ADELINA vivió una vida algo... Vacía después de la muerte de su amor de la infancia, se podía decir que lo superó, no que se llegó a enamorar de alguien de nuevo, pero si pudo volver a sentirse aunque sea un poco bien aunque siempre había días buenos y días malos.
El tiempo pasó y las propuestas de matrimonio llegaban a ella con cada vez más frecuencia, ninguno le interesaba realmente pero se admite que sintió un especial cariño por el joven con el que había contrajo nupcias.
Jade de Galtea, heredero del ducado Galtea, el matrimonio de ambos fue concertado por los padres de Jade, y Adelina no se quejaba pues el chico la trataba de manera amable y caballerosa. Entre los nobles siempre se hablaba de la buena relación de la duquesa de Galtea y su esposo.
Unos años más tarde, una noticia sacudió al reino entero pues en un viaje acompañando a su esposo, Adelina de Galtea contrajo una misteriosa enfermedad en Megalópolis, una ciudad importante de Tesalia.
Durante dos meses la joven duquesa fue tratada por numerosos médicos, pero ninguno pudo detener el abrumador y rápido avance del misterioso padecimiento.
Finalmente, Adelina de Leúcade, la duquesa de Galtea... Dio su último suspiro durante la noche del 22 de *Hecatombeón. Ella murió mientras suplicaba una segunda oportunidad a los Dioses, y deseando felicidad a su pequeño sobrino recién nacido, pero nadie nunca supo eso.
El mismísimo Emperador, Ares Elian de Leúcade, organizó el funeral de su hermana, delegados de muchos reinos presentaron sus condolencias en el velorio. El luto de la ex-princesa duró tres semanas con nobles y plebeyos llorando a la difunta princesa de Tesalia.
Adelina despertó exaltada después de su extraño sueño. Mientras seguía recomponiéndose se dio cuenta de que sus huesos no dolían como había estado sintiendo cada día desde hace dos meses.
Mientras fruncía el ceño, se levantó de la cama y camino un poco antes de darse cuenta de que esa no era su habitación, se le hacía familiar pero...
▬Princesa Adelina. ▬Un suave toque en la puerta la sorprendió, la inconfundible voz de Nadia se escuchó. ▬Princesa ¿puedo pasar? Debemos prepararla para el desayuno real princesa.
Princesa, había pasado bastante tiempo desde que alguien la llamaba así, pero... ¿Por qué la llamaban así? La habitación, su cuerpo, su título todo era característico de su pasado... Ella, ella ¿había viajado en el tiempo?
No, recordaba mucho acerca de como o cuando murió, pero recordaba estar en una especie de Limbo, un lugar más allá de la muerte, pero alejado de la vida, un escalofrío la recorrió entera al tener un recuerdo muy vívido.
"Recibe y da en igual magnitud, serás juzgada por tus actos provechosos y la bondad en tu corazón"
¿Quién es?
Puedes llamarme Uriel, la jueza del infierno
Osea que había llegado al infierno y la habían devuelto, interesante.
Las palabras de aquel ser, la habitación en la que se encontraba, su apariencia incluso, todos eran signos inequívocos de que estaba en su habitación en el palacio imperial. Desconoce la razón de esta segunda oportunidad, pero sin duda alguna, no va a cometer los mismos errores que en el pasado.
Oh no, claro que no, esta vez peleará y destruirá a aquel demonio con rostro de ángel.
Nadia la sacó de sus pensamientos, su sirvienta principal. ▬Debe prepararse princesa, el desayuno comenzará en una hora.
Sin darle tiempo a responder, la castaña guio a la princesa hacia una puerta con decorados blancos y dorados que Adelina recordaba que era su baño cuando aún residía en el palacio Imperial.
Disfrutó del baño mientras sus sirvientas alistaban su vestido para el desayuno, una vez terminó su ducha, Nadia la peinó mientras el resto de sirvientas alistaban su vestido lila.
Salió de su habitación y caminó hasta el comedor imperial a paso firme y seguro, su mente ocupada en los sucesos que podría cambiar por esta nueva oportunidad... Podría salvar a Alfonso, aquel rubio de corazón puro que había robado su corazón desde el primer momento en que se encontraron.
Lo salvaría... Lo salvaría aunque fuera lo último que haga.
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▬Padre. ▬Reverenció Adelina a su progenitor, que estaba sentado a la cabeza de la mesa, luciendo tan joven y vital como hace mucho no lo veía, pues su enfermedad había acabado la apariencia física y la salud mental de toda la familia.
▬Hija, toma asiento por favor. ▬Respondió su madre, la emperatriz, que estaba sentada al lado derecho del emperador mientras acariciaba con cuidado su vientre. Adelina asintió y tomó asiento a la izquierda de su padre, un asiento separada del emperador, pues ese lugar le correspondía a su hermano.
▬Es bueno ver que tu salud mejoró, temíamos que ya era hora de llamar de nueva cuenta a Volco para que te revisara.▬ Habló el emperador mientras tomaba un poco de jugo.
▬Afortunadamente fue solo un resfriado que no pasó a mayores. ▬Acotó la emperatriz.
▬Es verdad, temía que podía tratarse de la enfermedad que surgió en...▬Adelina fue interrumpida por algunos toques en la puerta del salón, poco después un criado entró en la habitación.
▬Majestad, tiene correspondencia apremiante del reino de Etruscan. ▬Habló el sirviente una vez llegó al lado de su majestad mientras extendía una bandeja plateada con un sobre de carta en su centro.
▬Gracias,▬ Marcos Aurelio tomó la carta con sobre dorado mientras le daba una mirada calculadora, intentando averiguar el motivo.▬ Puedes retirarte ahora.
El sirviente se retiró, y el emperador abrió el sobre y empezó a leer su contenido mientras de fondo se escuchaba la charla de su esposa y su hija.
Apreciado Emperador de Tesalia... bla bla bla... bla bla bla... Celebración en honor a la prosperidad del reinado en...
▬¡Maldita sea! Lo olvidé por completo.▬ Negó el pelinegro mientras pasaba una mano por su cabello, mostrando su estrés. Diana miró preocupada a su esposo, mientras Adelina intentaba recordar algún suceso próximo relacionado con Etruscan▬ ¿Qué voy a hacer?
▬Marcos ¿Sucede algo?▬Preguntó la rubia preocupada.
▬Sucede que olvide por completo la celebración que se hace en honor a los veinticinco años de reinado del rey de Etruscan, y ellos están solicitando mi presencia en la celebración.
Ah, así que era eso, estaba en la época en la que en algunos meses conocería a Alfonso, también esta era la época en la que su hermano mayo formalizaba su compromiso con la princesa Atenea, del reino Vastian.
▬¿Cuál es el problema con eso?▬ Preguntó confundida la emperatriz.
▬La celebración dura una semana que se caracteriza por eventos sociales tanto para el pueblo como para la nobleza, tendríamos que quedarnos una semana, el problema es que es la misma semana que invitamos a la realeza de Vastian para formalizar el compromiso de Ares.
Diana y Adelina se miraron mientras la rubia pensaba en una solución, pero Adelina fue la primera en sugerir la solución que su madre había dado en su anterior vida.
▬Puedes mandarme a mí o a Aria como representantes a Etruscan, así tu ausencia no provocará malentendidos.
▬Adelina tiene razón, lo mejor será enviar una carta explicando la razón de tu falta.▬ Completó la emperatriz.
▬Es cierto... Será más prudente que vallas tú Adelina, pues realmente dudo que Aria pueda ausentarse de sus deberes como duquesa de Terre.▬ Decidió Marcos Aurelio.
Adelina asintió mientras intentaba retener su sonrisa emocionada, ▬Así será padre, lo mejor es dejar que Aria se concentre en sus nuevas responsabilidades.
▬Bien, ven más tarde a mi oficina para informarte de los protocolos y celebraciones a las que deberás asistir.
▬Si, padre.
Las puertas del comedor se abrieron y entró Ares y Aria, quienes parecían bastante enojados el uno con el otro.
▬Madre ¿ya escuchaste lo que quiere hacer Ares para proponerle matrimonio a Atenea?▬ Preguntó Aria enojada mientras miraba a su hermano.
▬Me temo que no lo he escuchado ¿Qué pretendes hacer Ares?
▬Voy a llevarla al jardín real y...▬El rubio empezó a hablar pero su hermana lo interrumpió en tono enojado, casi indignado.
▬¡Quiere proponerle matrimonio en la fuente! ¿No es eso demasiado informal? ¿Cómo se te pudo ocurrir algo así?
▬Pues así lo quiero hacer yo, cuando te cases podrás opinar del tema.▬ Le discutió el mayor.
▬Ambos, cálmense ahora.▬ Dijo el emperador renegando divertido.▬ Ares, ¿porqué lo quieres hacer en la fuente?
▬Es un lugar muy pacífico padre, y pensaba pedir a la servidumbre que pusieran una carpa sencilla para poder cenar antes de decírselo. ▬Habló Ares mientras se sentaba al lado izquierdo de su padre.
▬Yo creo que es una buena idea.▬ Habló Diana por primera vez. ▬Además Aria querida, es la propuesta de tu hermano, solo a él le corresponde decidir como se lo dirá.
▬Agh, bueno, está bien.▬ Contestó Aria rendida.▬ Pero yo te ayudaré con eso, tu si que eres pésimo para las decoraciones.
Toda la familia rió, pues Aria tenía razón y Ares no tenía buen ojo para las decoraciones, después trajeron la comida y todos empezaron a degustarla entre pláticas amenas.
Adelina sonrió feliz, pues hace mucho que no comía en una mesa sin sentirse sola.
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AUTHOR'S NOTE
Así que... ¿a que hora pasas por el pan guapx?
Ok, no ¿Qué les parece el capítulo? Siento que le falta algo pero no se que 😥 pero bueno, díganme que opinan ¿sip?
No me dejen en flop, plis ;(