar aquí entonces quiero dejar salir lo que siento. Yo solo, no entiendo. ¿Sabes? El por qué me permitías acercarme tanto a ti, si sabías cómo iba a terminar. No entiendo por qué solo fingías que te importaba cómo me sentía a tu lado, ¿recuerdas? Aquella vez en la playa, cuando dijiste que querías asegurarte de que me sintiera cómodo contigo por si cambiaba de opinión pudiese alejarme con tiempo. —esa vez, no limpió sus lágrimas y pronto sus mejillas brillaron en aquel legubre ambiente.
Zayn seguía observándole. Tan indiferente como sólo él podía fingir estar en momentos donde realmente no sabía qué decir, cómo actuar.
—La forma en la que siempre me miras me hizo pensar muchas cosas, el que me llamarás para salir por la madrugada, el que me trajeras aquí y que ni siquiera... Sé que lo hiciste por mí, porque quizás no sabías por completo sí lo quería también con toda seguridad. —sus labios temblaron al igual que su voz, pero alzó los hombros e hizo una mueca—. Yo me preocupo por ti, tanto como tú lo haces por mí. Y no puedes, sólo... No es justo.
El sabor en su boca se volvió amargo cuando Louis sollozó y cerró los ojos.
Quería levantarse de ese maldito sofá y hacer lo más correcto. Abrazarlo.
Pero lo quería seguro, a salvo. Lo quería lejos de él.
—No hay nada en común entre nosotros. —se atrevió a decir.
Louis volvió a abrir los ojos para mirarle, y fue entonces cuando pudo ponerse de pie. Cuando tuvo suficiente de aquello.
Louis rápidamente habló, mirándole con cariño desbordante deseando abrazarlo con fuerza—. ¿Por qué dices eso?, yo- yo estoy muy bien contigo, respecto a ti, todo de ti me gusta.
—No se trata de eso. —murmuró con lentitud—. Se trata de que yo prefiero alejarme de los problemas mientras que tú corres detrás de ellos.
Louis parpadeó, pensando un momento en si debería confundirse ante aquello o no.
Entonces Zayn resopló, bajando repentinamente la mirada—. Yo soy un problema Louis y tú... Solo vienes detrás de mí. Y eso te convierte en mi problema, joder.
El menor le miró con ojos grandes de cachorro. Y se dio cuenta de que por aquello había estado tan aficionado a Zayn. Porque dentro de sí, sentía aquello que le había querer quedarse junto a Zayn. Aquel cariño que pocas veces le veía dar y que estaba guardado profundamente dentro del mayor.
Sonrió, sin darse cuenta. Y se atrevió a tomar la mano tibia de Zayn.
—¿Has escuchado alguna vez que los problemas sólo, prefieren perseguirte? —dijo por lo bajo, recibiendo una mirada brillosa por parte del pelinegro.
Hubo silencio. Uno cómodo, en el cual solo se veían a los ojos. En el cual ambos pensaban en cuál era la mejor opción.
—No te enamores de mí, Louis. No soy el chico correcto. —suspiró, acariciando el dorso de la mano de Louis.
Soy un hombre malo. Y justo ahora quiero hacer todo lo que pueda para mantenerte a mi lado, sólo porque se siente bien. Aún si eso no es lo que deseo, aún si eso no es lo correcto.
Louis parpadeó—. Hubiese sido bueno que me lo hubieses gritado desde el principio.
—Lo intenté.
—Era tarde —murmuró el ojiazul.
Zayn siguió acariciando su suave piel, mirándole con atención a los ojos. Tan azules y hermosos.
Louis apenas separó sus labios al observar a Zayn inclinarse despacio.
No soy un buen chico. No soy un buen chico.
Pero sé que eres mío. Sé que eres mío.
Recibió un suave beso de los labios en la mejilla, y cerró los ojos y disfrutó como si fuese el mejor de los besos. Podía sentir el aliento tibio de Zayn en su piel, la fragancia que emanaba, el amor con el que le besaba. Cómo lo tocaba.
No se había equivocado en absoluto. Pero deseaba confirmarlo.
Con lentitud deslizó un poco su cabeza, haciendo que la frente de Zayn quedase encima de la suya. Y abrió los ojos, mirándole apenas a unos cuantos centímetros. Entrelazó sus dedos con los de Zayn y le dio un suave aprentón.
—Dime, sólo... Si me quieres lejos. Y me apartaré —murmuró—. Que esto termine ya. Ahora.
Zayn parpadeó, lamiendo con suavidad sus labios.
—Sí. —asintió suave—. Te quiero lejos. Apartado de mí y todo lo que puede lastimarte.
Louis se pegó un poco más al cuerpo ajeno, dejando resbalar otro par de lágrimas. Más ya no de tristeza.
—¿Ese es tu problema? —preguntó en un susurro.
Zayn subió su otra mano y se alejó de Louis para poder acunar su rostro en su palma.
—Mi problema es que no estás viendo más allá de lo que deberías. —dijo—. Sólo vez en mí lo que quieres ver. Pero no soy un buen chico, Louis. No te enamores más de mí.
El menor suspiró, sujetando el antebrazo del mayor con su mano libre.
—¿Es eso? ¿crees que vas a lastimarme? —ladeó la cabeza—. Yo decido eso, Zayn. Yo decido si tengo o no ganas de echarme a llorar por ti. O si te extrañaré hoy o mañana. Es decisión. Sólo mía. Solo yo sé qué siento por ti, lo que quiero para ambos.
Zayn tragó saliva—. ¿Y qué decides ahora?
Louis le miró, totalmente triste.
—Ahora decido que es buen momento para llorar aún más, porque joder, ¿para que llorar en casa donde no puedas verme? se trata de que me veas y te des cuenta de cuánto te quiero, y que mis lágrimas hagan que vengas y me abraces, porque eso es todo lo que necesito.
El mayor sonrió apenas, soltando su mano y envolviendo el delgado cuerpo de Louis en sus brazos. El ojiazul escondió su rostro en el pecho de Zayn y soltó un sollozo.
Porque ya no había manera de que pudiese alejarse de Zayn si sentir que perdía algo bastante grande en su corazón.
Lo quería. En demasía.
—Solo quiero hacerlo menos difícil para nosotros —Zayn murmuró—. No debes estar junto a mí. No puedes estar junto a mí.
—No me importa, eso es mierda que no comprendo.
—Te darás cuenta —Zayn colocó su mentón encima de la cabeza de Louis y resopló—. Y cuando lo hagas entonces me vas agradecer por haber decidido a tiempo.
—¿Decidir qué? —levantó su cabeza y Zayn bajó la mirada para verle a los ojos mientras aún le envolvía con sus brazos.
Entonces le sonrió—. También te quiero.
Y le besó. Con aquella sonrisa sobresaliendo a cada parte.
☹︎☺︎
Cuando Louis bajó de la motocicleta, todavía estaba un poco confundido.
Podía decir que quizás se había arreglado todo o, nada. Con Zayn era así. O parecía serlo.
—¿Vas a traerme un regalo de cumpleaños? —preguntó en cuanto se sacó el casco y lo extendió a Zayn—. Mi fiesta es en dos semanas.
El mayor le miró. Una mirada distinta a la que solía darle y que eran demasiado comunes en él. Louis no era capaz de decir que aquello era una mirada indiferente. Era más.
Era profunda, seria, vacía.
Cuando iba a preguntar algo más, Zayn apartó sus ojos de los de Louis.
Y el pelinegro lo dejó salir, sin compasión—. No vuelvas a buscarme.
Louis parpadeó. Decidiendo si era una broma o buscando una razón del por qué mierda había escuchado aquello salir de los labios de Zayn.
Y sin querer dejo sus labios moverse—. ¿Qué? ¿Por qué? Creí que...
Zayn le interrumpió, volviendo sus ojos una vez más a Louis—. Porque no.
Louis alzó una ceja, bastante confundido—. Dime el por qué. No puedes solo-
Y esa era la decisión.
Quería a Louis con él, y a veces solía ser egoísta para obtener lo que quería pero era diferente. No se permitiría dañar a Louis, de ninguna manera.
—No te importa. —alzó los hombros.
—¿Y lo de esta tarde qué? Joder qué mierda Zayn. Eres increible. Y ¡joder! ¡Eres un increíble actor también!
El mayor no dijo nada más. Podría aguantar una discusión con Louis si eso le aseguraría que estaría a salvo.
—¿Hay alguien más? Es decir, qué jodidos me importa, seguramente dirás. Pero se me han acabado las opciones para todo esto, es decir, cambias de parecer en un jodido segundo —cruzó los brazos—. Pero, creo que, después de todo, joder sí, después de todo, al menos un poco, creo que merezco saber.
Zayn siguió viéndole, porque no veía llegar la hora de saciarse por completo de lo perfecto que era el joven delante de él. Con aquel cabello desordenado, labios apretados y ceño fruncido, con aquella postura demandante.
Y como si amara retarlo, Zayn volvió a decir, en calma, indiferente, sin importancia—. No te importa.
—¡Joder! —Louis exclamó, no molesto pero sí cansado—. No puedes simplemente dejarlo así de nuevo. Tienes qué decirme, cuál es la razón, por qué te apartas.
—¿Y por qué te interesa?
Louis le miró con más intensidad, casi llegando a estar enojado—. Ya está. Me he cansado. ¿Eres idiota o qué? De salida de tu hogar ni siquiera estabamos mal, ¿por qué ahora estás montándote esto?
Pero Zayn negó, poniéndose el casco encima—. No vuelvas a buscarme. —repitió.
Louis también negó, totalmente ofendido al ser prácticamente ignorado—. Entonces vete a la mierda.
—Louis.
—¡¿Qué?!
—No hay nadie más. Piensa en esta tarde, y encontrarás tu respuesta. Cuidate, y no llames.
Louis quiso gritarle que había perdido su jodido teléfono esa tarde por intentar ir a verle. Pero mierda, estaba tan harto y molesto que sólo pudo dar pisotones hasta la puerta de su casa.