Así coincidimos || Terminada

By MsMistery19

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¿Existe el amor de una vida pasada en otra vida? Nadie lo sabe. Sus caminos se cruzarán después de que al par... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 44
Capitulo 45
Capítulo 46
Final/Epílogo

Capítulo 43

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By MsMistery19

Pov Calle.

Terminé de escuchar a las chicas y no podía procesar toda la información, pero la verdad su idea no era descabellada y teníamos poco tiempo, pero tenía fe de que todo saliera cómo ellas lo decían.

— Es arriesgado, pero solo así podrás quitarte a Alan de encima para siempre. — Terminó de contar mi prima, suspiré.

Verónica y Camila me habían sacado del tribunal, después de evitar a los paparazzi, llegamos a mi casa para hablar. Por suerte, Poché y Damon no estaban, mi prometida estaba paseando al perro según su nota en el mesón y mi hijo en la escuela.

Hades me lo había informado, después del escándalo con Alan, decidí que lo mejor era tener un guardaespaldas para Damon, así que Hades se encargaba de cuidarlo, un poco lejos para que Damon no tuviera miedo, pero era lo mejor, así estaba más tranquila.

Así que ahora Verónica y Camila estaban dejándome en un limbo, pero su plan tenía que funcionar.

Según lo que me había dicho Vero, es que había investigado y escarbado en el pasado de Alan.

De alguna forma u otra dio con el testimonio de unas cuantas chicas las cuales acusan a Alan de abuso sexual, pero no había resonado tanto ya que la productora en la que trabaja Alan había dado una cantidad de dinero a las revistas para que el asunto quedará en el olvido.

A pesar de que las acusaciones quedarán en el olvido, las chicas seguían seguras de su versión de los hechos, y Verónica lo sabía porque ya había dado con el paradero de cada una de ellas.

En total eran seis chicas... Siete, si me contaba yo.

— ¿Quién dio con el paradero de las chicas?— Cuestioné de pronto con esa duda en mi cabeza.

— La persona me pidió no decírtelo. — Mencionó Verónica.

— ¿Por qué?— Indagué frunciendo el ceño.

— Hay una razón poderosa. — Murmuró. — Pero ten la certeza de que es alguien en quien confías mucho.

Decidí no insistir con el tema, pero estaba atónita por todo lo que las chicas me habían dicho.

No podía entender cómo un violador quería quitarme a mi hijo y tampoco entendía cómo en su momento yo pude sentir amor por él.

El plan de Verónica y Camila era reunir a las chicas, alzar la voz y acorralar a Alan para que confesara su crímen.

Aunque era arriesgado, ya que para eso debía enfrentarlo yo sola, después de la prueba de paternidad. Esa prueba la cual iba a arrojar un falso resultado ya que Verónica iba a sobornar a unos conocidos para que así Alan no tuviera ningún derecho sobre Damon.

Aún cuando eso implicaba que él se viniera a desquitar conmigo. Pero ese era el plan, que se desquitará para que así él cayera.

— Está decidido, no o importan los riesgos, debo proteger a mi familia. — Hablé con firmeza.

— Tenemos todo, solo debes dar luz verde. — Mencionó Camila.

— No estoy acostumbrada a jugar sucio, pero en esto es muy necesario. — Murmuré jugando con mis dedos.

— ¿Entonces...?— Vaciló Camila.

— Doy luz verde. — Acepté tragando grueso. — Pero no le digan nada a Poché.

— Cal...— Murmuró Verónica.

— Por favor, Vero. — Pedí viéndola. — Si le cuento, va a insistir en que no lo haga.

— Está bien. — Aceptó no muy convencida. — Muy bien, que la caída de Alan Stewart comience.

Suspiré y me moví nerviosa en la silla de la mesada, aún no comenzaba el plan y yo estaba nerviosa.

— Debes ayudarme con las cuentas en Twitter. — Mencionó Camila, Vero se disculpaba para responder una llamada. — Mientras más se hable del tema en redes, más rápido será notorio y perjudicará a Alan. — Añadió, asentí con mi cabeza.

Verónica hablaba por teléfono, Camila y yo creabamos cuentas de Twitter con cualquier usuario para subir las pruebas que Camila tenía, así hacíamos un hilo de las pruebas contra Alan.

Mientras yo por otro lado, daba retweet y etiquetaba, al pasar de las horas la noticia se empezaba a viralizar.

— Espero esto funcione. — Musité con dolor de cabeza.

— Va a funcionar, Cal. — Aseguró Camila con media sonrisa. — Haremos todo lo posible para que todo funcione.

— Lo sé, les agradezco todo esto. — Respondí viendo a mi manager, ella sonrió.

— No agradezcas, todo sea por tú bienestar. — Habló dándome un apretón cariñoso en la mano.

Camila y yo seguimos en lo mismo, Verónica terminó la llamada y se acercó a mi pensativa.

— Cal. — Me llamó.

— ¿Qué pasa?— Inquirí escribiendo en la computadora.

— ¿Cómo es eso de qué te vieron en un hotel?— Preguntó de repente, abrí los ojos grandes.

— No sé de qué hablas. — Murmuré carraspeando mi garganta.

— Mujer, estás por todas las redes. — Informó con voz evidente.

— Ay no...— Musité.

Rápidamente dejé de hacer lo que me pidió Camila y ahí mismo en Twitter comencé a buscar las tendencias.

#CalleyPochéjuntas

#CachéenHotel.

#Daniela Calle

#Poché

Solté un suspiro y recargue mi cabeza en mi mano preocupada, mientras veía todos los artículos de chismorreos que estaban lanzando ya.

— Tú puta madre, Patricio estrella. — Me quejé.

— ¿Cómo es posible que las hayan grabado?— Inquirió Camila recargando sus codos en la mesada.

— Había una fan y nos grabó. — Expliqué apenada.

Verónica y Camila se vieron entre si para reír, no era chistoso.

Pude ver cómo en el vídeo salíamos Poché y yo tomadas de la mano saliendo del hotel, mientras la fan después salía diciendo que estábamos en una habitación.

Por supuesto que las revistas de chismorreos tenían muchos artículos con encabezados pasados de tono, Poché y yo siendo la portada.

“¡¿Volvieron?! ¡Es lo que se rumora al ver a la modelo Daniela Calle con su ex Poché!”

“¡Fuentes dicen que Poché la guitarrista del momento se vio salir de un hotel con su ex!”

“¡Atrapadas en pleno cachondeo!

Así y más encabezados habían por todo internet. Me dispuse a ver los tantos comentarios que habían.

🎸 Poché_usame_: Mi loco no te lo puedo creer.

🌻Cachetero_soy: ¡Uno siempre vuelve dónde fue feliiiiz!

🎸LaCuca_3000: Yo digo que P se ve mejor sola.

👤User1234: @LaCuca_3000 ya siéntese señora, váyase a la mierda.

🌻 SoyTuya-Daniela13: MIS MAMIS VOLVIERON YA NO SOY HUÉRFANA 😭.

Hice una mueca, al menos la gente no lo estaba tomando mal.

— Mira el lado bueno, debido a tu regreso con Poché no hablan del juicio. — Comentó Verónica divertida.

— Es algo bueno. — Murmuré.

Las tres nos quedamos en silencio y yo solo podía ver cómo me atraparon en un hotel, no saldría ni a la esquina para la otra.

— ¿Rompieron cosas?— Preguntó Camila rompiendo el silencio.

— ¡Camila!— Exclamé sonrojada.

— Ay solo quería saber. — Se defendió, bufé.

Las chicas y yo nos vimos rápidamente al oír la puerta abrirse, rápidamente Camila cerró su computadora y corrió a la sala para fingir estar en una llamada.

A los segundos entró Poché con Ramón y Damon, sonreí.

— ¡Mamá Calli!— Exclamó Damon abriendo sus brazos.

— ¡Hola tú!— Saludé feliz.

Alcé a Damon en brazos y dejé sonoros besos en su carita, él se reía y yo lo abracé fuerte.

Tenía ganas de que Damon fuera un pequeño bebé que apenas balbuceaba y nadie aparte de mi familia y amigos sabían de él, cuando aún sentía que podía protegerlo.

Damon se separó de mí y pasó sus dedos por mi rostro, reí y lo miré con los ojos entrecerrados.

— Deben decirme que significa eso. — Pedí con un puchero, Damon rió malvado.

— ¿Qué cosa?— Inquirió Poché acercándose a mi.

— Esto. — Hice el gesto en el rostro de Poché, ella sonrió. — ¿Qué significa?

— ¿Se lo digo, mami Potché?— Cuestionó Damon viendo a su madre.

— Nop, díselo otro día. — Abrí mi boca indignada. — Ahora tienes que darte un baño y luego haremos la tarea, mientras comemos gomitas.

— ¡Gomitas, si!— Celebró nuestro hijo.

Damon escapó de mis brazos y salió corriendo a su habitación, cuatro patas resonando en el piso persiguiendo a mi pequeño, reí.

— Hola, amore.

Poché dejó un beso en mis labios que me dejó atontada, sonreí.

— Hola, adorata. — Saludé con una sonrisa. — ¿Así que no me dirás qué significa eso qué hacen Damon y tú?— Insistí Poché rió.

— Eres muy curiosa, y tienes que descubrirlo. — Respondió abrazándome por la cintura, bufé. — ¿Cómo te fue en el tribunal?

— ¿Por qué hablar de eso? Mejor dame besos. — Pedí poniendo mis labios en forma de pico.

— Dani, amore, dime. — Insistió.

Bufé y Poché me vio expectante, pero las chicas salían al rescate diciéndo que se ya se iban, Poché por más información que les quiso sacar no dijeron nada.

— ¿Me estás ocultando algo?— Cuestionó Poché con mirada sospechosa.

— Para nada, bonita. — Respondí encogiendome de hombros.

— ¿Entonces?— Replicó.

No quería mentirle a Poché, pero debía tratar de que todo el plan saliera bien y Alan no hiciera de las suyas con tal de hacernos daño.

— El juez otorgó la prueba de paternidad. — Declaré acariciando sus brazos. — Tengo que llevar a Damon a un laboratorio en dos días para que hagan la prueba y se de un dictamen.

— No puedo creerlo. — Murmuró mi prometida molesta.

— Ya sé, pero no es cómo que haya muchas opciones. — Expliqué con desdén.

— Cuando vea a ese imbécil le voy a partir la cara. — Mencionó.

— No te gastes en eso. — Dije arrugando la nariz, dejando un pico en sus labios.

— Es que no es posible que te haga esta humillación, es inconcebible. — Reprochó María José, suspiré.

— ¿Y qué ganas con golpearlo? ¿Una demanda por su parte? Es un cobarde, solo se desquitará más. — Contesté con obviedad.

— Debo decirte-

— No hablemos de eso. — Le pedí, ella suspiro. — Mejor hablemos de nuestra próxima boda. — Añadí con una sonrisa.

— ¿Quieres hacerlo?— Vaciló con una pequeña sonrisa.

— Aunque no parezca me hace mucha ilusión casarme contigo. — Confesé, llevándola al sofá de la sala.

— A mi también, amaría ya verte convertida en mi esposa. — Declaró con una sonrisa.

Ambas nos sentamos en el sofá y Poché me robó un beso fugaz, sonreí.

— Bueno, aún es un secreto entre nosotras. — Comenté. — ¿Cuándo se lo diremos al resto?

— No lo sé. — Contestó pensativa. — Tendría que hablar con tus padres para pedir tu mano formalmente. — Acotó entrelazando nuestros dedos. — Mafe estará contenta, tal vez si-

— ¿Hablas con mi madre?— La interrumpí frunciendo el entrecejo.

— Ups. — Murmuró Poché divertida.

— ¿En qué momento?— Inquirí picando sus costillas.

— Desde el cumpleaños de Damon ella me pidió perdón ese día y también mi número. — Comenzó a relatar. — Días después me llamó, y me dijo que quería que tuviéramos una amistad suegra y futura nuera, porque sabía que íbamos a volver, yo acepté. — Mencionó riendo. — Entonces ella tomó la iniciativa de hablarme, todas las mañanas pregunta por ti, por mi, por Damon. — Explicó jugando con mis dedos. — Por cómo estoy, incluso me daba ánimos cuando me quería rendir contigo.

— Estoy sin palabras. — Confesé. — Mi mamá y yo hablamos pero nunca me comentó que hablara contigo.

— Si te contará, tú papá quiere enseñarme a jugar golf. — Arrojó, hice una mueca de terror.

— Ay no, no le hagas caso. — Dije rápidamente. — Es un loco con eso, dice que toda su familia y la que forme parte de ella tiene que aprender a jugar.

— Bueno... — Vaciló Poché. — Ya compré los palos de golf, de alguna forma tengo que ganarme al suegro. — Confesó. 

Solté una corta carcajada y Poché me acompañó.

— Me alegra saber que te llevas con mis padres y que me lo hayas dicho tú. — Comenté feliz, haciendo dibujos imaginarios en su pecho.

— Pero si yo te digo todo. — Contestó.

— Algunas cosas me lo dicen terceros, no tú.  — Reproché con ojos enchinados.

— Bueno, tal vez son cosas que no tienen tanta importancia. — Dijo con simpleza.

— Todo lo que tenga que ver contigo me importa, amor. — Le aseguré viéndola a los ojos.

— Me haces feliz. — Murmuró robándome un beso.

— Y tú a mí. — Respondí contenta. — ¿Entonces? ¿Cuándo daremos la noticia de nuestro compromiso?

— ¿Y si traemos a tus padres para que conozcan al mío?— Sugirió mi prometida. — Podríamos ir a la casa de papá, pasar tiempo allá y anunciar el compromiso.

— No me parece mala idea, además ya va a ser temporada de navidad y año nuevo. — Respondí emocionada.

— O sea tú cumpleaños. — Mencionó sonriente. — Parecemos casadas ya. — Bromeó, reí.

— ¿Y la fecha de la boda qué?— Cuestioné alzando una ceja.

— ¿Cuándo es o qué?— Inquirió Poché.

— Viene el invierno así que...— Musité. — Yo digo que en junio o agosto.

— Ay no, ¿me harás pasar frío solita?— Arrojó con medio puchero.

— No, tú vas a calentar mi cama y otras cosas. — Dije coqueta, acostandonos en el sofá.

— ¿A qué te refieres exactamente?— Murmuró mi prometida con voz seductora, reí.

— Que si quieres puedes volver a vivir aquí, con nosotros. — Propusé con una sonrisa tímida.

— ¿Es una propuesta indecente, señorita Calle?— Replicó, dejé mis manos en su pecho y recargue mi mentón en ellas.

— Muy indecente, señorita Garzón. — Dije mientras le guiñaba un ojo.

Poché dejó un cálido beso en mis labios, sonreí en su boca y ella apartó el pelo de mi cara con una pequeña sonrisa.

— Nada me hará más feliz que volver a casa. — Afirmó, suspiré aliviada.

— Muy bien, ¿entonces te mudas otra vez?— Dije divertida mientras jugaba con su cabello.

— Si, porque ya sé que quemaste mi ropa. — Confesó, abrí mis ojos grandes.

— Lila, perra traicionera. — Murmuré, seguramente ella le contó porque solo ella sabía. — Lo siento yo-

— Tranquila, no pasa nada. — Consoló riendo, reí apenada. — Aunque si me modelas la nueva lencería que te dará Victoria Secret no me quejo. — Acotó pícara.

— ¿Cómo sabes de... — Rodé los ojos. — Lila, otra vez. — Concluí, Poché rió. — Aquí no se guarda ni un secreto, eh.

— ¿Nos casamos en junio o qué?— Soltó de pronto, sonreí.

— Veremos. — Le respondí burlona.

Poché hizo un puchero, reí y fue entonces cuando Damon apareció muy sonriente, se lanzó encima de nosotras y los tres nos pusimos a hacer la tarea de Damon.

La matemática definitivamente no era lo mío, lo sabía cuando dije que 4+3 era 8. En fin, Poché se encargaría de esa materia con nuestro hijo.

Luego de hacer la tarea, los tres pasamos el día juntos, viendo películas, abrazados y bajo sábanas, pedimos pizza y entre risas, películas de Disney y ladridos de Ramón pasamos toda la tarde y noche.

Sin darme cuenta me quedé dormida en el sofá, pero no fue hasta más tarde que sentí cómo mi prometida me llevó a la cama en brazos, solo me acurruque en ella para volver a caer en un profundo sueño.

No había mejor almohada que mi futura esposa.

Día de la prueba.

Llené de aire mis pulmones y moví mi pierna con intranquilidad, me sentía demasiado inquieta y sabía el porqué. Lo peor de todo es que me sentía cómo una mentirosa, no pude haberle dicho mi plan a Poché, solo esperaba que todo saliera bien.

Una mano en mi pierna más un apretón de confort me trajo de vuelta a la realidad, miré a mi lado y Poché me veía de una forma única, cómo si yo fuera su mundo entero.

— Todo saldrá bien, amore. — Me consoló con media sonrisa.

— Estoy nerviosa por Damon, él no sabe a qué venimos a este laboratorio. — Murmuré viendo cómo nuestro hijo veía por la ventana del coche.

— Yo me encargué de eso, así que todo estará bien. — Respondió Poché en un susurro.

Suspiré y me recargue en su hombro, ella dejó un beso en mi cabeza.

— Mientras yo este, nada malo les pasará. — Aseguró.

Entrelace mis dedos con los dedos de mi prometida, llevé su dorso a mis labios y dejé un beso en ella, y sin soltarnos las manos seguimos todo el trayecto hasta que finalmente llegamos al laboratorio.

Era más que obvio que la entrada del laboratorio estaba lleno de reporteros y demás, no era nada nuevo, suspiré.

— Hades, ya sabes que hacer. — Demandó Poché al chófer.

— Lo sé, señorita. — Le respondió seguro.

— ¿Es ahí dónde entraremos, mami?— Cuestionó Damon viendo la entrada del lugar.

— Si, mi piccolo diavolo. — Replicó mi prometida. — ¿Recuerdas lo que te dije?

— Esconderme en tu cuello y no mirar a ninguna parte. — Recordó Damon, sonreí orgullosa de él.

— Ese es mi niño grande, yo te voy a proteger, ¿de acuerdo?— Felicitó Poché, nuestro hijo asintió lentamente.

— Si, mami.

— Solo será un momento, cariño, luego nos iremos a casa. — Mencioné acariciando su carita.

— Está bien, mamá. — Aseguró tranquilo.

— Bueno, es hora. — Avisé viendo a mi prometida.

Hades nos abrió la puerta y yo bajé las gafas más grandes que encontré en mi closet para colocarmelas, tomé la mano de Poché y ella con Damon en brazos bajó de la camioneta junto conmigo. La oleada de personas se nos vino encima, cámaras y micrófonos en la cara preguntando estupideces.

En ningún momento solté la mano de Poché, la cual sostenía fuerte a Damon, el cual llevaba su cabecita tapada con un gorro, Hades se encargaba de abrirnos camino, y di gracias a Dios cuando por fin entramos al laboratorio y Hades se quedó en la puerta para no dejar que nadie entrara.

Dentro del laboratorio estaba Verónica, Camila, mi abogado, Alan y su abogado.

— Hasta que llegas. — Soltó Alan.

— Es mejor que te calles. — Reproché asqueada de su presencia, quitando mis lentes y subirlos a mi cabeza.

Alan miró a mi hijo en los brazos de Poché.

— ¿Es Damon?— Murmuró viéndome.

— Si. — Dije tensa, Alan quiso acercarse pero Poché lo impidió.

— Ni se te ocurra. — Advirtió mi prometida colocando un abrigo encima de Damon.

— Yo a ti te conozco. — Comentó Alan, fruncí el ceño.

— Tal vez porque te cogiste a Amelia, ¿la recuerdas?— Declaró Poché dejando a todos asombrados.

— Ah, por supuesto, eras la novia de Amelia ella te puso el cuerno conmigo. — Respondió Alan riendo burlón.

— Y no sabes cuánto te lo agradezco, porque ahora tengo a mi mujer y a mi hijo a mi lado. — Soltó mi prometida tomando mi mano con una sonrisa victoriosa.

Alan se quiso abalanzar sobre Poché la cual sonreía socarrona, pero yo me planté enfrente de ella poniendo una mano en su pecho.

— Basta, acabemos con esto de una vez. — Murmuré con dientes apretados.

— Buenos días, ¿Alan Stewart y Damon Calle?— Habló una enfermera.

— Están aquí. — Mencionó Verónica.

— Por favor, síganme.

La enfermera sonrió amable y nos dirigió, Poché y yo la seguimos después de que Alan persiguiera a la enfermera, por alguna razón las enfermeras tomaron las muestras en salas separadas, pero era mejor a mi parecer.

— ¿Mamá Calli, me van a inyectar?— Preguntó un Damon nervioso.

— No, pequeño, solo vamos a utilizar este hisopo. — Le explicó la enfermera amable.

— ¿Me va a doler, mami Potché?— Cuestionó no muy seguro de la repuesta de la doctora.

— No, para nada, hijo. — Le aseguró su madre. — Si quieres lo hago yo también, así no te da miedo.

— No, yo soy un hombrecito, mamás. — Afirmó Damon, todos reímos en la sala.

— Muy bien, abre la boca Damon. — Indicó la enfermera.

Mi hijo abrió la boca y la enfermera tomó la muestra de saliva, la enfermera sonrió a Damon y lo felicitó por su valentía dándole una paleta.

— Eres muy valiente, eh. — Felicitó, Damon sonrió. — Pueden irse, los análisis estarán en la misma tarde, serán enviados a su correo con el servicio a domicilio del laboratorio. — Me explicó la mujer, asentí.

— Gracias. — Agradecimos mi prometida y yo.

Con Poché salimos de la pequeña sala y llegamos a la recepción del laboratorio, Damon no se despegaba del cuello de Poché. Miré a Verónica y ella sonrió.

— ¿Todo bien?— Inquirió.

— Si, Damon estuvo muy tranquilo. — Mencioné con simpleza.

— Alan se fue, le dije que le cortaría la miseria que tiene cómo pene si seguía aquí. — Soltó mi prima rodando los ojos.

— Lo mejor será ir a comer. — Propusó Poché.

— ¡Comida!— Exclamó Damon saliendo de su escondite.

Todos reímos y Damon se movía cómo una pequeña lombriz en los brazos de Poché.

— Le mantendré al tanto de todo el proceso legal, señorita Calle. — Mencionó mi abogado.

— Muchas gracias. — Agradecí con media sonrisa.

— Hasta luego. — Se despidió el hombre.

— Poch, cariño, ve adelantándote al coche debo hablar con Camila. — Comenté, ella asintió.

— Vale, te espero.

Poché dejó un corto beso en mis labios, me acerqué a Damon y dejé un beso en su frente revolviendo su cabello, mi prometida se marchó con nuestro hijo y quedé a solas con las chicas.

— ¿Cómo va el plan?— Cuestioné inquieta.

— Todo está listo, Cal. — Mencionó Camila, suspiré.

— Lo mejor sería es que comiences a negar vínculos con Alan, la prensa se centrará en él y con lo que hay en redes todo estará explotando de golpe y los medios empezarán a dar títulos. — Explicó mi prima, llené de aire mis pulmones.

— Ok, ok. — Murmuré. — Vero cualquier cosa te aviso.

— Tranquila, si él te busca citalo en un lugar público y ahí estaremos Camila y yo. — Consoló mi prima con media sonrisa.

— De acuerdo, nos vemos luego.

Me despedí de las chicas y me dirigí a la puerta de salida, ahí estaba Hades esperándome, él me abrió la puerta y yo me escondí detrás de mis lentes, los reporteros se me vinieron encima rápidamente.

— ¡Calle, Calle! ¡¿Es verdadero tú vínculo con el actor Alan Stewart?!— Preguntó uno de ellos.

— Para nada, solo estoy siguiendo un protocolo legal. — Declaré con una sonrisa. — El hombre me confunde de persona, pero jamás lo he visto.

— ¡Él afirma otros hechos!— Dijo otro reportero.

— No sé con qué razón, pero jamás lo había visto. — Aseguré viendo las cámaras. — Me parece irrespetuosa su actitud, más con todo lo que se dice de él.

— ¡¿De qué hablas?!— Inquirió una mujer.

— Que es un abusador, hay muchas chicas alzando la voz. — Expliqué negando con mi cabeza. — Por favor, señores, ¿me creen capaz de estar con ese tipo de personas?

— ¡¿Es verdad qué volviste con Poché?!— Preguntó otro, sonreí.

— Más que confirmado, más que feliz con ella. — Afirmé sonriente.

— ¡¿Y el jugador Marcelo dónde queda?!— Cuestionó el mismo reportero.

— Adiós, adiós. — Me despedí sin responder.

Me subí a la camioneta rápidamente y los reporteros golpearon las ventanas, suspiré y miré a mi costado, Poché alzó una ceja, me reí.

— Pensé que no ibas a confirmar nuestro regreso. — Comentó, me encogí de hombros.

— Es mejor que sepan que estás conmigo, así dejan de lanzarte ropa interior. — Reproché, mi prometida rió entredientes.

— La única que me interesa es la tuya. — Susurró en mi oído.

— Boba. — Le solté sonrojada.

Poché dejó un corto beso en mis labios y Hades arrancó el coche para ir a comer y luego volver a casa.

• ────── ♪ ────── •

Miraba la pantalla de mi computadora teniendo una reunión de trabajo, pasé una mano por mi nuca asintiendo todo lo que decía el jefe de la marca a la cual iba a modelar próximamente.

Tenía más o menos dos horas en la reunión, después de ir a comer, Poché, nuestro hijo y yo volvimos a casa, Damon no pudo presentarse a la escuela hoy, así que Poché se había llevado a Damon a su estudio para enseñarle cómo es que su madre hacía música.

Damon era el más feliz.

Escuché el timbre de la puerta y miré hacia el pasillo, pude oír los pasos de Poché y le di una pequeña sonrisa al ver que ella iría a ver quién era.

Nos estábamos poniendo de acuerdo para lo que sería el photoshoot de Victoria's Secret. Un photoshoot del cual mi prometida estaba muy emocionada.

— Si todo sale bien, estaríamos comenzando dentro de 2 meses, ¿les parece?— Habló el dueño de la marca.

— Por supuesto, señor Wexner. — Aseguré.

— Muy bien, estaremos en contacto. — Concluyó el hombre. — Gracias a todos por su tiempo.

Finalmente la reunión acabó y yo pude cerrar la computadora, me levanté de mi asiento y mi trasero agradeció eso, ya que me dolían las nalgas de estar sentada.

Caminé hasta la sala y vi a Poché hablando por teléfono la cual sostenía un sobre en su mano. Me acerqué lentamente a ella.

— Si, estamos en contacto, adiós. — Mencionó colgando la llamada.

— ¿Quién era, Poch?— Inquirí, ella se giró y me vio a mi y luego al sobre.

— Son los resultados de la prueba. — Declaró.

Suspiré y me acerqué a ella, tomé el sobre y Poché me vio con algo de compasión.

— Lo abriremos después. — Contesté arrugando la nariz.

— Cómo tú desees. — Aseguró mi prometida. — ¿Quieres hacer algo?— Propusó con media sonrisa.

— Se me antoja un helado, ¿por qué no vas con Damon?— Sugerí. — Solo debo cuadrar algo con la reunión que tuve recién y los alcanzo.

— No, mejor te espero y nos vamos juntos. — Replicó tomando mi cintura.

Un ladrido nos hizo ver hacia el suelo, Ramón movía su rabo inquieto y esa era una clara señal de que quería hacer sus necesidades, Poché y yo reímos.

A pesar de encontrar a Ramón en la nada, era un perro muy educado, su patita había mejorado mucho así que el veterinario le había quitado el yeso por completo.

Ahora Ramón era un perro muy consentido.

— Creo que no podré esperarte, Ramón debe hacer sus necesidades. — Comentó mi prometida, asentí divertida.

— Ve rápido o te tocará lavar el suelo. — Bromeé.

Poché hizo una mueca y yo reí, ella asintió con su cabeza, dejó un pico en mis labios y llamó a Ramón, el perro se fue detrás de ella.

Un rato después Poché, Damon y Ramón salieron del departamento, les prometí que les alcanzaría luego.

Rápidamente caminé hasta la sala y suspiré tomando el sobre de la prueba, lo abrí y comencé a leer.

Prueba de paternidad.

Conclusión.

Basado en los análisis de los resultados obtenidos del señor Alan Stewart (padre alegado) queda excluido cómo padre biológico de los resultados obtenidos del niño Damon Calle con un 99.99% de negatividad.

Llené de aire mis pulmones, ojalá esté papel dijera la verdad y Damon no fuera hijo de ese imbécil, pero es falso, un falso resultado.

Aunque si lo sigo leyendo me lo puedo terminar creyendo.

Ahora solo tenía que llamarle a Verónica y esperar el llamado de Alan para dar ejecución al plan que tenemos con las chicas.

Salí de mis pensamientos al oír la puerta sonar, dejé los papales en la mesita de la sala y comencé a caminar hasta la puerta.

— ¡¿Se te olvidaron las llaves, Poch?!— Exclamé riendo por lo bajo.

Esbocé una sonrisa y abrí la puerta, pero mi sonrisa decayó cuando lo vi enfrente de mi.

— Alan... — Murmuré tragando grueso, un miedo invadiendo mi cuerpo.

No esperaba que Alan entrara de golpe, me tomó del cuello con su mano y cerró de un portazo el departamento, me hizo hacia atrás y caí al suelo abruptamente haciéndome quejar de dolor.

— ¡Maldita zorra! ¡Eres una maldita zorra!— Gritó fuera de si.

— ¡Lárgate de mi casa!— Espeté arrastrandome por el suelo asustada.

— ¡La prueba es negativa!— Gritó arrojando el sobre arrugado en mi cara.

Los ojos de Alan estaban inyectados de sangre, a pesar de morirme del miedo debía aparentar seguridad, me puse de pie rápidamente.

Sabía que esto pasaría.

— ¡Quisiste engañarme hace 7 años con ese maldito engendro que no es mío!— Escupió con rabia.

— ¡A mi hijo no lo insultas, basura!— Vociferé con odio.

Alan se acercó a mi y me dio una cachetada que me dejó aturdida, parpadee varias veces y me aferré al mesón de la cocina, Alan me tomó del cabello y me jaló bruscamente hacia su pecho.

— Eres la reina de las putas, una puta mentirosa. — Siseó tomándome del cabello y hacerme verlo.

— Suéltame. — Exigí.

Me removí contra él, batallando por salir de su agarre pero Alan me tomó de los brazos, me giro y otro golpe fue a parar a mi cara, él me tomó del mentón y me hizo verlo a los ojos, un chorro de sangre bajando por mi barbilla.

Lo vi furiosa, clavando mis uñas en su pecho pero él solo sonreía con suficiencia.

— ¿Creés qué vas a poder conmigo, zorrita?— Inquirió con una sonrisa llena de burla.

— Mírate, Alan, esta zorrita te hizo creer que tenías un hijo. — Solté riéndome en su cara. — Estás en la miseria y siempre lo estarás porque eres una basura que no puede brillar cómo yo, la modelo mejor pagada, ¿y tú qué eres?— Arrojé, él apretó la mandibula. — Un simple actor de quinta en dónde nadie recuerda sus películas.

— Voy a enseñarte lo que este actor de quinta puede hac-

Alan se callaba de golpe cuando escupí su cara, empecé a reír y él limpió su cara, me tomó del cuello y fue entonces cuando me tiró al piso mi frente dando contra el duro suelo.

— Ven aquí, maldita.

Alan me tomó del brazo y me jaloneo para tirarme al sofá, se subió encima de mi y rompió mi suéter dejándome en sostén. Comencé a luchar con él para salir de su agarre, una patada fue a parar a sus bolas, pero él aún así me sostuvo de las muñecas.

— Voy a violarte cómo la puta que eres, así te voy a sacar de mi cabeza por fin. — Soltó restregandose en mi.

— ¡¿Solo así puedes tenerme?!— Grité luchando con él. — ¡¿Violándome?! ¡¿Tan poco hombre eres?!

— ¡Cállate!— Demandó dándome otra cachetada.

— ¡Nunca me vas a disfrutar, violador de mierda! ¡Nunca!— Exclamé dándole una cachetada.

Alan me vio con odio y rompió el chandal que portaba, comenzó a besarme el cuello, desesperada miré a mi alrededor buscando una forma de huir de él.

Entonces fue cuando alcancé el jarrón que decoraba la sala, fue a dar en su cabeza haciéndolo caer al suelo, rápidamente me puse de pie y corrí fuera del departamento.

Cuando abrí la puerta y corrí hasta el ascensor viendo hacia atrás con miedo, pude ver a Alan sosteniendo su cabeza.

— ¡Ven aquí, Daniela!— Vociferó con voz exigente.

El ascensor se abrió y suspiré aliviada al ver a Poché, ella abrió sus ojos y salió del ascensor tomando mi rostro.

— ¡Daniela!— Soltó preocupada.

— A-alan está aquí. — Tartamudee tapándome con mis brazos, temblando del miedo.

No pude detener a Poché, solo pude ver cómo hacía nudo la correa de cuero del perro y se abalanzaba contra Alan, ella comenzó a repartirle golpes y golpes, sin parar.

Los vecinos salieron y solo pude pedir ayuda a gritos, ellos llamaron a la policía y varias personas alejaron a Poché de Alan, el cual estaba inconsciente en el piso, ensangrentado.

— ¡¿Por qué no me dijiste nada?!— Gritó enojada y a la vez preocupada viéndome con un corte en su ceja, negué con mi cabeza tartamudeando y llorando.

— Lo s-siento yo-

Poché me abrazó de golpe y me dio su sudadera tapando mi desnudez.

— Perdóname, amore. — Susurró con voz rota. — Perdóname no llegar antes.

Poché me abrazó con fuerza y yo pude comenzar a llorar desconsolada en sus brazos, mientras ella me tapaba con su sudadera por completo.

Lo único que recordaba es que la policía llegó minutos después y se llevaron a Alan, Poché en ningún momento se despegó de mi y la verdad yo tampoco quería que lo hiciera.

Todo fue un escándalo y la gente se acercaba, los reporteros y paparazzi no me dejaron tener las curaciones correspondientes en la ambulancia fuera del edificio porque llegaron cómo una ola de mar con sus preguntas.

Todo fue un desastre, pero finalmente Camila nos llevó a su casa y solo ahí todos mis amigos llegaron, me abrazaron y besaron con lagrimas en los ojos al verme viva.

— Hay alguien que quiere verte. — Escuché una voz.

Verónica aparecía con Damon en brazos y yo solo pude soltar lágrimas, mi hijo se lanzó a mis brazos y yo lo abracé con fuerza, escuchando cómo el lloraba asustado.

— Estoy bien, cariño, todo está bien. — Titubeé entre sollozos.

— Tenía mucho miedo, mamá. — Confesó Damon asustado.

— No pasa nada, estoy aquí. — Susurré en su oído dándome confort.

— Todo está bien ahora, piccolo diavolo. — Escuché a Poché abrazándonos.

— ¿Nada malo pasará?— Inquirió nuestro saliendo de su escondite.

— Nunca más, hijo... — Afirmó mi prometida. — Nunca más.

Poché me abrazó y yo me quedé en su hombro, mientras Damon se escondía en mi cuello, el abrazo se sintió cómo un respiro.

Ese abrazo fue una bocanada de aire la cual decía que nada nos volverá a separar y todo estará bien.

















































• ────── Flow llegando ────── •

Todes al ver el sufrimiento de Calle:

Meta: 200 votos.

WEEEEEEY, SE ACERCA EL FINAL.

¿Creen qué los golpes será lo único que le dará Poché a Alan?

Ay no toi bien sensible.

Digan sus teorías.

No hay dato curioso pero si piropo: Ni en el mejor libro de recetas se encuentra la receta de semejante bombón.

Bueno, bais.

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