DISASTER ─ max verstappen

By wnderlandaisy

5.2K 623 139

Bianca había pasado dos años sin trabajar en la Fórmula 1 y creía que debía renunciar por completo a su sueño... More

disaster
ACTO I. maybe i just made it up, messed it up !
uno.
tres.
cuatro.

dos.

721 111 28
By wnderlandaisy


BIANCA
27 de Junio de 2021

Circuito Paul Ricard, Francia

Trabajar en un mundo mayormente dominado por hombres no era fácil y significaba que tu puesto de trabajo siempre estaba en peligro si eras mujer. No importaba en que sector trabajaras, si cometías el más mínimo error o lo que hacías no era suficiente para ellos, consideraban que tal vez, un hombre podía hacerlo mejor.

Me parecía una estupidez.

Pero no iba a dejar que eso me detuviera de seguir viviendo mi sueño de formar parte de la Fórmula Uno haciendo lo que me apasionaba.

Después de haber entrevistado a Charles Leclerc, a Pierre Gasly y a Daniel Ricciardo en la zona de prensa, tenía que esperar a que Checo Perez terminara de hablar con los medios italianos, por lo que me apoyé en la valla y bajé el micrófono, observando a mi alrededor.

Los mecánicos guardaban los neumáticos, otros las piezas de un auto y otros simplemente ordenaban todo el espacio de trabajo. Incluso habían personas que movían las sillas de las hospitalidades de un lado a otro. Esbocé una sonrisita de orgullo al saber que después de tanto soñarlo, yo era parte de todo ese Mundo y ese lío, pero rápidamente dejé mis pensamientos de lado cuando vi que el piloto mexicano se acercaba.

Me puse derecha y subí el micrófono a la altura de mi pecho, esperando que pudiera detenerse para contestar alguna de mis preguntas.

Había terminado en tercer lugar, así que una entrevista con él sería increíble.

—¡Sergio!—lo llamé, por lo que el mencionado levantó su mirada y la clavó en mi, para luego mirar a su agente de prensa, que le dijo algo que no pude escuchar. El piloto hizo una mueca y por su expresión supe que no me iba a dar una nota, así que bajé el micrófono.

—Discúlpame, me gustaría darte una entrevista pero tengo órdenes del equipo y tengo que seguirlas—me explicó en voz baja—de verdad. Especialmente a ti que formas parte de un medio Latinoamericano y la entrevista sería en nuestro idioma.

—No pasa nada, lo entiendo—dije, sonriendo falsamente. Él asintió y se fue, así que solté un suspiro y miré a mis compañeros, que se veían algo incómodos. Ninguno de ellos dijo algo, pero igualmente no hacia falta que lo hicieran.

—Perdón, esto es culpa mía—les dije—les juro que lo voy a resolver.

—No pasa nada—dijo uno de ellos—quedan otros dieciocho pilotos que si cumplen y además, tienen que pagar una multa cada vez que no participan con los medios.

Asentí con mi cabeza y me di vuelta, viendo que el mismísimo Lewis Hamilton se acercaba junto a su agente de prensa, quién me dedicó una sonrisa antes de indicarle al británico donde ponerse, para luego sacar su celular y acercarlo a él.

Tomé el micrófono de nuevo y lo acerqué a mi boca para comenzar a hablar.

—Hola Lewis, ¡bien hecho! Lograste el segundo puesto y estás a pocos puntos de liderar el Campeonato. ¿Como fue la carrera para ti?—le pregunté. Él me sonrió y se acercó al micrófono que estaba instalado para los pilotos y colocó sus manos en su cintura.

—Honestamente, ha sido un gran fin de semana. La cantidad de gente en las gradas es una locura y me alegra que este circuito esté en el calendario. Di todo hoy y empujé lo más fuerte que pude, pero los autos de Red Bull... fueron mucho más rápidos que nosotros—contestó.

—En la última vuelta te detuviste en los pits por un set de neumáticos nuevos para obtener la vuelta rápida. ¡Bien hecho porque la conseguiste en la última vuelta de la carrera! Cuéntame, ¿como fue esa vuelta para ti?—le pregunté, viendo como él sonreía, orgulloso de lo que había logrado.

—Para mi la última vuelta fue una de las mejores partes de la carrera y estoy feliz de haberla conseguido en una única vuelta y con bajo combustible—respondió, sonriendo con simpatía—. Como te dije, este circuito es uno de mis favoritos, un clásico, a mi parecer.

—Última pregunta y eres libre de irte, Lewis—le dije, él asintió e hizo un ademán con su mano, despreocupdo—. Austria es el próximo destino y estás alcanzando al líder del Campeonato, ¿cuáles son tus expectativas?

—Ganar, conseguir buenos puntos e ir por el primer lugar en el campeonato. Red Bull es un rival fuerte y son increíblemente rápidos, pero confío en mi equipo y lucharé hasta el último momento para conseguir mi objetivo—respondió con firmeza, sonando bastante seguro de cada palabra que salía de su boca—. Faltan alrededor de quince carreras todavía. La temporada es larga, cualquier cosa puede pasar.

—Exacto, y ahí estaremos para escuchar tu opinión y tus palabras cada vez que bajes de tu auto. Muchas gracias por tu tiempo y mucha suerte, Lewis—le dije, sintiéndome agradecida de que se hubiese detenido para darme una nota, contestarme todo con respeto y por ser amable.

No muchos eran así. Y para cualquier periodista que recién comenzaba, el hecho de que Lewis Hamilton, siete veces Campeón del Mundo y ganador de más de ochenta carreras te diera una nota significaba un montón. Especialmente para mi, porque creía que sería arrogante y creído, pero no. Era decente y maduro.

—Gracias a ti, buen trabajo Bianca—me dijo, esbozando una sonrisa amable antes de seguir.

—Gracias—le dije a su agente de prensa. Ella sólo me dedicó una sonrisa y se alejó junto a él. Como mi trabajo ya había terminado, dejé el micrófono y me saqué los cables.

Ninguno de mis compañeros me hablaba, pero tampoco conversaban entre ellos como solían hacer. Era como si estuvieran absortos en sus pensamientos y comenzaba a preocuparme, más que nada porque ni siquiera se atrevían a mirarme a los ojos.

Tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar.

Tomé mi bolso y decidí caminar por el paddock hasta que encontré el buffet. Pedí un café mediano y una torta de chocolate que se veía exquisita y me senté en una de las mesas, con mi computadora y mis apuntes del día para preparar un artículo mientras esperaba mi pedido.

Llevaba escrito casi la mitad, cuando levanté mi cabeza y vi a uno de los productores del canal caminando en mi dirección.

No me costó mucjo deducir porqué él estaba ahí, buscándome entre tanta gente. De repente, el comportamiento de mis compañeros y colegas que solían hablarme y pasar tiempo conmigo todo el tiempo durante los fines de semana de carrera y lo poco que estaban comunicándose conmigo fue lo único que apareció en mi mente.

Todo cobró sentido Orlando Jenkins se paró frente a mi, agarrando la silla con sus manos y una expresión de pena y seriedad que me causaba nauseas.

Señalé el asiento frente a mi, indicándole así que tomara asiento. El hizo caso y se sentó, manteniéndose en silencio mientras me veía escribir en mi computadora.

—Buenas tardes, Bianca—me saludó con formalidad.

—Buenas tardes, Orlando—respondí—cuando termine este artículo seré toda oídos.

—Bianca, vine a hablar contigo—me dijo él con dureza—¿puedes dejar eso por un momento?

Solté un suspiro y asentí con mi cabeza, cerrando la computadora y dejándola a un lado. Un camarero llegó justo cuando Orlando abrió su boca para comenzad a hablar, y creo que en ese momento le agradecí a todos los dioses por atrasar esa conversación aunque sea, unos minutos más.

Tras hacer nuestros pedidos, Orlando comenzó preguntándome como estuvo la carrera, las posiciones del campeonato y yo le conté todo por pura educación y respeto porque era uno de mis superiores, porque sabía que lo hacía para pasar el rato y sacarme charla porque no quería tirarme la noticia muy de repente. Él a pesar de ser productor, era el jefe directo que teníamos, sabía todo. No hacía falta que me preguntara los resultados, quién había conseguido la vuelta rápida y a quienes me había tocado entrevistar.

Todo pasaba por él, antes de salir al aire.

Cuando nos dejaron nuestros pedidos en la mesa, Orlando tomó unos sorbos de su té para luego dejarlo en la mesa y seguir batiendo con su cuchara, haciebdo ruido con los lados de la cerámica, un acto que me estaba poniendo de mal humor y me irritaba de sobremanera.

—Orlando, con todo respeto, dijiste que viniste a hablar conmigo y te escuchabas bastante serio—comencé a hablar—me gustaría que fueras al grano.

Él asintió estando de acuerdo conmigo y dejó la cuchara sobre el plato para darme una mirada apenada, sin perder su aura seria y su autoridad.

—Teienes razón—dijo, carraspeando su garganta y acomodándose en la silla—. Mira, Bianca, te contratamos porque tenías uno de los promedios más altos de tu clase, tus prácticas fueron excelentes y haces un gran trabajo...

Se venía un pero. Siempre había un pero.

—En esta temporada de Fórmula Uno por fin hay una pelea por los campeonatos, tanto el de pilotos como el de constructores, y creo que entiendes lo importante que sería para el canal obtener la palabra de ambas partes, no solo la de una—comenzó—somos comunicadores, y queda mal que solo le brindemos a los espectadores la palabra de un solo equipo, que en nuestro caso es Mercedes.

Era peor que un pero.

—Yo...

—La gente cree que tenemos un acuerdo con la gente de Mercedes y están comenzando a quejarse porque creen que tenemos preferencia, cuando no es así—agregó, haciendo una mueca—y que Toto Wolff haya salido a declarar que está de acuerdo con tu comportamiento no ayuda en nada.

—Pero también comunicamos lo de otros equipos—contesté con obviedad—y Toto dice eso porque hablé mal de su rival, cosa que le conviene.

—A nadie le importan los equipos o los pilotos que quedan fuera del podio, Bianca—me dijo con dureza, ignorando lo que dije del jefe de equipo de Mercedes—la gente quiere ver a los que están peleando por cosas importantes, no a los que obtienen el voto de Piloto del día porque adelantaron a diez autos por haber quedado fuera de la Q2 o Q3 en un auto lento.

—Entonces son todos hipócritas, empezando por nosotros—le contesté indignada—me parece que están subestimando y cagandose en el trabajo de los demás.

—Cuidado como me hablas, Bianca—me habló, en un tono de reproche, queriendo imponer su poder y la posición que tenía, la cuál yo entendía a la perfección.

Era mi jefe y yo era una simple empleada.

—¿O qué, me vas a despedir?—le pregunté, soltando una risa sarcástica—. Si ya es obvio que no soy más tu empleada y viniste a comunicarme que me echan. ¿O me equivoco?

Orlando apretó sus labios y miró hacía otro lado, evitando mi mirada, demostrando que no me había equivocado. Es decir, era obvio que estaba ahí dándome una lista de razones por las que me quitaban el trabajo.

—No, no te equivocas—me dijo—nos vamos a comunicar directamente con tu abogado pero no hay nada de otro mundo. Vas a recibir el pago y vamos a tener en cuenta el tiempo que trabajaste para el canal, recibirás tu indemnización.

—Que considerados, gracias—respondí con ironía.

—Bianca... eres una periodista increíble, pero ese carácter te va a cerrar muchas puertas—me dijo, terminándose su taza de té y mirándome con pena, mientras agarraba su portafolio y su celular—. Ya te quitó este trabajo, que no vuelva a pasar.

—Esto me cerrará muchas puertas, Orlando—me quejé—¿no pudieron esperar unas semanas más? Yo...

—No depende de mi esta decisión, Bianca—me respondió—a todo esto lo decidieron una reunión y el resto es confidencial.

—Pero...

—Deberías estar agradecida de que consideraron dejarte la indemnización—soltó—hay algunos que no tuvieron esa suerte.

—Bien, gracias por venir a decírmelo en persona—dije, apretando mis labios. El hombre me miró y soltó un suspiro para luego darme un asentimiento de cabeza.

—Yo pago la cuenta—me avisó—nos vemos, señorita Di Marco.

—Adiós.

Lo observé mientras se levantaba, para luego dirigirse a la barra y pagar. Tomé aire y lo solté, sintiéndome muy abrumada por lo que acababa de vivir, porque todavía no lo asimilaba. El café que estaba adelante mío ya se había enfriado y la torta que tenía tan buena pinta y había visto deliciosa estaba intacta porque no pude darle ni un solo mordisco. Solté un suspiro y apoyé mis codos sobre la mesa, para luego tapar mi rostro con mis manos, sintiendo que me temblaban y que un nudo se formaba en mi garganta.

Había perdido mi trabajo. No era que me cambiaban a otra sección y podía cubrir otro deporte. Me habían  echado, lo que significaba que debería buscar otro trabajo y comenzar de nuevo, algo que sería muy difícil porque ya algunos medios y los fanáticos se habían dado cuenta de que nadie de Red Bull le daba entrevistas a nuestro canal cuando yo era la periodista designada.

Después de la carrera de Mónaco, la gente comenzó a darse cuenta de que el problema lo tenían conmigo. Si alguna de mis compañeras hacía la entrevista, si aceptaban, algo que me parecía increíblemente injusto.

La realización me estaba golpeando y fue entonces cuando apreté mis puños, sintiendo indignación porque todo se estaba desmoronando para mi.

Ya no cubriría la Fórmula Uno, la categoría de automovilismo que me apasionaba desde los cinco años. La categoría en la que siempre soñé trabajar y de la cuál me encantaba ser parte.

Había comenzado a estudiar periodismo porque tenía el sueño de trabajar ahí. El solo hecho de pensar en estar en el garage de cada equipo, en las conferencias de prensa, los sábados de clasificación, para los domingos de carrera y para las pruebas de pretemporada era mi motivación para levantarme todos los días, estudiar y dar lo mejor de mi misma.

Y cuando finalmente lo conseguía, se desvanecía entre mis manos como arena.

De un momento para el otro, pasaba de estar tranquila a tener un montón de problemas que habían sido causados todos por culpa de una sola persona.

Max Verstappen.

SOCIAL MEDIA UPDATES !

ARCHIVO
27 de Junio de 2021


BUENASSS. segundo capítulo de Disaster. Todavía ni aparece Max pero ya le está haciendo imposible la vida a la pobre Bianca 😔

Realmente espero que les haya gustado este cap. creo que voy a actualizar seguido porque tengo muucha inspiración para esta fic y también voy a estar subiendo edits a tiktok @wnderlandaisy así que atentas!!

En fin, voten, comenten y díganme que opinan! Spoiler; Max aparece el próximo cap 🙏

Saludos 🤎

Continue Reading

You'll Also Like

655 75 6
➷࿐ •*⁀➷𝑬𝒍 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝑨́𝒈𝒂𝒕𝒉𝒂 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒎𝒂𝒅𝒖𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒚 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒚𝒆𝒓𝒂 𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆 𝒅𝒓𝒂𝒎𝒂́𝒕𝒊𝒄𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒅�...
567K 76.5K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
732K 108K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
176K 10.1K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...