Niall hablaba. Como era habitual en él cuando estaba de muy buen humor. Louis estaba seguro de que la charla iba por el tema de su próximo cumpleaños, que estaba a solo algunas cuantas semanas. Escuchó a Niall mencionar algo sobre un gran pastel y el mejor chocolate caliente del mundo. Louis cumpliría dieciocho años, no es como si sintiera la emoción más intensa del mundo, a nadie le gustaba envejecer.
Estaban rodeados de adolescentes escandalosos y revoltosos, pues era la hora de receso en el instituto. Los chicos jamás maduraban, y Louis lo volvió a tomar en cuenta cuando un pedazo de tomate pasó por a lado de su cabeza, yendo a parar a la mesa de adelante. Todos soltaban carcajas y Niall sólo pudo rodar los ojos. Louis ni siquiera prestó atención.
Estaba sumido en los mismos pensamientos que le consumían el día entero desde hacía más de tres semanas, el mismo muchacho pelinegro, los mismos tatuajes y los mismos ojos marrón brillantes.
Estaba enamorado, ya ni siquiera iba a negarlo. Aunque no recordaba haberlo hecho alguna vez.
Y cómo era costumbre cuando estaba distraído, las palabras salieron de su boca sin que lo hubiese pensado interrumpiendo a Niall de pronto.
—¿Por qué no me habías dicho que Zayn tenía hermanas? —lo mencionó, porque las dos jóvenes habían llegado a la cafetería junto algunas amigas para comprar sus alimentos despertando su absoluta curiosidad.
Niall frunció el ceño, borrando toda chispa de emoción en su rostro que unos segundos antes se adueñaban de sus facciones.
Esta vez, Louis no quiso abofetearse por soltar algo así en un momento que no tenía nada que ver. Sentía curiosidad sobre qué era de Zayn más allá de como lo pintaba Niall siempre que hablaba sobre él o su actitud, describiéndole como el chico odioso y malumorado, definitivamente Zayn era serio, pero Louis no le había notado odioso ni malumorado desde que lo había conocido por primera vez. Quizás sí indiferente a cualquier situación cotidiana de la vida, pero Louis creía que algunas personas guardaban todo para sí cuando estaban conociendo a alguien, así cuando hubiera la confianza suficiente, podían dejarlo salir. Louis suponía que Zayn era una de esas personas, y quería conocer el por qué. Ya que cada persona con una actitud así, había tenido que pasar por diferentes cosas a lo largo de su vida que le hacían volverse tan callados y reservados.
Louis ansiaba conocer más de Zayn. Ansiaba saber todo sobre el hombre que le robaba muchísimos suspiros.
Sin embargo Niall le miró como si le hubiese dicho algo desagradable. El rubio alzó los hombros, desviando la mirada luego—. No acostumbro a hablar sobre cosas que no me importan a mí y no deberían importarle a nadie.
Louis siguió mirándolo—. Asisten al mismo instituto que nosotros, Niall. ¿Cómo puedes ignorar eso?
—Porque no me importan esas personas en absoluto, Louis. —lo miró a los ojos, haciendo otra mueca con desagrado—. Son tan, aprovechadas y atenidas como Zayn. Siempre buscando cómo vivir de las demás personas.
Louis desconoció por completo aquella sensación en lo profundo de su vientre al escuchar a Niall decir esas cosas. Lo aceptaba, no conocía a las hermanas de Zayn, pero sí había pasado un poco de tiempo con el pelinegro, quizás muy poco como para decir que conocía algo más allá de su nombre, pero sin duda alguna se había dado cuenta de algunas cosas y en definitiva, Zayn no era aprovechado en ninguna manera.
La prueba estaba en que había ayudado a su madre económicamente, poco o mucho, lo que sea que le había dado, era una ayuda que también servía para Niall.
Louis sabía que no debía meterse en eso, pero tuvo ganas enormes de decirle a Niall cuan equivocado estaba. Que tenía una opinión errónea sobre su hermano, y quizás también sobre las hermanas de éste.
Se tragó sus palabras, observando a las dos chicas de vuelta, que sonreían y permanecían abrazadas.
—¿Son tus hermanas también o...?
—Ni en sus más bonitos sueños —Niall negó casi con asco—. Son hijas del padre de Zayn, por lo que sé, de la mujer que tuvo después de mi madre. También las abandonó, como es un asco de persona, obviamente si no le importó en absoluto su primer hijo, tampoco la segunda ni la tercera. —se alzó de hombros.
Louis parpadeó, detestando un poco la actitud déspota de su mejor amigo.
Las chicas no tenían una familia completa, y entendió que por eso Zayn las había abrazado con tanto amor y cariño.
Zayn... Quien no le había dado un beso desde la última vez que se vieron en la esquina de su casa, hacía una semana atrás. Quién no había mandado un mensaje ni tampoco había hecho una llamada. Zayn, a quien ansiaba ver pronto porque necesitaba de... Él.
—Hm, no conozco mucho a Zayn pero... No creo que sea igual a ellas o que ellas... Sean como tú dices, Niall. —se atrevió a decir.
Su amigo le dedicó una mirada aburrida, después alzó un ceja—. Tú no sabes, Louis. No intentes meterte por esas mierdas de personas, son basura. Creeme, tú no conoces a Zayn de la manera que lo hago yo.
Louis negó, pero una vez más, se tragó las palabras que no tenían lugar coherente en esa conversacion.
"Estás equivocado, Niall. Eres tú quien no conoce a Zayn de la manera que yo lo hago, y es una pena... Que yo no pueda explicártelo tampoco."
☹︎☺︎
—Estás enamorado. —escuchó.
Lanzó una piedra más en el estanque y giró su cabeza encontrando un bonito y tierno perfil.
—¿Por qué lo dices?
—Estás cada minuto más pensativo. Miras a la distancia como esperando que alguien aparezca.
Odiaba haber tenido una conexión muy cercana a ese rizado, porque el chico lo conocía absolutamente bien.
Volvió a lanzar otra piedrita al estanque frente a ellos y asintió después de dar un suave suspiro—. Sí. Creo que me gusta alguien.
—¿Lo crees o lo sabes?
—En realidad, lo sé. —admitió.
—¿Quién es? —preguntó el ojiverde.
—No creo que sepas de quien se trata. —su vista volvió a la brillante agua que se mecía bajo los cálidos rayos del sol.
Harry lanzó una piedra ésta vez subiendo una rodilla a la altura de su pecho—. ¿Va en el instituto?
—No. Es... —dudó un momento—. Mayor que yo, y que tú. Trabaja.
—Oh... Así que, ¿sales con ella?
Un atisbo de sonrisa quiso pintarse en los labios de Louis. Recogió ambas rodillas contra su pecho y recostó su mejilla encima de sus brazos. Negó.
—¿Entonces...?
—Es un él —murmuró.
Harry volteó a verlo—. ¿Uh?
—No es una ella, es un él.
Harry sonrió—. Oh, un chico.
Louis asintió suavemente—. ¿Prometes que no le dirás a nadie si te digo?
Harry asintió con el ceño un poco fruncido y una sonrisa con hoyuelos, Louis supo con todo el corazón que podía confiarle incluso su propia vida a ese muchacho—. Lo prometo —dijo—. Sabes que puedes confiar en mí.
—Se llama Zayn.
Harry asintió—. Vaya... entonces, ¿sales con él?
—Apenas hace unas pocas semanas nos conocimos. No me ha llamado. —murmuró, y quiso desaparecer el pesar de su tono de voz, pero no lo logró.
Harry volvió a ver al frente—. ¿Y por qué no lo llamas tú?
Louis parpadeó, perdiendo su mirada más allá del perfil de Harry, en el horizonte.
—Porque... La última vez él dijo que me llamaría.
—Pero si quieres verlo puedes llamarle tú también. Si les interesa a ambos, no deben esperar que el otro busque por ustedes. Haganlo los dos.
Louis siguió observando lejos. Después asintió a nadie.
—Sí... Lo llamaré ya que este en casa, gracias por el consejo Hazz.
—No te preocupes Lou.
☹︎☺︎
El molesto tono de llamada del teléfono se escuchó en toda la habitación. La cabeza de Zayn pareció palpitar, sus sentidos todavía algo dormidos cómo para poder coordinar a hacer algo más que respirar.
Sin embargo, un poco aturdido, se levantó de la cama yendo a tientas y tropezones en la oscuridad hasta el móvil que descansaba en uno de los buros de la habitación. Todo parecía moverse y sentía sus piernas temblar, como si fuera a caerse en cualquier instante.
Cuando respondió y se colocó el teléfono en el oído, creyó que se trataba de algún pedido del trabajo o algo así, jamás esperó que aquella aguda voz llegara hasta meterse en su cabeza de vuelta.
—Hola...
Zayn apretó un poco el gesto, bostezando segundos luego—. Hey.
—Soy, hm... Louis.
Zayn asintió a la nada, realmente no muy interesado—. Sé quién eres.
—Oh, bueno... Yo sólo llamaba para, —carraspeó, Zayn se talló un ojo—. Es decir, ¿cómo estás?
¿Que cómo estaba? De la mierda por supuesto, cualquiera que le viera allí parado a duras penas, vistiendo nada más que un boxer negro y con el cabello despeinado en todas las direcciones se daría cuenta. Porque lucía miserable.
La noche anterior se había sentido miserable y acabó bebiendo, fumando y tragando todo lo que le habían ofrecido en la fiesta que había organizado su patrón. Había reído, había llorado y también había peleado con algunos cuantos.
Se sentía del asco. La cabeza le dolía a montones y parecía mejor dormirse para siempre que intentar sobrevivir.
Sabía que se trataba de una horrible resaca, pero a veces le gustaba dramatizar un poco.
—Estoy bien. —respondió un poco extrañado.
¿Cuándo había sido la última vez que alguien que no fuera su madre le había preguntado eso?
—Me, Me da mucho gusto. —escuchó la suavidad en la voz de Louis, sin embargo, Zayn seguía con el ceño fruncido. Rascó un poco su brazo y negó.
—Tú, ¿tú como estás? —preguntó también. Se sintió ridículo, porque la verdad jamás le había interesado el bienestar de otra persona y no lograba comprender si le había preguntado a Louis por cortesía o porque verdaderamente sentía curiosidad.
Pero la respuesta alegre del joven llegó como extraña música a sus oídos—. ¡Estoy bien! —Zayn juró escuchar una suave risita—. Quiero decir, me preocupe un poco por ti porque, dijiste que me llamarías y ha pasado una semana desde eso, pero tampoco quería molestarte llamando yo.
"Me preocupe un poco por ti." No entendió por qué su cabeza pareció palpitar más.
—Oh, bueno... —pareció perder las palabras por unos momentos—. El trabajo, he estado haciendo varias cosas. Quería, llamarte cuando tuviera un momento libre. Verdaderamente, libre, para salir. —se sintió estúpido al responder, y tampoco entendió la razón.
Pero Louis pareció no darse cuenta de la situación extraña que Zayn estaba viviendo, así que siguió hablando.
—Puedes mensajearme y llamarme aunque no haya motivo, puedes hacerlo aunque no vayamos a salir a ningún lado —comentó, corrigiéndose apenas un segundo después—. Bueno, si... Si te apetece, digo.
Zayn no miraba nada en la oscuridad de su habitación, pero sus ojos estaban en un solo punto.
—¿Cómo fue tu día? —preguntó Louis.
Zayn tragó saliva.
—Ha... Ha estado bien —consiguió decir.
Hubo unos segundos de silencio, que milagrosamente y extrañamente también, no se sintieron incómodos en absoluto.
—Eso me alegra mucho —escuchó a Louis decir, hubo una pequeña pausa, después siguió hablando—. Llamé porque deseaba saber que estabas bien. —murmuró.
Zayn sintió su cabeza palpitar otra vez y cerró los ojos.
—Tengo libre esta noche. —soltó sin más—. ¿Quieres que vayamos a algún lado?
Hubo otro corto silencio. Zayn se preguntó si había dicho lo ideal.
—¿Vas a esperarme donde mismo?
Sintió ganas de sonreír. Más no lo hizo.
—Sí, en la esquina.
—Mandame un mensaje cuando estés allí. Estaré esperando.
Y Zayn colgó.
De haber sido cualquier otra persona, le hubiera mandado a la mierda sin siquiera pensarlo dos veces. Porque se sentía de la mierda, sólo quería tumbarse en la cama y dormir el resto de la noche.
Pero por alguna razón, una aspirina y una ducha muy fría se pintaban atractivas delante de sus ojos al imaginarse a Louis con sus brillantes ojos azules sonriendole como solo él sabía hacerlo.
Frunció el ceño—. Qué mierda te pasa, Malik —se reclamó a sí mismo, yendo en dirección al baño de mala gana.
☹︎☺︎
Divisó al castaño caminando a unos cuantos metros de donde estaba estacionado en la motocicleta. El sereno de la noche estaba frío y Louis usaba una sudadera bastante grande para su tamaño. Zayn no reconoció el sentimiento que le incómodo en el fondo del estómago al observando así, tan tierno y bajito.
Se sacó el casco de la cabeza para poder observar a Louis con más detalle.
El chico le sonreía, y de no ser porque tenía las manos ocultas en los bolsillos delanteros de la sudadera Zayn podría jurar que estaría dándole un infantil saludo con ellas.
Lo observó llegar hasta él sin gesto alguno en su rostro, pero Louis seguía sonriendo grande. Una extraña calidez brotaba del pecho de Zayn, y cuando quiso soltar un indiferente saludo Louis volvió el insignificante momento en algo caotico.
Los brazos del castaño le rodearon por el torso, la posición dejando que Louis recostara su mejilla contra el pecho de Zayn.
Zayn parpadeó, tardando más de lo normal para respoder aquella escasa muestra de afecto que definitivamente no recibía a diario. Lo abrazó también, descansando su mentón encima de la cabeza con suaves cabellos de Louis.
—Te extrañé —murmuró el menor.
Zayn sólo miró a la nada. Una gigante pregunta formulándose en su cabeza.
"¿qué mierda es todo esto mocoso?..."