Ladrón de Besos(Completa)

By ChrisRivera1116

2.3K 133 987

ALEXANDER : "Cuando estuve en la escuela, me divertía haciendo bromas. Pero la mejor broma, fue la de robarle... More

Soy todo un
La Tía Clara
Se Lo Buscó
Algo en tu Pestaña
Lo que No Esperaba
¡No estoy Celosa!
Besos Consentidos
Con otros ojos
Levántate
Llegó papá
Represalias
Derrumbe
El Baile de la Escarcha
Corazones Rotos
El Banco del Cerezo
Con el Paso del Tiempo
James
Natalia
La Cita
Bailes y Rudeza
Mancha
Tregua y Promesas
Posibilidades
Para que Funcione
Escapes
Odisea por la Campiña
Flores y Nostalgia
¿Y este tipo?
Rescate y Salida
Cambio de Emociones
Decepciones y Disculpas
El Peso de la Indiferencia
¿Se conocen?
Sentimiento Reencontrados
Retribución
Despertar
Retos
La Luna sobre Paris
Encuentro Inesperado
Phillipe al Rescate
Invocación y Pasión
De Absoluciones y Amores
La Movida de Karen
Decisiones, Decisiones
Un Detalle Olvidado
Hablando Claro
Remontando el Futuro
Sorpresas, Sorpresas
La Sonrisa de Bertha Ellis
La Magia del Cerezo
Para que compartamos nuestra Felicidad
De Corazón
De Vestidos y Cambios
Las Despedidas
El Esperado Día
Uno que otro beso
La inspiración
Agradecimientos

Champagne

31 2 63
By ChrisRivera1116

Loryann

Atravesé la puerta del local y me encontraba en un adorable salón de belleza. A mi derecha, había uno de esos mostradores de vitrina con una chica detrás, forrada de tatuajes, con piercings y una revista en las manos. A la izquierda, sillas para las clientas que esperaban ser atendidas. Le seguía una fila de sillas de barbería con mujeres que peinaban, recortaban y aplicaban productos en los cabellos de las clientas.

Al final, una mujer regordeta con el cabello recogido en una cola, estaba concentrada en aplicar maquillaje a una adolescente con dos más charlando a su lado.

—¿Puedo ayudarle en algo? —preguntó la chica tatuada.

—Busco a Marie Payton.

—Ah. A la jefa —respondió desinteresada y luego dio un grito al fondo —. ¡Marie, te buscan!

La mujer regordeta se incorporó y miró hacia la joven que inclina la cabeza para señalarme. No podía creerlo. Reconocí al fin los brillantes ojos de mi amiga y su vibrante sonrisa al verme. Dejó todo lo que tenía en las manos sobre un estuche de maquillaje y luego de advertir a la joven que volvería, salió corriendo hacia mí con los brazos abiertos.

—¡Lory! — su grito se escuchó por encima de la música de Taylor Swift que sonaba por altoparlantes.

Cuando llegó a mí, nos dimos un abrazo de hermanas que me hizo sentir en casa.

—¿Cuándo llegaste? ¿Estás cansada?¿Dónde está tu chico británico?

—¡Tranquila, todo tendrá respuesta! — le digo en el momento.

—Siéntate y cuéntamelo todo.

—¿Aquí? Esperaba...

—Ellas saben que eres mi mejor amiga —replica Marie sonriente —¡Aunque no me lo creían!

Señaló un gran póster mío. A donde fuera, no me libraba de esa foto del anuncio de perfume, en el que llevaba un peinado en trenza que desciende por mi hombro, vestida con un traje blanco de satín, con una larga cola que se desliza hasta llegar a la enorme  botella cuadrada de «Luxure». Daba la impresión que emergía de esta.

—Es cierto. Es la modelo del póster —dijo una de las estilistas.

Todo se volvió una cacofonía de cuchicheos sobre mí, y Marie me tomó de la mano para llevarme a hacia la chica que maquillaba.

—Eres más linda en persona —me dijo la joven.

—Eso me han dicho —comenté riendo mientras tomo asiento junto a ellas.

—¿Es cierto que Marie te maquillaba en el colegio? —preguntó la chica en la silla.

—Sí —respondí sonriente —. Y no he podido encontrar una tan buena como ella.

Marie y yo chocamos los puños.

—Te lo dije —suelta de pronto una de las jóvenes a la chica que era maquillada.

—No te preocupes, que te dejaré tan hermosa como mi amiga —dijo Marie y luego añade —: No como, quienquiera que la esté maquillando. Parece que te odia.

Nos reímos. Y en cierto modo, sentí que mi amiga tenía razón. Esas sobrecargas de maquillaje, a veces, me hacían sentir asfixiada.

Hablamos mucho, hablamos sobre mis viajes y mis desfiles de modelaje. Pero evité hablar sobre James frente a las chicas; «era demasiado íntimo». Luego, la conversación giró en torno a Marie. Ya sabía que se había casado con Randy Payton, el gigante del equipo de baloncesto, que fue su pareja en el baile. Y tenían dos hermosas hijas.

La chica se levantó al fin, y pudo verse al espejo. Su sonrisa lo dijo todo. Sus ojos estaban a punto de llorar y Marie toma una servilleta para atajar las lágrimas.

—¿Ya ves? —le dijo mi amiga a la joven —. Vas a brillar en tus dulces dieciséis.

—Sí. Me encanta — respondió ella.

Viendo como las chicas salen por la puerta, Marie me toma las manos.

—Estoy contenta de verte, amiga.

—Yo estoy igual de contenta —le respondí —. Has estado para mí en todo lo que he hecho.

—Hablando de eso me debes —la sonrisa de mi amiga, también lo dijo todo.

—Para no repetir, vayamos a casa de tía Clara.

—Ja. Será la segunda vez que la vea esta semana.

—Eso mismo dijo ella.

—Claro. Viene cada semana —Marie se inclinó hacia mí y me confía en un murmullo —: Creo que está interesada en alguien.

Mi barbilla se cayó, mis ojos se abrieron hasta su máximo y comencé a esbozar una sonrisa.

Alexander

Mi sueño era de luces. Y en cada destello de luz, podía ver algo de Lory aparecer frente a mí. Su cabello suelto, su silueta suave y seductora. Sus torneadas piernas. Y por supuesto, sus carnosos y seductores labios que estaban a punto de llamarme cuando de pronto aparecen unos enormes ojos azules tras de estos y todo comenzó a derrumbarse a medida que a lo lejos escucho, que tocan a la puerta.

Me puse solo los pantalones sin camisa y me levanté de la cama de pilares, colchón esponjoso y sábanas con estampados de flores. Los toques se escuchan fuertes y claros mientras doy solo tres pasos para atravesar la habitación y abro la puerta. Esta vez, no me sorprendió ver a Natalia parada frente a la entrada.

—Ya son las nueve de la mañana y aún no te levantas —dijo. Como si me importara —. Pensé que te interesaría tomar fotos de la naturaleza.

—¿Y habrá naturaleza en esta ciudad? —pregunté.

—Más de lo que esperas. Y ya tengo la información que quería.

—¿Información? —volví a preguntar dándole la espalda —. Pensé que no habría modelos por acá.

Se echó a reír. Pero su risa me pareció algo forzada y cuando me volteo, noto que su labio inferior está metido en su boca. Y por el gesto en sus ojos, me pareció que la había tomado por sorpresa.

—¡Tengo información de un tour para la fábrica de champagne¡—soltó de inmediato con sus mejillas rosadas.

—Bien. Vaya.

—Puede que te interese el tour, comienza en los campos.

—¿Qué le pasa? —pregunté de pronto.

—¿A mí? —preguntó sorprendida y su rostro se encendió —. Nada. Solo lo estoy invitando. Siempre he querido visitar este lugar y ver la campiña francesa con... sus campos de uvas y sus flores y sus...

—Entiendo. Ese es SU deseo. El mío, tomar fotos de la naturaleza.

—Verá bastante. Vamos, no quiero... ir sola.

—Al fin lo admites —dije acercándome a ella.

Cruzó los brazos y suspiró hondo.

—No quiero ir sola, porque estoy segura de que es más divertido con otras personas.

—Y no le queda otra opción, que ir conmigo.

—¿Por qué es tan necio? Estamos en Champagne, el lugar de origen de ese rico y espumoso vino. Déjate llevar, tendrás tus fotos y yo mi paseo.

—Me dejé llevar; y hasta ahora pasé la noche más perturbadora de mi vida. ¿Y qué hay del auto?

—En cuanto lo saquen de la vid y lo reparen, lo traerán aquí.

—Eso tomará tiempo —repliqué.

—Solo necesito que esté funcional y se mueva.

—Bueno. Supongo que lo llevarán al taller de podadoras más cercano.

—Eres insoportable. Trato de ser amable y tú. Tú...

—Está bien, solo bromeaba —respondí sonriendo y caminando a mi mochila —. Dame un momento para tomar un baño y vestirme.

—De acuerdo. Te espero abajo.

Dio un paso para retirarse, pero de pronto se detuvo.

—Y por favor, vístete apropiado.

—¿Qué es apropiado para ir a una fábrica de champán?

Suspiró impaciente.

—Con que no use una de sus camisetas horrorosas.

—Entonces, no tengo nada apropiado.

—¿En serio? —preguntó frustrada —. Primera parada, una tienda de ropa.

Me reí mientras escuchaba sus zapatos sonando por el pasillo y bajar las escaleras. Busqué lo mejorcito que tenía y fui hacia el baño que, para colmo, estaba al otro extremo del pasillo.

Loryann

En casa de tía Clara, tanto Marie como yo, la hostigábamos para que nos hablara de ese interés romántico. Solo era una sospecha de mi amiga, pero era divertido tratar de hacer que la tía se le soltara algo.

—Vamos tía —le decía —. Ninguna mujer va al salón tantas veces, si no es por una buena razón.

La tía aprieta los labios, señal clara de que algo ocultaba, por lo que comencé a pensar que Marie no estaba tan desacertada.

—¿Por qué no mejor hablamos de ese británico? —pregunta ella replicando —. ¿Y por qué Marie sabe más de él que yo?

—De acuerdo —concedí entre risas —. Hablaré de James y luego nos hablas de tu misterio.

—Ya verás que no será tan interesante como el tuyo —replicó la tía.

Miré hacia mi amiga que hizo el gesto de cerrar una cremallera en su boca. Como habíamos acordado, solo yo podía dar todos los detalles.

—James —comencé a decir y su nombre se escurrió entre mis labios como en un ensueño —. Es un hombre fabuloso. Inteligente, detallista. Siempre tiene un cumplido hasta con lo que hace...

Me solté. Creo que describí al hombre perfecto con que cada mujer sueña, pero la mayoría de estos, ya están tomados, y los que no, tienen su mirada puesta en otra mujer. Hablando de él, tía Clara pregunta si me había vuelto a llamar, fue entonces que caí en cuenta de que no, no lo había hecho desde el día de la sesión.

Lo extrañaba, pero no quería interrumpirlo, si estuviera en algo del trabajo.

—En Inglaterra debe ser muy de noche para estar en negocios —comenta mi tía con una mueca —. Llámalo.

—Ha pasado tiempo —dije con timidez —. Supongo que puedo hacerlo. Solo para saber cómo está y ya.

Mi tía y Marie se miraron y juntas soltaron un «Sí, como no» y las tres estallamos en risas. Pulsé el marcado rápido; «que al final no fue tan rápido».

—¿Hola? —sonó soñoliento y mis acompañantes sacudían las manos emocionadas.

—Hola, James. Soy...

—¡Lory! ¿Cómo estás? Pensaba que te habías olvidado de mí.

—No, no, no. He estado ocupada.

—Precisamente por eso no me decidía a llamarte. Me alegra que lo hayas hecho tú.

—Pues la verdad, te llamo para dejarte saber que creía que eras tú, quien se había olvidado de mí. Y he estado algo molesta con usted.

—¿Bromeas? Te he echado de menos todo este tiempo.

—Pues para poder perdonarlo, señor Ward, le informo que tengo un tiempo libre, así que puede llamarme cuando quiera.

—Tienes tiempo libre —comentó —. Entonces podrías venir a Londres.

—Lo siento —respondí con un tono sarcástico; quería ver si lograba sacarlo de su cascarón —. Pero ya me encuentro en Estados Unidos con mi familia.

Tía Clara abrió la boca sorprendida, no se esperaba que le hablara con tanta soltura; y eso que solo escuchaba la mitad de la conversación.

—Supongo que es mi culpa. Debí ser más comunicativo. Lo siento.

«Maldición. Otra vez me atrapó con sus encantadoras palabras».

—Cuando regrese a Europa, iré a Paris. Si tienes algo de tiempo...

—Para ti. Todo el que quieras.

En ese momento de la conversación, me aparté de mi tía y mi amiga; y salí al porche para hablar en privado.

—¿En serio me has extrañado? —pregunté.

—Pues es difícil no hacerlo. Con tu foto de promoción por toda la ciudad, hasta en carteles electrónicos —dijo él con una risita —. Y en realidad, te ves más hermosa en persona.

Me hizo reír. Es un hombre sincero que dice lo que siente sin vergüenza alguna.

—Yo también te he extrañado —solté con una sonrisa de genuina picardía —. James Ward; ¿qué me diste a tomar?

—Eso mismo me pregunto de ti —respondió —. ¿Qué poción has usado conmigo que no he dejado de pensar en ti?

Sentí un estremecimiento en el cuerpo por la culpa, al pensar que no había pensado tanto en él, como decía. Pero no quise que lo supiera.

—Eres un mago de esos de la mesa redonda —le dije jugando.

—Eres una brujita que me tiene encantado, Loryann Shaw. Creo que deberíamos tener, una larga conversación cuando nos veamos en Paris.

—¿Es una cita?

—Dalo por hecho. Le Jules Verne. Ocho de la noche, en la que llegues.

—¿Llegarás a tiempo?

—Si es necesario cruzaré el Canal de la Mancha a nado.

—Ja. Por suerte puedes ir en tren.

—Maravilla de la tecnología moderna al servicio del amor.

—¿Amor? ¿Está insinuando algo señor Ward? —pregunté aún más pícara.

—Solo que, amo su compañía señorita Shaw.

No podía creer lo estúpida que me estaba sintiendo en ese momento. Me gustaba James, y ahora me estaba claro de que yo también a él. Ya no podía esperar para esa conversación.

Pero cuando estuve a punto de preguntarle, mi amiga Marie pegó un grito que me sacó de mis pensamientos y de mi emoción ajena.

—Te llamaré luego —llegué a decir —. Algo ha pasado.

—Espero que nada serio.

—No creo, mi amiga es muy impresionable.

—De acuerdo, esperaré tu llamada.

—Mejor duerme bien. Puede que esto se alargue.

Cerramos casi al mismo tiempo y me adentré a la casa para ver que ocurría. Marie, con los brazos en alto celebraba algo y mi tía se limitaba a tomarse el tabique de la nariz.

—Lo sabía, lo sabía. ¡Abre la champaña! —dijo mientras se acerca a mí, me tomó por los brazos y pronunció la noticia —. ¡Tu tía tiene un romance con el profesor Jones!

Me quedé ahí parada mirando a tía Clara con el rostro encendido del sonrojo y le muestro una alegre sonrisa, aunque estaba confundida. «¿Quién carajos sería el profesor Jones?


Continue Reading

You'll Also Like

94.5K 7K 22
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...
92.4K 11.8K 153
Entra para obtener más información de la historia 💗
1M 53.3K 45
Desde el momento que subí al tren del expreso de Hogwarts y choque con Draco y Blaise mi vida no volvió a ser la misma. Más cuando el sombrero selecc...
356K 29K 19
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...