Narra Lexa.
1.
Me despierto con el brazo de mi novio sobre mi cintura, escucho su respiración ruidosa. Me levanto con cuidado y me pongo un poleron de él encima, me queda grande sobre el pijama. Salgo de la habitación y me sorprendo al ver a gente ya levantada, aunque traen una cara de zombis.
— Buenos días — dice Elisa que toma café junto con Cain.
— Hola.
Me preparo un café cargado y me siento al lado del mellizo de mi novio. Sus ojos azules se ven pequeños.
— Te ves cansado. ¿No deberías dormir? — pregunto mirándolo.
— Me duele el estómago. Tome mucho.
— ¿Quieres remedios?.
— No, gracias. Elisa ya me dio.
Miro a la pelinegra y recuerdo algo.
— ¿Te vi teniendo sexo con Hunter o lo imagine? — le pregunto burlona.
Se pone roja.
— No fue tu imaginación — comenta Cain burlón.
Nos reímos de ella mientras parece el semáforo en rojo.
— No sé cómo pasó — murmura — de la nada estábamos así.
— ¿Pero te gusto? — pregunto curiosa.
— Joder, no hagas preguntas enfrente de un niño.
Me rio divertida junto con Cain.
— Apuesto a que es más pervertido qué nosotras, esta con Kendall — comento divertida — y encima hizo que le diera fidelidad.
— Ayer me dio un miedo — recuerda el rubio — si realmente mal entiende algo creo que me lo va a cortar — noto el miedo en su mirada.
— Está loca, si la veo capaz — le digo sincera.
Con Kendall somos totalmente diferente en cuanto a relaciones. Ella prefiere lo que la hace sentir viva, se guía totalmente por sus sentimientos no por lo racional, si se enoja grita, llora y en el peor de los casos golpea. Ha estado en terapia pero siempre la deja a la mitad, se siente mejor y se da de alta sola.
— ¿De verdad? — pregunta mordiendo su labio inferior.
— No, claro que no — responde Elisa mirándome mal — no haría nada ilegal... O eso creo.
— Gracias por el ánimo — contesta un tanto divertido.
La puerta de Hunter se abre y el castaño mira a Elisa sin saber que hacer, ambos se miran por varios segundos.
— ¿Deberíamos irnos? — me pregunta Cain en un susurro en mi oído.
Asiento. Ambos están tan metidos en su mundo que ni siquiera se dan cuenta que nos levantamos. Vuelvo a mi habitación con café en mano, lo termino y me acuesto otra vez. Christian es cálido para dormir.
Observo su rostro y realmente es guapo, es del tipo de chico que vuelves a mirar en la calle. No soy alguien insegura pero sé que no soy del tipo sexy cómo Kendall o exageradamente guapa cómo Elisa, no soy el tipo de chica que le gusta a la mayoría. Soy pequeña y es en todo sentido, casi no tengo pechos, tampoco trasero y mi piel es tan pálida que se ven mis venas, mis ojos no me terminan de gustar del todo, son grises pero a veces es cómo si fueran negros en su totalidad. Lanzo un suspiro, quizás si soy insegura.
Nunca pienso en Dereck pero él fue un gran detonante para que mi autoestima bajara. Antes, sabía que no era tan bonita pero estaba bien con ello. Cuándo me engaño todo se vino abajo, además que me dejo por alguien que era totalmente diferente a mí, grandes pechos, gran cuerpo curvilíneo. Y eso fue un golpe bajo.
— ¿Amor? — escucho la voz adormilada de Christian.
— ¿Sí?.
— Tengo frío, abrázame bebé — pide acercándose a mi cuerpo.
Sus brazos me envuelven, él es más alto y grande que yo así que quedo totalmente envuelta por su cuerpo. Se siente bien.
Hay una razón por la que mis inseguridades no son un tema con Christian, es que sé que él me ama, estoy segura que el amor que él me tiene solo puede competir con el que me tiene mi papá. Tengo inseguridades por cómo me ven los demás pero no Christian, estoy segura que me puedo poner un saco y aún así él me vería hermosa. Sonrío por la seguridad que tengo en él. Lo amo, lo amo demasiado.
•••~•••
Christian me mira con atención y me rio sin poder evitarlo.
— No te muevas amor — me regaña.
Me siento más erguida y me quedo quieta. Hoy no fue a clases, tampoco fue Cain, así que decidimos tener una cita ya que hace tiempo no teníamos una.
Vinimos a un taller de arte, te puedes inscribir a clases pero también puedes simplemente pagar por algunas horas usando los materiales, eso hicimos nosotros. Veo que Christian esta concentrado en mí, sus ojos parecen traspasarme. Mis mejillas se ponen rojas por su mirada.
Aparto la mirada un segundo. Cuando me siento lista para mirarlo noto que él está tomando fotos con su celular.
— Para los recuerdos — sonríe cómo un niño.
Ruedo los ojos.
Una hora más estoy quieta mientras el mueve su mano sobre el lienzo. Sus ojos celestes me miran por unos segundos y luego vuelve al lienzo. Su concentración lo hace lucir guapo.
— Ya.
— ¿Ya?.
Sonríe.
— Sí, ven.
Me bajo del taburete y camino hasta él. Miro el lienzo y es… Guau. ¿Esa soy yo?. Mis ojos grises se ven más bonitos qué los que veo en mi espejo. Noto que el color de mi vestido es exactamente igual. Lo miro incrédula.
— Dijiste que no eras tan bueno.
— Y no lo soy.
“¿Esta loco?”.
— Pero amor si perfectamente podrías entrar a una academia de artes — digo incrédula — eres… Increíble. Gracias.
Sonríe avergonzado y lo beso porque se ve muy tierno. Pagamos el cuadro y nos lo llevamos a casa.
Fue una buena cita.
2.
Christian me espera para bajarnos del auto pero yo me siento ahogada. La gran casa delante de mí me pone nerviosa. Trato de respirar pero no puedo respirar normal.
— Amor, son mis padres. No te van a comer — dice Christian mirándome con adoración.
— Si no les gusto, no te atrevas a dejarme.
Se ríe y deja un beso sobre mis labios.
— Jamás.
Asiento y al fin salimos del auto. En la mano llevo la caja de donas, según Christian esto les gustará más que un vino o algo así. Mi novio toma mi otra mano y la puerta se abre antes que toquemos.
La mamá de Christian es hermosa, realmente no hay otra manera de describirla. Piel pálida pero no tanto, ojos celestes, labios qué están en perfecta armonía con su rostro y su cabello rubio es muy bonito. Es alta y delgada, no excesivamente cómo yo pero definitivamente es delgada. Athanasia destila elegancia y me hace sentir pequeña.
— Pasen, pasen.
Ambos le hacemos caso y la miro sin saber que decir. Mi cerebro se acaba de ir.
— Mamá. Ella es Alexandra Evans. Mi novia.
Ella me sonríe. Acabo de notar que Christian tiene su sonrisa.
— Un gusto, soy Athanasia.
— El gusto es mío — miro la caja en mi mano — su hijo me dijo que le gustaban las donas.
Sus ojos brillan en cosa de segundos.
— Ya me agradas — se ríe.
Incluso su risa es linda.
Escucho alguien acercarse y entra un hombre alto, rubio de cabello ruloso, igual a los rulos que veo cada mañana. Y sus ojos son muy azules, incluso más que los de Cain. Y su cara, joder. ¿En esta familia son todos modelos o qué?.
— Me perdí las presentaciones — sonríe ladino — pero un placer, soy Giovanni. El padre de él.
Que guapo es, mierda. Siento mis mejillas rojas y debo recordar que es el padre de mi novio.
— Un gusto, soy Alexandra.
Saluda a su hijo y noto que se parecen más a su papá que a su mamá, Christian solo saco el color de ojos y la sonrisa de ella porque es una versión más joven de su padre.
— Mi hijo me dijo que te gustaban las pastas — me habla su madre.
— Sí me gustan. Gracias.
Mi novio vuelve conmigo y en guía hasta la sala, noto que esta todo servido en la mesa de la cocina. Vamos a allá y me siento al lado de Christian.
— ¿Quieres bebida, jugo o vino? — me pregunta el señor Giovanni.
— Jugo por favor.
Es de frutilla. Christian toma bebida y sus padres igual.
— Nuestro hijo nos ha hablado mucho sobre ti — empieza diciendo la señora Athanasia con una sonrisa — gracias por cuidarlo hasta ahora. Lo siento también por involucrarte en discusiones familiares. Me disculpo por si mis hijos han causado problemas.
Me sorprendo un poco, no creí que sacaría el tema tan rápido. Christian me dijo que era tan directa cómo yo pero no creí que así.
— No se preocupe, Christian no es ninguna molestia. Me gusta tenerlo cerca en realidad — confieso — además es bueno ordenando.
Se ríen.
— Cain es el desordenado.
— Mantiene su desorden en la pieza que usa — comenta Christian.
Como un poco y esta muy bueno. Le preguntan a Chris sobre Cain y él les dice que esta bien y sigue vivo. Lo miro incrédula y él me mira un segundo antes de volver a hablar.
— Tenemos un trabajo juntos en clases y hemos estado viendo eso. Y con Kate ya no se hablan pero parece estar bien con eso, ya parece haberla superado algo.
La señora Athanasia lo mira divertida pero su papá no se corta en reír.
— Lo siento, es que Cain me había dicho que era así contigo pero ni yo lo creía — me dice su papá — y nosotros pensando que sería indiferente, estábamos preocupados por lo desconsiderado qué podría llegar a ser.
— No es nada desconsiderado — digo mirándolo.
— Es que él siempre a sido un poco serio — me cuenta su mamá — además de que no tiene tanta paciencia.
— Gracias por su apoyo eh, los amo también — dice sarcástico mi novio.
Nos reímos de él. La cena sigue entre conversaciones de la infancia de Christian y es una sorpresa escuchar que era un «pequeño demonio de Tasmania» cómo dice su papá.
— Ya que Athanasia siempre pudo estar en casa con ellos, nunca tuvimos que pedirles que se comporten de alguna manera para no molestar a los demás. Christian se vino a calmar y ser más cómo es ahora cómo a los 13 años — me cuenta su papá — aunque siempre fue un sabelotodo, se metía en problemas porque era un listillo y se creía por eso. Trataban de molestarlo por ser así pero al final quién molestaba a quién era él al otro.
— En mi defensa, mis compañeros eran unos idiotas. No eran muy diferentes a monos — comenta Christian con aire de superioridad.
Este chico tiene su ego académico por las nubes.
— Dices lo mismo de tus compañeros actuales — le recuerdo divertida.
— Es que no han evolucionado.
Niego divertida. Sus padres también se ríen bajito.
— ¿Y tú, hija única? — pregunta su madre mirándome.
— Sí. Aunque no fue tan solitario, incluso ahora tengo amigos que son igual de molestos que los hermanos — digo con una sonrisa ladina.
Ellos se ríen.
—Christian me contó de ellos, tienes buenos amigos — comenta su papá — yo con mis amigos ya los llamo una vez a las miles y nunca conviví con ellos.
Ese es uno de mis grandes miedos, alejarme de ellos mientras más adulto soy.
— Espero que no seamos así, hemos pasado por mucho juntos.
— No creo que se separen — intercede mi novio — tus amigos y tú comparten la misma neurona, estarán bien.
Lo quedo mirando divertida. Su manera de calmarme a veces es particular. La comida termina y la verdad, no fue terrible cómo creí.
Mi novio me lleva a su habitación para mostrármela y veo muchas cosas; pinturas, lienzos en blanco, libros, una batería, una guitarra, zapatillas de fútbol. Todo en su lugar porque es Christian.
— Tenías muchos hobby — comento pasando una mano por su escritorio.
— Si no lo intentas todo no sabes qué se te da bien.
Volteo para mirarlo.
— ¿No tienes fotos de pequeño?. Presiento que eras cómo un principito.
Sonríe mientras se acerca.
— ¿Eres mi rosa entonces?.
No he leído muchos libros pero definitivamente leí el principito.
— Solo si soy la única para ti incluso si hay un montón igual a mí.
Sonríe aun más amplio, lo conozco lo suficiente para saber que esta feliz que haya entendido lo que quería decir.
— Eres la única para mí. Nadie más.
Su mano viaja a mi mejilla y me besa con lentitud, nos besamos con calma, disfrutando el momento. Hasta que la puerta se abre y vemos la sonrisa burlona de su padre. Ay, Dios.
— Supongo que no quieren postre.
Christian rueda los ojos.
— Adiós papá.
— Que mal educado, no te crie así — contesta igual de burlón y cierra la puerta cuando se va.
Escondo mi cabeza en su pecho. Le digo que yo sí quería postre y bajamos, su madre nos sirve helado con frutas picadas. Alguien toca la puerta y noto que ellos se miran unos a otros, parece que no esperaban a nadie más.
El señor Giovanni va a abrir, escucho los saludos y luego los pasos venir. Es una chica muy bella, pelirroja de ojos verdosos.
— Hola, ¿es un mal momento? — pregunta mirando a todos por un segundo.
¿Quién es?.
— Amor — me llama Christian y lo miro — es mi prima, Astrid.
Ella me mira con curiosidad y decido presentarme.
— Hola, soy Alexandra.
— ¿Lexa? — pregunta ella con ojos grandes y emoción en ellos. No entiendo — ¿esa Lexa?.
Christian asiente y yo no entiendo nada.
— Eres muy bonita, entiendo que Christian haya estado detrás de ti — dice con entusiasmo — guau, no creí conocerte tan rápido. Sé que mi primo es lento y no le tengo fe siendo un buen novio pero es muy devoto a ti, tenle paciencia.
— No me ayudes tanto A — comenta con sarcasmo Christian.
— Solo estoy diciendo lo que debe saber.
Me sorprende que todos en su familia lo vean así, cómo frío y lento, pero Christian esta lejos de ser así. Es un chico muy tierno.
— En fin, vine porque mi padre se enojo conmigo — dice la chica sentándose en el sillón — me estoy escapando de su hermano tía — dice hacia la señora Athanasia.
— Estoy segura que ya sabe que estas aquí — comenta la rubia mayor.
La pelirroja suspira.
— Lo sé, es cómo Dios. Todo lo sabe — se queja — ¿Puedo quedarme? — hace un puchero hacia los padres de Christian.
— Avísale a Blake — dice el señor Giovanni — no quiero que se enoje conmigo por ser tu cómplice.
— ¿Le tiene miedo? — pregunta la pelirroja burlona.
— ¿Acaso lo dudas? — le contesta él con una mueca.
La señora Athanasia se ríe pero llama a alguien, supongo que al famoso tío Blake. Christian me habla tanto de él que hasta siento que ya le tengo miedo.
— Entonces… — sonríe la pelirroja hacia nosotros con ojos brillantes de curiosidad — ¿Cuánto llevan? ¿Cómo te pidió ser tu novia?.
— No tienes que contestar — me dice Christian — es igual de copuchenta que mi papá y la tía Olivia.
— Hey, mi mamá le dice recopilar información — se defiende ella.
— Blake dice que si no te vas a casa a más tardar mañana él mismo manda a gente a buscarte — llega diciendo la señora Athanasia.
— Joder, tengo que llamar a Brooke — murmura.
— Brooke es su hermana gemela — me dice mi novio.
La pelirroja se levanta para hablar por celular.
—¿Quieres que nos vayamos? — me pregunta mi novio en mi oído.
— ¿Crees que es un buen momento? — contesto en un murmuro.
— Definitivamente sí.
Sonrío divertida. Christian se levanta y va a buscar a sus padres.
— ¿Se van?.
— Sí, ya la conocieron y vendremos más seguido — contesta Christian pasándome mi abrigo.
Lo tomo.
— Sí, vendremos más. Me encantó la comida y fue un gusto conocerlos — digo con una sonrisa.
— Gracias por venir.
Nos despedimos de su prima y vamos al auto. Nos subimos y doy un gran suspiro, él se ríe.
— ¿Tan malo fue? — pregunta divertido.
— No, son increíbles pero dios que nervios — digo recargándome en su hombro.
Me da espacio para calmarme un momento y luego nos vamos. Mientras conduce lo miro.
— ¿Por qué no eres así con tu familia? — pregunto curiosa.
— ¿De que hablas?.
— Dijeron que eres más serio y frío. Te he visto conversando con mis amigos, no eres malo ni nada de eso pero no eres. Ya sabes. Así.
Me mira por un segundo.
— No me siento cómodo siendo tan abierto con otras personas — me cuenta y nota que quiero escucharlo más — mientras más demuestras más sensible eres, creo que solo me acostumbre a pensar en protegerme a mi mismo. De más niño era más cómo Cain pero era agotador lo mucho que se aprovecharon, dinero, tiempo, incluso me robaron cuando iban a casa — me cuenta sin mirarme — simplemente note que mientras más bueno eres peor te tratan.
— No es justo que el que no cometió un error cambie y el qué sí siga igual — comento con mi ceño fruncido — eres maravilloso siendo el chico atento, cariñoso y sensible que eres conmigo. Me siento especial pero me gustaría que más personas te vieran cómo yo lo hago.
— Creo que piensas demasiado bien de mi — se ríe bajito — soy egoísta Lexa, además de ambicioso, también soy tan crítico que rozo lo cruel. No soy lo que dices.
— Eres demasiado duro contigo mismo — comento pasando una mano por su cabello.
— Tú eres demasiado buena.
— ¿Eso es malo?.
— No — sonríe — pero me da miedo que alguna vez se aprovechen de eso. No quiero que cambies, no quiero que no pienses que el mundo es un lugar bueno y que creas lo peor de la gente.
— ¿Crees lo peor de la gente? — pregunto y él me mira por un segundo.
— Espero lo mejor pero sino lo son no me sorprende.
— Eso es triste — comento mirándolo por un segundo — hay personas malas pero eso no hace que todo el mundo lo sea. No podría vivir creyendo lo peor.
— Lo sé y me encanta eso de ti.
— ¿Cómo lo supiste al principio?. Me conociste y te guste, no sabías si era buena persona o no.
— Te lo he dicho, me enamore a primera vista. Tuve suerte y eres una buena persona, sino se me hubiera pasado y hubiera seguido con mi vida. Eres hermosa pero eso no es suficiente para tener una relación.
— ¿Cómo que no me hubieras amado si fuera mala? — bromeo haciéndome la indignada.
Se ríe.
— Las chicas malas no son mi estilo.
— ¿Y en la cama? — le pregunto divertida.
Se sobresalta un poco y me rio.
— No digas eso cuando estoy manejando.
Me rio. Lo amo demasiado.
3.
Christian se va a su departamento y lo sigo. Quiero verlo. No es el mismo edificio qué su hermano.
— Pensé que estarías junto con Cain.
— Es muy en el centro, no me gusta. ¿Qué te parece?.
— Que no es nada cómo tú, pero esta lindo.
Es un estilo moderno y se ve frío, no hay mucho, solo sillones, una mesa gris y sillas. Hay muebles vacíos.
— Va a ir tomando forma después.
— ¿No crees que es innecesario teniendo en cuenta que el próximo año te mudas?.
— Sabes que quería mudarme — me recuerda con su ceño fruncido — Solo quiero la experiencia antes de que me toque hacerlo a la fuerza.
— Está bien, si es lo que quieres.
Me acerco a su boca y nos besamos. Su mano rápidamente cae a mi cintura y luego baja hasta mi trasero.
— ¿Quieres estrenar el departamento? — murmuro sobre sus labios.
— Sí.
Sus manos en mis piernas me hacen subir a su cadera, me lleva a la isla de la cocina. Abro mis piernas, tengo un vestido y solo traigo bragas. Christian lo entiende y quita la ropa interior.
— Estas mojada — murmura pasando sus dedos por mi feminidad.
— Quiero que lo metas — digo sobre sus labios.
Se desabrocha el cinturón y se ayuda con su mano para meterlo. El vestido molesta así qué yo misma me lo quito.
— Amo tus pechos, me gustan.
Pasa sus manos y me sube el brasier, sus manos los amoldan y muerde un pezón.
— Mas rápido — digo tomándolo del cuello para besarlo.
Narra Caden.
1.
Un mes al fin terminado. Odie cada segundo y sobre todo porque me hicieron filmar cómo mil escenas. Le envío un mensaje a Lexa y mis hermanos avisándoles qué voy a volver.
— Caden.
Me tenso al solo escuchar su voz. Doy vuelta y la veo, una chica que a simple vista es hermosa pero es la más cizañera qué hay.
— Hola.
Se muerde el labio y finge ser tímida, odio a los actores por esto, nunca sé cuándo son sinceros o no.
— Quería disculparme por decirle a los demás lo que me dijiste. Lo siento. No era mi intención dañarte, en serio, no creí que todo escalaria tanto — trata de tomar mi mano pero no la dejo — ¿por qué no intentamos llevarnos bien?.
— No, no tengo ganas de llevarme bien contigo, ni con nadie de aquí. Deja de hablar de mí con otros y ya, ¿no quieres que empiece a hablar cierto? — le pregunto con sarcasmo.
Su expresión cambia, se vuelve dura y cínica. Esa apariencia le queda mejor.
— Por esto es que no te llevas bien con nadie. Eres un poco hombre y sabes a lo que refiero — se burla — di lo que quieras, a diferencia de ti soy querida. Si no fuera por esa cara bonita que tienes ya te habrían tirado a basura.
— Lo mismo contigo. No tienes talento pero te ves sexy en la cámara y eso es lo único que vales. Jamás vas a ganar un premio y yo ya tengo 3.
Y me voy dejándola roja del enojo. Esa chica es de lo peor y hay muchas así, simplemente con una cara bonita y buen cuerpo ya tienen el trabajo.
2.
Al llegar al aeropuerto veo a mi familia y a Lexa esperándome. Me acerco con una sonrisa y el primero en abrazarme es Cain, luego Lexa, Christian y mis padres.
— Te ves bien súper estrella — molesta mi papá revolviendo mi cabello.
— Gracias.
— ¿Cómo has estado? — me pregunta la chica que ahora tiene un tono rubio más tirado a amarillo.
— Bien, remedios a la hora y he estado mejor. Volver a la rutina no fue tan malo.
— Eso es bueno.
Asiento. Los chicos se van en el auto de Lexa y yo me subo con mis padres. Llegamos a casa y noto que la rubia se integro bien en la familia.
— ¿Cuándo se estrena la película? — pregunta Cain.
— A final de año. Todavía queda.
— ¿Te fue bien filmando? — pregunta Christian — ¿nadie te molestó?.
Recuerdo los chismes de pasillo pero no quiero decirles.
— Todo bien.
Comemos y al final de la tarde estoy sentando con Lexa a mi lado. Cain con Christian están hablando con papá sobre un trabajo de la secundaria.
— ¿Y ya tienes lista la planificación del viaje o no? — me pregunta con una sonrisa ladina.
Lo único que me entretenía cuando estaba en la soledad de mi hotel era hacer eso.
— Sí, mira hice 3 — le muestro en mi celular — uno es por todos los pueblos. Otro ya es por continentes, no sé si quieres salir del país así que es una opción.
Toma mi celular y los mira.
— Este se ve bien — comento — por Forks me compro. Me vi esas películas y siempre quise ir al pueblo. Además vamos a estar en un clima qué me gusta. ¿O querías otro?.
— Ese era mi favorito — digo sincero — no tenía ganas de salir del país pero supuse que igual sería interesante.
— Quizás a otro viaje. ¿Cuándo nos vamos?.
— Quiero ver mis exámenes de sangre y irme bien. ¿La próxima semana esta bien?.
Asiente.
— Avísame cuanto sale. Y no hay otra opción. Si pagas todo ya no voy.
Para ser tan pequeña es muy demandante cuándo quiere.
— Vale. Esta bien.
Asiente y se levanta para ir con Christian, se siguen viendo bien juntos. Mis padres me contaron que están viviendo juntos, creo que van muy rápido pero si es cómo quieren ir ellos esta bien, es su problema.
3.
Christian besa a Lexa una vez más y sus amigos se despiden de ella.
— Es más guapo en persona — escucho que murmura una de las amigas de Lexa viéndome.
La rubia la hace callar y me rio bajito.
— Oye, cuídala. Le pasa algo y te culpo a ti eh — me dice el castaño con voz seria.
— Prometo cuidarla.
Ya se lo prometí cómo mil veces a Christian.
— Déjenlo, por Dios. Lo van a asustar — dice la rubia llegando a mi lado.
— Que te vaya bien — llega Christian — cuídala pero también cuídate tú. Si necesitas ayuda por favor ve al hospital o algo así.
— Voy a estar bien — ruedo los ojos.
Algo que no entienden de la depresión es que no es un estado constante, a veces te sientes bien y a veces es la subida antes de caer lo más bajo que puedes. Nunca se sabe cuál es hasta que estás ahí.
— Bien.
Lexa se despide una vez más y al fin vamos a embarcar.
— Te quieren mucho — comento — nunca creí que las amistades fueran así.
— Quizás porque no tienes fe en las amistades. No crees que realmente alguien pueda quererte.
— Quizás este cambiando eso — murmuro mirándola — gracias por llamar cuándo estaba allá. Me ayudo hablar con alguien que me viera, ya sabes normal.
— Eres normal — se ríe — deberías empezar a verte así.
Y dice que vamos atrasados, toma mi mano mientras corre cómo una niña que hace una travesura. Lleva buzo y un top, una chaqueta en su mano y se ve realmente relajada.
Y por desgracia, mi corazón late por primera vez por alguien más y es agradable sentirlo.
Primero perdón por la demora, la Universidad me esta matando 😭
Ahora les tengo una pregunta. ¿Que creen que pase en el viaje?. ¿Que esperan?.
Por si alguien no entendió ya paso otro mes, que era el mes que Caden tenía que trabajar, en ese tiempo estamos ❤️
Gracias por leer.