La corte real y todo el personal que se hacía cargo del palacio, así como algunos jefes de seguridad se encontraban reunidos en el salón real, lo cuál dejó a la corte en completa confusión pues sí bien las reuniones repentinas de su Majestad eran habituales, en esta ocasión lucía completamente ajena a cualquier otra reunión común, pues el hecho de que estuviera casi todo el palacio allí les dejaba mucho que pensar.
—Me alegra que hayan asistido todos, —el Rey ingresó al sitio y todos hicieron reverencia—, les pedí que asistieran a esta reunión de manera urgente porque quiero dar un comunicado muy importante para todos y para mí sobretodo.
Los murmullos hicieron acto de presencia ante lo último, incluso el miedo se instaló en los terceros al imaginarse situaciones desfavorables.
—¿Qué ocurre, Majestad?, ¿se encuentra bien de salud?
—No tiene nada que ver con mi estado de salud, así que por favor no se preocupen por ello. —sonrió amable—. Como bien saben, él joven Park ha venido demasiadas veces al palacio, no es ninguna noticia nueva que tiene permitida la entrada libre a cualquier área del mismo, para deshacerme de cualquier duda por parte de ustedes y del personal a cargo, hago el anuncio oficial que desposaré al joven Park, por lo que les pido total atención y cuidado hacia él. —los murmullos se hicieron más fuertes que antes, lo que causó una pequeña risita en el Rey—, sé que muchos ya sospechaban de ello, sin embargo, aún no le he propuesto matrimonio así que solicito total discreción.
—Majestad. —un miembro de la corte se acercó y Min le miró con suma atención—, todo el reino es consciente de su gusto curioso hacia los hombres y todos lo aceptamos, por supuesto, es nuestro Rey a quién respetamos y daríamos nuestra vida, sin embargo, ¿está completamente seguro de esta decisión?
—¿Por qué dudas de mí?
—No es que dude, Majestad, es sólo que bueno... él joven Park es un simple granjero nada más, no tiene nada que ofrecer al reino, ¿no sería mejor casarse con otro hombre que posea poder en un reino? Escuché que el joven JungKook tiene los mismos gustos a los... —sus palabras fueron interrumpidas por Min.
—No porque sea un "simple granjero" como acaba de llamar, significa que sea incapaz de ofrecer algo, él es incluso más capaz de hacer algo que muchos otros juntos, así que le pido que no use términos discriminatorios porque recuerde, Obispo Joo, que antes de ser lo que es ahora usted era sólo un herrero.
—Lo lamento, Majestad, no quise ofender es sólo que no sé sí su decisión sea favorable para el reino.
—Entiendo su angustia, pero dígame ¿sabe usted qué es lo que hace que un reino sea próspero, Obispo Joo?
—¿Por qué me pregunta...? —fue interrumpido de nuevo.
—Responda.
—S-Su gente...
—Incorrecto. —Min bajó las escaleras hasta encarar al hombre quien se miraba asustado—. Sí bien la gente es importante para que un reino próspere debe existir un algo que los incite a permanecer unidos para levantar y ayudar a un reino ¿y sabe qué es eso? —al no recibir respuesta continuó, caminando entre todos—, no es un Rey, no es la corte real, no es un jefe, es un líder; que sea consciente de la importancia de su gente, que tenga el conocimiento certero para levantar un reino, y ese soy yo, Obispo Joo, yo levanté este reino luego de la guerra de los cien años.
El Rey Min quedó en medio de su gente y les miró con determinación, su mirada era gélida, sin embargo amenaba confianza.
—Yo me esforcé en ganarme a mi gente, a mi pueblo a quienes protegería, toda esta gente, por sí sola decidió sí ayudarme a levantar este reino sería correcto o no, y así fue. Todos me apoyaron porque confiaron en mí, en mi inteligencia y atributos que todo un líder debe poseer. —dio una pequeña pausa—, todos hemos hecho de este reino lo que es ahora, conmigo a cargo el reino se levantó, durante años se ha mantenido como el reino con más riquezas, el reino más libre y armonioso que ha existido en toda la historia, todo esto sin necesidad de casarme con un reino ajeno. No hay necesidad de buscar un pretendiente lleno de riquezas porque eso sería simple ambición.
Tomó camino hacia las escaleras nuevamente y tomó asiento en su trono.
—Me eligieron como su Rey no por ser autoritario ni temeroso, me eligieron por ser sabio y traer ante ustedes todo lo que siempre anhelaron: seguridad, paz, riquezas y estabilidad, por eso les pregunto de nuevo ¿qué hace que nuestro reino sea próspero además de su gente?
—Su Majestad. —respondió un guardia a lo que Min sonrió.
—Sí yo logré esto, imaginen las posibilidades con dos Reyes que comparten la misma mentalidad y consciencia de un líder, yo tomé esta decisión no sólo por mí, sino también para ustedes que son como mi familia, el bienestar ajeno es más importante que el mío y bien lo saben ya que ese es nuestro lema real, confíen en mí cuando digo que esta será una decisión favorable para todo el reino, ahora y en un futuro. —se levantó de su trono y miró a cada uno—. Como su Rey, les aseguro que esta decisión nos traerá más que riquezas y armonía al reino, y de ser lo contrario, yo mismo me encargaré de remediar mi error y castigarme por mis pecados.
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Jimin se encontraba metiendo a los caballos y ovejas en su corral cuando a la lejanía se escuchó el trote de unos caballos, de manera automática se giró a ver de donde provenían dicho sonido, y para su sorpresa; dos caballos negros llevaban consigo un carruaje con la insignia de la familia real y este estaba justo frente a su casa. Jimin salió corriendo del corral olvidándose de cerrar la reja.
—¡Majestad! Que grata sorpresa, aunque me habría gustado que me avi...
Sus palabras fueron interrumpidas por unos fuertes brazos que lo tomaron de la cintura y lo acercaron lo suficiente para que el Rey uniera sus labios en un brusco beso necesitado. Jimin quedó completamente a su disposición deleitándose del ligero sabor a menta de los labios ajenos, sin embargo, al darse cuenta de la escena que estaban haciendo en público, automática se separó empujando al Rey, quien se estampó contra el carruaje.
—¡Majestad, estamos en público!
—¿Y qué tiene? Eres mi pareja, Jimin.
Las mejillas de Jimin se ruborizaron y evitó la mirada burlona del contrario.
—¿A qué viniste? No me dijiste que vendrías.
—Vine a verte, te extrañé. —Yoon al ver que Jimin bajó la guardia, se acercó sigilosamente hasta tomarlo de la cintura nuevamente.
—Ha pasado un día.
—Ha sido una eternidad, querrás decir.
Jimin sonrió tiernamente y besó las mejillas blanquecinas de su Rey, las cuales se tiñeron de un ligero rosado ante el gesto.
—¿En serio sólo has venido por eso?
—En realidad vine porque quiero ver lo que haces. —Jimin le miró confuso—. Ya conociste mi mundo, lleno de galas exageradas, bailes y cortesía extremadamente fingida, pero ahora yo quiero conocer como es tu mundo, Jimin, conocer por mí mismo lo que te gusta y te hace feliz.
Los ojitos de Jimin se nublaron, jamás se imaginó estar en una situación tan bonita como la que estaba viviendo justo ahora. Sin más, Jimin tomó la mano de Min y lo llevó hasta el corral donde los caballos y ovejas yacían regadas por todo el lugar pues se habían escapado; Yoongi y Jimin comenzaron a perseguirlos intentado llevarlos hasta el corral. Yoongi al traer zapatos no aptos para el lugar resbaló unas cuantas veces cayendo sobre el lodo, ensuciando sus ropas y rostro, su pareja simplemente se dedicó a burlarse de él, el Rey ofendido tomó a Jimin de la mano y lo arrastró con él.
Pasaron horas en las que jugaron con el lodo y los animales, corrieron por toda la granja como sí uno de ellos no fuera el Rey de un reino entero y como sí él otro no fuera a convertirse en el próximo Rey de Moonlight.
—Siento agua en los zapatos. —se quejó Yoon, mientras fruncía el ceño de manera adorable.
—No entiendo quien viene a una granja en traje y con zapatos de piel. —Jimin abrió la puerta de su hogar y lo invitó a pasar.
YoonGi se cruzó de brazos y soltó un bufido.
—¿Me dejarías darme un baño?
Sin esperar respuesta YoonGi comenzó a desabotar su camisa ante la atenta mirada de Jimin, quien se avergonzó una vez notó el pecho blanco del contrario.
—¡¿Q-Qué crees que haces desnudándote en medio de la sala?!
—No hay nadie quien mire, además sólo tú puedes mirarme así. —las mejillas de Jimin se tiñeron de rosado.
—¡V-Voy a preparar tu baño! —Jimin prácticamente huyó hacia las escaleras mientras que Min se burlaba sonoramente.
La noche cayó rápidamente, los colores rosados y naranjas fueron intercambiados por un azul oscuro y cielo estrellado, Min había terminado su baño y ahora se encontraba vistiendo ropa de Jimin, que para su mala suerte le había quedado extremadamente pequeña.
—¿De verdad no hay algo más? Casi me llega a las rodillas, no puedo salir así, tengo una imagen que mantener. —Jimin se burló—. No te burles esto es serio, lo lamento, tendré que quedarme a dormir.
—¿Qué? Por supuesto que no, es indebido.
—¿Por qué? Sólo vamos a dormir, ¿no es así?
Yoongi se acercó a Jimin peligrosamente, por lo que este tímido retrocedió hasta chocar contra la pared, la figura de Min lo cubrió por completo, pues este colocó sus fuertes brazos a cada lado de Jimin impidiendo su escape.
—E-Es indebido que te quedes aquí, las personas podrían pensar mal... —Yoongi se acercó hasta sus oídos y susurró.
—No tienen qué, somos una pareja responsable que se ama, te aseguro que todos alguna vez se escaparon en medio de la noche para ver a sus amantes.
Sin más Yoongi llevó su mano hasta la nuca del contrario y lo jaló hasta unir sus labios en un beso brusco, hicieron movimientos rápidos que fueron acompañadas de sonidos que podrían pasarse de obscenos, sus lenguas fueron participes explorando la cavidad bucal del contrario, inclusive la saliva escurría de manera apetitosa de la comisura de sus labios. Jimin tuvo que sostenerse de Yoongi para no caer al suelo ya que sus piernas comenzaron a temblar en cuanto Yoon pasó de besar sus labios a su mandíbula con la intención de besar y lamer su cuello, el cual olía exquisitamente a vainilla por el reciente baño.
—M-Majestad... me siento extraño, siento mucho calor...
—¿Alguna vez has tenido un encuentro así con un hombre, Jimin?
Yoongi miró los ojos de Jimin, los cuales brillaban tal cual una galaxia, sólo que estos no expresaban más que anhelo y pasión, el susodicho sólo negó avergonzado.
—N-Nunca, con nadie.
—¿Te gustaría tenerlo conmigo? No haré algo que tú no quieras.
Jimin iba a responder, sin embargo, la puerta fue tocada desde afuera con brusquedad e insistencia.
—¡Majestad, ha pasado algo en el palacio, debe recurrir ahora!
Yoongi se alertó y se separó de Jimin, besó sus labios rápidamente en un intento de tranquilizarlo.
—Cuídate, por favor.
—No te preocupes, estaré bien, vendré mañana. —besó su frente y se alejó.
Tomó sus ropas y salió corriendo hacia la puerta en donde su guardia lo esperaba agitado.
—Manda guardias a custodiar la granja de mi prometido.
Este asintió, el Rey subió al carruaje y este se movilizó lo más rápido posible hasta la entrada del palacio, en donde una vez se acercó pudo visualizar a las personas gritando y llorando asustadas, no esperó más y bajó del carruaje preocupado. Lo que vio a continuación lo dejó atónito.
Frente a la entrada del palacio reposaban 10 lanzas y en cada una estaba insertada la cabeza de alguna persona perteneciente a su reino, la sangre fresca se deslizaba hasta caer y formar un charco en el suelo en donde yacía el resto de las extremidades mutiladas las cuales formaban un mensaje: "Envidio tu reino".
El olor putrefacto inundó las fosas nasales del Rey incitandolo a vomitar, este se quedó aturdido mirando la escena mientras que aquellos a quienes juró proteger gritaban y le rogaban que hiciera algo, los llantos de dolor hicieron eco en lo más profundo de su mente haciéndolo hiperventilar, pues mirar los rostros asustados y violentados de aquellos quienes alguna vez tuvieron vida le causaron escalofríos, era una imagen de lo más grotesca que atormentaría sus sueños durante un largo tiempo.