Love Again I Yoonseok

By AshGxx

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A veces no te quedas con tu primer amor, a veces solo tienes que decirle adiós. Jung Hoseok aprendió aquella... More

Descripción + Aclaraciones generales
1. Fantasmas del pasado
2. Hermano 1
4. Una sospecha sobre los ayeres
5. Recuerdos
6. De figuras paternas
7. Discusiones, conjeturas y accidentes
8. Una verdad de tantas
9. Más espeso que el agua
Capítulo 10. Pasado y presente
11. Lecciones por venir
12. Dudas
13. Arrepentimientos

3. Hermano 2

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By AshGxx

Hoseok había decidido esperar un poco más antes de decirle a Youngjae que sus hijos ahora tendrían que pasar tiempo en la empresa de la familia Min gracias a un tonto accidente. El único problema es que no sabía de qué manera concisa y rápida debía hacerlo. Youngjae tenía, al igual que él, una historia con la familia Min, se trataba de razones completamente diferentes y sin relación alguna la una con la otra, pero aun de esa manera, el único factor común era querer evitar esa compañía.

Sin embargo, Hoseok tenía y podía hacer la excepción siempre y cuando sus hijos tuvieran más oportunidades de desarrollarse académicamente, Youngjae era otra historia. No era su padre biológico y aun así había ayudado bastante (desde que se volvieron a juntar) en la educación y crianza de ambos gemelos, pero Hoseok de alguna manera paternal se sentía receloso. No se trataba de negar la participación de Youngjae, era más bien que en ocasiones y decisiones cruciales creía que Youngjae se cansaría de tanta responsabilidad y optaría por abandonarlos. Aún con varios años a su lado, Hoseok no podía evitar tener inseguridades.

Fuera como fuese, no importaba en ese momento cuando tenía algo mucho más importante que resolver.

–¿Entonces por qué me estoy haciendo el mismo corte que Junseo? – Juwon cuestionó antes de llegar con un estilista que Hoseok conocía muy bien.

–Solo es un estilo que les queda bien a ambos para un ámbito como ese.

Hoseok no se escuchó realmente convencido, pero Juwon no hizo más preguntas hasta que al menos estuvieron en el lugar, pues con todo el glamour y las cosas dentro de una peluquería como aquella motivaban a su hijo a cuestionarlo de nuevo.

–¿Seguro que no hay otra razón por la cual esté haciendo esto?

–No. Ahora solo tenemos que esperar.

Juwon tomó asiento junto a Hoseok después de que confirmaran su cita en la recepción. No había ninguna necesidad de que fueran a un lugar tan extravagante y costoso, Hoseok definitivamente no podía costear algo así en ese momento, pero estaba haciendo el esfuerzo porque ahí trabajaba alguien que lo conoció muy bien en el pasado, tanto que era seguro que solo él podría hacer que el cabello de Juwon quedara exactamente como Hoseok lo llevaba a esa edad.

Suspiró más veces de las que pudo contar, así que Juwon lo hizo por él.

–¿Te preocupa algo?

Hoseok sonrió a medias sin mirar a su hijo. Qué pregunta tan llena de perspicacia, pensó en ese momento, pero también estaba cargada de cierta curiosidad que no se saciaría hasta que obtuviera una respuesta.

–Demasiadas cosas, en realidad.

–¿Es por nuestra culpa? ¿Porque dimos problemas?

–Nada de eso–Hoseok volvió a suspirar.

Ahora sí miró a Juwon, su hijo siempre le pareció diferente a comparación de otros adolescentes, pues Juwon desde niño soltaba frases que hacían que Hoseok se cuestionara incluso su existencia misma. Su hijo creció de la misma manera que su gemelo y aún con eso se desarrolló mucho más rápido. Mientras que Junseo era impertinente y aventurero, Juwon analizaba las acciones que hacía, se mostraba empático y demasiado sentimental. Se trataban de cualidades que Junseo explotaba de manera social y Juwon, por el contrario, se trataba de algo nato.

Aquellas dos diferencias siempre hacían que el corazón de Hoseok se llenara de júbilo y amor puro, sin poder, todavía, creer cómo es que había criado a dos maravillosos jóvenes.

–Algunas cosas simplemente nos atormentan de manera pasajera y otras...

–Se clavan sin soltarse.

Terminó alguien más entrando a la sala de espera. Ahí de pie se encontraba el amigo más cercano que tuvo Hoseok en su niñez. Y que, aún con la distancia y el tiempo sin verse, podía seguir diciendo que era su mejor amigo.

–Hola.

–Jimin.

Ambos se acercaron en un abrazo demasiado fraternal y emotivo, Juwon permaneció alejado, pero expectante a lo que estaba sucediendo.

–¿Y con qué gemelo vienes acompañado? – preguntó Jimin una vez separados.

–Oh... este es Juwon.

–Un gusto.

Juwon se inclinó de manera respetuosa, mientras Jimin hacía lo mismo.

–Este es Jimin, ahora le puedes poner un rostro a los relatos.

–¡¿Relatos?! – dijo Jimin extasiado –. Yo los llamaría como algo más divertido, Hoba, no fueron solo "relatos"

–Ah, vamos, Jiminie, déjame mantener las apariencias un poco con mi hijo.

–Llámame tío con confianza, Juwon, tu padre es mi hermano no solo un viejo amigo.

Juwon asintió todavía maravillado. Por supuesto que Hoseok les había hablado de Jimin, incontables cosas, aventuras, travesuras e incluso tristezas que vivió con él en sus mejores años. Pero nunca les contó qué fue de su vida o cómo es que se alejaron, simplemente, como un acto egoísta, Hoseok deseaba que lo bueno perdurara.

–Y bueno, ¿qué les trae por aquí? Dudo que hagas una cita solo para visitarme por primera vez desde mi regreso.

Hoseok rio más bajo de lo normal, nervioso y, de nuevo, ocultando la preocupación.

–Juwon necesita un corte de cabello.

–¿Ah? Pero lo veo en perfectas condiciones.

–Bueno...

–Quiero lucir más como mi hermano.

Interrumpió Juwon de manera discreta salvando a Hoseok de una explicación bastante larga y confusa. Jimin, a pesar de sospechar, no indagó más y ofreció una sonrisa amable.

–Bueno, bueno, pasen ya. Veremos cómo resolver esto.

Mientras alguien llevaba a Juwon hacia una silla y lo preparaban, Jimin detuvo a Hoseok para tener una plática de la que Hoseok sabía que llegaría tarde o temprano. Su amigo sabía ciertas partes de la historia, sobre todo porque estuvo presente en la antigua relación con Yoongi, pero al final de todo, cuando sucedió el peor momento de su vida, Hoseok se había aislado. Dejando todo y a todos atrás, incluso a su propia familia, y solamente avisando de su huida a través de un mensaje muy poco reconfortante.

Se trató de un error, porque, por supuesto, la gente que lo apreciaba de verdad sabría que algo andaría mal y lo buscarían hasta encontrarlo, lo cual sucedió solo unos días después. Su hermana y Jimin lo habían encarado exigiendo respuestas, y ahí fue cuando Hoseok les confesó a medias la realidad. No sin antes hacerlos prometer que no harían nada que él no pidiera.

Así entonces, Jimin le recomendó una buena clínica e incluso estaba dispuesto a acompañarlo en todo el proceso si no hubiera sido por la grandiosa oportunidad que se le presentó en el extranjero para explotar su talento como estilista profesional. Aquello se trataba del mayor sueño de su mejor amigo y Hoseok no sería una carga ni un obstáculo. Y la única manera en la que logró que Jimin no desaprovechara su futuro fue cuando Hoseok le juró que estaría en contacto contando todo, enviando fotos, llamándole. Se trató de una promesa que perduró incluso tantos años después hasta que Jimin regresó al país unos meses antes.

Ponerlo al día en ese momento sería, por decir lo menos, complicado. Pues tendría que confesarle a Jimin que en realidad Yoongi no sabía sobre sus hijos como le había dicho años atrás y que sus hijos tampoco sabían la verdad acerca de quién era realmente su padre. Por eso, lo primero que contó fue que tanto Juwon y Junseo no debían ser reconocidos por Min Yoongi, pero de inmediato, antes de que Jimin hiciera preguntas, se aseguró de decirle que sería más fácil de explicarle a solas en otro sitio.

–Solo mi hijo debe tener ese peinado horrible que tuve, por favor.

–Aun no entiendo por qué tantas mentiras, Hoseok–vaciló un poco antes de continuar–. Sin embargo, por el momento, haré esto sin preguntar más. Pero asegúrame que tendremos esta conversación después, como se debe.

Jimin le dijo mientras lo señalaba en modo de advertencia, lo que provocó una risa contagiosa en Hoseok.

–Lo que tu digas. ¡Lo prometo!

Eso fue suficiente para que Jimin accediera y comenzara a caminar hacia donde Juwon esperaba paciente el corte de cabello. Hoseok se quedó unos pasos atrás mirando el reflejo de su hijo a través del espejo.

–Bien, joven Jung, hagamos esto rápido... Igual que tu hermano gemelo, ¿cierto?

Juwon asintió.

–Un aire más profesional, por favor.

–Uh, ¿alistándose ya para algún trabajo?

–¡Ah! Bueno, algo así– Juwon se avergonzó un poco y le lanzó una mirada a su padre que lo alentó con una expresión orgullosa–. Mi hermano y yo tal vez estaremos en una compañía importante aprendiendo.

–¡Vaya! Suena como un gran sueño.

Jimin continuaba la conversación de manera amena y tranquilizadora mientras sus manos trabajaban. Hoseok supo que había tomado una buena decisión.

–Lo es, sí. Hace un año vi diferentes programas estudiantiles y Corporaciones Min fue la más completa... pero son programas para mayores... entonces creí que pasaría mucho más tiempo antes de aprovechar una oportunidad así.

Juwon bajó el tono de su voz mientras más hablaba, y eso solo hizo que Hoseok se sorprendiera. No tenía idea alguna de que su hijo ya estaba tan interesado en su futuro, incluso considerar la compañía de Yoongi en sus planes. Y lo primero que pensó fue que, aun si aquel accidente no hubiera ocurrido, era un hecho que Hoseok se enfrentaría a Min Yoongi. Pero más que eso, le preocupó que Juwon se viera indeciso después de la siguiente pregunta que Jimin le hizo.

–¿No eras tú quien quería seguir los pasos de Youngjae para ser médico?

Hoseok vio a la perfección cómo los músculos de Juwon se tensaron de manera muy poco visible o, al menos, lo disimuló bien pues de inmediato regresó a una postura relajada. Sí, Juwon había mencionado, algunos años atrás que ser médico era genial, tanto él como Junseo admiraban lo que Youngjae hacía en su trabajo, sin embargo, ahora que lo analizaba mejor, Hoseok no recordaba que de los labios de Juwon salieran las intenciones sobre ser igual que su padrastro.

–¿Te preocupa algo, Juwon?- fue el momento de Hoseok de preguntar. Su hijo entonces lo miró directamente a los ojos a través del reflejo en en espejo.

–Él se enojará cuando sepa que en realidad iremos a esa compañía, ¿verdad? Por eso no le has dicho nada.

Jimin se detuvo un momento en el cual le lanzó una mirada a Hoseok y este, más concentrado en las palabras de su hijo, lo ignoró.

–Estoy trabajando en eso.

–No va a estar feliz–Juwon jugueteó con sus manos.

Hoseok se acercó a él tratando de no estorbar, pero fue difícil, así que Jimin se apartó.

–Estar ahí es algo en lo que crees, ¿no es así? –Juwon asintió sin ver a su padre–. Es una oportunidad de oro y nadie, ni yo ni tu hermano y, por supuesto, Youngjae tampoco deben interponerse.

–Pero te traerá problemas, él odia...

– Youngjae tiene dos opciones. Aceptar o...

–Aceptar–interrumpió Jimin colocando sus manos sobre los hombros de Juwon como un gesto gentil y de apoyo.

–Que lo que opine Youngjae sea lo último que te preocupe. Tus sueños y ambiciones son solo tuyos y priorizarlos es importante.

Juwon asintió más seguro que antes, confiando plenamente en las palabras de su padre.

[---]

–Señor, ¿me pidió que le informara cuando los Jung llegaran? – Hye-Sun, su secretaria, le preguntó a través de la línea telefónica, Yoongi suspiró olvidando por un momento de qué estaba hablando–. Porque Jung Hoseok está aquí con dos adolescentes esperando pacientemente en la recepción.

–Ah, sí, hazlos pasar hacia la sala de juntas, por favor. Y llama a Gyung para que traiga más detalles.

–Enseguida.

Cuando la llamada terminó, Yoongi miró los documentos que tenía frente a él, los había estado analizando por varios minutos sin llegar a ningún lado. Las noches pasadas, a pesar de que el descanso fue reparador, las ocupaciones, en cuanto pisó la empresa, acapararon toda su tranquilidad.

Sin embargo, después de cerrar aquella carpeta y levantarse de su escritorio, pudo sentir cómo sus músculos e incluso su mente comenzó a despejarse. Volvía a tener la oportunidad de ver y hablar con Hoseok una vez más, poco le importó que fuera solo por aquel proyecto.

Mientras se dirigía hacia su encuentro, pensó, de manera muy casual, que le agradecería la vida a Gyung por haber propuesto dicha idea un par de años atrás, si no hubiera sido por eso, la posibilidad de que tuviera una buena excusa para ver a Hoseok no existiría.

Antes de llegar, a unos pasos de abrir la puerta, pudo escuchar las voces provenientes de adentro, la de su secretaria era una de ellas, tal vez ofreciéndoles comida o algo de beber, reconoció también la de Junseo que seguía demasiado animado y la de alguien más, Yoongi por un momento creyó que se trataba del padre de los dos adolescentes, pero rápidamente recordó las palabras de su secretaria. Entonces abrió la puerta y ni siquiera notó a los dos jóvenes ahí, su mirada fue directamente hacia Hoseok.

–Buenos días.

Saludó caminando hacia su puesto en la mesa donde, curiosamente y trayéndole recuerdos a Yoongi, estaba Junseo descansando muy cómodo.

-¡Oh! Disculpe, disculpe, estaba probando la calidad, por supuesto.

Junseo sonrió poniéndose de pie sin una pizca de vergüenza. Hoseok solo miró la escena, parecía perdido en sus pensamientos. Luego, Yoongi siguió su mirada hacia el otro joven junto a él y abrió los ojos ante la sorpresa.

–Gemelos–dijo sin poder contenerse.

–Sí, son gemelos. ¿Hay algún problema con eso?

–En lo absoluto.

Hoseok lo miraba, pero había algo en aquellos ojos que Yoongi trató de descifrar. Estaba aquel mismo semblante frío y distante que a Yoongi lo tenía bastante dolido, no obstante, y de manera muy vaga, logró notar una extraña vacilación. Y por más que intentó, a través de aquella batalla de miradas que compartieron por unos segundos, no consiguió averiguar nada.

–¿Y entonces de cuánto es el sueldo o qué?

–Junseo, no seas impertinente.

Yoongi volvió su mirada hacia el chico que giraba en la silla junto a su padre. Muy impaciente, demasiado activo. Pero por alguna razón a Yoongi no le desagrado tal comportamiento, todo lo contrario, casi sonríe tras darse cuenta de que esa actitud le recordaba a Hoseok. El animado y lindo Hoseok adolescente que conoció.

Antes de que Yoongi hablara y le explicara la situación, Gyung entró a la sala de juntas con una carpeta en las manos.

–Buenos días, disculpen la tardanza.

–Sin problemas, adelante.

Gyung se sentó frente a Hoseok y comenzó con la redacción del contrato y los detalles más profundos sobre el proyecto. Durante todo ese tiempo Yoongi solo tuvo ojos para Hoseok, miró sus expresiones, sus movimientos, incluso la manera en la que hablaba, y lo único que en su mente tenía era la confirmación sobre lo mucho que el hombre había cambiado, lo cual sería demasiado obvio, eso Yoongi lo sabía. Después de todo, habían pasado años, ninguna persona puede permanecer de la misma manera por tanto tiempo. Sin embargo, Yoongi no creía posible que el cambio fuera tal radical, pues parecía que el rastro de aquel Hoseok alegre que conoció no existía.

O quizá sí, una parte de su cerebro le gritó de pronto, quizá sí estaba ahí todavía, solo que frente a él no lo mostraría.

–Mis hijos van en secundaria, son muy jóvenes para esto, ¿no?

La pregunta de Hoseok provocó que Yoongi regresara al momento. Miró a Gyung esperando una respuesta.

–Bueno, verá, este proyecto es demasiado amplio... el rango de edad no es un problema ni para ellos ni para nosotros.

–Sería como tomar unos cursos, una preparación complementaria para grados superiores y tener una ventaja en la universidad– añadió Yoongi, mirada seria y voz serena. Hoseok no lo miró.

Juwon y Junseo, por el contrario, sí que lo miraban. Ojos demasiado atentos a todo lo que sucedía, completamente concentrados en las palabras y muy esperanzados a los movimientos de su padre.

Los miró con detenimiento mientras Hoseok discutía más detalles. Yoongi estaba seguro de que aquellos dos chicos eran, de alguna manera, diferentes, pero no podía distinguir cómo o por qué. Tenían el mismo peinado, el cabello revoltoso y las mismas facciones. Y aunque Junseo lucía muy concentrado para no interrumpir, Juwon leía atento los papales que les habían entregado con la información.

–Si usted acepta, ellos pueden quedarse aquí para observar y ponerse al día antes de que el proyecto comience en un par de días, no sería ningún problema- Gyung finalizó su discurso.

Hoseok miró los papeles y luego a los dos adolescentes, por último, vio a Yoongi directamente a los ojos. Pero esta vez era diferente. La mirada se había suavizado a tal punto de sorprender a Yoongi por el cambio, entonces se dio cuenta, Hoseok estaba nervioso, como si esperara alguna reacción.

–¿Aceptas?– Yoongi dijo, la pregunta salió demasiado personal, con un murmuro casi íntimo, Yoongi al darse cuenta de aquel arrebato inusual se aclaró la garganta y apartó la mirada.

–Está bien. Sí, ¿dónde debo firmar?

Un extraño latido comenzó a martillear en el pecho de Min Yoongi con una emoción anticipada, estaba loco, cómo podía emocionarse después de lo que pasó con él y Hoseok en el pasado, qué derecho tenía si quiera de creer que tendría más oportunidades de verlo o de conversar con él. Además, todavía estaba el hecho de que, probablemente, Hoseok no era soltero a pesar de que conservaba su apellido. O a lo mejor sí que lo era y una pequeña chispa de esperanza se erguía ante él.

–Muy bien, señor Jung, si usted quiere puede quedarse al recorrido.

–Ah, bueno, en realidad no creo poder– Hoseok miró el reloj de su mano derecha–. En este momento tengo un compromiso que no puedo ignorar, pero creo que mis hijos quedan en buenas manos.

Todos se pusieron de pie y Yoongi trató de no acercarse a ellos por más que un extraño impulso le decía que debía hacerlo. Al salir, escuchó las palabras de despedida que Hoseok les dijo a ambos adolescentes.

–Nos vemos en casa, ¿está bien? Por favor, Junseo, compórtate y obedece a tu hermano al regresar.

–Pero...

Yoongi observó cómo es que, con solo una mirada, Hoseok logró que las palabras de Junseo se detuvieran, aquello casi lo hace sonreír.

Cuando Hoseok se dio media vuelta para salir por el elevador, su mirada se cruzó con la de Yoongi. Una vez más estaba esa vacilación, pero tan pronto como lo notó, desapareció, al igual que Hoseok detrás de las puertas del elevador sin darle oportunidad a Yoongi de hablarle.

–Gyung, permítame darles el recorrido por mí mismo.

–Uh, ¿está seguro, señor?

–Sí. No es ningún problema.

–Bien.

Gyung se despidió con una ligera inclinación. Yoongi miró a los dos adolescentes que discutían sobre algo que veían en el folleto. Juwon en definitiva era el más serio, era eso o simplemente demasiado profesional. De cualquier manera, Yoongi no tuvo más remedio que interrumpir su conversación.

–¿Listos?

–¿Usted nos va a dar el recorrido? – Juwon no pudo ocultar la sorpresa en su voz.

–Qué honor, de verdad. Creí que esto no sería interesante.

–Junseo...

-Bien, bien, me callo.

Yoongi ignoró a Junseo por el momento, sus intenciones no eran realmente malas, reconoció. Pero su interés real era obtener información. Demasiado arriesgado y probablemente no tendría respuestas, pero quería intentarlo por lo menos una vez.

Los guio por el área administrativa tratando de crear un pequeño vinculo profesional antes de adentrarse a más áreas de la empresa y, por supuesto, antes de que comenzara con las preguntas personales.

–Vamos, por aquí. Nos dirigimos a la parte más emocionante.

–Ooh, comenzaba a quedarme dormido- Junseo murmuró, pero fue lo suficientemente fuerte para que Juwon y Yoongi lo escucharan.

–Pido disculpas por el comportamiento de mi hermano, señor Min.

–Está bien, no es ningún problema. La energía juvenil es una ventaja. Me recuerda a cómo era su padre.

–¡¿Conoció a nuestro padre?!– ambos gemelos preguntaron al mismo tiempo, aunque no con la misma intensidad.

–Hace muchos años, en realidad.

–¡Vaya! Qué raro, papá siempre nos habla de sus amigos más cercanos, seguramente no se llevaban bien.

Yoongi no dijo nada, todo lo contrario, dejó que Junseo continuara hablando. Por desgracia fue complicado en algunas cosas, pues Juwon interrumpía haciendo preguntas sobre el departamento de producción o sobre la maquinaria. Yoongi no podía ignorarlo, por supuesto que no, pero era mucho más fácil hacer que Junseo hablara y no precisamente de la empresa.

–¡Ja! Youngjae me debe 20 dólares.

Alardeó de pronto Junseo después de escuchar cómo es que el ensamblaje de las piezas se hacía con maquinaria de última tecnología.

–¿Youngjae?–Yoongi preguntó interesado.

–Si, nuestro padr...

–Padrastro– irrumpió una vez más Juwon.

Yoongi no dijo nada, solo observó cómo es que, en esta ocasión, era Junseo quien reprendía a Juwon, pero les dejó de prestar atención porque en su mente la palabra "padrastro" solo se repetía una y otra vez. ¿Qué vida había llevado Hoseok? ¿Qué tipo de cosas tuvieron que pasar? Pero lo más importante, si ese tal Youngjae no era su padre, ¿quién sí lo era?












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Comentarios y dudas son bienvenidas. Gracias por leer. <3

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