• | KaiSagi OS | •

By Karligg

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Tal y como dice el título. Todo esto serán pequeñas historias KaiSagi de un solo capítulo. Quizá algunas teng... More

Enamorado.

Operación FCSNATC.

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By Karligg

• +18, lenguaje explícito.

Cuando conoció a Kaiser lo primero que pensó al verlo era que el tipo era imponente, su presencia pesaba sobre la de los demás, el aire de natural superioridad lo hacían parecer un hombre inalcanzable, deberías estar agradecido de que te dirija la mirada incluso si fue solo por coincidencia. El alemán tiene una belleza única y cautivadora, Isagi se puso tan nervioso como una colegiala de novelas románticas cliché cuando Kaiser se acercó a él con una sonrisa seductora, casi se olvidó de que era él quien había desviado su tiro, el nipón supo disimular bien su fascinación y agradecía a cualquier divinidad ahí arriba por eso, no habría querido ser como todos los demás que hablan con Kaiser por primera vez, el tipo resultó ser un imbécil, Isagi nunca había pasado de contemplar a alguien con encanto silencioso a mirarlo como si quisiera decapitarlo y tirar sus restos al basurero más cercano para luego prenderle fuego, su sonrisa de comemierda le daban ganas de agarrar una piedra para romper sus dientes con ella o simplemente patearlo en caso de no encontrar una.

Es por eso que, después de haber estado reflexionando tanto tiempo, se pregunta cómo terminó con el alemán detrás de él abrazándolo con fuerza mientras mantenía su rostro metido en el cuello de Isagi, sin señales de querer separarse pronto.

Sabe la respuesta, aún recuerda cuando después de terminar la NEL Kaiser se le confesó, fue una sorpresa que hasta día de hoy lo sigue teniendo desconcertado. Isagi lo rechazó, por supuesto, para él Kaiser seguía siendo el imbécil irritante que el único sentimiento que logra sacarle es odio. Kaiser parecía esperar esa respuesta, porque a pesar de que la tristeza consumió su expresión no dejó de sonreír en ningún momento, casi hace a Isagi sentirse un poco mal, pero él no estaba obligado a corresponder los sentimientos de nadie, mucho menos los de Kaiser.

Después de eso Kaiser no se rindió en absoluto, y en realidad estaba agradecido por la determinación que tenía su actual novio para lograr lo que realmente quiere.

Fueron cuatro largos meses desde que se fue a vivir a Alemania donde Kaiser le mandaba mensajes de buenos días siempre, lo invitaba a salir, le daba regalos, aunque se aseguraba de no hacerlo mucho pues a Isagi no le gusta que lo hostiguen demasiado con esas cosas, por lo que no insistió con eso a pesar de querer comprarle todo el centro comercial, muchas veces lo invitaba a cenar y para sorpresa del japonés era en casa de Kaiser en lugar de ser en un caro restaurante que sinceramente lo hacían sentir fuera de lugar casi siempre, Michael estaría en la cocina cocinando como si su vida dependiera de ello solo para satisfacer el apetito de Isagi, quien encontró esto muy lindo y cautivador.

Al inicio iban a zonas turísticas, el rubio se aseguró de enseñarle al nipón cada cosa que él mismo encontraba hermosas e increíbles, hablando sin parar de la historia detrás de cada una de ellas y el por qué lo fascinaban tanto, estando Isagi escuchando atentamente cada cosa que decía Kaiser.

Michael nunca le profesó su amor en palabras, probablemente sabía que a Isagi le incomodarían las alusiones de su amor teniendo en cuenta que rechazó los sentimientos del alemán, por lo que se dedicó a conquistarlo con acciones sinceras que venían desde lo más profundo de su alma, mirando a Isagi con afecto y anhelo cada vez que creía que él no le estaba prestando atención.

Pero Isagi lo hizo, se dio cuenta de cómo Kaiser lo miraba de forma sutil con intensidad, prometiéndole mil promesas llenas de un amor ferviente con esos intensos ojos cielo que tan hermosos le empezaron a parecer en algún momento.

Isagi no supo cuándo, pero un día simplemente empezó a notar cada vez más la belleza que poseía Kaiser en todo momento, tal como el primer día que lo vio.

Le encantaba el delineado rojo que se hacia todos los días, era tan delicado, meticuloso y perfecto que en algún momento quiso pedirle a Kaiser que lo maquillara, los labios finos tenían un pequeño tinte de rosa natural que los hacían ver suaves y tiernos, su brillante cabellera rubia de puntas azules le hacían resaltar en cualquier lado que estuviera, el tatuaje azulado en su cuello y que recorre toda la extensión de su brazo hasta la mano era nada más que atractivo a la vez que atrayente, a Isagi muchas veces le dieron ganas de besar y morder su cuello para dejarlo marcado.

Kaiser es alguien que podrías ver solo una vez en tu vida y nunca lo olvidarás.

•   •   •

Bien, Kaiser además de ser increíblemente hermoso, también tenía todas las vibras de ser una bestia en la cama, sus insinuaciones acompañadas de miradas coquetas y sonrisas seductoras eran suficiente para delatar toda la experiencia que puede tener en ese aspecto, Isagi era virgen, por lo que estaba sumamente nervioso y avergonzado cuando sus besos empezaron a subir de nivel mientras veían una película, a pesar de que fue decisión de Isagi comenzar con los toqueteos y también de subir la intensidad de los besos él seguía siendo demasiado pudoroso, era tanta la vergüenza, que pasó por alto el sutil temblor y la tensión nerviosa que se apoderó del cuerpo de Kaiser.

—Yoichi, ¿estás seguro de que quieres hacerlo? —Kaiser jadeó, sus manos temblaron mientras mantenía un débil agarre en la cintura del japonés cuando este se sentó en su regazo. Isagi estaba completamente sonrojado, su cara ardía en rojo, nunca antes se habría atrevido a hacer esto, pero estaba bien, ¿no? Kaiser era el que siempre insinuaba este tipo de cosas cuando coqueteaba con él, si para Isagi era un enorme paso con respecto a su vida amorosa para Kaiser no debe significar mucho, el nipón se pregunta si su novio recuerda todas las relaciones en las que probablemente ha estado.

Gimió al sentir como el bulto bajo él se hacía más grande y presionaba contra el suyo, sabía que se sentiría bien, pero saber que era Kaiser quien estaba suspirando con la cara roja mientras se mordía el labio inferior para evitar dejar escapar sonidos demasiado vergonzosos hacía a su excitación aumentar en gran medida.

Todo iba tan bien, Isagi estaba tan satisfecho de que no haya hecho algo que lo hiciera quedar en ridículo, rápidamente se estaba perdiendo más y más en la sensación de su boca contra la de Kaiser, era tan suave, tan dulce y tan agradable también.

El sonido de un teléfono casi lo distrajo, pero no fue suficiente, al menos para él. Isagi gritó cuando fue empujado con fuerza lejos del apacible calor ajeno, abrió sus ojos con sorpresa e incredulidad para fijar su mirada en Kaiser, quien le devolvía la mirada con horror al darse cuenta de que usó demasiada fuerza.

—Y-Yo-... Yo- ¡Lo siento mucho! ¡Pero debo contestar! —no esperó por una respuesta, después de soltar el primer tartamudeo que Isagi probablemente escucharía solo una vez en su vida se fue, teléfono en mano para contestar su llamada.

Isagi tiene mucha curiosidad de qué podría ser tan importante como para interrumpir lo que Kaiser ha estado esperando desde el día uno, pero se encogió de hombros, esperaría a que Kaiser vuelva para continuar en lo que estaban haciendo.

...

Excepto que Isagi olvidó lo tarde que era, cuando Kaiser volvió el nipón casi se estaba desmayando en el sillón debido al sueño, el alemán dijo algo que fue ininteligible para Isagi, lo siguiente que recuerda son unos fuertes brazos pasar por debajo de su espalda y sus piernas para luego cargarlo hacia la enorme cama de Kaiser, maldito idiota con dinero; al parecer lo dijo en voz alta, pues Kaiser se rio con suavidad mientras le daba un pequeño beso en la frente.

Pasó toda la noche abrazando a su novio, casi no dejando que se mueva en absoluto si no fuera porque el alemán lo sobrepasa en fuerza. Kaiser estaba más que feliz de ser estrechado entre los brazos de Yoichi hasta el amanecer, olvidando por completo lo que pasó antes. Isagi despertó con Kaiser haciéndole cariño en el pelo con suavidad, cuando el alemán se dio cuenta de que el nipón había despertado se acercó para darle un pequeño beso en los labios a modo de saludo.

—Guten morgen mein schatz. (Buenos días, cariño). —Isagi tarareó en reconocimiento, se sentó en la cama con un bostezo y se destapó con pereza para ir al baño, Kaiser también se levantó, pero en su lugar fue a la cocina, dispuesto a hacer un desayuno increíble mientras hacía todo lo posible por ignorar el recuerdo que no abandonaba su mente de Isagi subiéndose en él para besarlo con deseo anoche, agradecía a Dios por mandarle una bendición en forma de llamada, no sabe qué habría hecho de lo contrario.

Lo que pasa realmente con Kaiser, es que él es un virgen en todos los sentidos, le ha gustado a mucha gente, pero nunca ha gustado de nadie, nunca ha pensado realmente en el sexo porque le avergüenza tener esos pensamientos, pero desde que conoció a Yoichi estos simplemente invaden su mente todo el día y se siente como un maldito depravado. Se puso muy nervioso anoche ya que no sabía qué se supone que debe hacer, no sabía dónde poner sus manos, ni como moverse y tampoco cómo usar su boca, ¿se puede usar para algo más aparte de besarse?

Isagi ha sido el primero para todo; su primer amor, su primer rechazo, su primer beso, su primera cita y casi fue su primera vez también, Kaiser no sabe si sentirse aliviado o decepcionado de ese "casi".

-

Está bien, solo fue un pequeño inconveniente, Isagi no se rendiría por eso. También afectaba que hubiera sido tan tarde en la noche, si no fuera por eso él habría continuado en lo que estaban.

Esta vez lo harían sin interrupciones, Isagi se encargaría de eso.

Esperó a que los demás se fueran del vestuario, sabía que Kaiser prefería bañarse cuando todos ya se hayan ido, así que estaba sentado en una esquina alejada de las duchas, siendo tapado por los casilleros donde guardan sus cosas personales de fútbol.

Isagi se levantó cuando escuchó a alguien entrar en las duchas, se quitó el uniforme de entrenamiento para luego asomarse con timidez para verificar que de verdad era Kaiser quien estaba ahí, Isagi se tiraría de un puente si resultara abrazar accidentalmente por la espalda a alguien que no sea su novio. Suspiró de alivio al ver la piel tatuada del alemán, Kaiser no parecía darse cuenta de su presencia, demasiado inmerso en disfrutar de sus músculos relajándose bajo el agua caliente.

El nipón se sonrojó con más fuerza si es que era posible al fijar su mirada en esas piernas trabajadas junto a la espalda tonificada, la piel pálida que estaba perlada de agua hizo que su estómago cosquilleara. Se acercó con lentitud luego de haber enrollado una toalla alrededor de su cintura incluso si planeaba quitársela después, planeaba "sorprenderlo" un poco, así que antes de tocarlo se acercó con cuidado de no hacer movimientos ni ruidos repentinos.

—Kaiser... —

Isagi se hizo hacia atrás rápidamente con los ojos abiertos por la sorpresa ante el grito extremadamente agudo que soltó Kaiser, se habría tapado los oídos de no ser porque tuvo que bloquear con sus brazos la esponja que le lanzó el alemán a modo de defensa, este último lo miró con sorpresa mientras sus mejillas se ponían rosas no solo por el momento vergonzoso que acaba de pasar, sino también porque se dio cuenta de que Yoichi estaba casi desnudo con solo esa toalla en su cintura que en cualquier momento podría caerse mientras él estaba como Dios lo trajo al mundo, se tapó con ambas manos sus partes íntimas, ni siquiera estaba enojado por el susto que le acaba de dar Yoichi, la vergüenza era lo único que lograba registrar su mente.

—Yoichi, ¿q-qué estás haciendo aquí?, ¿por qué hiciste eso? —a pesar de no estar enfadado intentó sonar como tal y frunció el ceño, pero solo se encogió más en sí mismo cuando su novio lo seguía mirando con incredulidad.

—Uhm, yo solo quería... —no sabía si responder con sinceridad; "Estoy aquí para que tengamos sexo caliente y duro en la ducha porque no pudimos ayer", prefiere morir antes que admitir lo necesitado que quedó desde que los interrumpieron la vez anterior—. Solo vine a bañarme y te vi aquí. —

—¿No era que te bañabas de los primeros junto a los demás? —el tono de Kaiser fue amargo mientras se daba la vuelta para agarrar otra esponja que había ahí, echándole jabón para empezar a restregarla en su cuerpo con fuerza. Isagi suspiró, una pequeña sonrisa asomándose en su rostro a la vez que volvía a acercarse al alemán, sus manos se levantaron para acariciar con cariño los hombros tensos y rojos por culpa de la esponja que fue frotada demasiado fuerte contra la tersa piel blanca.

Su novio es tan celoso, aunque también muy contradictorio, no le gusta que los demás lo vean desnudo, pero él ni siquiera es capaz de ver su pecho descubierto sin sonrojarse.

Lo cual deja a Isagi con dudas, porque es un comportamiento que no tiene sentido para él.

—Puedo empezar a bañarme junto a ti si te molesta que lo haga con los demás. —

Le dio un pequeño beso en el hombro, en alguna parte que no tuviera espuma para luego alejarse a la otra punta de las duchas, no queriendo molestar más a su pareja pues esta ignoró con bastante obviedad su propuesta.

•   •   •

—Puedo oírte discutir contigo mismo desde aquí, Isagi —por algún tipo de milagro, Nagi dejó a un lado su videojuego para darle toda su atención al mencionado... Olvida lo anterior, si se trata de Isagi no es ninguna sorpresa—. ¿Kaiser te hizo algo? —

—¿Qué? ¡No! —el de reflejos azules se apresuró a responder cuando vio que el copo de nieve empezaba a levantarse—. Es solo que... Uhm, ¿cómo digo esto? —

Reo, quien no les había estado prestando atención hasta ahora volteó en su dirección, bastante curioso de la razón por la que Isagi estaba tan nervioso. Sí bien son los mejores amigos de Isagi (Reo no lo es) pocas veces este realmente les confiaba cosas que lo mantienen inseguro. Yoichi no quería molestarlos con sus problemas personales pues esta era una de las veces muy limitadas en las que podían reunirse, pero ya no puede hacer nada para desviar la atención del dúo.

—¿Cuál es tu inseguridad? —Reo prefirió preguntar directamente, e Isagi estuvo a punto de retroceder, pero un insistente Nagi apoyado sobre él no le dejó escapatoria.

—... ¿Hay... Algo malo en mí? —la pregunta tomó a ambos completamente desprevenidos, porque por todas las divinidades existentes en el cielo ¿Qué podría estar mal alguna vez con Isagi Yoichi? El tipo es perfecto, cualquiera desearía tener aunque sea unos segundos de su atención, que esos preciosos ojos azules ahoguen tu alma como el océano que son y que su perfecta sonrisa enmarcada por hoyuelos te ilumine el día.

Por su parte, Isagi sentía que la tristeza e incertidumbre se apoderaban más de él a medida que pasaban los días. Ya ha intentado de todo; insinuarse a Kaiser cuando estaban solos, sacar el tema de la intimidad cuando estaban acurrucados en la cama fue muy vergonzoso, pero Isagi se tragó esa vergüenza solo para hacerlo, aunque la conversación fue desviada tan pronto como mostró señales de surgir, toques sugerentes eran detenidos con rapidez por el alemán e incluso llegó a comprar algunas prendas de lencería, pero cuando iba al baño a ponérselas y regresaba Michael ya estaba sospechosamente dormido.

Empezó a creer que quizá a Kaiser le resultaba desagradable la idea de tener sexo con él, a lo mejor su cuerpo no le resultaba atractivo ya que no es curvilíneo, no tiene la cintura estrecha de una mujer y tampoco las caderas anchas que siempre resultan atractivas a la vista. Pero no sabe qué tanto creer esta teoría suya, sabe que su cuerpo está en perfecto estado físico y que claramente no tendrá las mismas curvas de una chica, primero, porque no es una y segundo, porque es un jugador de fútbol, los músculos no son más que un orgullo para él.

Entonces... ¿Quizá es su cara? ¿Es muy fea? Isagi perdió la cuenta de todas las veces que se quedaba viendo frente al espejo, buscando imperfecciones que resulten mata pasiones, y no se limitó a eso, sus compañeros de equipo llegaron a preocuparse mucho por lo obsesionado que estaba Isagi estos últimos días con mirarse la cara en donde pudiera; su celular, el reflejo de las ventanas, en las baldosas brillantes y siempre impecables de los baños, yendo tan lejos como para incluso pararse a meros centímetros de distancia del rostro de Yukimiya, estando Isagi demasiado enfocado en verse en el reflejo de sus lentes ya que no había nada más en lo que pudiera reflejarse para ver su propio rostro como para notar el furioso sonrojo en el perfecto rostro de Yukimiya.

Cabe destacar que después de ese suceso Kaiser lo ignoró durante tres días.

No es que el rostro de Isagi sea feo, todo lo contrario, parecía tallado por las propias manos expertas de los ángeles guardianes que custodiaban la entrada al paraíso, pero el pobre japonés de ojos zafiro casi rompe en llanto ahí mismo cuando vio en el reflejo de los lentes de Yukimiya su rostro con los pómulos demasiado gordos y rellenos de grasa de bebé, o eso parecía. Su rostro no es así, Yukimiya en ese momento llevaba puestos unos lentes que no eran los originales, pues estos se perdieron y tuvo que usar los de repuesto con una calidad de cristal no tan buena.

Hiori notó su casi colapso, y luego de que Isagi le dijera que su rostro era horrible se aseguró de indicarle todos los puntos perfectos que tiene, con los demás concordando activamente.

Pero si no es eso, ¿entonces es su voz?, Isagi estaba muy inseguro respecto a esto, pues sus antiguos compañeros de escuela solían decir que hablaba mucho (sobre fútbol, pero Isagi ignoró esa parte).

Grabó su voz cantando la pequeña parte de una canción, y a pesar de que todos concordaban en que parecía el canto de un dios, Isagi empezó a dejar de hablar tan seguido, bastante seguro de que sus chirridos eran irritables de escuchar.

—¿Realmente nos estás preguntando eso? —Reo habló incrédulo cuando salió de su estupor—. Isagi, eres perfecto. —

Nagi estuvo de acuerdo inmediatamente al ver la duda en el rostro del mencionado, quien estaba seguro de que sus amigos solo lo decían para hacerlo sentir mejor, pero de todas formas un pequeño sonrojo se extendió por sus mejillas.

—¿Qué hizo Kaiser? —Nagi volvió a preguntar con un brillo extraño resplandeciendo en sus ojos.

—¡Nada! De verdad, Kaiser no ha hecho nada. —lo cual era cierto, pero ese mismo hecho es lo que tiene tan triste a Yoichi.

Kaiser no ha hecho nada, no lo ha tocado y al parecer tampoco tenía alguna intención de hacerlo a largo plazo, desde que han estado saliendo solo han sido besos y abrazos. Pero Isagi estaba seguro de que no era desinterés, sabe que Michael lo ama, él siempre lo besa con ternura, le acaricia la cabeza y peina su cabello con suavidad por las mañanas, pequeños gestos que una persona desinteresada no haría, además que el alemán estuvo mucho tiempo intentando conquistarlo.

—Pero de él se trata el problema. —Reo se dio cuenta, y por supuesto que lo haría, es increíble lo mucho que ese hombre conoce el lenguaje corporal de las personas.

—Es solo que... He intentado de todas las maneras posibles- Uhm, esto es vergonzoso... —Yoichi desvió la mirada hacia el piso, con las mejillas encendidas por lo que está a punto de admitir—. He tratado de acostarme con Michael y tener nuestra primera vez juntos de una vez por todas, pero siempre hay algo que lo impide. —no quiso agregar que muchas veces era el propio Michael quien saboteaba los múltiples intentos de Isagi. Nagi y Reo se pondrían histéricos.

—No lo hagas, mejor ven con nosotros. —

—¿Cómo dices? —

—¡Nagi quiso decir que quizá deberías ser más directo! —Reo miró con dureza al perezoso, quien hizo un puchero y desvió la mirada.

—Mmm —Isagi realmente no sabe cuan más directo puede ser, ¿a lo mejor sus amigos se referían a decírselo sin escrúpulos?—. Lo intentaré, gracias. —

Reo suspiró, aliviado de que Isagi haya ignorado el comentario de Nagi.

•   •   •

Era más fácil decirlo que hacerlo, ha estado intentando reunir el valor para decirle a Michael lo que tanto ansiaba desde hace más de tres horas.

No soy capaz. —llegó a la conclusión cuando se cumplieron cinco horas. Quizá pueda pedirle consejos a otra persona.

Y no sabe por qué, de todas las personas, decidió ir en busca de Yukimiya, piensa que quizá es porque le tiene un poco de celos al mencionado, ya que este es un modelo famoso, que ganó aún más fama cuando empezó a jugar de titular en Bastard München.

No es la fama de Yukimiya lo que le causa celos, y no es por presumir, pero él tiene más fama que el de gafas, el punto es que sus celos van dirigidos a la belleza absoluta que posee este. Muchas veces ha pensado en esto, y desde mucho antes de la operación FCSNATC. (Follar Con Su Novio A Toda Costa).

Poco tiempo después de que comenzó la Liga Neo Egoísta, Kaiser se empezó a familiarizar con algunos de los amigos de Isagi, sus intenciones eran preguntarles cosas acerca de Yoichi y una de sus víctimas fue Yukimiya, entablaron una breve conversación que se centró por completo en Isagi y cuando el brote se volvió a encontrar con el alemán este mencionó despreocupadamente lo hermoso que resultaba a la vista Kenyu. Un asqueroso sentimiento de asco se arremolinó en el fondo de su estómago y casi sube por su garganta cuando oyó el nombre de Yukimiya ser pronunciado por la voz de Kaiser, quien en ese momento no entendía el enfado de Yoichi pues aún no sabía lo especial que era llamar a alguien por su nombre en Japón, pero lo ignoró pensando que simplemente era la repulsión que sentía por Kaiser en general en ese momento.

Ahora reconoce que solo estaba celoso de que Kaiser se fijara en otras personas.

Isagi reflexionó seriamente sobre su decisión de acudir a Yukimiya, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse cuando vio que entraba al café en el que habían concordado encontrarse.

Yukimiya lo saludó animadamente e Isagi tuvo que devolverle el saludo con una sonrisa incómoda. No sabe qué tan dispuesto estaría su amigo en ayudarlo con algo como esto, sobre todo porque no cree que tengan ese nivel de confianza y porque todo su círculo de amigos repudia a Kaiser, lo cual a veces lo pone de malas porque el alemán realmente ni los topa, así que no entiende el odio repentino que ganó.

—Isagi, que gusto verte —habló el de gafas mientras tomaba asiento frente al mencionado, quien correspondió a la vez que desviaba la mirada, sin ser capaz aún de mentalizarse para sacar el tema—. ¿Para qué querías que nos reuniéramos? —preguntó curioso, y algo inquieto ya que Isagi lucía bastante temeroso. Tomó un sorbo del café que estaba sobre la mesa antes de que él llegara, agradeciendo a Isagi por haber pedido su café favorito con anticipación y sonrojándose ligeramente al percatarse que Isagi recordó cual era.

Pasaron unos segundos tensos, en los que Yukimiya esperaba pacientemente a que Isagi se armase del suficiente valor para escupir lo que sea que lo esté atormentando tanto, y mientras daba suaves pero largos sorbos a su café, Isagi lo soltó.

—Ayúdame a tener sexo con Kaiser. —

Yukimiya no quiso hacerlo, de verdad no quiso, pero no pudo evitar escupir todo el café que estaba en su boca al oír tal petición, Isagi se quedó incrédulo (¡¿y con qué derecho?! ¡Yukimiya es el que debería estarlo!) ya que no esperaba terminar empapado en café y saliva cuando vino aquí. Los minutos transcurrieron en un silencio abrumador, con Isagi arrepintiéndose de todas sus decisiones actuales, limpiándose con servilletas y rezando para que le caiga algo encima y así poder repetir su vida desde cero, Yukimiya, por su parte, estaba terminando de procesar lo que el Yoichi le pidió descaradamente.

—¿Es Kaiser la razón por la que has estado tan raro? —recordó las actitudes inseguras y angustiosas que ha tenido Isagi desde hace unos días, y pensar que Kaiser es el culpable le hizo abrir lentamente por debajo de la mesa el chat grupal en el que estaba todos los antiguos Blue Lockers (a excepción de Isagi), pero un suspiro del contrario detuvo sus acciones momentáneamente.

Isagi le contó todo, desde la primera vez que intentó follar con Kaiser hasta la última vez que intentó seducirlo, que fue anoche cuando quiso probar el último conjunto de lencería que había comprado. Yukimiya sintió la situación algo absurda pero no quiso comentar eso, se notaba a leguas que Isagi estaba sensible, lo que realmente lo tenía con dudas era lo mucho que Isagi afirmaba que Kaiser no tenía ningún interés en tener intimidad con él.

Todos sabían que Kaiser está locamente enamorado de Isagi, sería capaz de matar por él.

Por lo que, a pesar de todo, Yukimiya le dijo a Isagi que lo iba a ayudar.

-

—¿Crees que realmente funcionará? —preguntó el de gafas.

—Al cien por cien. —respondió Isagi, recibió una mirada dudosa, pero finalmente Yukimiya hundió los hombros en rendición. Isagi tarareó contento al ver que su amigo aceptó su idea.

—Solo haz que no me golpeen. —fue el temeroso susurro que llegó a los oídos de Isagi, pero este felizmente lo ignoró.

Isagi enganchó su brazo con el de Yukimiya y se apegó muchísimo a su costado, una brillante sonrisa adornaba la cara de Isagi mientras que el otro tenía un pequeño tinte rojo en sus mejillas, con una fina sonrisa en sus labios a pesar de su nerviosismo. Ambos entraron el comedor de la sede de Bastard München, luciendo como una parejita feliz y encantadora para cualquiera que no los conozca.

El plan era muy simple; actuar asquerosamente pegajosos y poner celoso a Kaiser, fácil.

Tan pronto como entraron, Yukimiya sintió una mirada asesina atravesando sus entrañas con una furia que se podría sentir a kilómetros de distancia. Todo su cuerpo se estremeció de terror, pero el firme agarre de Isagi le hizo mantenerse bajo control para no arruinar la fachada.

Sus amigos les hicieron señas, curiosos y algo preocupados, todos sintieron la sed de sangre dirigida al de anteojos por lo que se apresuraron en ir a su rescate antes de que le lancen un cuchillo.

—Yukii, ¿qué te gustaría comer hoy? —la voz de Isagi sonaba suave y melodiosa, un pequeño tono juguetón envolvió cada sílaba, y se aseguró de hablar lo suficientemente fuerte para que cierto alemán lo escuche.

El pobre Yukimiya contestó con voz temblorosa, y se apresuró en aclararse la garganta ante la dura mirada de Isagi, pues estaban demasiado cerca de Kaiser para su gusto y este no se molestó en ocultar la intención asesina que desprendía. Lo único que quería era alejarse lo más posible.

Mal por él, ya que antes del almuerzo Isagi le mandó un mensaje a Hiori diciéndole que escoja la mesa más cercana a la que se siente Kaiser. Y este, por supuesto, no dudó en acatar las órdenes directas de su amo.

—Ve a sentarte mientras traigo tu bandeja. —Isagi restregó un poco su cara en el pecho de Yukimiya antes de irse, dándole un último pequeño empujón para que fuera a sentarse.

Yukimiya obedeció, reuniendo toda su fuerza de voluntad para resistir el fuerte impulso de arrojarse al piso y suplicar el perdón de Kaiser por romper los límites y faltarle el respeto, su lealtad a Isagi era más fuerte que su instinto de supervivencia.

Cuando el causante de todo esto volvió, todos en la cafetería tenían sus ojos fijos en él, pero seguía siendo o demasiado inconsciente o demasiado despreocupado.

Mientras se sentaba junto a Yukimiya tanto este como los demás en la mesa observaron confundidos como Isagi solo llegó con una bandeja de comida. Y como si le hubieran tirado un balde de agua congelada encima, Yukimiya miró a Isagi con horror al comprender lo que quería hacer.

—I-Isagi, no me dijiste que esto era parte del pla- —

—Cierra la boca. —Isagi murmuró entre dientes, enojado porque Yukimiya hablaba muy fuerte, así que para evitar que Kaiser lo escuchara y arruinara su plan metió una cucharada de arroz en su boca.

Isagi siguió alimentando a Yukimiya, comiendo él mismo de vez en cuando con la misma cuchara, no miró en ningún momento al alemán, y este no se dio cuenta que la cuchara de metal en su propia mano se había doblado por completo ante la fuerza que ejercieron sobre ella. El resto del equipo que estaban sentados en la misma mesa que Kaiser empezaron a orar en sus cabezas a la vez que Ness comía su comida con lentitud, temeroso de terminar por provocar la ira del rubio con puntas azules si levantaba la cuchara demasiado rápido.

Todo iba bien, Kaiser parecía estar a punto de matar a alguien, pero a pesar de eso no hizo nada, tal y como Isagi esperaba, de vez en cuando seguía mandando miradas sucias, pero no se levantó para preguntar qué demonios estaba sucediendo, no habló ni siquiera con Ness y luego de unos minutos de jugar con la comida se fue de la cafetería sin dar una segunda mirada.

Todo es perfecto. Según Isagi, el que Kaiser no haga nada ahora significa que lo hará después, y toda esa cólera, todos esos celos que deben estarlo carcomiendo por dentro lo harán actuar para reclamar a Isagi como suyo.

En resumen: la posesividad de Kaiser + sus celos = sexo caliente y duro hoy en la noche.

...

Al menos eso creyó, hasta que llegada la tan esperada noche Yoichi notó, con mucha incredulidad, que la llave de la casa de Kaiser no entraba en la cerradura.

—¿Qué? —habló al aire, incrédulo ante lo que sus ojos presenciaban. No podía ser real. Esto debía ser un error, tal vez Isagi simplemente se confundió de llave. Sí, eso tenía que ser. Después de todo, poseía un manojo de llaves: la de su propio apartamento, la de la mansión de Reo (conseguirla fue toda una hazaña, ya que Reo la entregó a regañadientes cuando Nagi le pidió que le diera una copia a Isagi), también guardaba las llaves de la casa de Bachira, el apartamento de Hiori, el de Kurona, e incluso Rin y Barou le confiaron las llaves de sus respectivos hogares por alguna razón inexplicable.

Volvió a intentar abrir la puerta con cada una de las llaves que tenía, pero ninguna funcionaba, Isagi respiró hondo, intentando mantener la compostura y fallando miserablemente. Con lentitud, mano firme y sin titubeos, volvió a meter la llave con una pegatina de corona en ella que definitivamente es la llave de la casa de Kaiser, pero esta no encajaba.

La cerradura fue cambiada.

Sintió lentamente como su cordura se iba a la mierda.

—¡Michael, sé que estás detrás de la puerta oyendo todos mis intentos fallidos! ¡Abre ahora mismo! —golpeó sin cesar la puerta, gritando lo mucho que Kaiser se iba a arrepentir si no le abría en los próximos cinco segundos y sin importarle que los vecinos puedan salir a chismosear por el alboroto.

—¿Por qué no vas y pasas la noche con Yukimiya? —la voz del alemán bordeaba el repudio y Yoichi sintió que su corazón se encogió ante eso—. Parece que tú y él se acercaron mucho últimamente. —

Todo se fue en picada, Isagi no sabía qué hacer ya que no esperaba que le saliera el tiro por la culata, no se suponía que esto pasara, esta reacción no fue considerada en sus cálculos, se sintió horriblemente culpable cuando a pesar de la dureza en la voz de su novio pudo percibir la aflicción en ella.

—Mihya... —ya estuvo bien, Isagi no quería causar ni tener más problemas con Kaiser, así que, a pesar de la vergüenza, le dirá lo que realmente estaba intentando hacer—. Amor, déjame entrar, por favor. —a pesar de todo, Michael no se pudo resistir a la suplica de Yoichi, sobre todo cuando usaba esos apodos cariñosos y esponjosos que le llenaban la garganta de pelusa.

La puerta se abrió con lentitud y en el momento en que el rubio estuvo a la vista Isagi no dudó en precipitarse hacia los brazos de Kaiser. La proximidad era inevitable, y sin oposición, Kaiser lo recibió con suavidad, envolviéndolo con un abrazo seguro y amoroso. Isagi respondió con la misma intensidad, apretando su agarre con una mezcla de deseo y necesidad, debido a la diferencia de altura, cuando Kaiser lo levantó ligeramente Isagi no pudo evitar envolver sus piernas en la cintura de su novio.

Para completa sorpresa de Kaiser, Isagi se disculpó un sin fin de veces, diciendo una y otra vez lo mucho que sentía haberle faltado el respeto de esa manera a él y a su relación.

—Por favor perdóname, solo quería ponerte celoso para que me folles. —fue un alivio que Isagi tenga sus brazos entrelazados en el cuello de Kaiser, pues este lo soltó tan pronto como procesó las palabras que Yoichi dijo como si nada, esa habría sido una dura caída.

—... ¿Qué? —Isagi separó su cara de donde estaba enterrada en el cuello de Kaiser, no estando contento de tener que hacer eso pues estaba muy feliz embriagándose en el delicioso olor de su novio. Aunque casi se ríe al ver el tomate en el que se había convertido Michael.

—Sí... —

El nipón nunca antes había estado en una situación tan bochornosa, pero dejando de lado la vergüenza, procedió a explicar su propósito y sus intenciones desde el día de la llamada salvadora que recibió Michael. Para ser honestos, Kaiser era muy consciente de todos esos intentos de seducción por parte de Isagi, pero nunca creyó que este llegaría tan lejos como para actuar tan amoroso con otro hombre frente a él.

Por su parte, Kaiser le contó a Isagi que nunca ha tenido sexo antes y que en realidad la simple palabra le hacía enrojecer, es por eso que evitaba tanto todos los intentos para follar con él que Isagi planeaba tan meticulosamente, ya que sabía la posible imagen que su novio tendría de él y no quería parecer o quedar como un ridículo payaso a la hora de la acción, ni siquiera se ha masturbado alguna vez, por Dios santo, la primera vez que tuvo una erección fue cuando Isagi intentó subir la intensidad esa noche, y después de arropar a Isagi no se tocó en absoluto, solo se dio una ducha muy larga y muy fría, sin importarle los riesgos de resfriado.

—Hablando de eso —ahora ambos estaban sentados tranquilamente en la sala de estar, Kaiser preparó un poco de café para él y algo de té verde acompañado de kintsuba casero para Yoichi, quien estaba muy feliz llenándose las mejillas del dulce que el rubio aprendió a cocinar solo para él—. ¿Quién te llamó esa vez? —

Un sospechoso silencio fue toda la respuesta que recibió Isagi, y ante eso clavó sus ojos en Kaiser como desafiándolo a seguir quedándose callado.

—Mmm... Ness me llamó para- —

—¿Y tú fuiste corriendo a contestarle cuando estabas conmigo? —ah, Kaiser sabía que tuvo que haber dicho el nombre de cualquier persona excepto Ness, pero no es como si él pudiera mentirle a Isagi, este por alguna razón siempre puede ver más allá de Kaiser, así que mentirle habría empeorado todo.

—Oye, ni siquiera le ayudé con lo que sea que me haya pedido —Kaiser no recuerda qué fue, solo contestó la llamada por el pánico que le dio estar a punto de tener sexo con Yoichi y que este se dé cuenta de que es un fraude—. Además, no fui yo quien actuó amoroso con otro hombre. —

—Está bien, bueno, lo siento de nuevo por eso. —Kaiser iba a decirle que ya lo perdonó, pero Isagi se abalanzó a él luego de dejar su taza sobre la mesa.

Kaiser cayó hacia atrás en el sillón, no alcanzando a poner resistencia debido a la sorpresa, y casi como un deja vú, Isagi volvía a estar sentado sobre su pelvis, no pudo quejarse porque una boca muy insistente estaba sobre la suya, la sensación de una cálida y húmeda lengua recorriendo sus dientes exigiendo que los separara le hizo gemir levemente, cumpliendo la petición silenciosa de su novio.

Su propia lengua inexperta chocó con la invasora, comenzaron a jugar entre ellas y Kaiser no sabía lo que estaba haciendo, sus mejillas estaban muy rojas por los sonidos de chapoteo obsceno que provocaban, pero sin duda todo el acto le hizo sentir un calor en su ingle que le resultaba terriblemente familiar.

—Y-Yoichi, ya te dije que- —

—Yo tampoco he tenido mi primera vez —el nipón interrumpió el balbuceo nervioso de Kaiser, ciertamente le resultaba muy lindo el rojo intenso que teñía las mejillas de este, nunca lo había visto así, por lo que se aseguraría de que este escenario se quede grabado en su mente para siempre—. Estamos juntos en esto, Mihya —se rió entre dientes cuando Michael desvió la mirada, incluso si estaba avergonzado era bastante obvio lo mucho que le gustaba cuando Isagi lo llamaba por ese tierno apodo—. Vamos a la cama. —

-

Kaiser sentía que iba a morir en cualquier momento, ya sea de vergüenza o de placer.

Yoichi lo acarició unas últimas veces antes de guiar la punta de su polla a su entrada lubricada, ambos gimieron con fuerza al sentir como poco a poco, a medida que Yoichi se hundía en su falo, las paredes de este lo abrazaban con una calidez que al envolverlo por completo lo dejaron sin aliento. Sus manos se movieron solas y fueron directamente a las caderas lascivas del nipón, enserio, ¿cómo Yoichi podía ser tan hermoso y perfecto? Su fuerte agarre sobre estas lo mantuvieron quieto unos buenos minutos. Intentando recuperar el aire que le fue arrebatado por el placer.

Por su parte Isagi sentía que podría llorar, se ha masturbado varias veces imaginando este momento, sus dedos no eran nada comparados con los de Kaiser, y este lo estaba sometiendo a una tortura manteniéndolo tan quieto con su fuerte agarre en sus caderas, aunque eso también fue muy caliente, si Kaiser subiera sus manos y rodeara su cintura estas casi podrían toparse.

—Mihyaa... —Isagi llamó su nombre cuando se dio cuenta de que el alemán no lo estaba mirando, tenía sus ojos cerrados, el ceño fruncido y su labio inferior fue maltratado por los dientes que lo aprisionaban, al escuchar su nombre los abrió a regañadientes, pero seguía sin conectar sus miradas. Eso le molestó bastante, pareciera que Kaiser se está esforzando en no disfrutarlo. Actuando en base a su molestia, Isagi fue en contra del agarre sobre él y meneó sus caderas en círculos, gimiendo de gozo al sentir cuan más profundo estaba Michael en él y sonriendo triunfante al escuchar el grito alarmado de su novio—. ¿Por qué no me miras?, ¿no se siente bien? —

Kaiser se apresuró a negar con la cabeza, y para intentar demostrar que realmente le fascina todo esto sus propias caderas se movieron hacia arriba a la vez que empujaba de Yoichi hacia abajo, el nipón lo abrazó con fuerza ante eso, escondiendo su rostro en el tatuaje azulino de Michael mientras dejaba escapar un jadeo que casi pareció un sollozo.

Kaiser besó la cabeza de Yoichi con amor, cada vez que oía sus gemidos se sentía con más confianza para actuar, y eso fue lo que le hizo darles vuelta para cambiar de posición, esta vez era Kaiser quien estaba encima, Isagi se estremeció por el movimiento repentino, pero de todas formas sonrió complacido, el alemán ya estaba empezando a ser más osado y eso para el nipón solo eran buenas noticias. Le dio un pequeño beso al tatuaje de rosas y se separó de Kaiser, sus brazos ya no rodearon en un abrazo el cuello de su novio y en su lugar cada brazo fue a sus piernas, envolviendo estas para empujarlas más hacia sí mismo y darle una mejor vista de su unión a Kaiser, quien podría empezar a babear en cualquier momento.

Kaiser perdió, la poca vergüenza que aún lo mantenía en su lugar se esfumó para siempre, después de esto no cree que su pene pueda soportar estar sin las cálidas paredes internas de Yoichi alrededor suyo, nunca imaginó que el sexo pudiera ser tan adictivo y placentero.

Empezó a empujar sus caderas hacia atrás y hacia adelante, manteniendo un ritmo de embestidas bastante rudas y profundas a pesar de que Kaiser tenía cero experiencia en esto, ni siquiera ha visto porno alguna vez, por lo que no tiene idea de si lo está haciendo de la manera correcta, pero a juzgar por la expresión de puro deleite en el rostro de su Yoichi parecía estar haciendo un buen trabajo.

—¡Ah, Mihyaa! —fuertes gritos escapaban de los belfos tentadores que incitaban a Michael a aplastarlos con los suyos, y haciendo caso a sus deseos se agachó para juntar sus labios, imitando las primeras acciones de Yoichi al abrir la boca y meter su lengua para que se encuentre con la otra, los obscenos sonidos de las lenguas jugando entre ellas ya no le avergonzaba tanto—. Eres tan grande, Mihya... —habló al separarse, Kaiser no supo en qué momento Isagi dejó de agarrar sus piernas, pero se dio cuenta cuando mientras el nipón decía eso, sus manos se posaron suavemente en su vientre, donde un bulto aparecía y desaparecía cada vez que Kaiser embestía con dureza, casi vuelve a quedarse sin aliento ante eso, pero se distrajo cuando Yoichi se acercó más para susurrarle al oído—. Mihaeru, fóllame más fuerte. —

Isagi gritó cuando un empujón especialmente fuerte le hizo ver blanco.

—Maldito Yoichi, más te vale que de verdad yo sea el único que te haya visto así —al parecer ya no había rastro del alemán tímido, nervioso e inexperto, Yoichi no sabía si alegrarse o preocuparse, pero ni siquiera pudo decir algo cuando otra embestida casi le hizo ver las estrellas—. ¿Crees que si te follo lo suficientemente profundo quedes embarazado? —Isagi se puso tan rojo como una fresa, si fuera posible a él le encantaría tener todos los hijos que su Mihya desee.

Las embestidas continuaron subiendo de nivel, cada vez más rápidas y ruidosas, Yoichi sintió como la baba se escapaba de su boca por tanta estimulación, la polla de Kaiser golpeaba su próstata con tanta precisión que en algún punto de su delirio realmente creyó que llegaría a quedarse embarazado incluso si es físicamente imposible. El respaldo de la cama chocaba constantemente con la pared creando un estrepito que no fue lo suficientemente fuerte como para distraerlos.

Una de las manos de Isagi bajo para tocar su propia polla ansiosa y dura, unas pequeñas lagrimas se acumularon en sus ojos pues no se había dado atención desde que todo esto comenzó y el repentino toque placentero en su pene le robó el aire de los pulmones, unos pequeños mimos fueron más que suficientes para hacerlo correrse con fuerza sobre el abdomen de ambos. Kaiser presenció todo ese espectáculo y no pudo evitar lucir como un tonto enamorado.

Siguieron adelante hasta que Kaiser no pudo aguantar más y se corrió con fuerza dentro de Isagi, quien estaba muy feliz de recibir toda la carga de su hermoso novio, estaba tan contento de finalmente cumplir su objetivo que podría saltar de nuevo sobre Michael de la emoción para tener otras cuatro rondas más, pero se dio cuenta con horror que la luz de la mañana empezaba a aparecer a través de la ventana.

—Yoichi... —despegó su vista del amanecer, centrando su atención en un extasiado Kaiser que lo miraba como si fuera lo más divino que alguien pudiera presenciar alguna vez.

—¿Sí? —

—Cásate conmigo. —

...

Ambos estaban en la bañera llena de agua caliente ahora, con Isagi recostado cómodamente en el pecho de Kaiser quien lo estaba abrazando con un ligero puchero en sus labios pues su mejilla estaba roja gracias al golpe que le propinó Yoichi, ya que "No puede preguntarle algo así en esa situación".

—Eres cruel. —

—Pregúntamelo bien la próxima vez y no te golpearé. —

Aunque Isagi ya ha decidido su respuesta hace bastante tiempo.

"Sí."



Buenas noches... Se suponía que esto se iba a publicar en San Valentín antes de las 00:00a.m, pero me quedé hasta tan tarde jugando Genshin y explorando la nueva zona que lo olvidé por completo, y hoy tuve que borrar y reescribir varias cosas. Sé que el smut es muy descuidado, pero es realmente difícil escribir un Kaiser inexperto, sin idea del sexo y "tímido" ¿okay? Fue todo un reto.

Tengo varios capítulos en borrador, muchas ideas que ya escribí y solo falta pulir, así que espero ser constante con esta historia de One-shots. Disculpen si tardo, soy una perezosa procrastinadora.

Fue tan complicado escribir el final de este primer OS que no sé por qué no empecé por otro, pero acabo de pensar en eso y ya es demasiado tarde. Me siento tan tonta.

En fin, espero que este primer capítulo sea de su agrado. 

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