unfaithful. ㅤ© spkity. ㅤ

By sskjrr

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Luego de recoger a su hijo por primera vez a la escuelita y encontrarse con el profesor de su cachorro, surge... More

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NO ES CAP.

𝟶𝟸

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By sskjrr

El pequeño llanto ahogado proveniente del jardín donde sus pequeños se encontraban jugando llamó rápidamente su atención. Una pequeña punzada se instaló en su pecho y le hizo soltar un pequeño jadeo, adolorido y asustado al pensar en que alguno de esos cachorros podría estar herido. 

Movido ante la idea de que alguno de sus pequeños se hubiese lastimado salió corriendo fuera del aula y buscó con la mirada al dueño del llanto. Pudo ver a Bobby, junto a Juanaflippa y Dapper corriendo alrededor de los columpios y el tobogán, mientras Leonarda y Chayanne jugaban con una pelota azul y a Talullah que se dedicaba a tocar la flauta desde arriba de la pequeña torre y Trump que le seguía con una pequeña armónica. Faltaba alguien. 

La desesperación llegó a su cuerpo cuando notó la ausencia del más pequeño del grupo, Ramón. Manteniendo una pequeña sonrisa para no preocupar demasiado a los infantes fue andando por todo el patio, hasta llegar a los pequeños arbustos donde nacía el llanto frustrado. Apenas ponerse de cuclillas cerca pudo escuchar pequeños hipidos, indicando que había encontrado al dueño.

Rápidamente se acercó hasta los arbustos y separó algunas ramas hasta apartarlas por completo, encontrando al pequeño Ramón en posición fetal, limpiando los rastros de lágrimas en sus mejillas con la manga de su suéter azul. Parecía asustado o quizás frustrado y eso le hizo sentir de nuevo esa punzada en el pecho.

── ¿Ramón? ──llamó en un tono dulce y bajo, para no alarmar ni mucho menos asustar al menor. No quería causarle más llanto.

Los ojitos acuosos del niño conectaron con los suyos rápidamente. Quackity se sintió desfallecer al notar las lágrimas acumuladas en los ojitos violetas del niño y el pequeño mohín en sus labios, en conjunto a las mejillas sonrosadas con pequeños rastros de las lágrimas derramadas con anterioridad.

── ¿Qué tienes, mi amor? ──usó el mismo tono de voz una vez más, aun manteniéndose en la misma posición.

El pequeño sollozo que dejó salir el niño fue suficiente para invitarlo a aprisionar al cachorro en sus brazos y repartir pequeñas caricias en su alborotado cabello para calmarlo. No le gustaba escucharlos llorar. El niño dejó salir de nuevo el llanto al recibir la calidez de su pecho y su aroma relajante revolotear a su alrededor.

Durante varios minutos permaneció abrazando al niño, llamando la atención de los demás infantes, que, curiosos fueron a ver lo que estaba pasando. Quizás habían hecho oídos demasiado sordos al llanto de su amigo como para ver lo que le sucedía.

──Llora todo lo que necesites ──, dejó un pequeño besito en su cabeza. ──Después puedes contarme que sucede para poder ayudarte, ¿sí? ──murmuro quedito sin dejar de acariciar los cabellos oscuros del menor, recibiendo un pequeño asentimiento entre sollozos ahogados.

Pudo sentir los ojitos curiosos de Bobby y Chayanne sobre él, y con una pequeña seña les dio a entender que siguieran jugando. Los pequeños convencidos fueron de nuevo a seguir jugando sin cuestionar mucho.

Minutos más tarde Ramón dejó de llorar, pues cayó rendido ante el llanto quedando dormido en sus brazos. Quackity se sintió mucho más tranquilo y tratando de ser lo más cuidadoso posible levantó al pequeño en brazos, cargándolo para llevarlo dentro del aula. Ante su acción, los demás niños fueron detrás de él y tomaron asiento en sus respectivas butacas, guardando silencio y mirando al mayor con su amigo entre brazos arrullándolo para que siguiera durmiendo.

Ninguno de los menores se atrevía a decir absolutamente nada, por lo que, Bobby, aburrido y sintiéndose raro ante el silencio fue hasta donde estaban cada uno de sus amigos y les susurro un ligero "no hagan ruido, vamos a dibujar". Quackity agradeció mentalmente al menor de cabellos oscuros y overol azul por la idea y admiro como los niños comenzaban a dibujar y dejaban de prestarle atención.

Aún con el pequeño Ramón en sus brazos fue a sentarse en la silla detrás del escritorio. Tomó como pudo su móvil y miro la hora, en cinco minutos más estarían ahí los padres de sus alumnos, por lo que no se molestó en mandar un mensaje a Fit, el padre del menor que dormía plácidamente recargado en su hombro.

Los pasitos llamaron su atención rápidamente, por lo que levantó la mirada y pudo notar la cabellera rubia de Chayanne, quien con sus manitas dejó una hoja sobre el escritorio. Dejando salir una pequeña risita ante la acción tan tierna del menor tomó entre sus dedos la hoja, notando como había un dibujo de él siendo atravesado con una espada. Sus cejas se elevaron ante la sorpresa y una mueca se hizo visible en sus labios.

Era claro a quien no le caía bien.

A pesar de sentirte ofendido por el dibujo del niño rubio abrió un cajón en el escritorio y lo dejó dentro, ya tendría tiempo para enseñarlo a sus padres. Se dedicó a calificar las actividades que habían hecho sus alumnos antes de salir al receso para matar el tiempo.

── Profe... ──la vocecita de Bobby llamó su atención rápidamente.

── ¿Sí? ──mostró una amable sonrisa.

La sonrisita del niño con overol azul le hizo sentir calidez instantánea: ── ¿Ya vendrá mi papi por mí? ──ante la pregunta simplemente respondió con un ligero asentimiento.

── Seguro ya debe estar afuera, ¿puedes ir a ver, por favor? ──ni siquiera había terminado de articular la pregunta y el menor ya estaba de camino a la salida para abrir la puerta.

Ante los grititos emocionados del menor saludando a su padre dejó salir una pequeña risa y se levantó suavemente de la silla, sosteniendo al chiquillo de orejitas afelpadas para que no se despertará.

── Es hora de irnos a casa, peques, guarden sus cosas. ──informó de manera vaga yendo hasta la puerta para asegurarse de ver el rostro de todos los padres y así poder dejar a los niños salir.

Se extraño al no notar el rostro de Fit, el padre del menor al que mantenía en sus brazos. Sin embargo, no se preocupó, estaba seguro que muy probablemente estaría viniendo de camino.

── ¿Quackity? ──escucha sacándole de la burbuja en la que se había enfrascado sin querer, buscando al dueño de tal voz, encontrando al rostro divertido y confundido de Roier, su mejor amigo.

── ¡Roier, hola! ──saludó sonriendo.

Roier sonrió en respuesta cruzándose de brazos, divertido: ── ¿Qué haces con Ramón en brazos, wey? ──la pregunta le da gracia, pero antes de siquiera poder responder siente unos pequeños bracitos abrazando sus piernas.

Ambos miran hacia abajo encontrando a Bobby. Roier ignorando aquello se arrodilla y apenas lo hace el menor le abraza emocionado por ver a su padre. De nuevo comparten una sonrisa cuando Roier recupera la postura con el niño en sus brazos.

── ¿Nos dejaron tarea, Bobby? ──bromea Roier mirando a su hijo, quien niega de manera energética.

── No, no hay tareas hoy, quiero que disfruten este fin de semana. ──informa Quackity sosteniendo mejor al pequeño Ramón.

── Ta bien, pero dime, ¿por qué traes a Ramón en brazos? ¿Le pasó algo? ──la preocupación en la voz de Roier es clara, podría no caerle muy bien su padre, pero no evitaba que se preocupará por él.

Quackity se encoge de hombros sin saber que decir, pues tampoco sabe la respuesta.

── No sé, estaba llorando hace un ratito, pero cuando fuí a ver no me dijo nada y cuando lo abracé se quedó dormido. A lo mejor se sentía mal o le dolía la pancita, no sé. ──responde sin dejar de moverse de un lado al otro meciendo al menor en sus brazos al sentirlo tratando de despertar.

── Mmh, ¿y no se habrá caído o golpeado? Nomás te recuerdo que su papá es Spreen y si ese cabrón ve al niño golpeado y eso, te puedes dar por muerto. ──un escalofrío recorrió todo su cuerpo al escuchar las palabras de Roier.

── ¿Le vez algún golpe? ──pregunta nervioso moviéndose de un lado a otro para que el castaño pueda analizar al niño. Roier niega rápidamente y se encoge de hombros.

── Pues no se le ve nada, wey, pero igual dudó que le hayan hecho algo los demás niños. ──las palabras de Roier dan vueltas en su cabeza.

No vio a nadie peleando y contrario a burlarse los demás niños se habían mostrado preocupados por el menor, por lo que descartaba esa posibilidad. Trató de recordar en si alguno de los niños se había comportado de manera grosera con el pequeño osito en sus brazos, pero no encontró nada.

Sus labios se entre abrieron, pero las palabras no salieron. Roier soltó una carcajada al notarlo mudó, cosa que le hizo molestar al sentir como Ramón se abrazaba con fuerza a su cuello y comenzaba a medio sollozar aún medio dormido.

── Cállate, cabrón. ──regaña sin importarle ser grosero o mantener un perfil profesional y educado. Roier pide perdón entre pequeñas risitas y asiente.

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amigo como me da tristeza la relación de spreen con mi bebé ramón, literalmente cada vez que los veo juntos la canción de daddy issues de the neighborhood suena en mi cabeza de manera automática. 🥺

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