Abrí los ojos respirando profundamente, cómo si de un sueño se tratase. Mire a mis alrededores, me encontraba en lo que parecía ser una habitación completamente blanca, vacía, sin nada ni nadie al rededor.
—morí.. —me dije a mi misma en un susurro.
—mas de lo que un humano debería —escuche decir a una voz detrás mío.
Mentiría si dijera que no tenía miedo, seguramente, mi rostro expresaba terror absoluto. Me paralice y no fui capaz de moverme.
—lo que tú hiciste no es una actividad que este prohibida, pero por los casos muy contados de personas que fueron capaces de descubrir esa "habilidad", aún no hay regulaciones al respecto, por lo que no serás castigada por ello —explico aquella presencia.
Poco a poco me fui armando de valor para voltear hacia aquella deidad. Estaba completamente cubierta por una capucha negra, no podía verse su rostro, llevaba consigo una guadaña, flotaba sobre el suelo y sus manos eran simplemente huesos. No había dudas, era la muerte en persona.
—significa que ya perdí la vida, ¿cierto? —no se de dónde saque el valor para preguntar aquello entre titubeos.
—aun no del todo —respondió mi interrogante.
Con un chasquido se activaron dos pantallas al frente de ambos.
En la pantalla izquierda se transmitían mis vivencias en Wolf Circus, en la derecha mi vida monótona en mi mundo junto a mi triste realidad. En ambos pasaban momentos tanto buenos como malos, discusiones y abrazos, gritos y besos, ¿era acaso una especie de tortura eterna?.
—¿a qué te refieres con "no del todo"? —pregunte más confiada, pues si estaba muerta, no tenía ya nada que perder.
—a qué por alguna razón tu cuerpo sigue vivo —respondió.
—¿cómo que vivo?.
No comprendí en lo más mínimo de lo que estaba hablando.
Nuevamente otro chasquido y ambas pantallas transmitieron en vivo lo que estaba sucediendo en ambos mundos.
—a tu izquierda está masuda world y a tu derecha está tu belong world.
Mire atentamente como en ambos mundos, mis seres queridos sufrían por mi ausencia.
—en tu belong world estás completamente muerta, ya no hay nada que se pueda hacer, sin embargo, te mantienes en estado vegetal, esto significa que tu cuerpo se mantiene aferrado a la vida, es decir, tu corazón late pero tú cerebro está muerto debido a una contusión, te mantienen artificialmente viva, pero es un estado en el que ya no hay retorno.
Era impresionante, mirarme a mi misma en aquella cama de hospital, muerta en vida, respirando exclusivamente gracias a una máquina. Me quedé sin palabras.
—por otra parte, en aquel otro mundo la situación es diferente. Esto no es sabido por los humanos pero al cambiar de mundos no solo eres un turista, sino también un intruso pues estás alterando el orden natural del curso de aquel mundo, los mundos o realidades alternas son regidas por distintos dioses, los "escritores" cómo se les suele llamar.
—¿qué significa eso? —cuestione al no comprender a dónde quería llegar aquel ser.
—significa que si el escritor te ve como un buen recurso a su mundo, te hará evolucionar paulatinamente hasta que estés completamente regida por las leyes de ese mundo, de lo contrario te pueden perjudicar tanto como ellos quieran hasta hacerte desaparecer de su organizado y perfecto mundo. Tu caso es uno de ellos en los que el escritor te vio como un gran recurso y te hizo evolucionar para adaptarte a su mundo.
—¿evolucionar?, pero yo no note ningún cambio en mi, ¿cómo es entonces posible?.
—¿notaste que tus heridas tardaban menos en sanar?, ¿te sentías cada vez más cómoda hasta el punto de sentir que siempre has pertenecido ahí?.
Me puse a reflexionar sus preguntas unos instantes y me di cuenta que era cierto, todo coincidía.
—¿significa que eh evolucionando para estar en masuda world?.
—es correcto —asistió—, tienes una oportunidad de seguir viviendo en ese mundo o morir, depende de ti.
Me quedé pensando unos instantes, a decir verdad no tenía muchas opciones. De igual manera, era demasiada información que procesar.
—te daré unos momentos para asimilarlo —dijo para luego esfumarse.
Mire hacía el frente, aún estaban en las pantallas transmitiéndose en vivo ambos escenarios.
Por una parte, se encontraba mi madre, llorando desconsolada por el estado en el que se encontraba mi cuerpo, postrada en una cama, conectada a unas máquinas que le daban vida a mi corazón. A la sala, llegaron ambas amigas, tanto mi mejor amiga quien también se encontraba devastada, cómo Nora quién la acompañaba con papel en mano, sabía de qué se trataba.
—"lamento mucho la perdida" —se expreso Nora— "pero antes de aventarse a la carretera me dejó esto, para ambas" —extendió sus manos con sobres en cada una.
En aquella gran pantalla pude ver como ambas abrían y leían mis cartas. A pesar de haber sido escritas con el propósito de despedirme si en todo caso ya no pudiese volver, aun así no esperaba que de verdad llegaran a leerlas, mas sin embargo, me tiene mas tranquila haberlas escrito.
Por supuesto, fue de esperarse que tanto mi madre como mi mejor amiga rompieran en llanto al saber todo aquello que guarde y no exprese en vida.
—"¡es mi culpa!" —grito eufórica mi madre— "ella siempre intento hablar conmigo pero nunca le hice caso, la ignore deje pasar la oportunidad de arreglar las cosas con mi hija ahora ya es demasiado tarde" —decía entre llantos.
Sentía un dolor en mi pecho y un nudo en mi garganta al mirar a mi madre quebrarse de esa manera, arrepentida de sus actos.
De pronto mire hacia la otra pantalla en donde se encontraba igualmente mi cuerpo inerte ante quien se convirtió en mi amado, aquel chico rubio quien también lloraba desconsolado a un lado mío.
—"hice lo que pude pero dudo que pueda despertar" —expreso con profunda tristeza.
—"¡no, no, no!" —grito el aprendiz de payaso con angustia y aflicción— "¡tiene que despertar!".
Aquel conejo pálido comenzaba a tornar su rostro en rojo intenso, tanto por la ira acumulada como por el llanto que convertía sus hermosos ojos zafiro en carmesí, hinchándolos al liberar tantas lagrimas.
Pude ver como mi chico malhumorado echar a gritos a los demás integrantes del circo, pidiendo dejarnos solos y una vez se retiraron comenzó a romperse, gritar y patalear, arranco su gorro y con agresividad se acerco a mi cama, para gritarme en la cara:
—"¡no te puedes morir engendro!" —se tomo unos segundos en los que trato de reprimir su llanto en vano— "no se que voy a hacer sin ti a mi lado, llegaste a mi vida de la nada, invadiste mi espacio y te convertiste en alguien tan importante para mi, jamás creí llegar a enamorarme pero tu me hiciste cambiar, tal vez para bien y ahora te atreves a marcharte así nada mas, ¿Por qué tenias que provenir de un lugar donde son tan débiles?".
Continuo llorando, esta vez con menos intensidad o menos drama pero con el mismo dolor en su corazón.
Regrese la mirada a mi belong world, mi madre y mi mejor amiga devastadas, mi cuerpo conectado a maquinas, apenas vivo pero sin alma fue entonces que entendí, que uno no se da cuenta de el valor de los momentos hasta que se convierten en recuerdos. Me hubiera gustado haber arreglado las cosas con mi madre, haber hablado mas con mi mejor amiga y haber tomado mejores decisiones, sin embargo tampoco me arrepiento de la decisión de haber viajado a Masuda world pues simplemente conocí a mi enamorado, fui mas feliz y pude ayudarlo a ser su mejor versión, mas aun me falta tiempo, vivencias y experiencia en aquel circo hilarante.
Mi respuesta ante aquella interrogante siempre estuvo mas que clara, regresaría a Masuda world junto a mi amado Popee, no obstante decidí guardar mi respuesta tan solo para ver un poco mas sobre mi mundo, que si bien es devastador, al menos tengo el consuelo de que ambas recibieron y leyeron mis cartas. La perdida de un ser querido es muy difícil, nadie te prepara para ello pero esta bien llorar, desahogar las emociones en el momento para que después podamos aceptarlas, se que mi madre podrá avanzar y salir adelante sin mi, le costara no lo dudo, pero podrá.
—ahora quien mas me necesita es Popee —pensé en voz alta.
—¿entonces has tomado una decisión? —dijo una voz a mis espaldas.
Me gire sin miedo, a este punto de mi vida y gracias a aquellas experiencias, pude superar mis miedos para convertirme en una persona mas valiente.
—si —dije con total firmeza— pero antes, tengo una petición.
No costo mucho convencerlo y gracias a que en aquel sitio el tiempo no transcurre, fue muy fácil llegar a visitar a mi madre una ultima vez mas, esto a través del mundo de los sueños el cual es capaz de rebasar la barrera de la muerte. El escenario, la misma habitación de hospital, como si fuese real, mi madre de rodillas escondiendo su cabeza en sus brazos, recargándose a un costado de la cama.
—mamá —le llame repetidas veces hasta que atendió.
Me encontraba sentada en la cama, sin conectarme a nada, pues todo aquello no era mas que una ilusión. Mi madre alzo la mirada y al verme se erizo. Se levanto de golpe y miro sorprendida.
—hija, estas viva, es un milagro —decía con ojos cristalinos mientras se abalanzaba a mi para abrazarme.
—no mamá, no estoy viva —le dije con enorme tristeza— vengo para despedirme.
—por favor no te vayas, prometo que seré una mejor madre para ti, no me dejes sola.
Rogaba entre llanto.
—lo lamento pero no puedo, pero quiero que me prometas que vas a seguir adelante sin mi, que mi partida no sea un declive sino una fortaleza para ti.
—no me pidas eso hija, no puedo seguir sin ti.
—si que puedes —le respondí— eres mas fuerte de lo que crees, por favor, si tanto me amas, sigue adelante.
Rompió en llanto y me abrazo con mas intensidad, le correspondí en abrazo y tan solo vi a la misma muerte frente a mi marcándome el tiempo en su reloj de pulsera, era momento de marcharme. Me separe del abrazo y le dije:
—debo irme mamá, por favor prométeme que seguirás adelante.
—voy a hacer lo posible —menciono tratando de aminorar su llanto.
Acaricie su rostro para secar sus lagrimas.
—te quiero mucho mamá —le exprese con sinceridad.
—yo también a ti hija.
No cabe duda que ambas nos íbamos a extrañar demasiado, saber que no nos volveremos a ver en lo que resta de vida ni mas allá de ella, sin dudas era algo realmente doloroso pero que inevitablemente aprenderíamos a vivir con ello.
Nos abrazamos por ultima vez y una neblina nos envolvió. Para cuando abrí los ojos, lo que vi fue una lona de circo muy colorida que hacía de techo a la par que escuchaba llantos a mi costado. Gire mi cabeza y no fue sorpresa mirar a aquel rubio llorando a mi lado.
—¿siempre haces muchos berrinches? —pregunte a manera de broma.
El rubio al escucharme seso su llanto e inmediatamente me miro.
—¡T/N! —grito con emoción mientras se tiraba sobre de mi— creí que ya no despertarías.
—no iba a dejarte solo conejito —le correspondí el abrazo.
—¡pero tus heridas!
Se separo solo para encontrarse con la sorpresa de que, no había nada, ni manchas de sangre, ni heridas.
—¿cuales? —reí— no subestimes el poder de la evolución.
Y entonces, fui feliz. Pasaron los años, me volví inmortal, Popee dejo el circo para estudiar en la gran ciudad, por supuesto conmigo a su lado, ya que después de aquel incidente, no se separo de mi nunca.
Con el tiempo fui olvidándome de lo que una vez fue mi mundo, mis amigos e incluso fui perdiendo parte de mis recuerdos con mi madre, sabía que un día los olvidaría en su totalidad, pues el estar aquí no solo cambia mi cuerpo sino también mis recuerdos, para adaptarme a este mundo, seria como tener amnesia, nunca mas volví a saber de mi mundo o de mi madre, pero tenia la certeza de que estará bien y que rehará su vida así como yo hice la mía y por eso, solo me queda disfrutar de este mundo y de la persona con la que decidí pasar el resto de mi vida, mi eterno enamorado Popee Paraphone.
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Bueno, llegamos al final de el capitulo, disculpen la demora y muchas gracias a todas las personas que llegaron hasta acá.
Pensé en retirarme permanentemente de Wattpad pero la verdad es que amo escribir y es algo que me libera mucho, así que si se me ocurre otra idea que considere buena para un libro seguiré escribiendo :D