𝐀𝐜𝐭𝐢𝐯𝐨 𝐄𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐚...

By catseyz

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Shuntarō y Suguru son esposos desde hace 4 años, ambos quieren tener un bebé. ¿Él problema? Shuntarō es alfa... More

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By catseyz

— ¿Y cómo está tu hijo Hikari? — La voz de la beta se escuchó por el IPad. Shuntarō se encontraba en la cocina preparando la comida del día de hoy mientras estaba en video llamada con sus amigos

— Él está bien, la herida no fue tan profunda así que no necesitó puntos. Ahora le da miedo subir y bajar las escaleras solo, siempre pide mi ayuda o la de Riri.

— Debió ser un gran susto para ustedes. — Habló Asahi, la beta.— ¿Cuántos años tiene?

— Un año, le he dicho muchas veces a Diane y Rizuna que no jueguen tan brusco con su hermano, pero parece que les entra por un oído y les sale por el otro. Espero que con esto les de un escarmiento y hayan aprendido la lección.— La omega levanto la mirada al techo y soltó un fuerte suspiro para tranquilizarse, regreso su mirada a la pantalla y sonrió. — ¿Y qué hay de ti Asahi? Supe que tendrás una niña, muchas felicidades.— felicitó la omega, Ryōhei aplaudió emocionado y Asahi sonrió agradecida, el único alfa del grupo ahogó un suspiro, le dolía mucho hablar de estos temas, pero no quería cortar la emoción de sus amigos.

— Muchas gracias chicos. Realmente estoy muy emocionada, no solo yo, Momoka no para hablar de eso.

— ¿Te trata bien mi cuñada, Asahi? — Preguntó Shuntarō tratando de dispersar los pensamientos tristes mientras empieza a revolver los ingredientes del caldo que está preparando.

— De maravilla, Momoka es la mejor alfa de todas, siempre tan atenta, velando por mi bienestar, ¿pueden creer que me llama cada 5 minutos para ver si estoy bien? Tal vez no seamos pareja predestinada, pero agradezco a la Diosa Luna que me la haya puesto en mi camino.

— En realidad fui yo el que la puso en tu camino, ¿recuerdas?

Niragi Momoka, hija menor de la familia Niragi, única mujer de sus hermanos y una Alfa con carácter fuerte y dominante pero tierna y cariñosa con personas cercanas a ella. Momoka, al igual que su hermano mayor tiene una empresa, una línea de ropa llamada Monim.

La vida amorosa de Momoka antes de Asahi no fue fácil, su pareja predestinada, aquella que supuestamente es el amor de tu vida y no pueden vivir uno sin el otro, la rechazó.

Según lo que Suguru le dijo es que su predestinada era una omega mujer, ella no quería a alguien de su mismo género, ella quería a un hombre grande y fuerte que supiera protegerla no a una alfa delgada y debilucha que no podría ni levantar una silla.

Palabras de ella no suyas.

Claramente Momoka cayó en depresión absoluta, estuvo a punto de morir varias veces si no fuera por sus hermanos y padres que estuvieron 24/7 encima de ella. Gracias al apoyo incondicional de su familia pudo salir adelante. No fue hasta unos años más adelante en una fiesta que presentó a Asahi con Momoka.

Y bueno, el resto es historia para otro momento.

— Como haya sido, el asunto es que estoy feliz de tener a Momoka conmigo. Ahora, fue mucho hablar de mi, Ryō dinos, ¿Qué se siente ser "madre" al fin? —Y ahí estaba el tema que tanto quería evitar.

— Maravilloso, realmente es una emoción indescriptible, cuando tienes a tu bebé en brazos admirando sus facciones y belleza, dándote cuenta que darías todo por cuidar y proteger a tu pequeño cachorrito —Shuntarō paró de revolver el caldo y bajó la mirada triste, sintiendo como su garganta iba cerrándose, sus amigos no se daban cuenta de su situación y lo agradecía enormemente, no quería hablar del tema. 

— Se cómo te sientes— habló Hikari — Es lo mismo que sentí cuando mis 3 cachorritos nacieron.

— Estoy tan emocionada —dijo Asahi— No puedo esperar a tenerla en mis brazos y sentirla— la pelinegra acarició su pancita de 6 meses.

Yo nunca lo sentiré. Pensó Shuntarō sintiendo como su labio empezaba a temblar y sus ojos a humedecer, mordió su labio tratando de evitar un sollozo.

— Ojalá pudieran venir a conocerla —habló nuevamente Ryōhei— Pero Yuzuha está extremadamente posesiva, no deja entrar ni al doctor, las enfermeras logran entrar, pero siempre les gruñe si se acercan mucho a mi o a Alice.

— Es normal en los alfas —Hikari recargó su cabeza en la palma de su mano, su codo estaba recargado en su pierna.— Cuando Diane era una cachorrita recién nacida y recién llegábamos a la casa después de un día completo de labor de parto, no tenía ganas de cocinar así que pedí una pizza. Riri ahuyento al repartidor. Tuve que obligarla que fuera a la pizzería para pagar lo pedido.

— Y ni hablar de tu situación —habló Asahi — Al tener tantos intentos fallidos de tener hijos hasta al fin tener uno triplica su posesividad y protección

— Con los omegas y betas es un poco más flexible, tal vez Kuina y Asahi puedan venir y verla desde lejos —ambas mencionadas asintieron emocionadas.— Lo siento Shun, tendrás que esperar un poco para poder conocerla.

— N-No h-hay p-problema— y bien, no quería que su voz se escuchara cortada y temblorosa pero simplemente no podía evitarlo, las miradas preocupadas de sus amigos no se hicieron esperar.

— ¿Shuntarō? —La voz preocupada de Hikari se escuchó en aquel silencio incomodo— ¿Estás bien? —No, no estaba bien, odiaba ser alfa, la maldita voz de mando, su maldito olor, los estándares que debería cumplir, como se debe de comportar.

Él debió ser un omega no un alfa, él era sumiso no dominante, él no era un maldito posesivo, no gruñía a cualquiera solo por ser de la clase más alta él odiaba la violencia, odiaba no poder prepararse para su pareja, odiaba ser tan agresivo a la hora de su celo y por último y más importante odiaba no poder embarazarse.

Odiaba no poder sentir esa maravillosa sensación que sus amigos siempre hablaban, odiaba que nunca iba a poder sentir las pataditas en su estómago, crear una conexión con su bebé o poder amamantarlo hasta que sus pezones duelan. Odiaba que la luna lo haya convertido en algo que no era.

Los sollozos se empezaron a escapar de su garganta, llevo sus dos manos a su cara para poder evitar el sonido, pero fue inútil, el llanto se iba haciendo más grande hasta que ya no lo logró controlarlo, lagrima tras lágrima salían de sus ojos mojando sus manos, el llanto salía tan fuerte que le estaba empezando a lastimar la garganta, el corazón de sus amigos se empezaban a oprimirse cuando escuchaban aquel desgarrador sonido.

¿Por qué? ¿Por qué la vida lo odia tanto? Pensaba que adoptando un hijo podría llenar aquel vacío que la vida le dio, pero una vez más estuvo equivocado.

Una vez que su llanto se calmó, seco sus lágrimas con el delantal de Iron Man que Suguru le regalo por su cumpleaños.

— Lo siento — dijo Shuntarō entre hipidos.

— Está bien cariño —Asahi sonrió — ¿Quieres contarnos? Si no quieres hablar lo entendemos. —El alfa simplemente negó, necesitaba desahogarse y sabía que si no lo decía estarán inquietos, y eso no es bueno, más para Ryōhei y Asahi, que son los más delicados en estos momentos.

— Nos habló la institución de adopción de Tokio; nos rechazaron la solicitud.

— ¿Otra vez? —Preguntó Hikari indignada. Shuntarō asintió.— ¿Qué fue esta vez?

— Nos dijeron que su institución no acepta adoptar niños a parejas fértiles.

— Eso es lo más estúpido que he escuchado en mi puta vida —Hikari se cruzó de brazos y frunció el ceño— Y eso que he escuchado muchas.

— Lo siento —se escuchó la voz del otro chico.

— No es tu culpa Ryō, tú no pusiste un arma frente a la vida para que me fuera mal en ella. Tú no tienes la culpa de no poder tener hijos.

— ¿Ya intentaron con la gestación subrogada? —preguntó Asahi.

— Conociendo lo celoso y posesivo que es Suguru dudo que esa sea una opción.

Un silencio invadió el ambiente, lo único que se escuchaba era el caldo que empezaba a hervir, Shuntarō decidió apagar la estufa, no tenía ganas de seguir cocinando y tampoco quería un accidente en la casa.

Hikari fue la primera en romper el silencio.

— ¿Qué hay de hijos propios? — Shuntarō frunció el ceño al escuchar aquella opción.

— No puedo embarazarme.— alegó.

— Tú no, pero Suguru sí.

Nuevamente silencio.

— Piénsalo, tal vez no seas fértil de una manera, pero sí de otra, tienes espermatozoides que puedes incubar en un óvulo de Suguru y pum un hijo.

Shuntarō hizo una mueca de disgusto al imaginar tal escena. Yo el de arriba metiendo mi amiguito en la entrada de mi esposo una y otra vez para...Un escalofrió invadió su cuerpo. No simplemente no es una imagen para nada bonita.

— Sé que no te gusta la idea —intervino divertida Hikari al ver la reacción del menor— Pero no hay más opción, si no pueden adoptar y tu celoso y exagerado esposo no quiere una gestación subrogada. ¿Qué otra opción queda?

— ¿Una inseminación? —Preguntó Ryōhei. Un gruñido salió de su garganta.

— Me niego a que haya un espermatozoide dentro de mi omega que no sea mío.

— Y luego te quejas de que Suguru es el celoso y posesivo —se burló Hikari con un bufido.

— ¿Y si hablas con él? —Interrumpió Asahi— Ambos están desesperados por tener un hijo, creo que un cambio de roles una vez no les vendría mal.

¿Será posible? El cambio de roles suena como la única opción factible ¿Ser el activo? Es algo que no le agradaba mucho en realidad, ya lo había probado antes con una o dos omegas antes de conocer a Suguru, pero la sensación no le agrado mucho, dejándolo a medio camino. Aún recordaba los insultos de las omegas cuando les decía que no se sentía satisfecho. Shuntarō pasó su mano por su mejilla, hasta recordaba las cachetadas. El llanto de un bebé lo saco de sus pensamientos. Ryōhei nos veía con pena.

— Lo siento chicos, debo colgar, Alice me necesita.

— Adelante Ryō, ese es el precio de tener hijos.

— Gracias Asahi, adiós chicos.— Cuelga la llamada. No pasó ni un minuto cuando el sonido de cosas rompiéndose se escucharon, Hikari se levantó del sillón asustada, la cámara solo enfocaba su pelvis.

— ¡Niños! ¿¡Que están haciendo!? — Hikari se volvió a sentar alterada, en su cara se podía ver la preocupación.— Lo siento chicos yo también debo colgar, juro que un día de estos los mocosos me sacaran canas verdes y Rizuna quiere otros dos.— Dijo en queja, nuevamente el sonido de cosas rompiéndose se escucharon y Hikari apagó la cámara, quedando solo Asahi.

— Piénsalo ¿sí?, no pierdes nada. ¿Cuándo es el celo de Suguru?

— En una semana.

— Tienes una semana para pensarlo y hablarlo con él.

— Pero ¿y si me dice que no?

— Entonces sabrás que lo intentaste y no te quedarías con el "hubiera" aunque siéndote sincera dudo que te diga que no, él está igual de desesperado que tú y cualquier opción la tomaría más que bienvenida.

¿Enserio estará bien? Da miedo como pueda reaccionar Suguru ante la propuesta, Suguru no es una persona fácil de manejar, si le dices algo que no le guste simplemente corta cualquier tema de conversación e ignora cuando uno trata de volver a meter el tema.

Orgulloso y terco, así era su omega.

— Tampoco lo pienses tanto —volvió a hablar Asahi con burla— O se te quemara el cerebro.— Shuntarō solo sonrió.— Debo irme y recuerda, es Suguru del que hablamos, él te adora y sabrá escucharte, que tengas linda tarde.

Y colgó, dejando a un rubio nuevamente en un limbo de pensamientos.

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