Tenten Week 2023

Autorstwa PerlaPeralta893

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Está historia participa del #TentenWeek2023. Marzo: 🗡Jueves 9 - Día 1: Cumpleaños / Aniversario 🗡Viernes 10... Więcej

Día 1
Día 2
Día 4
Día 5
Día 6

Día 3

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Autorstwa PerlaPeralta893

Primera arma / Tienda de armas

Tenten odiaba las clases de conocimiento y refinamiento de actitudes femeninas ¿Acaso iba a armar un arreglo floral para dárselo a su enemigo en medio de la batalla? Por supuesto que no. Estás clases eran un estupidez.

- Vamos niñas, comencemos con la actividad. - dijo la sensei de cabello largo ondulado.

Suspiro pesadamente y se levantó del suelo, más tarde iría con el tercer Hokage para decirle que esto era una perdida de tiempo.

Agarro unos cuantos dientes de leones de mala gana mientras veía como sus compañeras corrían alegres para buscar un tipo de flor específico.

- Rosas, como si fueran la gran cosa. - refutó enojada la castaña negando con cabeza.

Escucho a lo lejos unas voces de niños, largo los dientes de leones y se acercó corriendo al otro lado del campo de flores, escondiéndose detrás de un árbol.

Eran sus compañeros utilizando shuriken intentando darle en el blanco de los muñecos de paja que colgaban de las ramas de un gran árbol.

- Solo es cuestión de concentración, sino pueden lanzar una simple herramienta, no servirán en el camino ninja. - regaño Iruka-sensei viendo que solo uno de sus alumnos había dado en el blanco.

Tenten sonrió, el perfecto Hyūga destacando cómo siempre. Observó a los demás hasta detenerse al ver a Lee que en vez de tirar al muñeco, había lanzado unos centímetros más sobre la cabeza del sensei.

- ¡Rock Lee!

- Lo siento Sensei. - se disculpo frenéticamente haciendo varias reverencias.

El sensei se alejó un poco de ese grupo para ver cómo iban los otros pequeños grupos.

- Pss, Neji - susurro el azabache para llamar su atención. - ¿Me podría enseñar?

- Por más que te lo explique, jamás podrías dar en el blanco. Tu destino no es ser un ninja, no tienes ninguna habilidad. - dijo cortante el Hyūga ganándose una mirada de odio de Lee.

- No deberías hablarle así. - se acercó la niña dejando su escondite hasta estar al lado de ambos chicos. - ¿Quién te crees que eres para decirle eso?

- Soy un genio ¿Lo olvidas? Sé perfectamente que por más que el luche contra su destino jamás logrará nada.

- Serás el mejor de la clase pero estás podrido por dentro. - contrataco la castaña arrugando su nariz.

- ¿No deberías estar recolectando flores, Tenten? - dijo el castaño cruzando sus brazos.

- ¿Y tu no deberías estar prácticando tu puntería?

- No necesito practicar, soy bueno en ello.

Ambos niños se estaban mirando con odio el uno al otro. Mientras Lee trataba de cortar la tensión interponiendose entre ambos.

- ¿Tenten? - la castaña volvió su mirada a Iruka-sensei. - ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar recolectando flores?

Neji había sonreido engreídamente mientras la castaña lo miraba aburrida.

- Ya termine esa clase, la sensei me mandó hasta aquí para ver las técnicas de mis compañeros. - mintió, el genio se había dado cuenta al ver que se abrazaba así misma.

- Oh, genial. - dijo lentamente el mayor, entregándole dos shuriken. - ¿Quieres intentarlo?

Rápidamente la niña acepto quitándole de las manos las armas, mientras seguía las indicaciones de su sensei, soltó un suspiro y cuando largo la arma cerró sus ojos por miedo a haber fracasado.

Cuando los abrió, el shuriken había dado en el tronco del árbol, no en los muñecos, frunció su seño.

- ¿Y así dices que no es cierto sobre que nuestro destino ya está escrito? - atacó el castaño rodando los ojos.

- Inténtalo tú, si te creas tan perfecto.

- No necesito demostrarle a nadie lo capaz que soy.

- Entonces tienes miedo.

Esas tres palabras fueron lo suficiente para que Neji le arrebatará una arma, mentiras Tenten sonreí, era muy fácil provocarlo.

- ¿No crees que estás mal parado?

- Puedes callarte, necesito concentrarme.

- Oh claro, hay personas que no pueden hacerlo con el ruido, pero ahora me preguntó ¿Cómo le darás al enemigo en una batalla si es completamente ruidosa?

Sabía el Hyūga que tenía razón y eso más lo enojaba, lanzó la arma al pesar de que la niña seguía parloteando, había dado en el blanco, sonrió engreídamente de nuevo.

- Esta más que claro, que ganaré esa batalla.

Tenten lo miro con odio, volvió a suspirar e imitando completamente la posición del castaño. Ganándose una mirada de admiración por parte del sensei, es muy lista, se dijo mentalmente.

- ¿Crees que con tan solo mirarme podrás dar en el blanco? Eres una patética. Igual no me sorprende, si sigues tardando, te advierto que no serás una buena kunoichi, un enemigo nunca espera a ser atacado.

- ¡Ay! Ya cállate, no necesito imitarte. - dijo la castaña desarmando su posición y girandose para enfrentarse al niño. - ¡No me provoques porque sino olvidaré que el blanco es ese muñeco y te tírate a tí!

El último shuriken fue lanzado pero ambos castaños mantenían su mirada de rivalidad olvidándose del objetivo.

- ¡Yosh! ¡Lo lograste Tenten! - gritó emocionado Lee, apuntando al muñeco.

- Felicidades Tenten. Tienes un futuro brillante. - alago sonriente Iruka.

Ambos niños miraron el muñeco, el cual justo en el centro del blanco había dado, la sonrisa de la castaña empezó a dibujarse en su rostro.

- ¡Lo logré! ¡Lo logré! - gritó eufóricamente. - ¡Cuídate genio, porque un día te patearé el trasero!

- Eso solo fue suerte de principiante. - le quitó la importancia el castaño dejando recargar su espalda en el tronco de un árbol cercano.

Había desaprobado la clase de flores pero había descubierto que era una genia en las armas, iba a seguir practicando para demostrarle a ese engreído quien era Tenten.

Los años pasaron, y para mala suerte, los tres habían quedado en el mismo equipo, no eran amigos y los tres estaban de acuerdo en nunca serlos. Claro, eso fue antes de conocer a Guy-sensei, un hombre que disfrutaba vestirse de mallas verdes y su raro corte de cabello, que los obligó a pasar más tiempo juntos de lo necesario.

- Un buen equipo debe ser: perfeccionista, perseverante y leal pero sobre todo unido. De lo contrario ninguno de los adjetivos que les nombre anteriormente, tienen valor propio. - sentenció el mayor al tercer mes con los chicos.

- Tiene toda la razón Guy-sensei ¡Debemos fortalecer nuestra llama de la juventud en su máximo esplendor!

- Exactamente, mi pupilo. - dijo alegremente mostrando su pulgar arriba con una sonrisa brillante.

- Me honra sus palabras Guy-sensei. Pondré todo mi esfuerzo para que nuestra unión sea inseparable.

Y como dijo Lee, se esforzó no sólamente en mejorar su Taijutsu sino también en crear una unión en su grupo.

Comenzó con llevar chocolate para sus compañeros, siendo aceptado por Tenten quien rápidamente los devoró, en cambio Neji solo los miro con desprecio y no los acepto.

Después los invito a comer ramen en Ichiraku, pero está vez ninguno de los dos aceptó.

- ¿Pero porque no? - dijo el azabache tirándose de mala gana en el suelo.

- Tengo que mejorar mi puntería.

- Pero ya es perfecta, Tenten. - se quejó nuevamente. - ¿Y tú porque no quieres ir?

- Tengo mejores cosas que hacer. - dijo el castaño cruzandose de brazos.

Lee levanto sus brazos al cielo gritando "Porque a mi me pasa esto ¿Qué mal hice yo?" resignado volvió a tirarse en el suelo.

Tenten empezó a reírse, para luego sacar un shuriken con pinta de ser muy viejo.

- ¿Aún sigues guardando eso? - pregunto el Hyūga mirándola confundido.

- ¿Qué cosa?- se levantó rápidamente Rock, poniéndose al lado de la femenina. - ¿Un shuriken? ¿Eso te llamo la atención? - miro aún más confundido a su compañero.

- No es cualquier shuriken, es con el que di al blanco al muñeco, fue la primera vez que cruce palabras con ustedes dos. - dijo sin levantar la mirada de la arma.

Los tres levantaron la mirada del objeto, los tres estaban formando un triángulo equilátero perfecto. El primero en sonreír fue Lee mientras llevaba su mano a su nuca, Tenten solo surco sus labios y Neji transmitía a través de sus ojos.

- Si me disculpan, debo marcharme. Hasta la próxima. - dijo el castaño antes de alejarse saltando en las ramas de los árboles.

- Creo que le gustas.

- Por supuesto que no. - la chica arrugó su nariz. - Apenas nos toleramos y todo para que Guy-sensei no se le ocurra volvernos a atar juntos en el árbol.

Lee solo negó con la cabeza al ver que su compañera se iba del campo de entrenamiento, ambos se querían aunque sea un poco. Después de todo, polos opuestos se atraen.

Tuvieron una misión de rango de rango B, habían sido contratados para ser guardaespaldas de un comerciante muy buscado por las aldeas enemigas de Iwagakure (Aldea Oculta entre las Rocas). Resultó exitosamente la misión pero había un problema.

- ¡Lee, es hora de irnos! - gritó Guy-sensei impaciente en la salida de la aldea, mediante una radio.

- ¡Solo espere un minuto más! - respondió la castaña buscando entre sus cosas un objeto.

- ¿Qué se te perdió ahora? - pregunto irritado el genio.

- Mi shuriken, la coloque en mi mochila antes de dejar la casa del tsuchikage, pero ahora no está aquí. - dijo nerviosa la castaña cerrando su mochila. - Debemos volver, de seguro la dejé en la mesa de luz.

- Tenten, es solo un arma. Mañana te regalo una nueva, pero debemos irnos ahora sino queremos retrasarnos. - dijo su sensei.

- Pero. - sintió la mano de Lee en su hombro negando con una mirada triste.

- No está ningún sitio de la casa del Tsuchikage. - dijo en un susurro su amigo, después de una larga búsqueda.

Tenten solo soltó un suspiro de resignación, y miro atrás antes de seguir a sus compañeros. Tenía razón Neji, era muy descuidada con sus cosas, ahora había perdido lo más importante para ella.

Al día siguiente, el equipo Guy se encontraba entrenando pero Neji notó que su compañera había perdido el brillo en sus ojos y cada vez que él empezaba a pelear, ella prefería alejarse en silencio. Eso lo estaba molestando, esa no es la Tenten que él conoce, le estaba dando mucha importancia a un elemento viejo.

- Ten. - le tiró una shuriken al suelo.

- ¿Qué quieres que haga con ella? - pregunto tomando en sus manos la arma.

- Deja de verte tan patética y vuelve a ser la misma Tenten. - dijo tratando de sonar lo más suave posible pero su orgullo no le permitía.

- No la necesito. - la arrojo al tronco de un árbol. - No necesito nada de tí.

Genial, ahora él la había hecho rabiar, no entendía como Lee podía llevarse tan bien con ella, cuando él trató de hacer algo lindo por la castaña, ella solo lo desprecia.

Un día el Hyūga tuvo que ir a la casa de su hiperactivo compañero, a buscar la famosa manta verde para llevárselo al hospital porque el idiota no podía dormir sino era arropado por su manta.

El lugar era un chiquero y no le alcanzaban las palabras para describir su cuarto, agarro la manta con brusquedad dispuesto a salir lo más rápido posible, pero hizo caer un fotografía de la mesa y otros objetos.

Tuvo que recoger los vidrios y luego de volver a colocar la fotografía del equipo en su lugar vio la shuriken de Tenten. Sus iniciales estaban pintadas de un color rojo, frunció su ceño y tomo el arma en sus manos y salió con la manta al hospital.

- La encontraste ¡Eres el mejor amigo del mundo! - gritó Lee extendiendo sus brazos desde la cama incómoda del hospital, le arrebato la manta mientras la abrazaba.

El castaño hizo una seña consu cabeza para que la chica del grupo saliera de la habitación inventando una excusa para sacarlo también a su sensei.

- ¿De qué quieres hablar conmigo?

- ¿Porque tienes la arma de Tenten? - pregunto el Hyūga fulminandolo con su mirada.

- ¿Qué arma? Yo no tengo ninguna arma de ella.

- No mientas. - saco la shuriken de su bolsillo. - ¿Desde cuándo la tenías? Respóndeme.

- Está bien, cálmate. - dijo el chico mientras veía como las venas del castaño empezaban a notarse en su rostro. - La tuve todo este tiempo. - se apresuró a decir.

- ¿Porqué? Ella estuvo todo este tiempo mal por la desaparición de esta arma ¿Qué pretendías hacer con esto?

- Te juro por mi llama de la juventud que pensaba devolversela, pero con los exámenes chunin, me olvide de ello.

- Agradece que Tenten te tiene un aprecio, de lo contrario te hubiese horcado con tu estúpida manta. - amenazó mientras el azabache se abrazaba con más fuerza a su manta tragando grueso.

- ¿Qué piensas hacer ahora con eso?

- Devolversela a su verdadera dueña, no sé los motivos por la cual te la quedaste y tampoco me interesa, pero yo no seguiré tu juego, le contaré todo. - dijo azoteando la puerta de la habitación dejando a un Lee atemorizado.

Camino hasta la casa de Tenten, quien abrió enseguida demostrando su sorpresa ante la presencia de su compañero. Lo hizo pasar mientras cerraba la puerta antes de que sus vecinas inventaran algo.

- ¿Quieres una taza de té?

- No, gracias. Vine por otro asunto. - saco el arma de su bolsillo y extendiendo su brazo hacia ella. - Lee la tuvo todo este tiempo.

La castaña tomo el shuriken y comprobó que fuera de ella, sonrió al tener ese metal viejo en sus manos y volvió a mirar a su compañero, lanzándose a sus brazos.

- Gracias, no sabes lo que significa para mí. - dijo la castaña aún abrazando a Neji, hasta que se dió cuenta de a quién estaba abrazando, se aparto rápidamente. - Lo siento, espacio personal.

Dijo creando una barrera invisible con sus manos y sonriendo nerviosa. El castaño solo surco sus labios, en una pequeña sonrisa.

- Si quieres romperle de nuevo su pierna, cuentas conmigo para ello. - extendió su mano ante la castaña, la cual fue correspondida con un apretón de manos. - Te debía un favor esa vez que necesitaba que alguien me escuchará.

- Para eso son los amigos. Aunque te considero un genio insoportable.

- Y tu una genin patética.

Ambos sonrieron para luego soltar sus manos sin apartar la mirada del otro.

- Un día deberías abrir una tienda de armas, sé que te gustan mucho. Es más yo sería un cliente que recurría mucho.

- Es un buen plan. Algún día será. - dijo alejándose un poco del castaño - Este shuriken es lo más cercano que tengo a una foto familiar, solo que mi familia, son ustedes. - explico la castaña guardando su herramienta en una caja de vidrio transparente.

- Pensamos lo mismo. - dijo el castaño antes de darse la vuelta para salir. - Nos vemos en el entrenamiento patética.

- Hasta entonces, genio.

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