𝑃𝑢𝑝𝑝𝑦 ᵏᵘᶻᵘˢʰⁱʸᵃ

𝟒

Shuntarō cerró la puerta y se dejó caer contra ella, estaba cansado, pero recordó al alfa con quien tenía una cita al día siguiente. Dejó salir un grito de emoción, lo que provocó que Takumi apareciera con un bate en la mano y Kyuma con un spray insecticida.

— ¿Qué mierda les pasa?

— Gritaste idiota— Ginji asintió ante lo dicho por Takumi y después se retiró, no importandole realmente el resto de la conversación.

— Okay mira— gritó de emoción— Eso es un grito de emoción— gritó con dolor— Eso es por dolor— antes de que gritar una vez más Takumi le cubrió la boca.

—- Entendido— Shuntarō lamió la mano de Takumi y el alfa alejó su mano unos centímetros antes de pasarla por la cara de Shuntarō— ¿Por qué la emoción?

— ¿Recuerdas a Keiichi?— Maki negó y se dio la vuelta para empezar a caminar a la cocina, Shuntarō lo siguió mientras hablaba— El alfa con el cachorro que quería que fuera su mamá.

— Ahh, el señor Kuzuryū— Shuntarō asintió.

— Tengo una cita con él mañana.

— ¿Mañana?— Shuntarō asintió y se sentó en la encimera de la isla— ¿Y el niño irá?

— No, no creo— murmuró lo último— He estado hablando con él desde el Martes, siento que es mi alfa— Takumi paró de cortar los vegetales y puso toda su atención en Shuntarō.

— ¿No bromeas?— Shuntarō negó— Shun, eso es asombroso, me alegro por ti, pero...

— Noooo, ¿puedes sólo ser feliz por mi y no decirme el pero?— Takumi sonrió— Por favor, siempre tienes un pero.

— Sabes cual es el pero— dijo antes de hacerle una seña a Shuntarō para que saliera de la cocina.

Shuntarō obedientemente salió de la cocina, antes de subir las escarelas decidió que iría con Ginji, así que caminó por el pasillo hasta la habitación de pintura del pelinegro. Al estar ahí se sentó al lado del lienzo donde Ginji estaba pintando.

— Gin— susurró, tratando de interferir con el proceso del nombrado— Creo que Keiichi es mi alfa.

— No bromees con esto omega— Shuntarō negó de inmediato.

— Te lo juro, Takumi tiene un pero, sé que su pero es Ren— Ginji asintió, haciéndole saber que era escuchado— Pero Ren es el cachorro más adorable y lindo que he conocido.

— ¿Y siempre lo será?— Shuntarō fruncio el ceño— Has oído las historias, tú quieres cachorros, siempre has querido cachorros y no puedes amar a tus cachorros más de lo que puedes amar a Ren, no deben dejarlo de lado cuando tengan cachorros, ¿acaso Keiichi quiere más cachorros?

Shuntarō no respondió, no sabía nada de eso, aún no conocía bien a Keiichi. Personalmente Shuntarō desde el día en que se presentó soñaba con tener una familia, aunque con el tiempo los cachorros le hartaban, pero siempre pensó que sería diferente cuando fuera su cachorro.

Se levantó para irse a su cuarto, quería matar a esos alfas con quienes vivía, a Shuntarō no le importaba vivir en la ignorancia, pero esos alfas lo hacían darse cuenta de sus errores como humano y Shuntarō los quería matar a diario.

Se recostó en su cama, nada más que su aroma alrededor, encerrandose en su propio mundo tratando de resolver todas las dudas que Takumi y Ginji instalaron en su mente con tanta facilidad.

La tarde del siguiente día, era el día libre de Shuntarō, tenía una cita con Keiichi. La cita era en una hora, aún no estaba listo. No sé había arreglado aún, tampoco estaba listo emocionalmente para todo el asunto de la cita. Tampoco había contestado los mensajes de Keiichi.

Ginji abrió la puerta del cuarto de Shuntarō y entró, le aventó el celular al omega.

— Le contestas ese maldito teléfono a ese pobre alfa o te mataré— Shuntarō tomó su celular y contestó la llamada frente a Kyuma, quien no había revelado que conocia al alfa, pero al ver que el omega contestaba la llamada se fue.

— ¿Shuntarō?

— Hola— se dejó caer contra su cama y cerró los ojos, enfocándose en la voz del alfa.

— Solo quería verificar si aún quieres ir a la cita, ¿aún quieres eso?— Keiichi estaba encerrado en el baño, acomodando las cosas del lavadero mientras hablaba con el omega.

— Si, yo quiero eso, ¿tu también quieres eso?— Keiichi rió suavemente por lo ridículo que se sentía.

-—Yo lo quiero— Shuntarō sonrió— ¿Estás bien?

— Si, si— confirmó— ¿Tú estás bien?

— Si, yo... Solo un poco nervioso, pero bien— Shuntarō suspiró tratando de no ser tan obvio.

— ¿Y Ren?

— Él está bien, muy bien diría yo.

— Keiichi, yo... — tomó un respiró para calmarse— ¿Tu quieres estar conmigo por que realmente quieres ó te sientes presionado solo por que Ren me quiere?— Keiichi dejó de moverse y se sentó en la orilla de la bañera.

— Siendo honesto, que Ren te quiera no tiene nada que ver con lo que siento por ti. Sé que esto irá algo rápido, porque mi cachorro ya te quiere como mamá, pero no quiero que lo que sea que seamos dependa de Ren.

— ¿Qué sientes por mi?— preguntó dando la vuelta en su cama.

— No hagas esto— Shuntarō rió.

— Vamos, yo te diré que siento.

— Bien— murmuró— Siento que eres mi omega, sé que es ridículo porque apenas y nos conocemos, pero enserio no dejo de pensar en ti desde la primera vez que te vi en emergencias— Shuntarō mordió su labio tratando de contener la sonrisa que amenazaba partir su cara a la mitad— Eres hermoso y divertido, eres inteligente y... simplemente eres perfecto Shuntarō— el omega enterró su cara en su almohada ahogando un grito— ¿Shuntarō?— preguntó al no recibir respuesta— ¿Acaso dije demasiado?

— No— murmuró aún contra la almohada.

— ¿Te hice sonrojar?— Shuntarō rió un poco.

— Si— levantó su cara— Eres muy dulce— el alfa sonrió— También creo que eres mi alfa.

Keiichi se levantó de donde estaba sentado y empezó a caminar por el baño, su alfa estaba felíz, corriendo alrededor con su colita en alto moviéndose con alegría.

— ¿Keiichi?— el alfa se detuvo— ¿Podríamos sólo ir al parque en vez de a ese restaurante elegante?

— Claro, lo que quieras, te veo en el parque.

— ¿Keiichi?, espero no sea ningún problema, pero mis roomates no me dejarán salir hasta que les diga que vienes por mi aquí.

— Puedo ir por ti, sólo necesitaría tu dirección.

— Ahora te la mando

— Bien, ¿a las cinco, cierto?

— Sip, estaré listo.

— Te veo a las cinco.

— Te veo a las cinco Keiichi— y terminaron la llamada. Shuntarō se levantó de su cama y dio un par de saltitos emocionado por lo que podría llegar a pasar en su cita, mandó la dirección a Keiichi antes de apresurarse a vestirse.

Se sintió como un adolescente cuando estaba asomado por la ventana esperando la llegada del alfa. Al ver a Keiichi salió de su cuarto corriendo, Takumi y Ginji rieron al verlo cruzar la sala con rapidez, pero se levantaron para seguirlo, llegaron a la puerta al mismo tiempo. Shuntarō abrió la puerta cuando el timbre fue tocado.

— Hey— dijo tan rápido como pudo, sabiendo que sería humillado por esos alfas que se hacían llamar sus amigos— Ellos son Maki y Kyuma— murmuró.

— Hola, un gusto conocerlos— aunque tal vez eso no era cierto por que ya conocía a uno de esos alfas, el mismo que le guiñó el ojo, sonrieron cómplices. Por primera vez Keiichi estaba experimentando celos, su alfa se sentía con el derecho de ser posesivo sobre Shuntarō. Pero Keiichi no era de esa forma.

— Si, a ellos también les gustó conocerte— estiró su brazo para tomar su chaqueta y salir rápidamente.

— ¡Lo queremos en casa antes de las once, mañana tiene dos turnos!— gritó Ginji. Shuntarō bufó y los escucho reír mientras se alejaba al lado de Keiichi.

No hablaron mucho cuando caminaban hacia el parque, nada importante, nada personal, sus manos rozaban por cuán cerca caminaban, temas triviales eran mencionados cada cierto tiempo. Hasta que Keiichi tomó la iniciativa y rodeó la mano de Shuntarō con la suya.

— Me gustas mucho— le susurró al omega, quien dejó de hablar y bajó la cabeza, mejillas sonrojadas, sonrisa amplia.

Aunque Shuntarō no contestó se apegó al costado del cuerpo del alfa y siguieron caminando, pasos coordinados, como si fueran ensayados. Sus aromas siendo mezclados por el viento que les rodeaba. Perfección para ambos en medio del verano. El sol bajando cada minuto un poco más, la tierra girando en órbita, un par de estrellas en lo más alto del cielo, pintando un hermoso atardecer.

— ¿Por qué los omegas aman las estaciones frías si saben que se van a congelar?

— El cielo es más lindo cuando hace frío— Keiichi sonrió y bajó la mirada hacía el omega— Nuestras parejas nos cuidan más, invierno y otoño, son temporadas hermosas.

— ¿Y no les interesa primavera o verano?

— Deben ser las estaciones favoritas de algunos omegas, pero no las mías.

— ¿Ni siquiera porque primavera es la época de cortejo?

— No, el cortejo en primavera es tan tradicional y aburrido, flores es lo único que dan, ¿has visto cortejos en otoño?, son hermosos, los alfas piensan un poco más.

— ¿Tu has visto un cortejo en otoño?

— No, pero vi uno en invierno— Keiichi sonrió— Cuando Ginji cortejó a Takumi— un dato que Keiichi no sabía.

— ¿Tus roomates?— Shuntarō asintió y Keiichi rió suavemente algo aliviado, el ceño de Shuntarō se fruncio— Perdón, no pienses que soy estúpido, sólo me sentí nervioso al saber que vives con dos alfas.

— ¿Cómo por qué?

— Tú sabes porque.

— Quiero que lo digas— se detuvieron enmedio del camino para correr del parque, Keiichi puso sus manos en las mejillas del omega, viéndose los ojos, sintiendo esa dotación de dopamina fluir por sus cuerpos.

— Tengo la sensación de que me volverás loco— Shuntarō sonrió— Quiero que sepan que soy tu alfa, que tienes a alguien que te abrace en otoño y que te dé su abrigo en invierno— Shuntarō puso sus manos sobre las muñecas de Keiichi.

— ¿Seguirás aquí en invierno?

— Estaré aquí todas las estaciones, tratando de enamorarte.

Sus ojos eran brillantes, el cielo reflejado, dándoles un subtono más oscuro de lo usual, pasó a ver sus labios, sonrió al ver la acción del omega. Se inclinó y atrapó los labios del omega entre los suyos, ambos sintieron la calidez llenar sus pechos confirmando cada sospecha que tenían, aclarando cualquier estúpida duda que llegó cruzar sus mentes. Una danza simple y delicada que los llevó lejos de todos, alfa y omega presentándose por primera vez en el plano celestial.

— ¿Keiichi?— susurró cuando el contacto entre sus labios término, verificando si el alfa había sentido todo ese tornado en su interior al igual que el.

— ¿Mhmm?— aún con los ojos cerrados buscó aún más contacto al sentir la mano de Shuntarō pasear por su mejilla. Como un gato buscando cariño.

— Eres hermoso— Keiichi sonrió— Alfa— Keiichi abrió los ojos lentamente, vio los labios algo rojizos de Shuntarō, mejillas sonrojadas, pómulos altos, pestañas aleteando. Lo acercó aún más, abrazandolo por la cintura, enterró su nariz en la fuente de aroma del omega llenándose de ese perfecto aroma.

— Eres tan dulce— susurró contra el cuello de Shuntarō, lo acercó un poco más, aunque no era posible— Omega— dijo, aliento chocando con la piel del omega que cruzó sus manos detrás del cuello de Keiichi.

El corazón de Shuntarō latía con calma, confirmando que esto era correcto, las horas de nervios y ansiedad que experimentó antes de la cita no importaban desde el momento que vio a Keiichi cerca del auto rojo de Takumi, una sensación de relajación lo llenó por completo. Pero debía decir algo que rondaba su cabeza a cada segundo.

— Quiero cachorros— susurró, aún no distinguiendo si eso realmente había salido de su boca o simplemente había pasado por su mente una vez más.

— Todos los que quieras— respondió Keiichi, antes de volver a besar a Shuntarō— Ren será un gran hermano mayor.

— Seguramente— Shuntarō abrazó a Keiichi su frente contra sus clavículas, sintiéndose cálido, seguro, tranquilo. Como un hogar.

Podía verse en un futuro formando una pequeña familia con Keiichi y Ren, en algún punto aumentar el número de integrantes. Aunque Shuntarō no tenía ninguna prisa. Realmente sólo estaba demasiado emocionado.