Pasando lista, digan presente
A pedido de ustedes pondré la traducción debajo en cursiva cuando hablen en griego.
•|Aksel|•
Aliso mi traje saliendo de la camioneta y ingreso a la cafetería por la puerta trasera, continuo con mi trayectoria siendo seguido por Sebastián, entro a la oficina y me dirijo directamente a la pared que es adornada con un cuadro gigante que está cubierto por una manta negra.
Muevo el cuadro y aparece un pasadizo junto a una escalera que dirige a las vías del túnel, ingreso y continuó caminando hasta que finalmente se ve la luz del laboratorio, llego y me quedo de pie mirando todo desde la sima de la escalera.
10 mesas de producción en total, aún nadie se percata de que estoy aquí, ignoro completamente a las filas de mujeres en ropa interior que están manejando la producción y empaque de la droga.
Bajo las escaleras y el peso de mi cuerpo en la frágil escalera provoca un sonido que los alerta a todos, odio este mundo y todo lo que tiene que ver con el apellido Abramovich, las drogas, las armas, toda la producción y distribución de esta porqueria ilegal.
Empiezo a caminar entre las mesas mirando todo detenidamente, uno de los encargados se acerca a mi y termina caminando detrás de Sebastián tratando de alcanzarnos.
—Señor, nadie informó que venía.
—Por que nadie sabía que venía — le respondo y continuó caminando mientras miro la droga ser empacada, cuando estoy por continuar hablando siento mi celular vibrando en el bolsillo de mi pantalón, lo tomo viendo una llamada de Hugo y giro los ojos por que debió de llegar justo detrás de mi.
El era quien quería que nos encontráramos aquí, según él había algo de esta localidad de la que había que hablar.
—¿Donde carajos estas?
—En el hospital —Responde y su voz se escucha agitada, mi cuerpo toma una postura de alerta y Sebastián hace lo mismo apretando sus puños.
—¿Que pasó? — Pregunto mientras doy la vuelta y empiezo a caminar para salir de aquí.
—Aria —Logro escuchar y mi mente se distorsiona, me detengo inmediatamente.
Aria y hospital no debería de ser mencionado en la misma conversación o siquiera en la misma situación.
Me empiezo a sentir sofocado, Sebastián pone su mano sobre mi hombro haciéndome reaccionar y subo las escaleras corriendo con el teléfono pegado a la oreja.
—¡Μίλα σκατά, μην μένεις σιωπηλός αφού το αναφέρεις δίπλα στη λέξη νοσοκομείο!
¡Habla joder, no te quedes callado luego de mencionarla junto a la palabra hospital!
—Los chicos de la vigilancia me llamaron, una ambulancia se situó fuera de la casa, fue mucho el alboroto con los vecinos y no lograron ver a quien se llevaban, solo se escuchaban los gritos de Aria, investigaron y nadie vio a la niña entre el gentío Aksel.
Ayda, mi hija podría estar en peligro
—¿Cual es el hospital? Voy para allá — respondo montándome en la camioneta esperando la dirección.
—No, es demasiado riesgoso que vengas aquí, ni siquiera podrás acercarte.
—Rómpete un dedo o algo pero entra y acércate a ella.
Cuelgo la llamada y empiezo a darle puñetazos al asiento que tengo enfrente tratando de sacar la frustración.
Quiero acabar con esto, pero está llevando demasiado tiempo poder desligarme de todo esto, al menos el abuelo accedió a que Asiel se encargue de todo, solo seguiré usando mis empresas creadas legalmente para lavar dinero, era eso o hacerme cargo por completo de esto.
Como dijo Abel Abramovich el patriarca de mi familia "Ξεφεύγεις από τη μαφία μόνο όταν σταματήσεις να αναπνέεις", "de la mafia solo se escapa una ves se deja de respirar", no fue fácil aceptar que yo no quería tomar el poder y reconozco que fue muy generosa su oferta "Lavar dinero o morir".
Miro a través de la ventanilla de la camioneta y tomo mi celular marcando a quien debe de estar de guardia hoy fuera la casa de Aria.
—Señor —Se escucha a penas la llamada es contestada.
—Localiza a la niña — Le comunico mirando a Sebastián por el retrovisor y cuelgo la llamada.
—Que rastreen el celular de Hugo, necesito la ubicación para ayer, vamos.
Asiente y arranca la camioneta sacándonos del estacionamiento de la cafetería, lo escucho hablar por teléfono pero mis pensamientos están dirigidos a las 2 chicas que tienen mi vida patas arriba.
No ha sido fácil controlar a mi familia para que se mantengan alejados de ellas, mi abuelo cree que no se que compro todas las casas alrededor de la de Aria y mudó a sus mejores hombres con sus familias para tener el perímetro asegurado, después de todo Ayda es la primera niña de la línea Abramovich en nacer en al menos 22 años, mi abuela estaba extasiada con la noticia ni mencionar a mi tía la madre de Asiel que se vistió y se infiltró como enfermera para ver a la niña cuando tenía 3 meses y estuvo en el hospital por gripa, luego lo hizo la abuela cuando le dio fiebre y fue llevada por iniciar el proceso de crecimiento de dientes.
La existencia de la niña solo ha sido mencionada a personas de alta confianza, después de todo esto es la mafia griega y tenemos años en guerra con los alemanes.
Evitó mencionar a mis padres, si de mi se tratase mencionar ese tema sería una condena a muerte.
No veo la hora de terminar todo esto y poder estar a su lado, no se como Aria vaya a tomar que yo aparezca de repente pero su personalidad me da a entender que no será nada fácil.
Siento la camioneta detenerse y miro la entrada del hospital respirando profundo, abro la puerta al mismo tiempo que Sebastián sale de la camioneta, voy respirando profundo mientras más me acerco a la entrada.
—¿Estás seguro? — escucho preguntar a Sebastián y la verdad es que no.
—Tu hermano esta ahí dentro y conociéndolo hizo una locura para que lo atiendan, solo.... Actuaremos como que venimos específicamente por el.
Continuó caminando y entramos al hospital, la sala de emergencia huele a antisépticos y alcohol, nunca me han gustado los hospitales justamente por este maldito olor, así olía la habitación en la que murió mi padre.
Continuó caminando hasta que escucho un grito para nada masculino y Sebastián empieza a reírse cuando nos detenemos en uno de los cubículos divididos por cortinas y miramos a Hugo con su mano tendida y una doctora parece estar acomodando sus dedos.
—Hermano, ¿Que te pasó? — Sebastián finge estar preocupado.
—Me fracture algunos dedos por accidente — Responde mirándome y no puedo creer el nivel de locura de este hombre, niego con la cabeza y entre cierro los ojos dándole una señal.
Asiente dándome a entender de que ya logró averiguar qué pasó.
—Disculpe, un señor fue ingresado por un infarto, ¿Sabe en que habitación se encuentra?, su hija es mi amiga y quisiera darle apoyo en este momento — Se dirige Hugo a la doctora mirándola con ojos de gatito y ella sonríe y da la información, termina de vendar la mano de Hugo y nos dirigimos al pasillo donde se nos indicó el número de habitación.
Siento tranquilidad al saber que no se trata de mi hija o de Aria, pero me causa malestar saber eso de su padre, me imagino que no lo tomo nada bien.
En la sala de espera se logra divisar a 2 chicas parecidas a Aria, son gemelas de algunos 20 años, Sebastián hace un sonido con su boca parecido a un silbido y Hugo le guiña un ojo mientras nos acercamos, no logro ver a Aria en ningún lado.
—Hola, soy amigo de Aria supimos del inconveniente en su casa y ya que estábamos aquí quisimos pasar a ver cómo estaba todo — Hugo se apresura a hablar al notar mi desesperación mirando a todos lados y no verla.
—Eres Hugo, ¿Cierto?, ella habla muy bien de ti — Comenta una y mi desesperación aumenta al ver cómo se limpia una lágrima que corre por su mejilla
—¿ Πού είναι η Άρια; ? — Casi gruño mientras pregunto en mi idioma natal dejándome llevar por la desesperación y la opresión que estoy sintiendo en mi pecho, sigo sin noticias de mi hija y solo falta que mi mujer también esté delicada de salud.
Ella señala detrás de mi y justamente mi corazón se acelera de sobremanera al instante en que mi nariz percibe su suave olor y lo delicado de su caminar.
Ni siquiera me doy la vuelta no soy capaz de nada, en este momento no soy el don de la mafia griega, tampoco soy un empresario frívolo y malhumorado, en este momento soy Aksel un hombre enamorado y que ha luchado por mantenerse alejado de la mujer que quiere y de su hija por su seguridad pero en este momento todas las barreras han caído y solo veo a Hugo y Sebastián estar tan coordinados como siempre mientras niegan con la cabeza.
Respiro profundo para mantener la compostura cuando ella aparece en mi campo de visión con sus hermosos ojos en un tono rojizo y sus mejillas hinchadas, sonríe de manera triste al ver a Hugo y se sorprende de ver a Sebastián y verme a mi, parece reconocernos.
—Aquí estoy, hola Hugo, ¿Como es.. — Y se detiene mirando su mano vendada y pura preocupación invade su rostro se apresura a tirar de su mano logrando que Hugo suelte un quejido pero aun así saca su lado de madre sobre protectora y inspecciona todo como si pudiese ver debajo de las vendas.
—¿Que te pasó en la mano? — Pregunta en un tono de preocupación y a la ves enojo, casi sonrió al verla así y cuando clava su mirada en mi, quiero dar un paso atrás pero hago todo mi esfuerzo por mantener la compostura.
—La puerta del auto — Responde Sebastián sacándonos del silencio asesino que se había creado luego de su pregunta, desvía mirada a Hugo nuevamente y luego su rostro empieza a tornarse más rojo de lo que estaba y sus ojos se cristalizaron.
—Es papá, tuvo un colapso, su corazón no está resistiendo, ahora mismo lo tienen en observación y no está permitido pasar, estamos esperando respuesta de parte de los doctores —Se acerca a Hugo y deja caer su frente en el hombro de mi amigo.
Se ven devastadas y no es para menos, en el tiempo que tengo investigando todo sobre Aria una de las principales cosas que noté fue el amor a su papá y sus hermanas.
Hugo la lleva hasta los asientos en la sala de espera, yo quedó de pie con Sebastián y las gemelas.
La miro tratando de analizar cómo es que es tan hermosa, habla pausadamente relatándole todo a Hugo, limpia las lágrimas que caen por sus mejillas despacio con sus manos, logró escuchar que Ayda está con su amiga y eso me tranquiliza un poco más.
—Aun permanece en un área aislada de emergencia— Escuchó decir a una de las gemelas que habla con Sebastián, y sin poder resistirlo me dirijo a la recepción, me detengo delante de la señorita que sonríe al verme.
—¿Puedo ayudarlo en algo?
—El padre de mi esposa esa en observación en la emergencia, me gustaría que fuera trasladado a una habitación completamente privada y que movilice los mejores médicos para que lo atiendan y no pretendo repetirlo, señorita.
—¿Quien es usted? — Pregunta incrédula
—Aksel Abramovich — Murmuro en griego y sus ojos se agrandan, mira mi mano derecha donde reposa el anillo con el emblema de mi familia y toma el teléfono despacio mientras aún mantiene el contacto visual conmigo.
Sonrió para mis adentros, odio mi apellido por que me mantiene alejado de las mujeres que amo, pero me fascina el poder que me brinda.
Entro la mano en mis bolsillos y regreso a la sala de espera caminando despacio mientras analizo todo lo que ha sucedido en menos de una semana.
Y es cuando caigo en cuenta de que todo esta por irse a la mierda.
☁️🧁
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