NARRA MADDY
Una semana.
Llevaba una maldita semana ignorándole.
Ignorando sus llamadas.
Sus mensajes.
Las veces que había venido a la puerta y mi hermana o Frenkie le habían hechado.
Me hubiese podido decir cualquier cosa, que lo le hubiese perdonado.
Pero yo no era un amuleto de la mala suerte.
Yo me preocupaba por él.
Estaba dispuesta a dejar mi carrera por él.
Quería contárselo esa noche, pero no lo hice.
Me habían llamado de mi antigua agencia de Nueva York para el mayor desfile de la maldita historia.
Con el cual me clasificaba para ganar el premio a la mejor modelo.
Pero para eso tenía que irme a Nueva York seis meses.
Ni siquierq Lara estaba invitada al desfile.
Me querían a mi.
Y yo estaba dispuesta a decir que no para quedarme en Barcelona con él.
Pero él me consideraba un amuleto de la mala suerte.
Tenía que dar una respuesta mañana por la mañana y yo seguía sin tener ni idea de que hacer.
Quería hablar con él.
Tenía que hacerlo.
Me dolía que pensase eso de mi.
Pero aún así, después de una semana encerrada, me digné a ducharme, vestirme y salir de mi habitación.
- ¿Maddy? ¿cómo estás? -Mikky se alegró de verme salir al instante.
Se levantó del sofá y vino hacia mi.
Me envolvió en un abrazo que casi me deja sin respiración, pero no me aparté.
De alguna forma, necesitaba ese abrazo.
Frenkie nos miraba desde el sofá.
- Si te das prisa, puede que aun no haya arrancado. -comentó mirándome.
¿Acababa de venir?
Solté a Mikky y salí corriendo por la puerta.
Llovía como nunca.
Vi como su mini, justo, arrancaba.
- ¡Pedri! -grité con todas mis fuerzas, corriendo detrás de él.
El coche paró en seco y aparcó de nuevo.
Ni siquiera apagó el motor al salir, dejó la puerta del conductor abierta y corrió hacia mi.
- Maddy, lo siento, joder, lo siento tanto, no eres ningún amuleto de la mala suerte, eres mi suerte, solo estaba enfadado y lo pagué contigo. -empezó a hablar mientras la lluvia le empapaba el pelo y hacía que se le pegase en la frente.
- Siento mucho que no puedas jugar el próximo partido. -contesté.
Él me cogió de los brazos, sin saber muy bien que hacer.
- Pedri.. -murmuré.
- Dime, dime todo lo que necesites decir, por favor. -habló, seguro.
- Me han ofrecido el mejor desfile del mundo, en Nueva York, pero tengo que irme durante seis meses. -lo solté de golpe, como cuando te quitas una tirita para destapar una herida.
Su cara pasó de la sorpresa, a la decepción en un solo segundo.
Luego sonrió.
- ¡Eso es genial, amor! -aseguró.
Pero no le veía convencido.
- Iba a quedarme, iba a decir que no, por ti, para quedarme a tu lado, aquí en Barcelona. -admití.
Esta vez, sonrió de verdad.
Pero no dijo nada.
- ¿Cuándo tienes que irte? -preguntó y yo no entendí nada.
- Mañana tengo que dar mi decision. -contesté.
¿Él quería que yo me fuese?
- Tendrás que llamarme cada día, y querré ver todos los conjuntos con los que desfiles. -empezó a hablar.
Y mis lágrimas se juntaron con la lluvia que caía con fuerza sobre los dos.
No sé si se dio cuenta de que yo estaba llorando.
Pero envolvió mi cuerpo con el suyo.
- No es nuestro momento, Maddy. -susurró contra mi pelo.
Yo también lo sabía.
Los dos teníamos que sanar por completo antes de poder querernos de verdad.
- No quiero alejarme. -sollocé.
- Estarás bien, iremos a ver tu desfile, todos, y ganarás ese premio y miles más. -siguió calmándome.
- Te quiero, love. -lo miré a los ojos, sintiéndome vacía.
- Te quiero, amor. -contestó.
Sus labios encontraron los míos, húmedos por la lluvia y temblorosos por el miedo a perdernos.
- ¿Prometes que me llamaras cada día? -pregunté, levantando mi dedo meñique.
Él entrelazó su dedo con el mío.
- Lo prometo, no es un adiós, Maddy. -contestó.
Y cuando separamos los meñiques, supe que todo se acababa aquí.
Que no iba a volver a verle hasta dentro de seis meses.
Que él tenía que curar.
Y yo también.
Y que si el destino no era muy caprichoso, volvería a juntar nuestros caminos.
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es cortito, pero es un final..
Y SI, DIGO FINAL
DE LA PRIMERA TEMPORADAAA
MAÑANA OS SUBIRÉ DOS CAPS DE ESTA, DE LA NUEVW TEMPORADA, QUE SERA DESPUES DE LOS SEIS MESES QUE PASARA MADDY EN NUEVA YORK.
¿RESPIRÁIS? JAJAJAJAJAJAJ