— Haewon, ya eres una chica mayor. Tienes diecisiete años y puedes cuidarte a ti misma... Y también creo que puedes cuidar a tu madre.
Mina ya estaba vestida para ir al trabajo. No podía faltar porque tenía programada una cirugía importante ese día, así que estaba preocupada porque Chaeyoung se había enfermado y tenía una fiebre alta que debían de tratar.
— No te preocupes, ma', yo puedo cuidar de Mamá Chae sin problemas. Mientras no se ponga a delirar por la fiebre, todo está bien.
— ¡Estoy bien! — Chaeyoung comenzó a toser— . Puedo cuidarme sola, Haewon no puede faltar a la prepa.
La menor se sentó en la orilla de la cama.
— Mami, sí puedo faltar, sería mi primera falta en todo mi curso escolar.
Chaeyoung cerró los ojos, con un puchero. Tenía las mejillas ligeramente sonrosadas en su piel bronceada.
— Haewon, ¿puedes encargarte de esto? — preguntó la doctora, preocupada por su hija y esposa.
La adolescente sonrió y le asintió a su madre. Mina suspiró y su hija le dijo que no se preocupara, que podía cuidar bien de su mamá.
— Confiaré en que la cuidarás muy bien hasta que llegue yo del trabajo y me encargue de ella. Sólo recuerda todo lo que hacíamos contigo cuando eras pequeña
Al final se fue al hospital un poco más calmada, dejando unas instrucciones para el adolescente.
Haewon se quedó sola con Chaeyoung y lo primero que hizo fue cambiarle el trapo húmedo que tenía en la frente. Lo mojó en agua tibia y se lo acomodó de nuevo. Seguía teniendo fiebre alta a pesar del antipirético que Mina le había dado
Estaba cubierta por las colchas hasta la barbilla y aún se encontraba en pijamas.
— Mami, cuando te sientas mejor, me avisas, para prepararte el baño.
— ¿Eh? ¿Minari?
Haewon acomodó unas mandarinas recién peladas en la mesita de noche al lado de la cama de su madre. No tenía la gran habilidad de ella para quitarles la cáscara en modo turbo, pero lo hacía relativamente bien.
— Mami Mina ya se fue al trabajo, pero llegará temprano, no te preocupes.
Chaeyoung hizo un puchero con los labios otra vez.
— No me dio un beso de despedida...
La adolescente rió ante la queja de su mamá.
— Es que luego lo contagias a ella y no quiero tener dos madres enfermas a las que cuidar.
— Pero yo quería un besito. — Siguió con su gesto decepcionado.
— Intenta dormir un poco, trataré de cocinar caldo de pollo.
Chaeyoung masculló algo, lo cual Haewon no entendió, así que se aseguró de que su madre estuviera al menos un poco cómodo y salió de la habitación.
Ella casi no cocinaba, pues Mina prefería ser el encargado de hacerlo, pero su mejor amiga y querida torpe, idiota, estúpida Lily (como la tenía guardada en contactos) tenía perfectos dones culinarios.
Marcó a su celular.
— Hey, Magnesio.
— ¿Qué pasa, Manganeso? — respondió su amiga después de unos momentos.
— ¿Sabes cómo se hace el caldo de pollo?
— Pues con pollo.
Lily rió del otro lado de la línea telefónica y Haewon rodó los ojos.
— No seas payasa, mi mamá está enferma y la estoy cuidando, quiero hacer algo por ella y darle algo bueno de comer.
— Ah, ya, ¿cómo está tu madre, es Chaeyoung o Mina?
— Mamá Chae. Le dió una gripe muy fuerte, tiene fiebre alta y estoy segura que en unos momentos se va a poner a delirar.
— Pobre Chaeyoung... Pues cuídala bien, Hae. Iría contigo, pero ya sabes, me escapé de clase de cálculo sólo para responder la llamada.
Haewon sonrió, colocándose un mechón de cabello detrás de la oreja
— No seas tonta, ya es suficiente con que yo haya faltado, solamente necesito que me digas cómo hacer un caldo de pollo, aprendo rápido.
— No es difícil, aunque van a terminar creyendo que soy una loca, hablando de cómo hacer un caldo de pollo, encerrada en un cubículo del baño.
Ambas rieron ante la situación.
— Pero harías ese pequeño sacrificio por mí, ¿no? — preguntó Haewon con voz más suave.
— Por Chaeyoung.
Haewon hizo un puchero, a pesar de que la chica no la pudiera ver.
— Bueno, hazlo por mamá.
— Es broma, Hae. Lo haré por las dos. Ahora, escúchame bien, no es difícil.
Mientras Haewon recibía instrucciones de parte de Lily, Chaeyoung se quitaba las mantas y se ponía de pie, pero le fallaron las rodillas y su cabeza dio vueltas, así que se dejó caer en el suelo alfombrado.
— Mina...
Y se quedó dormida ahí.
— Mamá, ya te preparé la comida que cura enfermos.
Haewon entró al cuarto con una bandeja equilibrada en su brazo, que contenía un plato de sopa y jugo de naranja natural.
— ¿Mami? — preguntó cuándo no vio a Chaeyoung en la cama.
Dejó la comida en la mesita de noche y del otro lado vio a Chaeyoung durmiendo en el piso y temblando.
— ¡Mamá!
Se aproximó hacia ella y le puso la mano en la frente, que estaba ardiendo.
— Diablos, no ha bajado nada.
La removió un poco del hombro para que se despertara, pero Chaeyoung sólo murmuraba lo mismo una y otra vez.
— Mina... Minari...
— ¿Mina? Mamá todavía no llega.
Haewon era fuerte, pero no tanto como para cargar a Chaeyoung, así que la ayudó a levantarse, aunque estuviera semi-inconsciente.
Con mucho esfuerzo, la acomodó en la cama.
— Necesitas darte un baño tibio...
— Yo se lo daré, no te preocupes.
Haewon se sorprendió al ver a Mina entrar en el cuarto, quitándose el abrigo ahí mismo.
— Vine lo más rápido que pude en cuanto terminé la operación. ¿Cómo está tu madre?
La adolescente fue por el abrigo de su madre para ayudarle, pues Mina prácticamente había ido directamente con su esposa por la preocupación que había tenido todo el día.
— De nuevo se le subió la fiebre. Le preparé un caldo de pollo con las instrucciones de Lily para que tuviera algo en el estómago, pero la encontré durmiendo en el suelo.
— Entiendo. Déjame la llevo a ducharse, gracias por cuidar de ella, amor, puedes descansar un rato.
— Le pediré la tarea a Lily, no quiero retrasarme en nada.
La joven le dio un beso en la mejilla a Mina para dejarle encargada a Chaeyoung.
La japonesa se acercó a su esposa, que tenía los párpados cerrados y se veía más enferma que en la mañana. Le acarició la mejilla con ternura.
— Chae, ¿puedes ayudarme un poco, por favor? Tengo que llevarte al baño.
La coreana abrió los ojos al escuchar la voz de su esposa.
— ¿Minari? ¿Eres tú o estoy alucinando?
Mina le picó la nariz con cariño.
— Soy yo, tontita.
Chaeyoung sonrió tontamente.
— Ahora intenta ponerte de pie, vamos a bañarte.
La enferma se enderezó con ayuda de su esposa y la llevó al baño de su habitación. Chaeyoung se sentó en la taza del baño, esperando a que Mina llenara la tina con agua tibia.
— Voy a desvestirte.
Se acercó al cuerpo de la mujer y comenzó a quitarle la ropa, despacio, pues aún estaba débil.
Cuando acabó por desvestirla casi por completo, dejándolo sólo en ropa interior, la llevó hasta la tina, en la que se metió y disfrutó del agua tibia.
— Haewon te preparó un caldo de pollo, con sus propias manos.
— ¿De verdad? Ya quiero probarlo... aunque no vaya a disfrutarlo del todo porque cuando uno está enfermo todo sabe raro.
Rieron. Mina agarró la esponja y la pasó por la piel caliente de Chaeyoung, con suavidad y gentileza. Se había arremangado la camisa de botones y ahora estaba salpicada un poco.
— Siento que se me va a destrozar el cuerpo... — Chaeyoung se dejó hundir hasta la barbilla.
— Chae, espera-
La mujer tomó a su esposa de los hombros y la hundió junto a ella.
— ¡Ah, Chaeyoung!
Ahora estaban las dos en la bañera.
— No creo que estés en las condiciones de hacer eso...
Pero Chaeyoung sonrió de lado y besó a su esposa profundamente, la cual no puso mucha resistencia.
— Chae, hablo en serio, ni siquiera se te ha bajado la fiebre, y me vas a enfermar a mí también, no podemos dejarle la carga a Hae de que nos cuide a las dos...
Al entrar en razón a su esposa, la coreana soltó a la mayor con un puchero y Mina salió de la bañera, con toda su ropa mojada.
— Es que quiero darle amor a mi Minari...
Se estaba comportando de una manera tan adorable que Mina casi cae en su juego, pero tuvo que despejarse la mente y le gritó a Hae que le llevara una toalla para secarse ella y a su esposa.
La joven llegó al instante y se le quedó mirando con sospecha.
— Me resbalé en la bañera — dijo Mina y tomó ambas toallas.
Pero Haewon entrecerró los ojos y se fue de ahí sin despegar la mirada de sus madres.
— Bien, vamos a secarte, tienes que comer el caldo de pollo que tu hija te hizo con tanto amor. Confío en que Lily se encargó de que Hae hiciera un gran trabajo.
Chaeyoung se levantó con esfuerzo y salió de la bañera. La japonesa comenzó a secarla y sintió una calidez en su corazón, porque a pesar de ser toda una adulta de un cuerpo muy bien trabajado, su Chae seguía siendo la misma persona inocente y rutilante que había conocido cuando eran más jóvenes.
Cuando terminó de secar su cuerpo, siguió con el cabello castaño y le sonrió al finalizar.
— ¿Y mi besito? — Otro puchero.
Seguido de un beso en la mejilla por parte de Mina.
— Quédate aquí, voy por tu ropa.
Mina ayudó a Chaeyoung a cambiarse e ir a la cama, porque la adulta aún seguía mareado.
Su hija llegó con el bendito caldo que le había costado hacer y se lo acomodó con una mesita en la cama.
— Te aseguro que sabe bien, yo mismo la probé.
Su madre le sonrió y se estiró a revolver el cabello largo de Haewon. Últimamente se lo estaba dejando crecer y lucía muy bien en ella. A Mina casi le da un infarto cuando la menor se rehusó a tener un corte, pero ese infarto no fue mayor al que le dio cuando la adolescente llegó con sus orejas horadadas, en tres puntos distintos.
Claro, el infarto no le duró cuando el argumento de su bebé fue que su madre también tenía las orejas perforadas, así que era un permiso tácito.
Habían criado a una peligrosa niña lista y no se arrepentían.
— ¿Quedó un poco de ese caldo? Yo también quiero probarlo — preguntó Mina.
Haewon asintió emocionada
— ¡Claro! Hice una olla entera, ahorita te lo traigo.
— Sírvete un plato tú también, ¿por qué no cenamos de una vez y vemos una película?
Así fue como las tres comieron lo que preparó Haewon con tanto amor y gusto (sin olvidar mencionar la ayuda de la estúpida y buena chef Lily) y vieron una película para mayores de 13 años porque la adolescente ya tenía permitido ver eso.
Al final, incluso las tres durmieron en la misma cama, Haewon en medio de sus madres, como cuando era una niña, porque a pesar de crecer, algunas cosas no cambiaban