Ragen

By Jas_FR

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Entre los abismos de la oscuridad emergen las cadenas de la desesperación por escapar de aquél internado somb... More

Sinopsis
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintidos
Veintitrés
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Epílogo

veintiuno

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By Jas_FR


"Yo necesito de sangre igual que otros necesitan de alcohol"

-Peter Kurten

Esta vez no me detendré.

Recolecté todos los libros que Sasha leyó antes de su muerte, pasé los siguientes días leyendo hasta altas horas pero nada dió resultado.

Si mi vida estaría en peligro buscaría la manera de advertir a alguien sobre mi muerte, repasé los pocos apuntes que escribió en el libro de maternidad.

Naron me ayudó con varios apuntes pero no hubo avances.

En caso de que Sasha hubiese sido amante de Ragen o Frank no les tendría  miedo pero ella relata que les teme, sobre todo por las consecuencias que ella debe pagar, Conrad no tiene interés alguno en mujeres pues no despiertan su atención.

Sólo quedan Emett y Orlan que son propensos a ser los responsables pero si los llego a inculpar sin pruebas moriré antes de terminar de explicarles mis sospechas, son impulsivos pero las actitudes de Orlan aún no las conozco a profundidad.

—¿Se puede? —levanté la cabeza al escuchar a Frank.

—No deberías estar aquí.

—Mi guardia está afuera. ¿Por qué lees ese libro inútil?

—Es interesante.

—Sasha también se pasaba el día leyendo esa porquería, cuando estaba en las duchas dijo que debía esconder el libro porque tenía miedo que lo leyeras.

—Frank, ahora estoy ocupada, te pido que te vayas.

—Sólo si prometes no volver a estar con Ragen.

Cerré el libro y lo miré molesta.

—Largo.

—No lo haré.

Mis manos temblaron cuando analicé la situación, no puedo ir contra alguien similar a Ragen, es suicidio.

Salí sin dar explicaciones y por todo el comedor busqué a Conrad, si él es el vigilante sabe quién fue el amante de Sasha. Corrí a la biblioteca y al verlo sentado lo tomé del brazo para llevarlo al fondo del pasillo donde nadie pueda escucharnos, no opuso resistencia pero su expresión se volvió rígida.

—¿Dónde está Shun?

—¿Quién es Shun? —lo miré de mala gana—. No sé dónde está.

—Es imposible que tenga una enfermedad cuando en este lugar nos cuidan bien.

—Seguro fue obra del espíritu santo —bromeó.

—Nadie la vio ni sabe en qué habitación se encuentra.

—Trataré de averiguar.

—¿Quién fue el amante de Sasha?

—No sé quién es —irritado peinó su cabello rubio.

—Lo sabes.

—No.

—Para que ellos tengan sexo debiste tapar sus huellas en las cámaras de seguridad.

—Yo no me encargué de eso.

—¡Deja de mentir!

—Te juro por Ragen que no lo sé.

—Orlan, por favor.

—En cuanto tú te fuiste el director sabía cada uno de nuestros movimientos. ¿Quieres saber por qué los atraparon?

Crucé los brazos.

Espero que me de información útil.

—Habla.

Sus dedos tocaron el crucifijo colgante de mi cuello.

—Esto tiene un rastreador y una cámara.

Intenté quitármelo pero me detuvo.

Debí haberlo previsto, fueron exigentes al decir que jamás debemos quitarlo.

Y como idiota hice caso.

—Carajo —pasé mi mano por mi rostro.

—La que usa el círculo negro sólo posee el rastreador, si bien pude eliminar toda la evidencia que fue captada por tu cámara no pude quitar el rastreador, levantaría sospechas. Modifiqué su ubicación para que creyeran que seguías en el internado pero luego Frank me ordenó buscarlos.

—Entonces no teníamos escapatoria. Ragen también es monitoreado.

—De hecho, él tiene un crucifijo normal al igual que el mío, hice unas programaciones acá y otras allá, hasta conseguir que nuestras ubicaciones siguan una rutina repetitiva donde no salimos del internado.

Claro, entre ellos dos se respaldan.

Si Ragen ya sabía de esto hizo que nos atrapen a propósito.

—Extiende tu brazo derecho.

—¿Por qué? —levantó mi manga y sobre mi piel estaba escrito el número 43.

—Fuiste elegida.

—No recuerdo cómo conseguí ese número.

—El jugo que ellos sirven contiene sedantes, Shun también fue marcada pero no se ofició una ceremonia religiosa, en cambio para ti sí habrá y será hoy.

Me dio la espalda y como loco buscó en los estantes un libro, lo seguí por los pasillos.

Leía los títulos pero no escogía ninguno.

—No entiendo a qué te refieres.

—El internado se encarga de proveer mujeres a los hombre más adinerados y llenos de morbosidad. Llevé a Shun al área donde su comprador haría lo que guste con ella.

Desgraciado.

Eso es traición.

Llena de ira lo empujé y le propiné una cachetada, Conrad sujetó mis manos para que pare con los golpes que ningún daño le hicieron.

Mi coraje sólo crecía.

Ella confiaba en él, pero Conrad la llevó al matadero.

—¿Cómo pudiste?

—Son órdenes y debo seguirlas, así funcionan las cosas aquí, prometí volver por ella si lograba sobrevivir pero hasta ahora no pude encontrar la oportunidad para bajar, los guardias me vigilan todo el tiempo y justo ahora vendrá Aaron por mi.

—Dile a Ragen lo que me pasará.

—Ya lo sabe, es por eso que habló contigo para despedirse.

Tuvo sentido nuestra charla, quizá por eso me dio ánimos para sobrevivir, no podrá ayudarme.

Estoy sola en esto.

Si prometió volver por Shun significa que puede estar con vida.

Tomó un libro celeste y lo abrió en la primera página.

—Ahí tienes la respuesta.

—Conrad —el nombrado giró sobre sus talones y se marchó en compañía de Aarón.

Leí la página seleccionada pero no encontré algo sobresaliente, sin embargo algo rondó mi mente con respecto al número que él mencionó.

La primera página.

Todo cobró sentido.

El rompecabezas se hizo.

A pasos largos subí a mi habitación, mi corazón latía con rapidez al saber que finalmente la verdad está en mis manos, él seguía ahí, al verme mostró una corta sonrisa.

—Cuore.

Lancé con rabia el libro que impactó en su brazo.

—Eres tú maldito, eres el amante de Sasha.

—Si —confesó sin rodeos.

—Entonces sabes quién la mató.

—Si.

—Dime quién fue.

—Fui yo.

Mis ojos se abrieron de la sorpresa y mostró una ligera sonrisa perversa.

Esa noche había más de una persona.

Aquello ya es borroso pero sé que hubo alguien más.

—¿Cómo pudiste hacerlo?, ¡llevaba a tú hijo!

—Por eso mismo corté su cuello y venas, dejé que se desangre como cerdo, debía matarla o ellos lo harían, Ragen me ayudó a mover su cadáver y noquearte.

—¡Maldito enfermo! —grité.

—Ella fue la estúpida al quedar embarazada, todo porque no tomó los anticonceptivos que le entregué.

—Debes pagar por lo que hiciste. Juro que estarás en prisión por el resto de tu vida.

—Ahora, Verna.

Fui sujetada por la espalda, di patadas en el aire pero ella tiene más fuerza.

Pusieron un pañuelo en mi nariz, cloroformo.

Esos ojos negros me miraban con atención, sabe lo que ahora sigue, lo que me harán.

Primero Shun, ahora yo.

Naron es quien queda.

Luché para ser soltada, Frank se acercó dando zancadas y con voz baja habló.

—No me arrepiento de matarla pero, me enfada que no podré hacerlo contigo.

Emett

Orlan ingresó furioso y arrojó a mis pies un brazo femenino, me levanté de la cama y sujeté la extremidad.

Mojé mis dedos con la sangre y la probé, sabe como mierda.

—¿Es de Shun? —alcé la ceja ante su pregunta—El brazo.

—No, ella tiene la piel blanca como la leche.

—Conrad me tiene impaciente.

—No sabe que la chica ya murió.

—¿Cómo lo sabes?

Debajo de mi cama saqué un pequeño bote con sangre y se la enseñé, utilicé la mitad para pintar un lienzo dedicado sólo a ella, esa mujer me tuvo cautivado, una salvaje en la cama, logró seguir mi ritmo incluso cuando Antoni no puede hacerlo.

El cuadro de Shun está oculto en el armario y sólo lo saco cuando quiero masturbarme, siendo franco, lo uso tres veces al día.

Hace una semana fue llevada con su dueño y al día siguiente trajeron mi regalo.

—La drenaste...

—No, padre Samuel me lo obsequió por mi buen comportamiento.

—Mientras no vea su cuerpo—

—No soportas que la primera víctima de tu salvajismo haya escapado de tus garras.

—No sigas...

—Su cuerpo ahora mismo está enterrado bajo el árbol, nadie sobrevive al pasillo.

—¿Y Ragen?

—Está encadenado como perro —solté con diversión—. Tiene un bozal y una camisa de fuerza, el número siete cayó.

Por lo general se debe buscar su reemplazo, el problema es que no hay gente apta, todos son asesinos que se arrepienten después de cometer su crimen.

Por el pasillo escuché un silbido característico, ambos asomamos la cabeza y vimos a Ragen caminar como si el edificio fuera suyo, Aaron lo acompañó a su habitación y lo cerró con llave.

—Dijiste que estaba como perro.

—Lo estaba ayer.

—Mierda, si se entera que Jaina fue seleccionada no sé qué hará.

—Ya lo sabe.

—¿Y por qué está tan tranquilo?

—Exacto, está muy tranquilo —hice énfasis en lo último.

Si tuviera verdadero interés en la chiquilla no estaría relajado.

Bajé a la cocina y preparé un café, por unos momentos a mi mente le llegaron recuerdos de Shun, no tiene crimen alguno, es un ángel que tuvo un monstruo tras ella, tuve la oportunidad de poseer aquel ángel cautivador pero lastimosamente nunca fue por completo mía.

Te envidio Orlan.

—Oye, tu pene está parado —Verna habló con burla.

—Ven y chúpalo si tanto te molesta.

—Hoy no, no me siento bien.

—¿Qué tienes?

—La cabeza, en un intento de escapar la maldita de Jaina me golpeó.

—Qué pena.

—Por fin morirá —soltó con alegría.

Un peso fue quitado de su camino, ahora podrá disponer de Ragen.

Bebí mi café hasta terminarlo, aún tengo un cuerpo por drenar antes que Orlan prepare su cena.

—No pudiste matarla esa noche que la llevaste al matadero bajo el árbol y ahora dices que te costó dormirla. Te estás debilitando.

Tenía un sólo trabajo pero la muy estúpida no pudo hacerlo, Jaina fue veloz y logró lastimarla.

—Esa noche fue un descuido.

—Y por tu culpa tuvimos que destrozar el lugar en menos de dos horas para que ella no encuentre evidencias.

—Es un estorbo que merodea a Ragen.

—El estorbo eres tú.

—¡Emett!

La dejé con la palabra y fui a la cabaña, aún es de día pero ya no puedo contenerme, esta frustración sexual me va a matar, del contenedor lleno de cuerpos cargué dos en cada brazo, los colgué boca abajo de las vigas del techo.

Mi fanatismo por la sangre me llevó a recibir el apodo de vampiro, bebo sangre como si de agua se tratase.

No me atrevo a beber toda la sangre de Shun, aquello es mi tesoro.

Corté las venas más importantes según Ragen me enseñó, su técnica es más efectiva que la mía, antes me demoraba horas con un sólo cuerpo.

Tomé asiento y agarré mi máscara para eliminar las manchas secas de sangre, debo estar limpio, a la habitación entró Antoni y sólo pude rodar los ojos.

—¡Hey!

—¿Qué quieres? —me fastidia que me siga.

—Verte.

—Ya lo hiciste, ahora largo.

—Pero yo—

Agarré su cuello y lo azoté contra la pared, sus ojos mostraban genuino miedo.

Al menos número dos me lleva la contra.

—Si te digo que te vayas debes obedecerme.

—¡Suéltame!

—No quiero verte aquí.

—¿Por qué ella y yo no?, bastó una noche para que termines embobado, llevo años contigo y no he conseguido nada. ¡NADA!

—Shun no tiene comparación, tengo la necesidad de cogerla todo el puto día, mis erecciones son por ella, en mi cabeza está ella, donde mire está ella. Todo es ella.

Sus ojos se pusieron llorosos, liberé mi agarre pero no aparté mi mirada.

—Sabes que ella pudo darte un hijo. Yo no puedo hacer eso.

—No dudo que Shun haya quedado embarazada, no le di la pastilla porque me olvidé, en este punto no me hubiese venido mal tener un indeseable. Mientras sea de Shun.

—No entiendo cómo llegamos a esto, todo estaba bien pero tú—

Lo tomé el brazo hasta sacarlo de la habitación.

Cerré la puerta en su cara y seguí con lo mío.

Antoni es el sinónimo de sexo fácil y por más veces que lo tire él regresa, los primero meses claro que hubo una chispa, ahora tengo que pensar en alguien más para tener una erección y cogerlo.

Terminé con él, a pesar de eso volvió con su dignidad arrastrada y pidió volver, decidí aceptar pero todo sigue igual.

Me aburre estar con él.

—Emett —salí de la habitación al escuchar su llamado.

Viste su traje de guardia oscuro, espero algún día tener un puesto tan divertido como el suyo.

—¿Qué sucede, guardia Aaron?

—El transmisor está apagado.

—Bien, dime, ¿qué pasó?

—Omar mandó la lista de nuevas víctimas, como sabes, en la orden hacen encargo de veinticinco kilos de carne.

Chasqueo la lengua, sé que mi trabajo apenas va a la mitad, no hace falta más presión.

—Pues que venga y les quite la sangre el mismo.

—¡Emett!

—Sólo sigo la verdad.

—Deja ese carácter impulsivo aún lado.

—No soy impulsivo.

Con su brazo tomó mi cabeza y me atrajo hasta su hombro, simulando un abrazo.

—Tú manía de morder el cuello de tus víctimas sin autorización nos traerá consecuencias, los grandes empresarios hicieron el pedido y esperan que su carne no tenga marcas.

—Dile a Orlan, él los corta.

—Te lo digo a ti también porque estoy cansado de recibir quejas de que hay semen en los cuerpos.

—No lo haré más, lo prometo.

Oh si, pequeña manía que he tomado sólo con las chicas lindas.

Me aparté pero su mirada reprochable no desapareció.

—Tengo un mal presentimiento, la actitud de Ragen nos puede poner en peligro.

—Lo mataré antes de que algo suceda.

—Hijo, en cuanto las cosas se salgan de control te buscaré y saldremos de aquí, sé que este lugar te da la libertad que necesitas pero no pongas en riesgo tú vida.

—Nuestro deber es proteger a Dios de cualquier amenaza.

—Omar y Samuel son humanos corrientes. De haber sabido que tendría un hijo jamás hubiese aceptado unirme a ellos.

—Pero pasaste tus mejores años aquí, atormentando a la escoria que vive en los edificios.

—No me preocuparía si supiera que puedes sobrevivir un ataque de Ragen.

—Soy fuerte, papá, si me largo viviré en la prisión de la sociedad, no podré matar libremente y me veré obligado a tener una vida normal. ¡Me mataré si eso llega a pasar!

La ceremonia dio inicio, callados escuchamos las palabras vacías del sacerdote.

En las primeras bancas estaba ella, con un vestido casi transparente, sus pechos firmes se notaban pero aquella zona íntima no, en total nos pidieron diez chicas y cinco varones, por supuesto todos están drogados y son manipulables.

De reojo observé la actitud calmada de Ragen, no actúa como Orlan que enfureció al saber que Sasha fue elegida.

Antoni apoyó su cabeza en mi hombro derecho, está ligeramente afectado por la partida de Jaina, es estúpido que siendo el más inestable y débil sienta pena por una pecadora.

—En esta oportunidad nos es de agrado anunciar que ellos concluyeron con su rehabilitación, les pido orar en silencio para que puedan tener una vida llena de paz, que sus deseos se cumplan y nunca se alejen del camino del bien.

—Amén —respondió el público.

—Está muy calmado—Antoni hizo referencia al pelinegro alemán.

—Seguro nunca le importó.

No hablé.

Yo no estaría tan calmado si me quitan una presa a menos... a menos que lo haya planeado todo.

Giré mi rostro y él hizo lo mismo, sonrió y puso su dedo índice al medio de sus labios.

¡HIJO DE PERRA!

¡Nos manipuló a todos!

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