Narrador omnisciente
La tela blanca se deslizaba por las escaleras de la gran mansión Seymour, atrás caminaban la suegra y la madre de la novia, ambas sonreían a mas no poder, estaban felices por el gran paso que sus hijos darían.
La puerta de cristal se deslizó para dar paso a Arthur, quien tomó el brazo de la adorada Alice, tenía una sonrisa de felicidad estampada en la cara, caminaron hacia el jardín, que se encontraba perfectamente decorado, las sillas se encontraban con elegantes enredaderas de flores artificiales blancas, de los árboles colgaban faros que iluminaban todo el jardín, colgaban telas con flores en ellas, mientras un camino de flores se encontraba frente a ella, el camino que la conduciría a su gran amor, a Steven.
Steven se encontraba nervioso, pero estaba feliz, muy feliz, tenía los ojos puestos en ella, en la hermosa chica de ojos miel, la que poseía de un vestido blanco, un gran vestido, estaba parado a lado del padre, del hombre que sellaría su gran amor.
Alice, caminaba del brazo de Arthur, el la entregaría en nombre de su padre, le había tomado mucho cariño el tiempo que estuvieron juntos, claro que nunca olvidaría a su padre.
Llegaron hasta el altar, donde se encontraba Steven con los ojos cristalizados, ambos estaban muy emocionados.
Steven tomo la mano de Alice y la beso, después de unas palabras de Arthur, los dos quedaron frente al padre que los casaría.
-Hermanos, nos hemos reunido aquí para acompañar a Alice y a Steven, a celebrar el matrimonio de esta gran pareja. Bienvenidos sean todos, familiares y amigos a esta ceremonia presente aquí. Participemos en esta celebración de los futuros nuevos esposos.
Steven y Alice estaban mas que sonrientes, después de unas cuantas palabras del padre, ambos se miraron a los ojos, había llegado la hora.
-Yo Steven Seymour, te acepto a ti Alice Hill, como mi esposa y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.
-Yo Alice Hill, te acepto a ti Steven Seymour, como mi esposo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.
La madre de Steven y la madre de Alice, se acercaron al altar a entregarles los anillos a sus adorados hijos.
-Alice, recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
-Steven, recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
-Lo que Dios acaba de unir, que no lo separe el hombre, Steven, puedes besar a la novia. - el padre sonriente finalizó.
Steven tomo la mano Alice y la acerco lentamente, poso sus manos en su cintura y sin mas, los dos unieron sus labios en un dulce beso, en el beso que selló su compromiso.
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La gran boda de Steven Seymour comenzaba en los grandes jardines de la mansión, los chef's no se daban a basto, preparaban comidas extremadamente exquisitas y claro, lujosas, los meseros caminaban de aquí para allá con grandes charolas, otros con bebidas, el jardín estaba repleto de personas, todas conocidas, más conocidas de Steven que de Alice, Alice solo había invitado a Alec, a los padres de Alec y su hermana, algunas tías lejanas y algunos primos, Steven había invitado a todo New York, esos eran los pensamientos de Alice al ver a tanta gente desconocida para ella en su boda.
Todos brindaban en su honor, con los vinos carísimos, Steven y Alice, solo se dedicaban a agradecer y sonreír, ellos morían por salir de la fiesta y estar solos los dos.
Steven
Estaba desesperado, este vestido no desaparecía de mi vista, no pude mas, lo rompí, Alice miro con ojos acusadores.
-Lo siento, pero ya no pude aguantar mas mi amor- le sonreí inocentemente, ella negó con la cabeza, mientras se empezaba a quitar el vestido, dejando ver un lindo brasier negro de encaje acompañado de unas bragas del mismo color.
Ella me ayudo a quitarme el traje con cuidado, con delicadez, no como yo lo había echo con ella.
Ambos nos acostamos en la cama, la miraba a los ojos y ella a mi, unimos nuestros labios en un apasionado beso lleno de amor, a los pocos minutos nuestras pocas prendas que quedaban, estaban fuera de nuestro cuerpo, unimos nuevamente nuestros labios para así, entre suspiros y lujuria entregarnos en la pasión de nuestros cuerpos, abriéndonos el uno al otro.
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Hoy había sido el día más feliz de mi vida, hoy por fin Alice y yo habíamos sellado nuestro amor, uniendo nuestras vidas frente a dios y el mundo, quería pasar el resto de mi vida con ella, con la mujer que alguna vez fue mi empleada, a la que alguna lastime con mis idioteces, a la que alguna vez casi pierdo.
Un sabio dijo, "Si te enamoras de 2 personas, quédate con la segunda, porque si en verdad estuvieses enamorado de la primera, no te hubieras enamorado de la segunda".
Y creo que tiene razón, tal vez tiene la razón.
Alice
Las playas de México eran las mas calurosas del mundo, ni siquiera Texas era tan caluroso, aunque me sentía tan bien alado del hombre que amaba, al lado del hombre que elegí para pasar el resto de mi vida.
-Alice, mira como esos hombres de alla te miran - dijo un Steven con el ceño fruncido, apuntando con la mirada a unos hombres que se encontraban en la orilla de la playa, que efectivamente, me miraban con ojos de lujuria.
-Mi amor, no les tomes importancia, sabes que solo soy tuya - le sonrió y le dio un corto beso.
-Claro que eres mía, solo mía, y obviamente yo soy todo tuyo - unieron nuevamente sus labios.
Steven me sorprendió después de nuestra boda con un viaje a México, exactamente a las playas de Los Cabos, San Lucas, llevábamos tres días aquí, me encantaba este lugar.
Nuestra noche de bodas fue espectacular, fue mágica, claro dejando de lado que Steven tardo años quitándome el vestido, esa noche me reí como nunca, nunca había visto a Steven tan desesperado, al final termino rompiendo el cierre.
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Ambos estábamos admirando el amanecer en el balcón de nuestro hotel, anoche habíamos salido a un club y se nos amaneció, solo se oía la brisa del mar, las olas estaban en su punto, todo tranquilo.
Nunca se me paso por la mente ser feliz de nuevo, nunca pensé que me libraría de Camerón, nunca pensé que un hombre llegaría a salvarme del agujero en que estaba metida.
¿Y si Cameron no hubiera llegado? No hubiera sido mi novio, por lo tanto, no hubiera sido un celoso posesivo, tampoco hubiera golpeado a mi anterior jefe, tampoco hubiera provocado mi despido.
¿Y si no me hubieran despedido? No habría tenido necesidad de buscar trabajo, tampoco hubiera conocido a la empresa Seymour, no hubiera aplicado en esa empresa, no me habrían dado trabajo, no hubiera llegado tarde, no habría hablado con Anthony, Anthony no habría pasado el "reporte" a mi jefe, mi jefe no me habría llamado a su oficina, ni tampoco lo hubiera conocido a el, a el hombre que pensé que me despediría, al hombre con el que me quede atrapada en el elevador, a el hombre que vio mis heridas, a el hombre que vino a salvar mi mundo, a el hombre que seria Mas que mi jefe.
Todo lo malo siempre trae algo bueno, aunque las cosas pasan como deben suceder.
FIN
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Bueno, NO PUEDO CREER QUE LA HISTORIA HAYA LLEGADO A SU FIN!
Enserio que no lo creo, nunca pensé llegar hasta aquí, nunca pensé que haría una historia, nunca pensé que la historia fuera a hacer leída por tantas personas, estoy tan feliz en estos momentos, ya son 500K!!!!! OMG! No lo creo!
Muchas gracias a tod@s por leer la historia.
Aun falta el epílogo que espero subir pronto, no prometo nada, espero que les haya gustado el final y hayan estado conformes con el.
Agradeceré en el epílogo, me faltan muchas cosas por decir jaja :)
También pienso escribir algunos capítulos extras, pero eso será después.
NO HABRÁ SEGUNDA TEMPORADA.
Voten y comenten (comenten mucho para que suba más rápido)
Gracias por leer!
ESPEREN EL EPÍLOGO!!!!