Larga historia

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NARRA MADDY

Me estaba terminando de arreglar, más nerviosa que nada.

Necesitaba ese trabajo.

Para poder buscarme un piso y tener mi dinero.

Aunque aun me quedaba bastante de lo que había ganado en Nueva York, no pensaba depender de Mikky siempre.

- Estás guapísima, Madds, te cogerán sin dudarlo. -aseguró ella.

Había contactado con algunas de las agencias de modelos que había por aquí y me habían llamado de la mejor de todas.

Estaba muy nerviosa, porque sabía a lo que me enfrentaba y odiaba las entrevistas.

No medía un metro setena ni estaba delgadísima, pero mi cuerpo había dado mucho que hablar en Nueva York y tenía tantas referencias buenas que sabía que iban a cogerme.

Yo sola había construido mi camino y no pensaba dejarlo ahora.

- Te aviso luego al terminar la entrevista, gracias de nuevo por todo, Mikky. -me giré para abrazarla, ya lista para irme.

- ¿Cómo vas a la entrevitsa? Frenkie puede llevarte. -me dijo ella al separarse de mi.

- Tengo un chófer. -sonreí y ella me miró con las cejas levantadas.

- ¿Quiero preguntar? -se rio.

- Es Pedri, ayer hicimos una apuesta y la perdió. -me reí.

- Es un buen chico, Madds, ve con cuidado, no estás bien para meterte en una relación aun. -habló y yo me encogí un poco.

Lo sabía.

- Solo somos amigos, al igual que con los Pablos, sé lo que pasó, estoy bien, no te preocupes. -aseguré.

Pero no lo estaba.

Esa noche seguía repitiéndose una y otra vez en mi cabeza, cada vez que cerraba los ojos.

- Tengo la primera cita con la psicóloga pasado mañana, no te preocupes. -calmé la situación de nuevo.

- Sigo sintiéndome culpable por lo que te pasó, si esa noche Frenkie y yo hubiésemos podido venir, no habría pasado eso. -se culpó y yo cogí sus manos.

- No fue tu culpa, Mikky, deja de pensar eso, estoy bien, mírame, estoy aquí contigo. -la calmé de nuevo y ella  volvió a abrazarme.

- ¡Pedri está aquí! -gritó Frenkie desde abajo y yo me separé de ella.

- Suerte, hermanita. -me animó y yo salí a toda velocidad hacia abajo.

Pedri estaba apoyado en el marco de la puerta, con una camiseta manga corta y un pantalón negro.

Qué guapo.

- Buenos días, chófer, ¿nos vamos? -le saludé y él soltó una risita.

- Vámonos, copilota. -me dejó pasar primero y me subí a su mini verde, que me señaló.

Le di la dirección y el la puso en el gps, arrancando directo hacia ahí.

- ¿De qué es la entrevista? -preguntó, la música sonando de fondo.

- Me han llamado de una agencia de modelos, ojalá me cojan aquí y pueda seguir con mi carrera que tenía en Nueva York. -expliqué.

- Seguro que sí. -me calmó y yo sonreí.

- ¿Vendrás a ver mis pasarelas si me cogen? -le miré de reojo, con una sonrisita.

- No, ¿a parte de ser chófer, también guardaespaldas? eso va a subir el precio. -comentó y supe que me estaba vacilando.

Capullo.

- Aun no me has dicho el precio por llevarme, así que pide por esa boquita, love. -le empujé la mejilla con un dedo y el rio.

- Hemos llegado y creo que vas a llegar tarde si no bajas del coche ya. -se paró y yo me quité el cinturón, intentando abrir la puerta, pero no se abrió.

- ¿Me abres o qué? -me quejé.

- Un beso, ese es el precio. -contestó y yo abrí mucho los ojos, mi corazón se aceleró y me puse nerviosa de inmediato.

- Estás soñando un poquito, love. -me reí.

Pero me moví y besé su mejilla de forma lenta.

- Me vale por ahora, suerte en la entrevista, ¿te espero? -preguntó sonriendo cuando yo salía del coche.

- Si me esperas no tendré que coger el metro. -hice un puchero.

- Ve para adentro, estaré aquí. -aseguró y yo di un saltito y salí corriendo hacia el edificio.

Entre y me cogieron al instante.

Después de mostrar mi currículum, dar unas cuantas vueltas, que me tomasen medidas y mil cosas más, me aseguraron que estaba dentro.

Y que en poco tiempo sería mi primera pasarela.

Estaba tan feliz que salí dando saltitos del edificio, buscando el mini verde de Pedri.

Cuando lo vi, él estaba apoyado en el coche, con una bolsa de cartón en la mano y unas gafas de sol.

Corrí hacia él.

- ¡Me han cogido! -grité llegando a su lado.

- No me sorprende, Maddy, he estado mirando tus pasarelas y tus fotos mientras te esperaba, eres muy buena. -me entregó la bolsita, y dentro había un café, que agradecí un montón.

- ¿Has visto mis fotos en ropa interior también, Pedri? -le piqué y vi como se sonrojaba.

Maddy 1 - Pedri 0

- Las he visto todas. -aseguró él muy seguro.

- ¿Nos vamos? -me reí entrando al coche.

Él arrancó mientras yo abría la ventana y el aire ya cálido me movía el pelo.

Apoyé mi cabeza en la ventana, adorando el aire.

- ¿Por qué te fuiste de Nueva York si tenías tu carrera ahí? -preguntó y la pregunta me tomó por sorpresa.

No me giré para mirarlo, seguí dejando que el aire me golpease.

- Es una larga historia. -murmuré.

- Tengo tiempo. -contestó.

- A veces las cosas no salen como una quiere y hay personas que se encargan de eso, personas malas que no merecen vivir. -contesté yo y él tardó más en responder.

- ¿Te fuiste por un chico? -preguntó.

- Me fui por dos, en concreto, pero es mejor así. -contesté y mi tatuaje en el hombro me escoció al recordarlo todo de nuevo.

- Tienes los ojos tristes, Maddy. -habló de nuevo cuando aparcó delante de casa.

Lo miré sin entenderlo muy bien, sus ojos marrones me miraban y sentía que podían ver mi alma a través de los míos.

Me sentí desnuda ante él y eso no me gustó.

No podía.

No ahora.

No después de eso.

- ¿Quieres otro beso, chófer? -pregunté cambiando de tema por completo.

No contestó.

Pero me acerqué a su mejilla y dejé un pequeño beso.

Bajé del coche y casi corrí hasta la puerta, con el corazón acelerado y sus ojos clavados en mi espalda.

Me había visto, y no como lo hacían todos.

Él veía debajo de la capa de felicidad que dejaba ver a todos los demás.

Y eso no me gustaba en absoluto.

Lo odiaba.

No podía verme, no podía dejar que quitase las capas y viese el desastre que había debajo.

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maddy esconde algo y pedri tiene claro que va a descubrirlooo, ¿que creéis que es? ;)

Strangers +18 - Pedri GonzálezWhere stories live. Discover now