Diccionario ravkano:
-Otkazat'sya: abandonados, aquellos que no son Grisha.
-Moi tsarevich: mi rey.
Irina no nació en la misma época que Aleksander. Nació en la época de Nikolai, escondida y sin saber de sus poderes. Cuando los descubrió, decidió unirse al Segundo Ejército y ayudar a la gente de Ravka, pero hasta los suyos le daban la espalda, excepto una persona.
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Irina se sentía incómoda en aquel vestido y la mirada de las criadas tampoco ayudaba mucho. Era amarillo, con el símbolo del águila de Ravka en la parte delantera. Sinceramente, creía que se veía muy mal en ella.
Intentó calmar su respiración. Hacía un año que había dejado la pequeña aldea en la que vivía, alejada de todo el mundo, para viajar a Os Alta. Era tan alejado que ni siquiera habían llegado los Grisha del Segundo Ejército para recolectar a los niños Grisha y llevarlos al Pequeño Palacio. Es por eso que solo de manera reciente había descubierto que era una Invocadora de sombras.
Queriendo ayudar al país, decidió alistarse al Segundo Ejército. Lo que no esperó fue que los Grisha la miraron como si fuera una traidora, que la corte y el propio Apparat dijeran que dos Invocadores de sombras era un mal augurio, y que la única persona que podía enseñarle su poder, el general Kirigan, la ignorara y la mirara con recelo.
Había intentado por un año aprender la teoría Grisha y sus poderes, todo con desastrosos resultados. La única que parecía interesada en su aprendizaje era Baghra, y eso si tenía un buen día. Pero todo cambió cuando el rey decidió unificar a los Grisha y los otkazat'sya. El general propuso un matrimonio entre Irina y el segundo príncipe del reino, cosa que el rey aceptó.
Por un lado, se quitaba el problema del segundo Invocador de sombras, por el otro, se quitaba encima a un hijo que se rumoreaba que era un bastardo.
Irina apretó sus manos. Ni siguiera había conocido a Nikolai Lantsov. Lo haría aquel día, pero no sentía ganas de conocer al que se convertiría en su futuro marido.
De repente, las puertas se abrieron y un joven de cabello rubio y una sonrisa brillante entró.
-Veo que no bromeaban con mi prometida. Seguro que es la mujer más hermosa de todo Ravka. Incluso más que Fjerda y Shu Han. Aunque tal vez podamos encontrar otro vestido. Tal vez uno menos ostentoso y de otro color. Igual azul verdoso -ofreció dirigiéndose a las sirvientas-. Me permitís un momento con ella.
Las mujeres se inclinaron y salieron de la sala.
-Moi tsarevich -se inclinó respetuosamente Irina, pero este ya estaba negando con la cabeza.
-Llámame solo Nikolai, por favor. No quiero tener formalidades entre ambos -pidió con una expresión más tranquilo-. Sé que esta no es la situación en la que querías acabar, y lo lamento por ello. No puedo cambiar las decisiones del rey, pero sí que te puedo asegurar que intentaré ser la mejor pareja para ti. Y si no podemos ser una buena pareja, al menos espero que seamos buenos amigos.
Irina se sintió más tranquila al escuchar sus palabras. Nikolai era muy diferente a su hermano Vasily y su padre, quien se rumoreaba que se acostaba con la Confeccionadora de la reina.
Por primera vez desde que llegó a Os Alta, imaginó que las cosas podrían no ser tan malas.
-Entonces, es un placer de conocerte. Me llamo Irina Mikhaylova -habló ofreciendo su mano.
Nikolai la cogió depositando un suave beso en sus nudillos.
-El placer es mío, preciosa.
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Las cosas no eran tan malas tras casarse con Nikolai. Él respetaba su espacio y, a pesar de que compartían habitación, era como dormir con un buen amigo: tenía la confianza de que nunca intentaría nada sin su consentimiento.
La reina Tatiana era muy reacia a Irina, pero una vez estuvo más tiempo en su presencia y habló con ella, comprendió que no era tan fría como el general Kirigan. Y una vez la reina la aceptó, otras personas en la corte lo hicieron. Los únicos que se mantuvieron reacios fueron los propios Grisha. Por suerte, ahora los entrenamientos de Irina no ocurrían en el Pequeño Palacio, sino en los jardines del otro palacio.
Nikolai solía acompañarla, intentando ayudar y dar consejos en todo lo que podía, aunque eran más bien bromas que hacía. Llegó el momento que lo enviaron a Kerch a estudiar.
El príncipe la besó en la mejilla antes de marcharse y, en contra de lo que pensaba Irina, echó en falta a su marido/mejor amigo. Su ausencia se mantuvo presente mientras tomaba el te con la reina o se movía por los jardines.
Dos meses después, fue despertada en medio de la noche por el propio Nikolai, quien se había colado por el palacio sin que nadie lo notara.
-¿Qué haces aquí? Deberías estar estudiando en Kerch -susurró Irina intentando no llamar la atención de cualquier persona que estuviera caminando a aquellas horas de la noche.
-Es aburrido, así que decidí hacerme corsario. Ahora me llamo Sturmhond -indicó con una gran sonrisa.
Irina lo miró frunciendo en ceño.
-¿Ese no es un pirata?
-Corsario, corsario -corrigió él algo molesto-. Bueno, da igual. He venido para pedirte que vengas conmigo -dijo con ojos brillantes, mirándola de la misma forma en la que los fieles miran a sus Santos.
La Invocadora de sombras tan solo necesitó observarle por unos instantes antes de decir que sí.
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La vida en el Volkvolny era tranquila y cada día era como respirar la libertad. Irina había hecho amigos Grisha dentro del barco, y muchos la miraban con respeto y cariño.
Su relación con Nikolai se había hecho más cercana ahora que estaban fuera de la corte. Seguían durmiendo juntos, pero yo no como simples amigos que lamentablemente estaban casados, ahora lo hacían como una pareja de verdad.
También había más besos en la mejilla y muchísimos más coqueteos por parte de Nikolai. O tal vez debería llamarle Sturmhond.
Un día, se acercó a ella con una nueva noticia: habían encontrado a la Invocadora del Sol, la única persona que podría acabar con la Sombra.
-Se ve que es hora de volver a Ravka -comentó Irina al escuchar la noticia.
Sturmhond asintió, una sonrisa burlona creciendo en su rostro.
-Dicen que la esposa del príncipe es la mujer más hermosa de Ravka -dijo recordando las palabra que se dijeron tiempo atrás.
Irina sonrió mucho más.
-Espero que no estés pensando en secuestrarla.
El hombre se rió cogiendo su mano y besando sus nudillos.
-Tendrá que tener cuidado. Si la encuentro, dudo que la deje irse de este barco.
La Invocadora de sombras se sintió más ligera y con el corazón acelerado. No cambiaría por nada aquella vida.
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Bueno, y aquí acaba este fanfic. Me ha gustado cómo se ha desarrollado todo y que la relación entre Nikolai e Irina se sintiera natural.
Sé que algunos de vosotros querréis que siga la historia de Irina y Nikolai, lamentablemente, me ha costado escribir la segunda y tercera parte de este fanfic y dudo que vaya a escribir una continuación. La recepción no ha sido la mejor a pesar de que había algunas personas ahí comentando los capítulos. Así que, sintiéndolo mucho, es probable que no haga otro fanfic sobre ellos.
Espero que os haya gustado la historia.
¡Nos vemos!
P.S. Aquí os dejo otros fanfics míos que os pueden interesar.
Fandom: House of the Dragon (Juego de Tronos)
Pareja: Aemond Targaryen x Oc (Aemma Velaryon)
Fandom: The Sandman
Pareja: Morfeo x Oc (Myra)