En mi propia trampa

By ElenaAlvarado_

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German Castillo era el típico chico popular por el cual todas las chicas se derriten. Tenía el mundo a sus pi... More

No llegue tarde
Con ella es diferente
Tenes miedo
¿Podemos hablar?
Nunca es tarde
Parte del plan
No necesito eso
¿Qué se siente?
Demasiado tarde
Me mentistes
Te odio
Alguien más
Mi amor
Un imposible
¿Qué te hace sentir?
¿Cambiaría algo?
Mi tipo
Bueno para vos
Acordate de mí
Olvidastes algo
Lo que importa
Es nuestro
Por amor
Siete meses
Acá es

Dejate mimar

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By ElenaAlvarado_

GERMAN POV

Segundos después llego el doctor y nos despidió del hospital. Angie condujo a su casa sin decir nada. Me ubico en el asiento trasero de mi auto ya que el de copiloto estaba repleto de sangre, que ahora estaba seca. Aun llevaba puesta la camisa sucia, llena de sangre y el olor que desprendia la tela me estaba mareando. Al llegar a su casa salimos del auto y ella me ayudo a entrar. me pregunte si ella tenia la misma preocupación que yo, el que Leonardo hubiera hecho algo a la casa una vez lo dejamos solos. Recorrimos la larga planta baja observando cada detalle. Todo estaba en su lugar y la única evidencia que dejaba ver que allí habia tenido lugar la pelea era un charco de sangre cerca de un mueble de madera. La observe estremecerse al pasar al lado del charco, le asustaba el recordarlo. Sin decir nada me indico que subiera las escaleras y ella me siguió. Ya conocía parte del segundo nivel, su cuarto para ser mas exacto. De pronto recordé ese dia en que llegue a su cuarto y ella me confeso que tenia novio. Involuntariamente me detuve y me gire a verla. Ella se detuvo y me observo con el se;o fruncido. Me pregunte si las cosas habían cambiado entre nosotros desde ese momento. Que pasaría ahora que ella sabia que Leonardo no era mas que un farsante? Me daría una oportunidad o me odiaría por contárselo todo?

-Que?-pregunto ella extra;ada ante mi aletargamiento.

Sonreí levemente y me hizo a un lado, para dejarla pasar.

-Nada.

Ella me observo, desconfiada pero después de unos segundos me paso de lado y ella tomo la guía. Caminamos hasta el fondo del pasillo y entramos a lo que yo ya sabia era su cuarto. Rosado, lleno de posters y grande. Como lo recordaba. La mujer entro y se dirigio a un mueble. Saco unas cuantas sabanas dobladas y las dejo sobre la cama.

-Creo que serán suficientes pero si te da frio solo avísame.

Frunci el se;o y me acerque a ella.

-Como? Voy a dormir aca?

-Si.

-No, Angie... no puedo aceptarlo. Es tu casa y...

-Yo puedo dormir en el sofá. Vos necesitas espacio por tu brazo y la cama es lo suficientemente grande.

-Demasiado, me parece- a;ado viendo la cama en la cual perfectamente podían caber dos personas y aun asi seguir comodas.

Ella se paso una mano por el cabello y luego se metio lasmanos en los bolsillos traseros, sin saber que mas decir. La observe con una sonrisa ladeada y dije:

-Te pronpongo algo. Yo duermo aca pero... si vos dormis conmigo.

De inmediato note como sus mejillas se ruborizaron y la chica bajo la cabeza.

-Cada quien en su lado, claro- a;adi divertido por su reacción.

Ella subio la mirada y se dispuso a protestar, pero la calle antes de que dijera palabra.

-No acepto un no por respuesta.

Ella volvo los ojos y accedió a lo que le pedia. No podia creer que íbamos a dormir en la misma cama, juntitos y... << basta German, calma tus hormonas>> me exigi a mi mismo. Ella se dio la vuelta y saco dos frazadas mas, de seguro serian para ella. torci el gesto, me hubiera gustado que nos cubriéramos ambos con una sola. Mis ganas de besarla ya eran algo incontrolable, no habia noche que no so;ara con ella y el solo verla me hacia temblar.

-Bien, nos quedaremos qca pero solo porque te tengo que cuidar, eh?- a;adio levantando las cejas y el dedo índice.

Sonreí y me encogi de hombros. <<Como tu digas, preciosa>>.

-Queres algo de comer? Supongo que tenes hambre.

-Un poco- confese al sentir como mi estomago gru;ia solo de escuchar la palabta hambre.

Ella se dio la vuelta y se dispuso a bajar las escaleras. La observe desaparecer y resople. El tiempo se me estaba acabando o mejor dicho la paciencia. Pasamos toda la tarde matando el tiempo. Preparamos una lasagna deliciosa, de la cual solo pude ponerle queso pues Angie no me habia dejado hacer nada mas. La casta;a habia llamado al colegio y habia excusado su ausencia con una "emergencia familiar". Por parte mia lo único que necesitaba era un permiso firmado por el medico, explicando que habia tenido un percanse y por eso no habia podido llegar. <<Bien, la escuela no es algo por lo cual ruegue ir>> pensé, disfrutando la idea de pasar todo el dia con Angie. Ella revisaba mi herida constantemente, pendiente de que todo fuera bien. Jugamos cartas un rato, después vimos una película de comedia y asi logre que se distrajera un poco. La casta;a estaba muy callada y sabia que en gran parte era por el enga;o de su exnovio. No podia entender como la habia lastimado. Angie era una bomba de sensual. Era guapa, inteligente, linda, dulce, inocente, considerada, le encantaban los videojuegos y no era nada superficial. Como un hombre podria necesitar mas que eso? Involuntariamente me gire a verla mientras ella veía la película fijamente. Era la cuarta película que veíamos en el dia y al parecer era su favorita. Era romántica y se trataba de una chica que se mudaba a un nuevo pueblo y encontraba el amor. Habíamos decidido ver la película en su cuarto y ahora ella estaba sentada con las piernas cruzadas y apoyando su mentón en una almohada. Sonreí, se veía linda e inocente en esa posición. Me alegraba que ya estuviera mejor y que se hubiera olvidado de sus problemas por un rato. Aun no sabia si debía desearle feliz cumplea;os o no. Como se lo diría? No podria decirle que fuera feliz si había pasado uno de los peores días de su vida. Tenia que hacer algo para mejorarlo.

-A donde vas?- me pregunto ella viéndome levantarme.

-Ya vengo-conteste ponienome los tenis que habia dejado a los pies de la cama.

La deje en la parte mas interesante de la película asi que estaba seguro de que no podria investigar nada de su sorpresa de cumplea;os. No seria algo muy grande pero quería que fuera especial.

Después de hacer los arreglos necesarios volvi a subir las escaleras y la encontré a medio llorar. Era el final de la película y Angie estaba ensimismada en verlo. Espere a que terminara y los créditos salieran en la pantalla para hablarle.

-Te gustan las películas de amor, no?-pregunte entretenido viéndola secarse las lagrimas con el dorso de la mano.

Ella me vio apenada y asintió con la cabeza mientras reia. Rei junto a ella, causándome gracia como las mujeres podían llorar con cualquier cosa. Me acurruque debajo de las sabanas y la vi ver el reloj. Ella torcio el gesto y se bajo de la cama.

-Son las siete, no queres algo de cenar?-pregunto poniéndose sus sandalias.

Abri los ojos como platos, no podia dejarla bajar o veria la sorpresa.

-No! Digo, no aun. Todavía es temprano podemos hacer algo mas, no?

Ella me observo con el se;o fruncido hasta que solto una risa natural, después se metio a la cama y se quedo viendo los créditos de la película, como si estos fueran interesantes.

-Como esta el brazo?

Rei.

-Bien, Angie. No tenes porque preguntar a cada ratos- conteste entre risas.

Ella bajo la cabeza, apenada y comenzó a jugar con sus dedos. La boserve con curiosidad, habia cambiado de humor demasiado rápido y ahora parecia triste. Habia dicho algo mal?

-Perdon- se disculpo ella, con tono leve- es que... me... me asuste mucho. Pensé que seria algo grave.

La sonrisa desaparecio de mi rostro y me sentí un tonto. Angie enserio se habia preocupado y mucho. Sentí mi corazon dar un vuelvo al ver como el reflejo de la televisión chocaba contra sus ahora brillosos ojos, llenos de lagrimas. Me sentí torpe y no supe que hacer. Pensé que la habia logrado calmar un poco pero su preocupación seguía allí. Lentamente me pegue a ella y pase mi brazo por debajo de su cabeza, ella se acerco a mi y refugio su rostro en mi pecho.

-Fuiste muy valiente- susurre acariciándole la cabeza con mi mano libre- de no ser por vos no estaría aca.

-No... no debiste haberme defendido- balbuceo ella aferrándose mas a mi- pensé... pensé que te iba a perder.

En ese instante se me cerro la garganta y me di cuenta de que habia actuado sin pensar. Le habia hecho da;o a Angie, enserio la habia lastimado aunque hubiera peleado por evitar precisamente eso... el que no la lastimaran. Habia sido un egoísta desconsiderado. Por un momento considere como hubiera sido si hubiera sido Angie la de la pelea. El verla herida, débil y lastimada me hubiera puesto igual o peor que ella. El pensar en eso me rodeo de miedo y supe que ella debía de sentirse de esa manera. Baje la cabeza y le di un beso en la cabeza, calmandola. Ella se preocupaba por mi y eso me llenaba de ilusión.

-Lamento haberte hecho pasar un terrible cumplea;os- musite acariciándole la espalda.

Ella rio por lo bajo y negó con la cabeza.

-He tenido peores. Me alegra que estes bien, no me lo perdonaría si te pasara algo- contesto mientras se aferraba mas a mi - te quiero demasiado como para verte lastimado.

Ahí mismo, en ese preciso y mágico momento me sentí... completo. Habia dicho que me quería, no era presisamente un "te amo" pero ya era un avanze. De pronto sono el timbre y supe que mi sorpresa habia llegado. Angie no se movio, permaneció aferrada a mi y sabia que tenia miedo a separarse y mostrar su debilidad.

-Angie, tengo que ir a contestar- le dije separándola levemente de mi.

Ella bajo la mirada, escondiendo su tristeza. Sonreí enternecido y levante su mentón con delicadeza.

-Te quiero- le dije con una sonrisa.

Ella sonrio tímidamente y asintió con la cabeza, indicando que ella también lo hacia. Mas feliz que nunca me incline hasta depositar un beso en la comisura de su boca, que le robo el aliento.

-Ahora vuelvo.

ANGIE POV

Habían pasado cinco minutos desde que German bajo a abrir la puerta y aun no habia regesado. Me habia quedado sentada en la cama, con la sensación de sus calidos labios sobre mi rostro. El chico en el primer nivel era el amor de mi vida, de eso no me quedaba duda. Siempre habia so;ado con que German Castillo me diera tan siquiera la hora. Nunca imagine que estaríamos en la misma cama, abrazados y con el disiendome que me queria mientras me robaba besos en la comisura de los labios. Ahora el camino estaba libre, si de algo estaba segura era de que no quería volver a ver a Leonardo nunca mas en mi vida. No toleraba a la gente infiel. Ahora que el casta;o ya no estaba en mi camino, podia estar con quien yo quisiera. Me sentía libre, tan libre como una ave con la puerta de la jaula abierta, pero con miedo a volar. Y si me enga;aban de nuevo? Habían miles de mujeres mas lindas que yo, porque German se habia tenido que fijar en mi?

-Ya vine- anuncio el ojioscuro entrando a la habitación.

Lo observe, perdiendo el hilo de mis pensamientos. El chico tenia una gran sonrisa en el rostro y un pa;uelo en la mano.

-Me temo se;orita que va a tener que bajar conmigo- hablo con tono jovial y haciendo una reverencia como si fuera un príncipe.

El verlo hablar asi me causo gracia y no pude evitar soltar una risa. Era increíble como el me animaba en cuestión de segundos. Me baje de la cama y camine hasta el.

-Para que?- pregunte con el se;o fruncido y viéndolo dedoblar la pa;otela.

-Es sorpresa. Ahora voltéate que no confio en que mantengas los ojos cerrados.

Lo fulmine con la mirada, bromeando y me di la vuelta para que el me pusiera la pa;oleta en los ojos. Percibi movimiento frente a mi rostro pero no podia ver absolutamente nada.

-Miras algo?

Negué con la cabeza mientras sentía como el me tomaba de la mano. Lentamente entrelazo mis dedos con los suyos y esa descarga electica que me provocaba su cercanía recorrio mi cuerpo y llego hasta mi corazon, haciéndolo latir con fuerza dentro de las paredes de mi pecho. Comenzamos a bajar las escaleras, el ayudándome. Perdi la cuenta de cuantas escalones habia bajado cuando de pronto un olor delicioso me llego. Al tener los ojos vendados mis otros sentidos se intensificaban y pude identificar que era pizza.

-German, que es esto?

El chico siguio caminando y el olor se hacia cada vez mas fuerte. Cuando por fin se detuvo la pizza estaba cerca, lo podia sentir. Lentamente me quito la venda y cuando pude ver mi entorno me asombre. Todo estaba ilumado por una luz tenue que provenia de tres velas colocadas en el centro de la mesa. Estaba estaba arreglada con la estructura de un cattering digno de un hotel cinco estrellas. Los platos limpios, copas, servilletas de tela, cubiertos en orden ascendente y un jarrón de flores junto a la tela. Sentí como me derretia en ese momento, tocada por tremendo acto de consideración y cari;o. El lo habia hecho todo y me enternecia el hecho de que le hubiera puesto tanto esmero como el que se veía en cada detalle de la mesa.

-Feliz cumplea;os- susurro en mi oído.

De pronto me costo respirar y quize lanzarme a sus brazos. Mi mente aun no comprendia porque el era asi conmigo. Tan considerado, tan caballeroso y amable. Nunca pensé ver un German asi y me hacia sentir confundida al pensar que tal vez solo era asi conmigo.

-Se que no es mucho pero...

-Estas loco? Es... es bellísimo- conteste girándome para verlo a los ojos- gracias.

Me acerque a el y me puse de puntitas para poder alcanzar sus hombros. Lo rodee con mis brazos y le di un beso en la mejilla. El me estrujo contra su cuerpo y pude sentir su delicioso perfume, al llegar a casa se habia cambiado de ropa y habia tomado un ba;o. El chico era el hombre mas preparado que jamas hubiera visto, llevaba todo lo necesario en su mochila; cepillo de dientes, perume y una mudada. Después de abrazarnos por un rato me separe de el y proseguimos a comer.

-El plato de hoy es una delicia italiana preparada por el chef mas prestigioso del mundo, German Castillo- anuncio el con el mismo tono jovial que habia utilizado antes. Rei y lo vi abrir una caja de pizza. Solte otra carcajada al darme cuenta de que la caja tenia el nombre de la pizzería de al lado. Eso era lo que encantaba de estar con el. podia ser yo mismo y el también lo era conmigo. No le importaba demostrar que habia comprado la pizza de una pizzería o que no sabia hacer nada mas que cocinar manzanas con canela. Me fascinaba su espotaneidad y sin saber porque el que se burlara de si mismo me parecio lindo, y hasta romántico.

-Tu favorita- a;adio sirviéndome dos pedazos.

Abri los ojos como platos al darme cuenta de que lo habia recordado. Le habia mencionado que me fascinaba la pizza pero nunca me habia imaginado que lo recordara. Empezamos a comer y las horas pasaron, contando anécdotas graciosa de la familia (aunque las de German fueran escazas), contando chistes y hablando de cosas bobas como el clima y el trabajo. Después de saciarnos nos sentamos en el sofá a hablar de mas cosas. Era increíble la cantidad de temas que podia hablar con German, no importando de que le hablara el siempre tenia algo interesante que decir al respecto. Era interesante hablar con el o solo a mi me fascinaba? Lo que mas me gustaba era que me perdia en nuestras conversaciones, olidandome de todo y solo concentrándome en el, como si fuera lo único que existiera.

-Gracias por hacer de este cumplea;os algo increíble- agradeci con una sonrisa.

-Mejor que salir con amigas, eh?-pregunto el con tono jugueton.

Torci el gesto y me encogi de hombros.

-No esta mal.

El rio y me dio un golpecito cari;oso en el hombro. Rei a su lado y pronto nos quedamos sin nada mas que decir, disfrutando del silencio del otro. Ese habia sido el cumplea;os mas extra;o de mi vida. Habia sentido un océano de emociones, miedo, risa, preocupación, enojo y amor. Me parecia imposible que hace tan solo unas horas habimos estado desayunando manzanas en la mesa. Sonreí, habia sido un buen cumplea;os después de todo, porque estaba el.

-Me tenes que ense;ar a lanzar un gancho derecho tan bueno como el tuyo- a;adi después de un rato, pensando que el chico si que sabia luchar.

El se quedo callado y me giro a ver con el se;o fruncido, después de un rato solto una carcajada. Rei junto a el pensando que era definitivamente el mejor momento de mi dia.

-Te gustan los videojuegos, los autos, sos linda, inteligente y encima queres aprender a pelear con hombría? Por favor! sos como la mujer perfecta- menciono y en ese momento me ruborize a mil.

-Si, claro. Quien lo dice?- respondi muriéndome de vergüenza.

-Yo lo digo, es mas; lo creo.

Trague fuerte y levante la mirada. Me habia dicho que era perfecta? Eso significaba sin error alguno, la ideal. El me sondieraba perfecta? El chico sonrio y se acerco a mi, viéndome de frente. Con cari;o llevo su mano hasta mi rostro y acaricio mi mejilla.

-No puedo creer que no te des cuenta de lo increíblemente bella que sos- musito escrutando mi rostro, como si fuera una bella obra de arte digna de ser admirada.

Lo vi sin responder. Siempre habia sido una nerda, sin amigos y rechazada. Nunca en mi vida me considere bonita, tal vez pasable pero no bonita. Se sentía extra;o que alguien me lo dijera, alguien que habia sido el centro de atención toda su vida. El chico mas popular de la escuela. El chico acerco mas a mi y con la dulzura mas bella y pura de todas dijo:

-Mereces un hombre que te ame hasta la muerte. Que te diga lo hermosa que te miras cada ma;ana, que te cuide, que te lleve el desayuno a la cama, que te bese todo el tiempo, que te mil pruebas de amor! que te apoye, que te haga el amor todas las noches, que te ame por quien sos, que te cuide cuando estes enferma, que de todo por vos... un hombre que este dispuesto a cambiar lo que el es por la mujer que ama. Se que no lo merezco, pero yo voy a ser ese hombre. Voy a luchar por merecerte.

Sentí mi corazon latir rápidamente y sentí que estaba en un sue;o. De seguro me despertaría en cualquier momento. German Castillo diciéndome esas cosas? Nunca pensé que lucharía por una mujer, que cambiaria por amor. y menos que fuera por mi. Podia sentir mis ojos desmesuradamente abiertos y quize hablar pero no pude, estaba helada. El sonrio y pego su nariz contra la mia, rozándola con delicadeza. Mi respiración se corto y sentí como sus palabras y su contacto quemaban mi alma, derritiendola y haciéndola totalmente débil ante el. A quien enga;aba? Amaba a German y ahora comprendia porque la estrella se habia tardado tanto, necesitaba que German cambiara, que madurara para que al fin estuviera dispuesto a entregarse a alguien; no solo en cuerpo si no también en corazon. Si no hubiera pasado tanto tiempo separada de el probablemente no hubiera sabido lo desgarrador que era vivir sin el y no me habría dado cuenta de que lo necesitaba. No habría caído en la cuenta de que aunque intentara huir de el, no podia; el destino me seguía uniendo a el. De pronto cerre los ojos, dejándome llevar por la dulzura del momento cuando de pronto sentí sus labios chocar contra los mios. El comenzó a masajearlos y esta vez no me opuse. German castillo era mi adicción y su labios mi perdición. Me erguí y cerre mis brazos alrededor de su cuello, queriéndolo sentir mas cerca. Esta vez no pensaría las cosas, quería que su sabor quedara impregnado en mi como un tatuaje, imborrable. El chico parecio sentir lo mismo pues me halo hacia el y me apretó contra su cuerpo, buscando mi boca mas profundo. Sus labios se acoplaban a los mios perfectamente, haciendo magia con ellos. Su aliento era embrujante y sabia que estaba perdida. Lo bese sin pausas, desesperada por hacer su boca totalmente mia, no importaba cuantas mujeres hubiera besado antes, ese beso haría que no me olvidara jamas. De vez en cuando dejaba escazos centímetros entre nosotros para que pudiéramos halar aire. La falta de oxigeno me estaba succionando todo sentido de razón y comenzaba a perder la cordura. Halaba su rostro mas cerca del mio y lo escuchaba soltar jadeos, haciendo que mi cuerpo temblara. De un momento a otro lo sentí bajar su mano hacia mi trasero y como un reflejo lo tome por el brazo.

-AUCH!-exclamo el separándose de mi.

Pegue un brinco y me di cuenta que le habia tocado la herida.

-Pe... perdón! Ay, lo siento, perdón! Estas bien?- le pregunte sintiendo como recuperaba el aliento poco a poco.

El se forto el bazo y solto una sonrisa forzada. Me habia emocionado tanto que de seguro le he de haber presionado con mas fuerza de la debida. El se volvió a acercar a besarme y lo detuve, tenia que saber si estaba bien.

-Seguro que estas bien?-le pregunte tomándole el rostro entre las manos.

-Si, hoy yo no importo- contesto colando sus manos por detrás de mi cintura- hoy vos sos la cumplea;era.

Sonreí y me acerque a el. ya no lo ocultaría mas, el sabia que estaba loca por el y yo sabia que también lo traía loco asi que, que sentido tenia ocultarlo? La estrella habia cumplido mi deseo y no iba a ser una mal agradecida.

-y ya que sos la cumplea;era- a;adio el acerándose tortuosamente a mi rostro- déjate mimar.

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