unfaithful. ㅤ© spkity. ㅤ

𝟷𝟷

aviso: hay escenas vulgares a continuación, si no querés leer, no lo hagas, yo aviso nomás por las dudas.
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satisfaction.
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Sus pasos por el departamento eran lentos y pausados, su cabeza dolía ante la ausencia del aroma tranquilizante de su alfa y su cuerpo ardía, tan sólo tocar su propia piel era suficiente para saber que había caído de lleno en el celo. Su cabeza solo pedía a gritos al alfa de cabellera negra y ojos amatista. Su entrada chorreaba de manera desmedida el lubricante listo para ser tomado en cualquier segundo.

Suspiro agotado y se dejó caer sobre la isla de la cocina, sus piernas estaban comenzando a fallar y si eso pasaba significaba que estaría en el suelo lo que restaba de la noche. Se sostuvo como pudo de la enorme mesita de mármol y trató de levantarse poquito a poco, sin embargo, sus fuerzas eran casi nulas.

El timbre sonó llamando su atención. Formando una débil sonrisa trató de nuevo de levantarse, esta vez manteniéndose en pie con mucho esfuerzo. Arrastrando sus pies camino hasta la puerta, apenas la abrió, el rico aroma del alfa inundó sus sentidos.

── Dios. ──el tono sorprendido que había empleado le daba a entender lo mal que se veía.

── Ayúdame. ──pide con un ligero y débil susurro, sintiendo de nuevo sus piernas flaquear. Los brazos fornidos de Spreen le toman con fuerza evitando que caiga al suelo, cosa que le hace soltar un jadeo ante el toque.

── ¿Necesitas algo? ¿Supresores? ¿Qué-...? ──no dejó que terminará, solo lo necesitaba a él.

Aprovechando la cercanía que había entre ambos se abalanzó a sus labios y los presionó con los ajenos en un casto beso. Spreen no rechista ni se aparta, solo se limita a mantenerse cerca y disfrutar del aroma embriagante del omega. Durante algunos segundos se permiten disfrutar del pequeño beso.

Pero la paciencia de Spreen es poca, por lo que toma el control en el beso y comienza a mover los propios sobre los ajenos, creando un baile perfecto. Quackity le sigue. Se mueve un poco aún abrazando al menor y deja la bolsa con el vino tinto sobre un mueble cercano, sin soltarlo ni separarse del beso, aprovechando la distracción del menor para morderlo.

El ligero sabor metálico invade su boca, provocando una sensación deliciosa en sus pupilas gustativas. Rasga ligeramente de nuevo la piel de los labios ajenos, exigiendo más del cálido y metálico líquido carmín, sacando un sonoro gemido adolorido del menor. Sonríe entre el beso y lo alza en sus brazos, exigiéndole abrazar sus caderas con las piernas.

Las palabras no son necesarias para entender lo que ambos quieren, después de todo, Spreen no tiene otro objetivo más que disfrutar del cuerpo del omega.

Tocando libremente el cuerpo ardiente y suave del menor por debajo de la grande camiseta azul camina hasta el sillón de cuero en la pequeña sala. Los chasquidos de sus labios y la saliva entre su beso necesitado iniciaban una atmósfera llena de deseo puro.