Historias cortas 2 //futbolis...

By CammB_

3.3K 145 8

"El fútbol y el amor tienen algo en común: a veces se gana, a veces se pierde" Bienvenidas al segundo libro! More

Hola!
Augusto Batalla.
Marcos Rojo.
Alejandro Garnacho.
Emiliano Martínez
Adam Bareiro.
Lisandro Martínez.
Facundo Colidio.
Marcos Rojo
Enzo Fernández
Pablo Solari.
Especial Copa América.
Especial Copa América.
Especial Copa América
Especial Copa América
Enzo Fernández.

Ezequiel "Equi" Fernández.

251 6 0
By CammB_





Stereo hearts.


















— ¡no entiendo por qué tengo que estar acá, Nicolas! —le digo por celular a mi hermano mientras camino hasta mi lugar, pasando entre la gente, el griterío y movimiento.

— ¡se confundieron al darnos las entradas, Mica, no es mi culpa, te quise acompañar pero estamos en distintos lados, además tenes un lugar muy privilegiado, estas re cerca del campo, vas a ver a todos ahí.

— ¡ay, no te hagas, que vos lo que más querías era estar con los del quilombo!

— ¡no te voy a mentir estoy re matado de felicidad hermana! —Grita muy feliz. —pero ni bien termine voy a ir corriendo a donde vos estés para buscarte, no te preocupes, eh.

—si, si... dale. Después te veo. Tene cuidado.

   Finalizo la llamada y me siento en mi lugar mientras acomodo mis cosas encima mío. El lugar  que tenía era detras del arco, muy cerca de todos, hasta podía ver muy bien a los jugadores que estaban empezando a salir al campo de juego, y debo confesar que es la primera vez que los veía de tan cerca.
Decido sacar una foto del lindo estadio donde estábamos de visitantes, mientras se van acomodando para patear al arco. Hoy Boca se enfrentaría a un gran equipo, así que estaba expectante.


Agus:

"Micaaaa"
"Todavía estoy trabajando"
"Saca muchas fotos que odio no poder acompañarlos"
"😭"

"Si no le hubieras roto el corazón a tu jefe probablemente estarías acá"
"🤣🤣🤣"

Agus:

"Boba"
"Sos malísima"

📷Foto.




    Envío aquello y voy a guardar mi celular cuando escucho gritos de repente, alguien quiere poner la mano delante de mi cara y todo lo que veo es una pelota viniendo directo a ella.
Todo se vuelve negro por unos segundos.
Abro los ojos, y todas las miradas vienen a mi.

— ¡un pañuelo! —gritan y se ponen a mi al rededor, me doy cuenta que algo cae desde mi nariz; me toco, y veo mi peor pesadilla: sangre.

— ¡¡ay, sangre!!

—tranquila, tranquila, no te preocupes, está bien, linda... —me dice una señora mientras me tapa la nariz con algún pañuelo, y ahora toda la cara me duele.
Veo que algunas de las personas se van de mi al rededor y se acercan hasta las divisiones del estadio y el campo de juego, a ver a algún chico acercándose.
Miro para alli y entonces me doy cuenta de que aquel jugador es el que me había pegado con la pelota.

— ¡¿estás bien?! —grita un poco, muy, asustado mientras se agacha para verme y finalmente la señora que estaba frente a mi se mueve y él me ve.
Su rostro, ahora es uno de espanto al ver toda la sangre que salía.
Rápido, lo veo salir de ahi para dar la vuelta y saltar el cartel. Llama a alguien y veo que se trata de los médicos.
Algunos policías se acercan a él y él los manda supongo a verme.

— ¡señora, tengo que salir de acá urgente, necesito que me lleve con mi hermano a l...!

—señorita. —escucho a un policía a mi costado. —Por favor, acompañenos para que puedan atenderla mejor. —claro que me iba a rehusar y hacer escándalos por lo que me acababa de pasar... si no estuviera tan mareada y dolorida. Así que termino aceptando mientras me ayudan a pararme; uno de ellos nos guía, otro me toma del brazo para acompañarme. Así que así, caminamos hasta el campo de juego, me doy cuenta de que estoy sentándome en los bancos de suplentes, el cual estaba vacío porque el partido aún no comenzaba.
Rápidamente los médicos me atienden y ayudan.

—la sangre ya paró, necesito que se saque la mano de la nariz, por favor.

— ¡no puedo, todavía siento que algo está saliendo! —grito asustada por lo impresionable que me parecía la sangre saliendo de mi nariz. Había muchas razones para llorar así que lo hago.

—se lo prometo, ya no hay nada, solo...

— ¡permiso, permiso! —escucho y finalmente aquel rostro preocupado aparece delante mío, para ver como estaba. — ¿cómo está, Juan?

—tranquilo, la sangre ya paró. Ahora necesito que se saque el pañuelo para poder analizarla mejor.

"Tiene miedo."


Le susurran y aún puedo oírl aquello.
Aquel jugador abre la boca y una "o" discreta se forma.
Se acerca a mí.
Y no sé si es el mareo o el dolor que me estaban haciendo delirar, pero jamas había visto unos ojos tan brillantes y lindos, me había sonreído de una manera linda y tranquila.

—hola, soy Ezequiel. Perdoname, yo fui el que tiro el pelotazo olvidando que no hay tejidos, ¿te duele? Porque acá dice el médico que ya no hay nada, tal vez si cerras los ojos, y yo... —cierro los ojos. —... te ayudo con esto... —toma mi mano y de a poco va bajando el pañuelo de mi cara.
Ahí los médicos empiezan a limpiarme.
Me agarro fuerte de su mano, al ellos apoyar las vendas en una parte que dolía muchísimo. Y es hasta unos segundos después que terminan, que me doy cuenta de aquello.
Así que lo suelto rápido.

—perdón, perdón. —sonríe.

—no te preocupes.

—bien, todo listo señorita. Puede volver a su lugar pero al llegar a casa ponga mucho hielo para que no se le hinche la cara, ¿bien? —asiento. Ezequiel se para, así que lo hago también, la seguridad se acerca pero él se apresura a hablar.

—por favor, llevenla al palco 'C' del segundo piso, fíjense que esté bien y si llega a necesitar algo más, ocupense por favor.

—oh, no. No, no, no, no hac-...

—insisto, por favor. Voy a estar más tranquilo, yo ya me tengo que ir pero ellos van a saber guiarte...

—Micaela.

—claro, Micaela. Por favor, ellos te guían.
   Termino por aceptar. Así que me dejo guiar.








...








    Vuelvo a la realidad al ver que los hinchas aplauden y salgo de mis pensamientos al ver que el partido ya había terminado, así que me tocaba esperar unos minutos antes de poder salir. Mientras, recordaba cuando había conocido a Ezequiel, en aquel momento muy accidentado donde casi me destroza la cara.
¿cómo había seguido todo?
Bueno, aquel día, de mi hermano, no había habido rastros sino hasta el final del partido donde me había dado cuenta, de que había olvidado mi celular.









. . .






    Había estado siendo vigilada todo el tiempo por las personas de seguridad, quienes muy amablemente venían cada diez minutos a renovar el hielo, y preguntarme si los mareos habían pasado.
Me habían ofrecido de beber y comer para que todo aquello sea más rápido, y efectivamente así había sido.
El momento del pitido final del árbitro llega, y me doy cuenta de que Nicolas iría a buscarme al lugar en donde me había sacado entrada. Así que me apuro a buscar mi celular pero no lograba encontrarlo.
Empiezo a desesperarme y a pensar en que quizás se había caído en el momento del accidente, y no me había dado cuenta.

— ¡ay no, Dios! ¿Dónde está? —me levanto rápido para buscarlo por allí, y en ese momento entran otra vez.

—señorita, ¿necesita algo más?


— ¡oh, no, no! Bueno, en realidad sí, no encuentro mi celular y mi hermano va a llamarme porque me iría a buscar al lugar en donde debería estar, y se va a preocupar bastante si no me ve.

—bueno, no se preocupe. Vamos a mandar gente a que pueda registrar esa parte del campo, si nos espera, ya vengo.
   Otra vez se va y me quedo ahí, pensando en por qué no fui tras él, porque al fin y al cabo allí es donde encontraría a Nicolás, así que decido ir a agarrar mis cosas y salir de ahí.
Pero en el mismo momento en donde abro la puerta, también la abren, y Ezequiel aparece sonriendo con aquella sonrisa tan especial, y esos ojos que brillaban más que cualquier cosa.

—creo que esto es lo que buscas.

— ¡por Dios, sí! ¡¿dónde estaba?! —pregunto mientras me extiende el celular y lo tomo rápido esperando ver las llamadas perdidas que seguramente tenía de mi hermano y poder avisarle.


—en el banco de suplentes, se ve que quedó ahí cuando te estaban atendiendo. Por cierto, ¿cómo estás? No di tiempo de nada a nadie y vine corriendo lo más rápido que pude. —se acerca más a mi rostro para analizarme y me quedo muy quieta y sorprendida por aquello. — ¿te atendieron bien? Les dije que lo hagan.

—de maravillas, el hielo funcionó bastante, de lo contrario, tendría la cara muy hinchada.

—perdoname, de verdad no sé qué hacer, lamento mucho haberte hecho pasar por eso.

—no te preocupes, ya pasó. Salgo y me voy derecho a la farmacia a comprar muchos analgésicos. —le digo y río para que él también lo haga, y se despreocupe.

— ¡oh, casi me olvido! Atendí tu celular y ya avise a tu novio que estás acá y sobre lo que pasó, seguridad de ese sector lo está ayudando a llegar.


— ¿mi nov-...? ¡ah! No, no. Nicolas no es mi novio, es mi hermano.



— ¿no es t-...? Oh, yo creí que... bueno, que bueno entonces.
Me dice mientras me mira unos segundos largos y yo lo hago también, tratando de entender aquella frase.
La puerta se abre y un Nicolas bastante preocupado aparece para abrazarme muy fuerte. Y lo único que puedo hacer, es seguir aquella mirada de Ezequiel, que no se había movido.









...







Amor❤️:

"Venís a buscarme? 😍"

"Yendo!"






    Ahora sí camino hasta salir del palco, al cual venía cada domingo que tocaba jugar acá, desde hace ya tres años.
¿Aquel accidente había sido el inicio de todo? Sí.
Aún recuerdo que ese día, había insistido en que guarde su número por cualquier cosa, me había negado, claro.
Tenía una mala vista de los futbolistas, no me cuestionen.
Así que manipuló a mi hermano, y su lado de hincha no se pudo resistir al pedido.
Nicolás le había pasado el mío.
Aquel día, papá había retado a Nicolás porque todo aquello había sido televisado, generando mucha preocupación en ellos, quienes nos llamaban y ni atendíamos... Pero se ve que todo había sido olvidado al contar que Ezequiel se había ocupado bastante.
Así que al día siguiente había sido obligada a ir al hospital.
Casualmente, allí había aparecido alguien inesperado.











. . .








    Me siento a poder esperar los resultados de las placas y me apoyo en la silla mientras cierro un poco los ojos esperando que lo hagan rápido.

—hola. —escucho a mi lado, cerca de mi oído, y me asusto bastante mirando rápido.


—por Dios...

—perdón, perdón... —se arrepiente al verme. —te ví muy tranquila, no quise asustarte.


— ¡tenes una manera muy rara de presentarte con las personas! ¿siempre pasó lo mismo?
Me calmo.




—de echo, ahora que lo pienso, tenés razón... Pero te juro que solo vine a ver cómo estabas, contacté a Nicolás por las redes porque no me atendías las llamadas y...


— ¿Eras vos? No atiendo llamadas de desconocidos.




—tenes razón, soy un tonto. Bueno, ahora que lo pienso, soy bastante raro en realidad, porque primero te golpeo con la pelota, después contacto a tu hermano para llegar acá, llego y te asusto, te llamo y ni siquiera te mando un mensaje diciendo quién soy, debo parecer una persona rarísima pero te juro que no lo soy, solo quise venir a ver cómo estabas y que no tengas nada... —habla rápido y aquello se me hace demasiado tierno porque se nota que estaba nervioso.


—esta bien, Ezequiel. No lo pienso, no te preocupes. Solo es que...


—Micaela Ramírez.


—acá.


—esta todo bien, no te preocupes. No hay nada grave, ahora solo quedan las secuelas del moretón en tus ojos, pero en unos días va a desaparecer.


—muchas gracias.
La enfermera me entrega los resultados y me sonríe amablemente, volviendo a su trabajo.


—ya la escuchaste...
Me levanto y sonrío, él también se levanta.



— ¿Y ya está?


—obvio, muchas gracias por venir, y por preocuparte, ya está todo más que bien...


—ah, b-bueno, yo... Bueno, la verdad es que vine para ver cómo estabas, y estoy muy contento de que esté todo bien, aunque muy culpable porque los ojos preciosos que tenés, se ven mal a causa de los moretones... Pero, también vine porque desde el día en que te vi, y vi tu carita, no me pude sacar de la cabeza tu mirada, y como tomaste mi mano cuando te atendían. Y no me pasó nunca, por eso, dude bastante en mandarte un mensaje o llamarte, porque no quería que no me atendieras ya que fuiste muy cautelosa, bastante respetuosa y no me diste ninguna señal de nada... Y no sé si es loco, pero vine para verte una vez más, invitarte a almorzar, o algo...
Todo aquello me toma por sorpresa, abro los ojos un poco, tratando de procesar la información.





—uhm... B-bueno... Y-yo...

¿Qué diría?
Se veía bastante tierno, respetuoso y buena persona.
Y aunque era raro, debía aceptar que se lo debía, debido a como se había ocupado desde el primer día.
Y también me la debía, obviamente aceptaría un almuerzo gratis.

—en realidad... está bien, sí, acepto tu invitación. Si no vas a salir con nada raro, obvio.
   Le digo mientras sonrío un poco, bromeando.









. . .









   Aquella sonrisa que había aparecido en él, es la misma que me está recibiendo ahora mismo al verme.
Se acerca para acortar los pasos, y me recibe en sus brazos, algo que acepto gustosa.



—hola mi amor, que hermosa estás.



—aun después de tres años, me seguís recibiendo de la misma manera.





—es que todavía, después de tres años, todos los días te amo cada día más, ¿Qué me hiciste?
Me río y me acerco a besarlo. Sonríe y toma mi mano para entrelazarla con la suya, y comenzamos a caminar mientras va saludando a quienes quedan allí, y nos dirigimos a la salida.
Llegar a casa luego de cada partido, y descansar junto a él, era una de las mejores cosas que me habían pasado en la vida.









. . .



Continue Reading

You'll Also Like

7.8M 466K 96
Esta es la historia de Katsuki Bakugou y _____. Dos adolecentes con una misma meta, ser héroes profesionales, pero también un mismo sentimiento. ¿Qué...
690K 56K 85
"Uncanny: una experiencia sobrenatural o inexplicable, extraña o más allá de lo ordinario" Todos los vampiros tienen un compañero destinado, alguien...
134K 2.6K 36
No busco un incomodar a nadie solo son historias Si hay Caps +18 si no te gusta no los leas Subo Caps Lunes,Martes,jueves,Viernes,sábados Denme idea...
1.6K 68 9
en donde todos se conocen desde primer año o donde los chicos inventan un plan para hacer el 5pa5